—Vas a volverme loco. Chispita un día de estos me vas a quemar. Agarré el cuello de su camisa y halé con fuerza, besé su cuello y empecé a bajar por su pecho trazando un camino con mis labios, mientras movía mis caderas, provocándolo. La sensación era embriagadora, me estaba quemando por dentro. Empecé a bajar mi mano por su pecho, gruñó a través de sus dientes sin dejar de mirarme, pero sujetó mis manos. —Esto no está bien —jadeó—, no quiero que luego te arrepientas. Me levanté, me recargué en la pared. —Ok… Intenté abrir la puerta, de repente me tomó de la muñeca pegándome a la pared, sentí todo el peso de su cuerpo, tan firme y caliente que incendió más mi interior, me besó con intensidad, luego cubrió mi cuello con sus labios cerca a mi oreja y soltó. —Te deseo. Toda la piel se me enchinó. »Hay algo que sí podemos hacer, algo que te quiero enseñar, de eso no puedes arrepentirte, ¿quieres? Bajé la mirada descaradamente fijándome en el bulto que se marcaba bajo sus
EL MARIDO DE MI HERMANA.¿Por qué nadie me dijo que después de beber lo que llegaba era tan horrible? Sentía que la cabeza se me iba a abrir en muchas partes. Vanessa se burlaba de mí por mi primera resaca y mi madre me decía las típicas palabras de toda mamá; sigue tomando de esa manera, eso no decías anoche. Los sonidos por alguna razón se hacían más intensos. Traté de recordar lo que había pasado la noche anterior, pero algunas cosas eran borrosas. Así que le pregunté a Luca si había hecho alguna locura. —¿En serio no te acuerdas?Me imaginé las peores cosas. —Empezaste a bailar después de quitarte la ropa.Casi se me cae la boca, empecé a sentir el calor en mis mejillas, Luca se me acercó y susurró en mi oído.»Además eres una acosadora, abusaste de mí.Lo miré, mi cara era un perfecto poema de horror. Sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa malvada. Soltó una risita, le di un pequeño golpe en el brazo.—No te parece suficiente con este dolor de cabeza, quieres que me infa
En resumidas cuentas mi tía le dijo que yo era una buena chica y si algo se daba entre nosotros ellos no se opondrían. Esa misma conversación la tuve con mamá, me preguntó exactamente lo mismo, incluso Vanessa porque la mayor parte de mi tiempo libre cuando no estaba con Lara, estaba con él, yo les dije que éramos solo amigos y por eso nos llevábamos bien. Demasiado bien diría yo, pero por supuesto eso ellos lo desconocían. Luego no volvieron a insistir con él tema. …Estábamos todos reunidos en la mesa cuando llegó Vanessa con una sonrisa deslumbrante. —¿Por qué estás tan feliz? ¿Ya te ascendieron tan rápido? —pregunté.Soltó una risita, me pellizcó la nariz cariñosamente.—Eso sería genial, pero no. Quiero comentarles algo. Llevé un bocado a mi boca sin dejar de mirarla.—Cuenta ya, nos tienes en ascuas —replicó mamá. —Por la expresión que tienes son buenas noticias —agregó papá. Vanessa le dio un sorbo a su vaso de agua y luego hizo un sonido exagerado de refrescante.—Famili
Así pasaban los días, yo seguía en mi rutina diaria; las clases de la universidad, salidas los fines de semana. Mi hermana se veía muy enamorada, se la pasaba sonriendo más de lo normal, me daba gusto por ella. Se la pasaba hablando de él, pero para mí era indiferente, ni atención le ponía. Estaba en el jardín cuando llegó Vanessa ofreciéndome un zumo de naranja. La miré y sonreí. —Estar enamorado trae sus ventajas, ¿verdad? Se sentó junto a mí.—¿Por qué lo dices? ¿Tanto se me nota? —Te sale por los poros, además esta amabilidad tuya no es normal.Señalé mi zumo, a cambio recibí un pequeño empujón.—No seas así —hizo un puchero—, yo soy la hermana más atenta del mundo.—Ajá, digamos que sí. Cuando sacas tiempo sí.—¡Ale! —ChillóSoltamos una risita. »Es que si conocieras a mi chiqui me entenderías.Me estremecí.—¿Tú qué? Me va a dar un coma diabético con tanto azúcar.Soltó una carcajada. —Cuando estés enamorada vas a entenderme.—Si llego a tal punto me va a dar diabetes.Rec
