Capítulo 30

EL MARIDO DE MI HERMANA.

Empecé a caminar tratando de seguirlo con la mirada, ya que había mucha gente. Justo en ese momento escuché.

—Ale, ¿a dónde vas?

La miré, ella me miró con un gesto de confusión.

»¿Pasa algo? —se acercó y miró siguiendo mi mirada.

Volví a mirar, pero ya no había nadie, solo un señor con una gabardina negra y una niña en brazos. Mi cara de decepción era evidente, ¿lo había imaginado? Pero, ¿por qué después de tanto tiempo y así de la nada? Vanessa pasó su mano por mi brazo.

—¿Estás bien?

Mi corazón se había acelerado por un tonto espejismo de mi cabeza. Sacudí la cabeza para alejar esos pensamientos y traté de sonreír.

—Creí ver a alguien, pero es imposible.

Empezamos a caminar.

—¿A quién? —inquirió con curiosidad.

Sonreí.

—A mi golondrina —frunció las cejas en un gesto de confusión —, a ese novio que aún no sabe que lo es.

Solté una risita, ella negó.

—Todavía sigues con eso, tengo curiosidad hace mucho no lo mencionas, ¿qué pasó con él?

—Mi golondrina emig
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