EMMA.Parpadeé lentamente e intenté mover mi cuerpo, pero una gran roca a mi lado me lo impidió. No me levanté de golpe, solo moví mi cabeza, y noté el espacio entre oscuro e iluminado por unas líneas, para entender que estaba en la misma habitación de hace unos días, junto a Noah.Mis piernas estaban entrelazadas con las de él, mi cabeza encima de su brazo, su respiración estaba tranquila, y solo me quedé con la cabeza pegada a su brazo nuevamente, mientras miré su rostro dormido.Por alguna razón extraña había soñado con mi padre, pero no podía recordar mucho de ello.Tenía unos tres días en esta habitación. Ni siquiera me había levantado a bañarme, o a comer más de dos bocados. La enfermera que traía Noah de vez en cuando quizás me estaba dando pastillas para dormir, aunque anoche me acosté antes de que ella pudiera darme alguna.Sentía el aliento demasiado bajo, y unas fuerzas casi nulas.Entonces, en el momento, recordé la sensación cuando el viento golpeó mi rostro, y cuando mis
EMMA. Pasó al menos 15 días para poder acoplarme al mundo después de lo que había pasado. Noah no había salido ni una vez de viaje, no se despegó de mí en ningún instante, y pude imaginar el motivo. Tal vez pensaba que podía intentar hacerme daño de nuevo, pero en mis pensamientos, en este momento, había otro diseño. No sabía explicar muy bien la situación en la que me encontraba. Existía esa decepción momentánea cuando me quedaba pensando, el dolor martillaba mi corazón algunas veces, pero otras son como si no sintiera nada. Como si estuviese en el limbo, en un lugar en que estaba bien, y mal al mismo tiempo. Una terapeuta especializada me había visitado algunas veces, y aunque no hablé mucho de mi vida con ella, sus palabras y consejos fueron refrescantes para mi mente, en comparación de la oscuridad que Noah me ofrecía a diario. Recorrí la mansión de Noah de día y noche mientras él me habló un poco de la arquitectura y el diseño del lugar… pidió platos que nunca había probado
EMMA. No sé si quería parecer muy fuerte delante de Noah, pero me erguí lo suficiente, y con el rostro de serio asentí para él, mientras otro video se reprodujo a continuación.A diferencia del video de Jhon, allí mostraban a una chica que compartía el número telefónico con el marido de mi madre, y como sus encuentros comenzaron a ser consecutivos después de esto.Y finalmente, después de un encuentro bastante romántico por cómo se veía, este hombre llevó a la chica a la casa de la que anteriormente era de mi padre por la mañana, pensando que Estela no iría por atender el negocio familiar.Noté a mi madre abriendo la puerta, y como en la sala soltó la bolsa de compras al ver a su marido metido en esa chica. Vi la desesperación de Estela, y como el hombre la tomó de los brazos para que la mujer huyera del lugar sin que Estela pudiera tocarle un solo pelo ante su histeria.Podía entender la situación. Una se podía quedar sin respiración mientras las puñaladas atacaban tu corazón sin co
EMMA.—¿Quieres ir a casa? —alcé la mirada hacia Noah, que estaba de pie frente a mí en el pasillo del juzgado, mientras la gente iba y venía.Tenía cierto temblor en mi pecho, y aunque hoy por supuesto no iban a dar el veredicto final, yo ya sabía el resultado de este.Afirmé hacia Noah, pero fue imposible que mis ojos se desviaran de lugar cuando mi madre se plantó a nuestro lado.—Nunca quise hacerte daño… —Noah se giró al instante, como si el golpe, lo estuviese recibiendo él y la miró de arriba abajo como si mi madre fuese una basura que tuviese que ser limpiada.Rápidamente, puse mi mano en su brazo, y él miró mi agarre con determinación. Así que me adelanté en hablar.—No tengo nada que hablar contigo… tus hechos son suficientes para mí —le dije, y ella se apresuró en quitarse las gafas de sol.Pude evidenciar el desastre en sus ojos. Las ojeras y la rojez de estos.—Sé que debo pagar, Emma… la vida ya me lo está cobrando. Pero déjame decirte que me siento orgullosa de ti. Por
