◊ ◊ ITALIA ◊ ◊
◊ 2024 ◊
Para cuando finalmente terminó de revisar la última de las carpetas que se encuentran sobre su mesa, el reloj marcó la una de la madrugada, y su agotada vista y espada le ratifican lo tarde que es.
Como en el último año, esa noche de sábado la utilizó para terminar de poner al día todo el trabajo acumulado en la empresa.
A diferencia de su hermana quien ese momento se encuentra disfrutando de otro fin de semana de fiesta, Alessandro realmente se toma muy en serio su puesto en la empresa, más ahora que es el CEO de la misma y estando tan cerca de heredar la presidencia en cualquier momento.
Ese es su mayor deseo, al menos por ahora, hacer un buen trabajo y ser reconocido por ello y no sólo por el apellido de su familia.
Incluso pospuso su boda con Rosangela, por el momento, él no tiene la más mínima intención de centrarse en algo que no sea su trabajo.
Cuando se quitó las gafas y se dispuso a dormir, su teléfono se iluminó por la entrada de un mensaje, por lo que dirige su atención al pequeño aparato junto a él.
Fijándose en el identificador, nota que se trata de su hermana, seguramente Thalia ya estaba lo suficientemente ebria como para querer irse de la fiesta, pero en realidad, esa noche, él no tiene la más mínima intención de hacer el papel de chofer designado.
Ignorando el mensaje, sigue con su plan, o por lo menos esa es su intención hasta que nuevamente se ve interrumpido, esta vez por la llamada de su hermana.
Sabiendo que no podrá quitársela de encima tan fácil, se rinde y termina por atender la videollamada.
—Espero que estés a pocos segundos de morir, porque de no ser así, vas a desear estarlo—dice tan pronto como atiende la llamada.
“Hay algo que tienes que ver —dice de forma exaltada—. Espero que estés sentado, porque si no es así, será mejor que busques donde hacerlo ¡porque esto es una gran noticia!”
—¿Quieres ir directo al grano? —pregunta mientras camina por los oscuros pasillos hacia su habitación.
“Mira que eres aburrido, y yo que llamo para ser una buena hermana y darte la mejor noticia de tu vida y alegrar tu jodida y miserable vida.”
Alessandro no puede evitar rosar sus ojos al escuchar las palabras de su hermana.
Al parecer, al igual que las demás personas que lo rodean, Thalia parece dar por sentado que su vida es un pozo miserable.
—Voy a colgar — avisa mientras se dispone a dar fin a la llamada.
“¡No te atrevas a hacerlo! —exclama molesta—. Deja que los encuentre y podré mostrarte lo que quiero que veas—insiste mientras Alexander la ve moverse por el salón repleto de invitados.”
—Thalia, si esta es una de tus absurdas bromas, te juro que voy a…
“¡No los encuentro! —dice con tono frustrado mientras fija su mirada en la pantalla del celular para poder ver a su hermano—. Como sea. Ahora, ¿te acuerdas de tu secretaria, Nicole?”
Y al escuchar ese nombre, Alessandro no puede evitar un gesto de desagrado se forme en su rostro.
Justo como ella le prometió aquel día en su oficina, no había vuelto a escuchar absolutamente nada de ella en los últimos cinco años, literalmente fue como si la tierra se la tragara.
—Al punto —insiste al no entender cuál es la necesidad de nombrar a esa mujer.
“Bueno, el punto es el siguiente hermanito. Según lo visto hoy, acabas de quedar como el mayor bastardo sobre este mundo, y cuando el abuelo descubra toda la verdad, dile adiós a todas tus posibilidades de heredar la empresa.”
—¿De qué mierdas estás hablando?
“Estoy hablando de ti comportándote como todo un hijo de pu…”
—Voy a colgar—dice cortando a su hermana y ya cansado de toda su habladuría sin sentido.
“Espera carajo, es que no sé cómo empezar— y tras esas palabras, Alessandro ve como la peliazul se mueve por todo el salón hasta llegar a lo que supone que es un balcón debido a que cuando esta se gira, puede ver las luces de la ciudad de fondo—. Ok, recuerdas que me dijiste que la habías despedido porque quiso extorsionarte fingiendo un embarazo tuyo ¿verdad?”
