Conseguir la información personal de Nicole fue más fácil de lo que Alessandro llegó a pensar en un primer momento.
Ahora no solo sabía exactamente dónde vivían Nicole y el pequeño Thiago, la guardería y cada detalle del salón a la que asistía su hijo, sino que también tenía toda la información que necesitaba en referencia al trabajo de Nicole.
De hecho, le sorprendió bastante el saber que ahora Nicole trabaja como la directora de marketing para NOVA ENTERTAIMEN. Fue una total sorpresa ver lo realmente cerca que Nicole estuvo todo ese tiempo, principalmente porque lleva el último año y medio intentando quedarse con esa compañía y ni por un solo momento llegaron a cruzarce, incluso hubiese jurado que la persona responsable de ese cargo era una llamada Raquel.
Pero, tema aparte, le tomó cerca de dos semanas decidir cual sería el plan de acción que iba a seguir desde ese momento.
Las consecuencias de su estúpido orgullo y de no permitirse escuchar a Nicole cuando ella intento explicarse habían sido perderse los primeros años de la vida su hijo, pero de ahora en adelante, quería ser parte de su vida y nada se lo impediría, ni siquiera ella.
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Nicole se mueve de un lado a otro de su departamento con la eficiencia de alguien que ha logrado dominar a la perfección el arte de controlar las mañanas caóticas.
La cafetera gotea en la cocina llenando el espacio con su agradable olor mientras ella revisa mentalmente la lista de tareas: almuerzos empacado, mochila lista, ropa de trabajo puesta, el cambio de ropa para su pequeño por su día de pintura.
Mientras se calza bien su tacón derecho, sale de su habitación y se va a buscar a Thiago.
—Cielo, ¿ya terminaste tu desayuno? —pregunta mientras entra en la cocina donde su hijo se encuentra sentado en su silla alta.
El pequeño Thiago, con su carita llena de avena y una sonrisa radiante, asiente con entusiasmo al escuchar las palabras de su madre.
—Sí, mamá. ¡Todo ta rico! —dice, sus palabras mezcladas con risas infantiles y su media lengua adorable.
Nicole no puede evitar sonreír a la ternura de su hijo mientras toma una servilleta y limpia suavemente la carita de Thiago.
—Me alegra que te haya gustado, cariño —dice, plantando un beso en su frente.
Con Thiago limpio y todo listo, Nicole recoge su bolso y las llaves, asegurándose de no olvidar nada importante mientras baja a Thiago de su silla alta y lo deja en el piso.
—Mamá...el carro — expresa el pequeño al ver su madre deja las llaves del auto.
Volteando su vista a donde señala el pequeño, Nicole mira las llaves y recuerda que debe llamar al taller para saber si ya revisaron la falla de los frenos, no quiere otro susto como el de ayer en la tarde luego de que fallaran momentáneamente mientras volvía del trabajo.
—El carro estará castigado unos días sin moverse amor, así que hoy iremos con tía Camie ¿de acuerdo?
—¡Tía Camie! — exclama el pequeño con emoción ante la idea de ver a su tía favorita y lo expreswa levantando sus brazos y corriendo por la cocina.
mientras sonríe por la felicidad expresada por su pequeño, Nicole recuerda que dejó la carpeta con las propuestas para la reunión de ese día sobre la cómoda de su cuarto, por lo cual, deja las cosas sobre la mesa del comedor y se encamina al cuarto.
Al pasar por el pasillo escucha el timbre de la puerta, viendo su reloj, nota que es la hora de llegada de Michell, la chica que limpia el departamento una vez a la semana y a la que pidió que por favor adelantara su día.
Apresurándose a la puerta, la abre sin siquiera fijarse quien es la persona que se encuentra allí y retoma su camino a su habitación.
—¡Gracias por venir! No sabes la salvada de vida que me diste— dice desde la habitación, pero al no recibir respuesta se extraña, más no le da importancia, seguramente Michell debe estar jugando con Thiago—. Mi reunión termina a las 8, Camie recogerá a Thiago de la escuela, así que no tienes que preocuparte por él ya que lo pasaré buscándolo de regreso a casa—tomando las carpetas, verifica que este todo y sale de la habitación para ir a la cocina por Thiago y poder salir finalmente, Camie ya debe estar por llegar—. Dejé dinero para la comida, igual hay helado y pollo en la nevera, siéntete libre de tomar lo que quieras y creo que tu serie estrenó capí…
Pero sus palabras mueren de golpe. Nicole siente que su mundo se detiene en seco cuando al salir de su habitación y caminar hasta el final del pasillo, mira hacia la puerta y ve Alessandro allí, de pie en medio de su sala.
