Romina estuvo llorando por unos cuantos minutos más, sus hijos lo eran todo para ella, los necesitaba para vivir, ahora le costaba hasta respirar

— ¿Por qué, Nathaniel? ¿por qué se los han llevado? solo son unos niños, ¿cómo puede haber personas tan crueles? los quiero de vuelta, pueden tener frío, miedo, ¿y cuando tengan hambre les darán comida?

— No lo sé, cariño, pero lo voy a averiguar, pásame el celular, necesito hablar con los gemelos Castrioli, toda la vida posible en este momento, nos puede servir de mucho

Nathan se encontraba trabajando en su despacho, estaba monitoreando unas cargas, todo debía salir a la perfección, de lo contrario podrían perder millones de dólares y quedar mal con las entregas, la reputación que la familia Castrioli tenía con respecto a la entrega de las mercancías, era impecable

— Diamantis, que mañanero estás hoy, ¿sucede algo?

— Desafortunadamente sí, está mañana camino a la escuela, los rusos emboscaron el coche donde mis hijos iban a la escuela, hi