—Thalia…—llama ya cansado de toda esa conversación absurda.
“Y también le pusiste una orden de alejamiento y le prohibiste la entrada a la empresa…”
—¡Al punto!
“Bueno, después de lo que vi esta noche estoy más que segura de que ella no mentía, y de que tú mi querido hermano, solo fuiste un prepotente e irresponsable de tus actos.”
—¿De qué estás hablando? — vuelve a pregunta, ahora más interesado en las palabras de su hermana y sintiendo un extraño escalofrío recorrer su espalda—. Thalia, explícame a qué carajos te refieres.
“Pues, Nicole estuvo aquí esta noche, y no vino sola, estaba con su hijo. Y en honor a la verdad, de no ser por Ricardo, estoy más que segura de que hubiese terminado dando un espectáculo al desmayarme. ¿A que no adivinas igual a quién luce ese niño?, juro que ese niño es una versión tuya a esa edad, solo que con ojos verdes.”
Alessandro se queda en silencio mientras intenta procesar las palabras de su hermana.
Conoce a Thalia tan bien, que solo su simple forma de expresarse sabe cuándo su hermana está jugando y cuando no, y en ese momento, la voz de Thalia y sus palabras, no tienen ni el más mínimo rastro de broma en ella.
—Thalia…
“Te enviaré una foto, logré tomarle una antes de que Nicole me viera y mantuviera al niño junto a ella en todo momento.”
Y tras esas palabras la llamada se corta.
Alessandro se queda un par de segundos con el teléfono en alto y frente a él intentando procesar las palabras de su hermana.
Pero esta intención se corta en el momento que un mensaje en el chat de su hermana se hace presente en la pantalla.
Si no hubiese estado sentado en su cama, Alessandro hubiese podido jurar que se hubiera ido de bruces contra el piso.
Mientras mantiene su mirada fija en la pantalla del celular, Alessandro siente como su mundo entero da vueltas a una velocidad demasiado vertiginosa, y tras dar un par de vueltas así, termina deteniéndose de golpe y aplastándolo contra la gravedad.
El rubio apenas puede creer lo que sus ojos ven.
En la imagen se puede ver a Nicole sonriendo mientras en su mano sostiene una copa de alguna bebida.
Su cuerpo escultural está enfundado en un vestido rojo que marca perfectamente cada curva de su cuerpo, curvas que hacen difícil creer que pasó por un embarazo.
Su cabello ahora de un color rosa pálido se muestra libre, por un momento Alessandro la compara con Jessica Rabbit, igual de hermosa, seductora y atrapante.
Pero eso no es lo que llama su atención, lo que lo hace es algo más.
El pequeño niño debe tener unos cuatro años, próximo a cumplir los cinco según sus cuentas.
Su cabello rubio se muestra pulcramente arreglado, sus mejillas regordetas están ligeramente manchadas con lo que supone es chocolate y tras hacerle un zoom a la foto.
Nota que las palabras de Thalia son ciertas, posee unos brillantes ojos verdes como su madre.
El aire abandona totalmente sus pulmones a medida que detalla cada vez más la imagen mostrada en la foto.
Igualmente, todas las palabras dichas a Nicole en su oficina cinco años atrás, regresan a él de golpe.
¡Mierda!, todo ese tiempo estuvo seguro de que ella solo era una cazafortunas, tal vez un poco más astutas que otras con las que se había topado antes, pero solo eso, una caza fortunas.
Pero ¿Cómo se supone que niega la realidad cuando aquel niño en la foto, es su vivo retrato?
—Thalia…—dice al volver a llamar a su hermana, pero esta no le deja hablar.
"¿Verdad que es idéntico a ti? Solo que él se ve más adorable de lo que te veías tu a esa edad."
—Thalia…Nicole, ¿ella aún sigue allí? —pregunta con la esperanza de que pueda llegar a la fiesta a tiempo para poder hablar con ella, exigir una explicación y ver cómo llevarían todo el asunto del niño.
"No la he visto en un rato, creo que ya se fue."
—¡Maldición! ¿por qué no me llamaste antes? —reprocha mientras aprieta el celular con fuerza.
