—¡Lacie! —gritó y como si fuera un eco a su grito, se escuchó un gran estruendo, al mismo tiempo que se detenía un camión.No podía dar crédito a lo que veían sus ojos, se estaban llevando a la pequeña Lacie y no podía hacer nada para detenerlos.—No, no, por favor, dejen a la niña, por favor, por favor, no se la lleven —suplicaba, pero las personas enmascaradas subieron al auto y finalmente perdió la consciencia y los ojos se le cerraron.*****La pequeña Lacie no dejaba de llorar, mientras era llevada por esa mujer, sintió una arcada al ser cubierta por esa manta con olor a rancio.—¡Cállate mocosa! Si no lo haces te voy a cortar la lengua —amenazaba la mujer furiosa.La niña trataba de contener el llanto, pero no podía.—Quiero a mi papi, a mi mami, y Joaquín y Aura, a Eton y todos mis hermanos —sollozó, pero Leonor no sentía ni siquiera un poco de compasión por la pequeña.—Pues lamento decirte que vas a tener que seguir llorando porque nunca jamás lo vas a volver a ver ¿Sabes por
—Se que no le fallarás a la mocosa —dijo Leonor con burla—. Te encantará el recibimiento que he preparado para ti, de una amiga a su gran amiga, te aseguro que no te arrepentirás —dijo la mujer en tono malicioso, porque había planeado ejecutarla—. Te agradezco no llamar a la policía y venir sola a la dirección que te enviaré a tu celular. Espero no me falles, aunque es tu decisión, recuerda que, si no cumples con tu palabra, ella morirá, como esa otra muchachita, como se llamaba ¡Qué casualidad! También era Lazie… — Dicho eso colgó la llamada, Maya vio a Arion parado en la puerta y se quedó viéndolo —Debo ir para salvar a Lacie. —Lo sé, pero ni loco te dejaré ir sola… iré contigo, y llamaré a Guido y a Felipe —dijo Arion.Rápidamente, llamó a Felipe y le comunicó lo que había pasado.“—Dame unos minutos, nos falta poco para llegar, ustedes no pueden ir solos” dijo colgando la llamada. Diez minutos después ellos llegaban al mismo tiempo que Maya recibía el mensaje de Leonor, con la
Dos años después Habían transcurrido dos años desde que la pequeña Lacie, había sido secuestrada, fue un año muy duro, debió someterse a terapia para que pudiera superar los difíciles momentos que significó el secuestro para ella, las primeras semanas fueron duras, casi no hablaba, no quería que nadie se le acercara y solo quería la compañía de Maya. A medida que el tiempo pasó con paciencia y amor, se fue recuperando y ya estaba en ese momento reía a carcajadas porque sus hermanos mayores le hacían de payasos, seguía siendo la consentida de la familia, el pequeño tesoro. El haber estado a punto de perderla, hizo crecer más el amor y la sobreprotección hacia ella, quizás algunos dirían que hicieron mal, porque la vida de Lacie se daba en el interior de los muros de la mansión de los Aetón, pero el miedo muchas veces te hace tomar decisiones que quizás con el tiempo se puedan llegar a lamentar. Aunque el pasado parecía haber quedado atrás, en sueños a veces revivía lo ocurrido aqu
La familia caminaba por la arena suave de la playa de Florida, habían decidido hacer un viaje en familia y alquilar una pequeña, pero elegante posada para toda la familia.Eran una familia feliz, una familia grande que estaba rodeada de amor. Cautivados por la paz y el silencio, por los colores, el olor y las sensaciones, todos caminaban felices por la playa. El mar era un cuadro de colores, pero sobre todo de tranquilidad que deleitaba todos sus sentidos.Las olas rompían en las conchas brillantes del mar azul, que se fundían con el cielo. El sol brillaba a lo alto y arrancaba destellos de los charcos de agua, con rayos de luces, que reflejaban imágenes de la familia, como si fueran espejos.Las gaviotas y los buitres planeaban el cielo y los pájaros marinos revoloteaban sobre las olas del mar. El sol brillante y las olas de agua salpicando sobre la arena caliente.A lo lejos se observaban los barcos danzando como criaturas fabulosas por encima de un paisaje de absoluta belleza, la f