EL MARIDO DE MI HERMANA.Empecé a caminar tratando de seguirlo con la mirada, ya que había mucha gente. Justo en ese momento escuché.—Ale, ¿a dónde vas?La miré, ella me miró con un gesto de confusión.»¿Pasa algo? —se acercó y miró siguiendo mi mirada. Volví a mirar, pero ya no había nadie, solo un señor con una gabardina negra y una niña en brazos. Mi cara de decepción era evidente, ¿lo había imaginado? Pero, ¿por qué después de tanto tiempo y así de la nada? Vanessa pasó su mano por mi brazo.—¿Estás bien? Mi corazón se había acelerado por un tonto espejismo de mi cabeza. Sacudí la cabeza para alejar esos pensamientos y traté de sonreír.—Creí ver a alguien, pero es imposible.Empezamos a caminar. —¿A quién? —inquirió con curiosidad.Sonreí.—A mi golondrina —frunció las cejas en un gesto de confusión —, a ese novio que aún no sabe que lo es.Solté una risita, ella negó.—Todavía sigues con eso, tengo curiosidad hace mucho no lo mencionas, ¿qué pasó con él?—Mi golondrina emig
—¡Hija! —Escuché la voz de mamá.Me levanté sin alejar la mirada del celular y sin dejar de sonreír, de repente escuché.—Y ella es mi hermana Alexia. Giré sobre mi propio eje al tiempo que levanté la mirada y justo ahí la sonrisa que había en mi rostro se congeló, mi garganta se secó al instante. El mundo es tan grande y a la vez parece un puto pañuelo. Tendió su mano con una sonrisa.—Mucho gusto Alexia, mi nombre es Alan Mendoza Vásquez. Era él, era él frente a mí, Mr Sexy, estaba segura que era él, estaba mucho más guapo, era mi golondrina, una golondrina que ya estaba en otro nido. Una corriente me atravesó la parte inferior del vientre con un dolor insoportable que empezaba a subirme por el pecho. En ese momento ni siquiera era consciente que él seguía con la mano extendida. Sólo regresé del trance cuando Vanessa se acercó y tocó mi brazo. —Ale —Susurró.Sacudí la cabeza y pasé saliva tratando de deshacer el nudo que se había formando en mi garganta. Tendí la mano y estreché
Todos se callaron al instante, sus miradas se fijaron en mí. Me senté, Vanessa se sentó junto a mí.»Lo siento… —me disculpé, la razón no era por desmayarme y dañar todo, sino por gustarme su novio, por fantasear con un hombre que ahora era de otra, prohibido hasta los huesos para mí.Me pasó las manos por el cabello.—¿Segura que te sientes bien? Es mejor llamar a un doctor. —Estoy bien, seguro se me bajó el azúcar por no desayunar, hoy no he comido nada —intenté sonreír —, lo siento, me disculpo no quería arruinar este momento tan importante.—No seas tontita, no pasa nada, ¿verdad chiqui?Tendió su mano y él la tomó, seguí ese movimiento con la mirada y dolió.—Así es, lo importante es que estés bien.Se hincó para quedar a mi misma altura, pero yo me levanté de golpe. Doblé las manos detrás de la espalda tratando de ocultar la incomodidad.— Solo fue por no comer, estoy bien —sonreí —, no hay por qué preocuparse. Hay que celebrar, por fin conocimos al famoso chiqui.Todos soltar
Por alguna razón que desconocía los ojos se me rebozaron por las lágrimas, un nudo demasiado grande se me formó en la garganta impidiéndome respirar. —¿Quién es? —escuché la voz de Luca.La chica abrió la puerta del todo y entonces lo vi, solo tenía una pequeña bermuda, Luca levantó la mirada y al verme su gesto se alteró.—Chispita… —Susurró.Mi labio inferior tembló traicioneramente.—No quería interrumpir, no debí venir —susurré en un pequeño hilo de voz.Me miró a los ojos, en sus ojos vi lo mismo que había en los mios, un dolor tan profundo que no entendía. Giré y empecé a caminar.—Chispita, espera…Giré la cabeza y lo vi salir tras de mí, por alguna razón que desconocía en ese momento salí corriendo, ni siquiera tomé el ascensor, bajé por las escaleras, escuchaba su voz, pero no me detuve, no quería parar y por alguna razón desconocida había empezado a llorar mi corazón se apretó y en algún lugar de mi cuello empezó a palpitar una vena como si fuera a explotar.Mi corazón se