Sin dar tiempo alguno a que su hermana le responda, Alessandro cuelga la llamada y deja el teléfono sobre la cama, no necesita ver la foto de nuevo, solo con cerrar sus ojos puede ver al pequeño, ese niño es su copia perfecta, solo que con treinta años menos.
—Yo…soy papá.
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Conseguir la información personal de Nicole fue más fácil de lo que Alessandro llegó a pensar en un primer momento. Ahora no solo sabía exactamente dónde vivían Nicole y el pequeño Thiago, la guardería y cada detalle del salón a la que asistía su hijo, sino que también tenía toda la información que necesitaba en referencia al trabajo de Nicole.De hecho, le sorprendió bastante el saber que ahora Nicole trabaja como la directora de marketing para NOVA ENTERTAIMEN. Fue una total sorpresa ver lo realmente cerca que Nicole estuvo todo ese tiempo, principalmente porque lleva el último año y medio intentando quedarse con esa compañía y ni por un solo momento llegaron a cruzarce, incluso hubiese jurado que la persona responsable de ese cargo era una llamada Raquel. Pero, tema aparte, le tomó cerca de dos semanas decidir cual sería el plan de acción que iba a seguir desde ese momento.Las consecuencias de su estúpido orgullo y de no permitirse escuchar a Nicole cuando ella intento explicars
Nicole siente que su mundo se detiene de golpe cuando al salir de su habitación y caminar hasta el final del pasillo, mira hacia la puerta y ve a Alessandro allí, de pie en medio de su sala.—Hola, Nicole —dice con un tono de voz tranquilo, pero cargada de tensión que no logra disimular.—Alessandro...—es lo único que logra decir.Nicole se queda inmóvil por un momento, el shock impidiéndole reaccionar. En todo este tiempo, pensó y realmente deseó que su vida no se volviera a cruzar con alguien de la familia Bianchi, y muy especialmente con Alessandro.Por eso tomó tantos cuidados a la hora de volver a buscar un trabajo, lo principal para ella era evitar cualquier roce que los pudiera volver a ponerlos frente a frente.Cuando se cruzó con Thalia Bianchi en la fiesta de compromiso, no dudó en tomar a Thiago y marcharse tan rápido como pudo. Que en dos semanas no recibiera ninguna señal de Alessandro o su familia, le hizo bajar la guardia por creer que Thalia no había notado el marcad
Nicole procura no hacer mucho ruido al momento de abrir la puerta de su departamento. Las luces tenues del pasillo exterior son las que iluminan suavemente el camino mientras George entra detrás de ella, llevando a Thiago en brazos. El pequeño está tan profundamente dormido, que su respiración tranquila y rítmica lo mantiene ajeno al movimiento a su alrededor.Nicole se queda cerca de la puerta mientras enciende las luces bajas, observando a George quien con paso tranquilo camina por el pasillo hasta la habitación de Thiago, misma donde entra y deja al pequeño en su cama con movimientos suaves para no despertarlo. Arreglando las sábanas y los peluches alrededor del pequeño, George le da un beso en la frente antes de retroceder en silencio hacia la puerta de la habitación. Por su parte, Thiago se acurruca instintivamente, su pequeño cuerpo relajado y seguro en su cama.George cierra la puerta de la habitación de Thiago sin hacer ruido y se vuelve hacia el pasillo para ir de regreso
Nicole se mueve con agilidad en la cocina, preparando el desayuno. Lo primero que vio al revisar su teléfono esa mañana, fue un mensaje de Angelic, la CEO de la empresa, mensaje donde le avisaba que ese día todos estaban citados para más tarde, algo que ella realmente agradeció ya que así podría alistar a Thiago con más calma.El sonido de la televisión encendida en la sala llena el ambiente con risas y canciones infantiles, mientras Thiago juega en la alfombra frente a la pantalla, rodeado de sus juguetes favoritos. El olor del café recién hecho y las panquecas dorándose en la sartén inunda el lugar, creando una atmósfera acogedora y familiar.Nicole sonríe al escuchar las risitas de su hijo mezcladas con los sonidos del programa infantil. Se siente feliz de poder pasar una mañana tranquila con él. Thiago es el refugio donde puede alejar el estrés del trabajo y las preocupaciones del día a día. Volteando los panqueques con destreza, se asegura de que estén perfectamente doradas,