Arion Aetós, se bajó del auto con una expresión pétrea, caminó con paso firme hacia el panteón donde sería la última morada de su padre, mientras lo hacía más de diez guardaespaldas lo rodearon, para brindarle protección, no era para menos, el griego era considerado uno de los hombres más influyentes y poderosos de Europa, además, que durante los últimos años fue objeto de varios atentados, por lo cual redobló su seguridad, no le daría ningún espacio a sus enemigos para atacarlo y destruirlo, por lo menos fácil no se los iba a poner. Con paso firme caminó al sepulcro de su padre, por más intentos de controlar sus emociones estas bullían como una olla de presión en su interior, lamentaba profundamente haberse apartado de su lado por completo, exactamente fueron quince años de ausencia, quizás pudo haber intentado un acercamiento, sin embargo, la brecha entre ellos se profundizó cuando se casó con Maya Sinclair, una mujer con rostro de inocencia y cuerpo de perdición, una trepadora, que
La chica lo observó por un momento, con una leve expresión de duda, entreabrió los labios, mas antes de poder hablar, el hombre se acercó como si se tratara de un depredador con su presa.—Quien calla otorga —expresó con voz ronca.Sin mediar más palabras, capturó sus labios, si ella quería decirle que no, nunca se supo por qué al sentir su boca en la suya, Afrodita no tuvo nada que objetar y se abandonó a sus besos, sintió el fuego propagarse en su interior y acumularse en su bajó vientre.Cerró el ascensor y la recostó de la pared, la besó con fiereza, mientrasrecorría su cuerpo, acariciando con suavidad su piel, era una sensación sublime que nunca había sentido. Sintió la tímida mano de la mujer recorrer su pecho y los latidos de su corazón se aceleraron.Las puertas del ascensor se abrieron y lo devolvieron a la realidad, sin embargo, no la bajó, caminó con ella entre sus brazos a su suite, colocó la huella de su dedo en el lector y al abrir la puerta caminó hacia el dormitorio, l
Maya, luego de salir de su asombro, vio a Theodore con una expresión de molestia, y a sus amigas con rabia mientras las cuestionaba mentalmente «Para tener amigas como esta, mejor no tener ninguna», se dijo, sin embargo, no estaba dispuesta a dejarse intimidar, porque si lo permitía ahora, en el futuro, estaría jodida pensó con mucho acierto.—Era mi despedida de soltera… tengo derecho a pasarla como me dé la gana, ¿Tienes alguna objeción? —inquirió en tono imperativo—. Porque si es así, todavía estás a tiempo de arrepentirte, tú sabes que… —antes de ella continuar hablando, el hombre se acercó.—Maya, sabes que nunca voy a limitarte… siempre podrás hacer lo que desees, solo quiero que estés bien, cuidarte y que seas feliz, tu padre lo habría querido —pronunció acariciando suavemente su mejilla, el contacto del hombre, en su rostro le causó repulsión y se alejó de manera discreta, simulando su expresión de asco.—Bueno, te dejo para que te pongas hermosa, nos vemos en la iglesia, te t
Maya caminó al altar por inercia, en más de una ocasión, tuvo ganas de salir corriendo, al pensar en ese viejo tocando su cuerpo, y ahora menos cuando conservaba en su piel, en su boca, el sabor y tacto de Eros, sin embargo, no podía echarse atrás, debía seguir adelante, estaba clara que el dinero lo era todo, era el combustible que movía al mundo, incluso desde lo sucedido… lo ponía por encima del amor.Después de dar el sí en el altar, cuando Theo quitó el velo de su rostro, tuvo una sensación de que alguien la observaba, giró el rostro y vio a Eros, pero lo más sorpresivo fue escucharlo decir.—¡No! Esto no puede ser verdad.No pudo evitar la sorpresa inicial de verlo, sin embargo, al ver su actitud, tuvo miedo que dijera algo sobre su encuentro, una cosa era que su ahora marido hubiera sospechado que estuvo con alguien y otra muy distinta es que comprobara con quien estuvo, por eso tomó el ruedo de su vestido de novia y caminó hacia Eros, dejando a su ahora esposo en el altar.—¿Q