Todos se callaron al instante, sus miradas se fijaron en mí. Me senté, Vanessa se sentó junto a mí.»Lo siento… —me disculpé, la razón no era por desmayarme y dañar todo, sino por gustarme su novio, por fantasear con un hombre que ahora era de otra, prohibido hasta los huesos para mí.Me pasó las manos por el cabello.—¿Segura que te sientes bien? Es mejor llamar a un doctor. —Estoy bien, seguro se me bajó el azúcar por no desayunar, hoy no he comido nada —intenté sonreír —, lo siento, me disculpo no quería arruinar este momento tan importante.—No seas tontita, no pasa nada, ¿verdad chiqui?Tendió su mano y él la tomó, seguí ese movimiento con la mirada y dolió.—Así es, lo importante es que estés bien.Se hincó para quedar a mi misma altura, pero yo me levanté de golpe. Doblé las manos detrás de la espalda tratando de ocultar la incomodidad.— Solo fue por no comer, estoy bien —sonreí —, no hay por qué preocuparse. Hay que celebrar, por fin conocimos al famoso chiqui.Todos soltar
Por alguna razón que desconocía los ojos se me rebozaron por las lágrimas, un nudo demasiado grande se me formó en la garganta impidiéndome respirar. —¿Quién es? —escuché la voz de Luca.La chica abrió la puerta del todo y entonces lo vi, solo tenía una pequeña bermuda, Luca levantó la mirada y al verme su gesto se alteró.—Chispita… —Susurró.Mi labio inferior tembló traicioneramente.—No quería interrumpir, no debí venir —susurré en un pequeño hilo de voz.Me miró a los ojos, en sus ojos vi lo mismo que había en los mios, un dolor tan profundo que no entendía. Giré y empecé a caminar.—Chispita, espera…Giré la cabeza y lo vi salir tras de mí, por alguna razón que desconocía en ese momento salí corriendo, ni siquiera tomé el ascensor, bajé por las escaleras, escuchaba su voz, pero no me detuve, no quería parar y por alguna razón desconocida había empezado a llorar mi corazón se apretó y en algún lugar de mi cuello empezó a palpitar una vena como si fuera a explotar.Mi corazón se
Nunca había visto unos ojos como esos; una mezcla de verde y marrón, e incluso dependiendo de la luz parecían amarillos como los de un lobo. Definitivamente uno de los colores más fascinantes y con más matices que existen. Las facciones de su rostro eran demasiado perfectas, sus pómulos, la barbilla bien definida, brazos grandes y fuertes, bajo ese uniforme ajustado se marcaba un cuerpo atlético. Por la expresión de su rostro parecía un chico frío como el hielo, pero cuando sonreía se le dibujaban unos perfectos hoyuelos, una sonrisa de sus labios carnosos que brillaban más que los rayos del sol. ¿Cómo era posible que se viera tan bien de las dos formas? Pensé; corazón podrías fijarte en él para olvidar al Mr Sexy. El bartender puso una copa delante de mí, sacudí la cabeza y regresé a la realidad.—Como eres nueva el primer trago va por cuenta del club —dijo con voz varonil, hasta su voz era linda.—¿Cómo sabe que soy nueva?—A este lugar vienen muchas personas todos los días —son
Narrador omnisciente.Alexia pido otra copa y cuando se tomó el último trago este le supo amargo, no sabía si era los efectos del alcohol o por el cóctel de emociones que le atravesaron el pecho. Algunos tipos intentaron acercarse, pero el bartender con un gesto y una mirada les dejaba claro que no lo hicieran. Mientras él seguía sirviendo licores por el rabillo del ojo observaba a la chica de ojos azules turquesa. Sentía empatía por ella, porque era muy evidente que no era una chica acostumbrada a tomar y si lo hacía era porque algo le estaba afectando. Alexia clavó la cabeza en la barra y se agarró del borde con fuerza, pues sentía que todo le estaba dando vueltas. Al igual que lo hacían todos esos pensamientos en su cabeza, de repente las lágrimas se empezaron a represar en sus ojos hasta que no pudo contenerse más y empezó a llorar. Alexia intentó levantar la cabeza para pedir otro trago, ya no podía ni sostenerla, solo hizo una pequeña señal con su dedo índice. Josh se acercó