EMMA.El fin de semana se hizo más lento de lo que quería. Y, al fin y al cabo, no me estaba gustando ya este apartamento.Era domingo en la mañana cuando comencé a recoger algunos libros, y a meter la ropa en cajas, y luego comencé a buscar una casa más cómoda en el sitio web de arrendadoras.El abogado me dijo que posiblemente en unas semanas estuvieran desembolsando el dinero de la casa que había vendido, y quería cambiar mi auto también.No estaba corta de dinero, y lo que más podía hacer, era buscar un mejor lugar.Estaba en pijama, el cabello en una coleta, y una mascarilla cuando la puerta sonó.Me levanté tranquila, últimamente recibía notificaciones del juzgado, aunque hoy era domingo y eso no podía pasar.Me quedé estática cuando vi a Noah en una camisa azul oscuro remangada, que dejaba a la vista sus tatuajes, recostado a la pared, y me sonrió recorriendo mi cuerpo con sus ojos de forma descarada.—Me encanta tu pijama… —tomé el aliento y negué.Había estado con él todo el
EMMA.Noah guardó mis pantis negros en su bolsillo de la chaqueta, y me apresuré a arreglarme el vestido mientras negué.—Realmente eres un loco andante… —y sus dedos apretaron mi boca, para darme un beso hambriento.Tomé unas toallas del dispensador y las mojé un poco para limpiar su boca y cuello, y luego dejé mi bolsa en la encimera, para retocarme los labios.—Ellos pensarán que no somos serios.—Hay cosas más importantes que atender, no es mi culpa… —su mano se enredó en mi cintura, y luego me quedé quieta mirando nuestra imagen en el espejo.Era un sueño esta imagen, y la guardaría para siempre en mi mente.—Eres bellísima, nena… —me susurró en el odio—. Vamos… nos esperan.De vuelta nos soltamos de las manos, y los mismos tres hombres volvieron a levantarse. Uno de ellos, era el gerente de Noah, que, por alguna razón, no había reconocido cuando llegamos.Nos presentamos en el instante, y cuando nos sentamos, uno de los representantes rusos comenzó.El hombre cayado, deduje que
EMMA.No pude hacer nada más que estirar mi mano, pero antes de que hicieran contacto, Noah salió de su estado quieto, y la quitó, observando a este hombre de forma amenazante.—Aléjate de ella… —le dijo en forma de advertencia, y ese hombre llamado Anthony, le sonrió como si fuese un juego.—Creo que Emma, es más de lo que creo… no voy a desvanecerla por tocarla, Noah… no seas exagerado…Me acerqué más al cuerpo de Noah ante la situación.—¿Qué haces aquí?—¿Qué, más? Negocios… tu empresa es la mejor, y solo me uno con los mejores… —Anthony volvió su cabeza hacia mí—. ¿Por qué no nos sentamos y terminamos el asunto?—No hay asunto… si estás en estos negocios, eres un fracaso… solo es una payasada lo que hiciste para decirme que estás en New York, pensé que habías madurado, pero sigues siendo un niño…Noah se movió, pero la palma de Anthony en su pecho lo detuvo.Estaba temblando en este punto. El gerente de Noah y los secuaces de Anthony se despajaron como si entendieran que ya no de
NOAH.—¡Noah! —escuché un grito incesante, pero no pude dejar de golpear el pasamanos, hasta que sentí que se me quebraron los huesos—. ¡Noah!, ¡Noah…! ¡Por favor…!Había demasiada furia en mi cuerpo, tanta que cuando me giré, había empujado a Emma, y tuve que parpadear para que la visión dejara de estar nublada.Ella estaba agitada, y sobre todo aterrada, así que me detuve por un momento, pero me sentía ahogado.—Emma… —noté como las lágrimas salían por sus ojos, mientras sus labios intentaban pegarse unos a otros, y contraía sus ganas de llorar.—Debemos… hay que llevarte a un médico… te rompiste las manos… —su voz estrangulada me hizo negar, y en el momento bajé mi mirada a las manos, que estaban llenas de sangre.El conductor ya nos estaba llevando al apartamento seguro. No quería encontrarme a Andrea por nada del mundo, y necesitaba con urgencia dejar a Emma segura, mientras intentaba idear un plan para desviar los ojos de Anthony sobre ella.—Déjame que llame a un médico… que ve