Estaba tomando un poco de jugo para irme a la universidad, justo en ese momento bajó Vanessa con una sonrisa enorme, me abrazó por los hombros. —Y bien, no me has dicho que te pareció mi chiqui.Le regalé una sonrisa forzada. —Admito que me has dejado sin palabras. Soltó una carcajada.—¿No es lo que esperabas ver, verdad? —inquirió con una sonrisa.—No es el típico nerd de lentes y camisas a cuadros, adicto a los números, a no ser que tenga una pasión oculta por los números como tú.—Es todo lo contrario —Sonrió como tonta—. Es verdad lo que dices hermanita, no hay que juzgar un libro por su portada. Desde que lo conocí llamó mi atención aún cuando nunca me había fijado en ese tipo de hombres.La veía hablar con tanta ilusión era imposible no sentirme mal por lo que sentía aunque no era mi culpa. Dejé el vaso en la mesa, le sonreí mientras dejé un pequeño golpecito en su hombro. —Luego me cuentas con lujo de detalles —miré el reloj de pared que había frente a nosotras —. Se me h
Estaba en el patio trasero mirando como el viento elevaba las hojas de los árboles, disfrutaba del momento, cerré los ojos y pequeños momentos empezaron a aparecer; el club, lágrimas y Luca. Intenté recordar algo más de repente recordé el momento en que vomité encima de Luca, me froté el pelo, joder que vergüenza, por esa razón mi vestido apestaba.—¡Aaaaah! —Gruñí.Eso era demasiado bochornoso, justo en ese momento Vanessa se hizo notar, no tenía idea de cuánto tiempo llevaba observándome. Me miró con un gesto de confusión.—¿Pasó algo? Levanté la cabeza retirando el cabello que traía en el rostro.—Le debo una polera nueva a Luca —hice un puchero.Enarcó una ceja con evidente confusión. —Contexto.—Es horrible, bochornoso —cubrí mi rostro con las manos y lo froté—, se me pasaron las copas y vomité sobre Luca.Hice una pequeña pataleta como niña chiquita. Vanessa soltó una risita y se sentó junto a mí.—Bueno eso sí es bastante vergonzoso. Pobre Luca —soltó una carcajada. La miré
EL MARIDO DE MI HERMANA.Apreté los hombros, no podía aplazarlo más. —Por supuesto. Sonrió con tristeza, definitivamente no me gustaba verle esa expresión, amaba más verle esa sonrisa llena de maldad. Se quedó platicando con mamá mientras yo subía a cambiarme. Cuando se despidió le dijo que me iba a robar unos minutos, mamá le respondió con una sonrisa; Sé que está en buenas manos. —Si quieres, damos una vuelta por el parque que está por aquí cerca, para que no tengas que alejarte mucho de casa.Eso sí lo entendí y dolió, sabía que lo había evitado y pensó que yo no quería estar cerca de él. No fui capaz de responder, solo asentí. Caminamos en silencio unos minutos como si ninguno fuera capaz de romperlo. Nos sentamos en una banca y él fue el primero en cortar el silencio incómodo.—Me estabas evitando —no lo preguntó lo afirmó.Aclaré mi garganta.—Claro que no, tenía que entregar un trabajo por eso estuve ocupada. Luca soltó una risita, me miró a los ojos y con seguridad respo
—Jamás haría algo sin tu consentimiento, jamás cruzaría esa pequeña línea sin que estés consciente de ello. No lo haría aún cuando te ves jodidamente sexy, con y sin ropa, aún cuando quisiera poseerte. Jamás haría algo de lo que luego te arrepientas. No soy ese tipo de hombre. Jamás crearía momentos contigo de los cuales te arrepientas. Sus ojos se cristalizaron, yo sentí un nudo en la garganta. —Yo solo quería decirte que ella no significa nada para mí, solo fue sexo. Y sí, no debería explicártelo, pero sentía que lo tenía que hacer por alguna razón.Se levantó, lo tomé del brazo.—Soy una tonta, no quise ofenderte, discúlpame. Bajó la mirada. Entrelazó su mano con la mía con fuerza y me dedicó una cálida sonrisa.—Chispita, siempre que pueda protegerte lo haré porque te quiero.Ese te quiero sonó tan fuerte y extraño, sería por la seriedad con la que lo dijo. Levantó la mano y me pasó suavemente los dedos por la mejilla hasta el mentón, dejó un pequeño apretón.»Quiero que se
—Todo muy bien —respondí solo lo necesario, quería huir lo más rápido posible.—Me da gusto.Nos volvimos a quedar en silencio, yo miré la pantalla del celular, mientras él miraba toda la sala, de repente sentí su mirada sobre mí, levanté la mirada y me encontré con la suya. —Alexia.—Dime. —¿Esperabas algo mejor para tu hermana? —soltó.Casi se me salen los ojos. Intenté forzar una sonrisa, pero a cambio me salió una sonrisa malvada, no supe porqué carajos las expresiones me traicionaban. —¿Por qué me preguntas eso? —respondí con otra pregunta.—Es que he notado que eres algo distante y prevenida conmigo, por eso lo pensé. Déjame decirte que no tengo intenciones de hacerle daño a tu hermana, si crees que por ser así —señaló sus tatuajes—, podría jugar con sus sentimientos.Lo que me faltaba, solté una risita histérica, me salió tan natural, él me miró desconcertado. Lo miré fijamente de pies a cabezas. —No me conoces como para que digas que juzgo a las personas por como se ven.