Rosangela baja del ascensor con la elegancia que le caracteriza, su vestido caro y zapatos de diseñador reflejando su estatus. Sus pasos son firmes y decididos mientras se dirige a la oficina de Alessandro. Para ella la conversación referente a su compromiso está lejos de terminar.Al acercarse, nota a la asistente del hombre que aun considera como su prometido, visiblemente nerviosa, y mordiéndose el pulgar, mirando hacia la puerta cerrada de la oficina de su jefe.—¿Qué está pasando? —pregunta con voz firme.La asistente no alcanza a responder, sus ojos fijos en la puerta. Rosangela frunce el ceño, sintiendo una creciente incomodidad. De repente, la puerta de la oficina de Alessandro se abre y una Nicole hecha una furia sale de la oficina.Rosangela no tarda en reconocer a Nicole, ¿pero realmente cómo podría olvidarla? Años atrás, esa mujer fue la amante de su prometido Alessandro. Y si bien en aquel entonces ella fingió no darse cuenta del engaño y de la relación existente entr
Rosangela entra en la oficina de Alessandro con la ira aún marcada en su rostro, cerrando la puerta tras de sí con un golpe seco. Sus ojos están llenos de furia y exigencia mientras avanza hacia el escritorio de Alessandro, quien se encuentra sentado, revisando unos documentos.—¿Qué demonios hacía esa mujer aquí? —espeta Rosangela, su voz cargada de reproche contenido.Al escucharla, Alessandro levanta la vista, su expresión de sorpresa molestia por lo ocurrido con Nicole, rápidamente transformándose en una máscara de frialdad. Dejando los documentos sobre el escritorio se levanta con lentitud para enfrentar a la mujer.—No es asunto tuyo, Rosangela —responde con calma, su tono gélido.—¡Claro que es mi asunto! —exclama totalmente alterada—. Soy tu prometida, Alessandro. Tengo derecho a saber qué está pasando —replica ella, cruzando los brazos sobre el pecho.Alessandro la mira con desdén, su paciencia ya claramente agotada. —Creí haber sido claro en el momento que dije que nuestro
Aunque la idea de Nicole era irse de viaje esa misma tarde, el que su auto aun no esté listo la llevó a cambiar los planes. Ella y Thiago están en la sala de su casa, espacio que terminó convertido en un fuerte improvisado de cobertores y almohadas. Las mantas cuelgan de los respaldos de los sofás y sillas, creando túneles y habitaciones secretas. Almohadas apiladas en las esquinas sirven como muros protectores, y una linterna bajo la mesa de centro proyecta sombras que hacen que todo parezca aún más mágico.En los túneles del fuerte, Thiago ríe y corre, su enterizo de león agitándose mientras explora cada rincón del refugio que él y su mami han creado juntos. La pequeña cola del traje se balancea mientras el pequeño se mueve con emoción expectante a la nueva caja que será abierta.La televisión está encendida, reproduciendo "Dartacán y los Tres Mosqueperros", y el ambiente está lleno de risas y emoción.—¡Mami, mami, mira! —grita Thiago con alegría, sosteniendo un juguete recién
Un par de horas después, la casa finalmente se encuentra en calma. Nicole lleva a un dormido Thiago a su habitación, dejandole con cuidado en su cama y depositando un beso suave en su frente. La sonrisa tierna presente en el calmado rostro de su hijo la llena de paz. Al volver a la sala, Nicole encuentra a Alessandro de pie frente a la repisa de fotos. Y aun cuando el menor se encuentra de espaldas a ella, no tarda en notar como este desprende un aura de nostalgia. Las imágenes muestran recuerdos felices de Thiago: sus primeros días de vida, su primer cumpleaños, su primer día de clases, momentos de alegría con Nicole. Alessandro observa las fotos con una mezcla de nostalgia y tristeza por haber perdido esos momentos con su hijo pero se apresura en reprimirse; sin embargo, observa atentamente cada instante capturado. A sus espaldas, Nicole comienza a recoger las mantas que forman el fuerte improvisado, tratando de mantener sus emociones bajo control. Tener a Alessandro presente