—Hola, Nicole.
—¡¿…Alessandro?!
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Nicole siente que su mundo se detiene de golpe cuando al salir de su habitación y caminar hasta el final del pasillo, mira hacia la puerta y ve a Alessandro allí, de pie en medio de su sala.—Hola, Nicole —dice con un tono de voz tranquilo, pero cargada de tensión que no logra disimular.—Alessandro...—es lo único que logra decir.Nicole se queda inmóvil por un momento, el shock impidiéndole reaccionar. En todo este tiempo, pensó y realmente deseó que su vida no se volviera a cruzar con alguien de la familia Bianchi, y muy especialmente con Alessandro.Por eso tomó tantos cuidados a la hora de volver a buscar un trabajo, lo principal para ella era evitar cualquier roce que los pudiera volver a ponerlos frente a frente.Cuando se cruzó con Thalia Bianchi en la fiesta de compromiso, no dudó en tomar a Thiago y marcharse tan rápido como pudo. Que en dos semanas no recibiera ninguna señal de Alessandro o su familia, le hizo bajar la guardia por creer que Thalia no había notado el marcad
Nicole procura no hacer mucho ruido al momento de abrir la puerta de su departamento. Las luces tenues del pasillo exterior son las que iluminan suavemente el camino mientras George entra detrás de ella, llevando a Thiago en brazos. El pequeño está tan profundamente dormido, que su respiración tranquila y rítmica lo mantiene ajeno al movimiento a su alrededor.Nicole se queda cerca de la puerta mientras enciende las luces bajas, observando a George quien con paso tranquilo camina por el pasillo hasta la habitación de Thiago, misma donde entra y deja al pequeño en su cama con movimientos suaves para no despertarlo. Arreglando las sábanas y los peluches alrededor del pequeño, George le da un beso en la frente antes de retroceder en silencio hacia la puerta de la habitación. Por su parte, Thiago se acurruca instintivamente, su pequeño cuerpo relajado y seguro en su cama.George cierra la puerta de la habitación de Thiago sin hacer ruido y se vuelve hacia el pasillo para ir de regreso
Nicole se mueve con agilidad en la cocina, preparando el desayuno. Lo primero que vio al revisar su teléfono esa mañana, fue un mensaje de Angelic, la CEO de la empresa, mensaje donde le avisaba que ese día todos estaban citados para más tarde, algo que ella realmente agradeció ya que así podría alistar a Thiago con más calma.El sonido de la televisión encendida en la sala llena el ambiente con risas y canciones infantiles, mientras Thiago juega en la alfombra frente a la pantalla, rodeado de sus juguetes favoritos. El olor del café recién hecho y las panquecas dorándose en la sartén inunda el lugar, creando una atmósfera acogedora y familiar.Nicole sonríe al escuchar las risitas de su hijo mezcladas con los sonidos del programa infantil. Se siente feliz de poder pasar una mañana tranquila con él. Thiago es el refugio donde puede alejar el estrés del trabajo y las preocupaciones del día a día. Volteando los panqueques con destreza, se asegura de que estén perfectamente doradas,
Rosangela baja del ascensor con la elegancia que le caracteriza, su vestido caro y zapatos de diseñador reflejando su estatus. Sus pasos son firmes y decididos mientras se dirige a la oficina de Alessandro. Para ella la conversación referente a su compromiso está lejos de terminar.Al acercarse, nota a la asistente del hombre que aun considera como su prometido, visiblemente nerviosa, y mordiéndose el pulgar, mirando hacia la puerta cerrada de la oficina de su jefe.—¿Qué está pasando? —pregunta con voz firme.La asistente no alcanza a responder, sus ojos fijos en la puerta. Rosangela frunce el ceño, sintiendo una creciente incomodidad. De repente, la puerta de la oficina de Alessandro se abre y una Nicole hecha una furia sale de la oficina.Rosangela no tarda en reconocer a Nicole, ¿pero realmente cómo podría olvidarla? Años atrás, esa mujer fue la amante de su prometido Alessandro. Y si bien en aquel entonces ella fingió no darse cuenta del engaño y de la relación existente entr