Disfruté del cóctel con pequeños tragos, me perdí en algún lugar de mis pensamientos hasta que escuché muy cerca de mí. —Se nota que tu novio te quiere mucho.Lo miré, primero me perdí en esos ojos, luego mi gesto de confusión lo decía todo, él se dio cuenta y agregó.»El chico que vino por ti la otra noche. Solté una risita y llevé la copa a mis labios.—Él no es mi novio, es mi mejor amigo. Josh se encogió de hombros.—¿Y eso qué? ¿Acaso los amigos no se enamoran? No supe qué responder. Ante mi silencio él continuó.»Yo también miro a mi mejor amiga de la manera en que ese chico te mira a ti. Me guiñó un ojo y giró sobre sus talones para seguir preparando cócteles. En ese momento no entendí de qué hablaba. Negué con la cabeza, estaba loco. Narrador omnisciente.Alan nació en Nueva Jersey, pero cuando era pequeño se mudo a Valencia, España. Sus padres vivían en Nueva Jersey, su padre era ingeniero y su madre era chef, de ella heredó el gusto por la cocina, ya que se le daba muy
Su amigo lo invitó a un centro de conferencias y convenciones de contadores para presentarle al dueño de la empresa que le había mencionado. La convención era en Nueva Jersey, ese lugar que le traía recuerdos tan tristes. En ese lugar su amigo saludó a un amigo de él que estaba en compañía de una chica, su sonrisa era tan grande que hasta daban ganas de contagiarse de ella. Alan estrechó su mano.—Mucho gusto, me llamo Vanessa. Algo en esa chica le producía curiosidad, tal vez era esa sonrisa, aunque en ese momento no le prestó mucha atención. Fue después en esos tres días que se seguían cruzando una y otra vez. …La historia de Vanessa ya la conocemos, aunque su personalidad era totalmente opuesta a la de su hermana Alexia, incluso sus gustos, hasta su apariencia, ellas no se parecían en nada. Vanessa estaba enfocada primero en sus estudios y luego en su carrera, ella quería llegar tan lejos como lo soñaba, su motivación era saber que su padre estaba orgulloso de ella, y es que él
EL MARIDO DE MI HERMANA.Faltaba poco para el cumpleaños #25 de Luca, así que empecé a darle los últimos retoques al boceto donde lo dibujé; con esos ojos coquetos y sonrisa malvada, levanté el dibujo y lo observé durante unos segundos, había quedado igual. Solo me faltaba ponerlo en un hermoso marco y escribirle una dedicatoria en la parte de atrás, así que empecé a pensar que escribirle. Soy afortunada de tener en mi vida un salvavidas de grandes palabras y una sonrisa encantadora. Quiero estar siempre en tu vida, creando recuerdos hermosos. Te quiere tu chispita… ¿Me prestas tu mecha para encenderla? Ja,ja,ja,ja. Solté una risita malvada por lo último que puse, sin ese toque perderíamos el encanto. Esa dedicatoria definitivamente la tenía que leer en privado. Hablé con mi tía, ella me dijo que celebraría el cumpleaños en su casa, una cena familiar con amigos cercanos. Le dije a Luca que ese día no podía viajar a Pensilvania, se puso muy triste, pero como siempre lo entendió. P