.Alexia se alejó abruptamente, intentó cubrirse la boca, pero las arcadas eran incontenibles, así que Luca la tomó de los hombros haciendo que girara sobre sí, con su mano derecha enredó su cabello para que no se lo embarrara más. Mientras Alexia seguía devolviendo todo lo que se había tomado él buscó en su bolsillo una liga para el cabello; como se lo dijo un día, siempre andaba con una liga de cabello para recogerlo. Y así lo hizo.Él sabía que así ningún taxi iba a llevarlos, así que la tomó en brazos, cruzó la calle hasta llegar a un pequeño parque que estaba cerca. La dejó sobre un banco, Alexia no podía ni sostener la cabeza. Se quitó la camisa e intentó limpiarle la ropa y el rostro, mientras lo hacía dijo.—Debo estar loco o en definitiva quererte mucho para hacer esto. Por un momento Alexia abrió los ojos se lanzó a su cuello rodeándolo con los brazos y empezó a llorar. Luca la abrazó, como siempre lo hacía, tratando de entender el enredo de palabras que salían de su b
EL MARIDO DE MI HERMANA.Prólogo...No les pasa que a veces el destino es demasiado injusto, incluso parece que jugara con nosotros. Es muy complicado entender los designios del destino. Yo lo vi y dije; ese es el hombre de mis expectativas, empecé a albergar una ilusión en mi corazón y creé fantasías en mi cabeza donde solo existía él. Quise saber todo de él, trataba de coincidir en el mismo lugar como si forzara al destino a hacer lo que yo quería. Parecía la típica acosadora, el único problema era mi maldita inseguridad, no me atrevía a acercarme y cuanto según yo estaba segura de hacerlo, el destino jugó conmigo haciendo que no coincidiéramos en el mismo lugar.Llegué a pesar que tal vez aunque yo lo quisiera él no era para mí, empecé a perder la esperanza de saber quién era el chico de los tatuajes, tan misterioso y guapo. Entonces decidí analizar lo que decía mi mejor amiga, que lo que yo sentía se empezaba a volver una obsesión enfermiza y eso podía resultar muy peligroso, i
EL MARIDO DE MI HERMANA.Capítulo 1. Actualmente…Les contaré un poco sobre mí. Mi nombre es Alexia Barlier Dedman, soy la hija menor de Gabriela Dedman y Álvaro Barlier, también vivo con mi hermana Vanessa, ella es mayor que yo, me lleva siete años. Mis amigos dicen que mi personalidad se refleja mucho en mi rostro, según ellos tengo esa mezcla de ángel y demonio, con solo mirarme pueden saber que por naturaleza soy rebelde. Dicen que mi sonrisa tiene ese encanto de maldad, entre dulce y traviesa. Según ellos tengo el poder de llevarlos al cielo o al infierno. Mi amiga dice lo mismo, que con solo una sonrisa yo los invito a pecar porque tengo esa mezcla perfecta. Soy alta, tengo ojos azules claros y profundos como estanques de agua cristalina. Piel blanca, labios carnosos, color rosa al natural, cabello negro largo y digamos que un buen cuerpo, no me quejo. Nací en Pensilvania, pero mis padres se mudaron a Brooklyn cuando yo era una niña. Crecí lejos de la familia materna, no er
—Podría meterme en problemas con tus padres. Volví a sonreír.—¿Quién va a decirles? Puedo hacerlo en un lugar poco visible. Además, ¿cómo van a saber en qué lugar lo hice? Se rascó el cuello.—¿Ya sabes qué tatuaje quieres?Le regalé una pequeña sonrisa. Tomé el boceto y le mostré los que más habían llamado mi atención, pero estaba muy indecisa. »¿En qué lugar lo quieres? —En la parte posterior del hombro derecho. —Ok —me miró. Justo en ese momento salió de la parte trasera del salón el amor de mi vida, un tipo esculpido por los mismísimos dioses. Le sonrió al tatuador, nos miró y saludó con un movimiento de cabeza, ninguno de mis sentidos respondieron en ese momento. —Ya te dejé la sala lista allá atrás, ¿quieres que te ayude con algo más? —le preguntó el tipo Mister sexy. —Sabes que sí. Necesito que asesores a esta hermosa señorita —me señaló—, que aún no se dice por un tatuaje, ¿cuál crees que le quede mejor?Dejó una pequeña palmadita en su hombro y asintió. Me miró y l