Rosangela entra en la oficina de Alessandro con la ira aún marcada en su rostro, cerrando la puerta tras de sí con un golpe seco. Sus ojos están llenos de furia y exigencia mientras avanza hacia el escritorio de Alessandro, quien se encuentra sentado, revisando unos documentos.—¿Qué demonios hacía esa mujer aquí? —espeta Rosangela, su voz cargada de reproche contenido.Al escucharla, Alessandro levanta la vista, su expresión de sorpresa molestia por lo ocurrido con Nicole, rápidamente transformándose en una máscara de frialdad. Dejando los documentos sobre el escritorio se levanta con lentitud para enfrentar a la mujer.—No es asunto tuyo, Rosangela —responde con calma, su tono gélido.—¡Claro que es mi asunto! —exclama totalmente alterada—. Soy tu prometida, Alessandro. Tengo derecho a saber qué está pasando —replica ella, cruzando los brazos sobre el pecho.Alessandro la mira con desdén, su paciencia ya claramente agotada. —Creí haber sido claro en el momento que dije que nuestro
Aunque la idea de Nicole era irse de viaje esa misma tarde, el que su auto aun no esté listo la llevó a cambiar los planes. Ella y Thiago están en la sala de su casa, espacio que terminó convertido en un fuerte improvisado de cobertores y almohadas. Las mantas cuelgan de los respaldos de los sofás y sillas, creando túneles y habitaciones secretas. Almohadas apiladas en las esquinas sirven como muros protectores, y una linterna bajo la mesa de centro proyecta sombras que hacen que todo parezca aún más mágico.En los túneles del fuerte, Thiago ríe y corre, su enterizo de león agitándose mientras explora cada rincón del refugio que él y su mami han creado juntos. La pequeña cola del traje se balancea mientras el pequeño se mueve con emoción expectante a la nueva caja que será abierta.La televisión está encendida, reproduciendo "Dartacán y los Tres Mosqueperros", y el ambiente está lleno de risas y emoción.—¡Mami, mami, mira! —grita Thiago con alegría, sosteniendo un juguete recién
Un par de horas después, la casa finalmente se encuentra en calma. Nicole lleva a un dormido Thiago a su habitación, dejandole con cuidado en su cama y depositando un beso suave en su frente. La sonrisa tierna presente en el calmado rostro de su hijo la llena de paz. Al volver a la sala, Nicole encuentra a Alessandro de pie frente a la repisa de fotos. Y aun cuando el menor se encuentra de espaldas a ella, no tarda en notar como este desprende un aura de nostalgia. Las imágenes muestran recuerdos felices de Thiago: sus primeros días de vida, su primer cumpleaños, su primer día de clases, momentos de alegría con Nicole. Alessandro observa las fotos con una mezcla de nostalgia y tristeza por haber perdido esos momentos con su hijo pero se apresura en reprimirse; sin embargo, observa atentamente cada instante capturado. A sus espaldas, Nicole comienza a recoger las mantas que forman el fuerte improvisado, tratando de mantener sus emociones bajo control. Tener a Alessandro presente
Mientras las risas de Thiago se unen a la de los demás niños que al igual que él, corren felices por el pequeño parque, Nicole y Alessandro lo observan en total silencio mientras beben de sus respectivos cafés.Cansada del incomodo silencio, Nicole suspira y se acomoda en el sofá, esperando a que Alessandro que haga lo mismo.—Bien, entonces… hablemos— dice mientras deja su bebida sobre la mesa—. Primero, no quiero que hagas promesas que no puedas cumplir —comienza con voz firme—. Thiago es un niño bastante sensible y no quiero que se decepcione.Sin decir ni una palabra, Alessandro la escucha atentamente, sus brazos cruzados sobre su pecho le indican a Nicole que está atento a cualquier término que no le agrade.—También quiero que respetes mi papel como su madre. Yo he estado aquí desde el principio, y necesito saber que no vas a interferir en la forma en que lo estoy criando —la mirada de Nicole deja claro que no piensa ser flexible sobre ese punto — No quiero que Thiago se convier