La doctora le explicó los pros y contras de interrumpir el embarazo, pero ella insistía en que quería hacer eso.Al final Maya le pidió a la doctora que por favor le colocara una cita, porque quería someterse a un procedimiento para interrumpir el embarazo lo más pronto posible, se la dieron para dentro de los dos días siguientes.Salieron del consultorio y subieron al auto, pero Maya se dio cuenta de que Arion estaba muy taciturno, no había dicho nada desde que salieron del médico.—Arion, ¿te encuentras bien? —preguntó ella y él asintió con la cabeza.—Sí… solo estoy un poco agotado.—No es eso, te conozco, es que no quieres que interrumpa el embarazo ¿Verdad? —inquirió ella sin dejar de verlo.—¿Qué harías si no estuviera de acuerdo contigo? —preguntó Arion a su esposa para sorpresa de ella.—No lo sé… quizás lo tendría —dijo ella con un suspiro.—Yo… —hizo una pausa tratando de encontrar las palabras adecuadas—. Yo acepto tu decisión y prometo apoyarte… entiendo tu miedo, pero no
Los meses fueron pasando, el embarazo de la pequeña Lacie, no le produjo ningún otro malestar a Maya, porque después de los primeros días no tuvo ningún otro síntoma, si no fuera por el bulto en su vientre, ni siquiera hubiera pensado estar embarazada. A diferencia de los gemelos, esta vez sí quisieron hacer el eco del bebé, por eso ya sabían que era una nena y estaba en perfectas condiciones.Los niños la esperaban felices, le quisieron decorar su habitación ellos mismos, Dionisio y Diógenes, le hicieron un mural en las paredes, se trataba de un castillo con una princesa sonriente con su cabello suelto al viento y un príncipe que llegaba a buscarla. Todos estaban emocionados, ellos decían que Lacie se merecía lo mejor, incluso en su inocencia, decían que Dios, les había mandado de nuevo a Lacie como su hermanita.Maya estaba en el jardín y se acariciaba la panza, con un poco de remordimiento, no había día en que no le pidiera perdón, y le dijera que la amaba.—Lo siento mi niña, mamá
Empezaron la búsqueda de la niña, y esos fueron los peores momentos de angustia que la familia Aetón pudo vivir, mientras Arion se incorporaba a la búsqueda, Maya se quedó en la casa pendiente de alguna llamada de alguien que pudiera decirles el paradero de su hija.Se sentó en la sala sin poder contener las lágrimas producto de la tristeza de su corazón. El resto de los niños no la dejaron sola, se sentaron en el piso alrededor de ella con sus miradas tristes.El primero en interrumpir el silencio fue Eton.—Mamá, ¿Vamos a perder otra vez a esta Lacie? —interrogó el niño con sus inocentes ojos llenos de miedo.Ella no lo sabía, pero quería creer que su hija estaría bien, la vida no podía ser tan cruel con ella, para quitársela cuando ella había decidido tenerla y amarla.—Va a aparecer tu padre la traerá sana y salva… solo nos queda esperar y pronto la tendremos en nuestros brazos.Entretanto, Arion se sumó a la búsqueda con la policía, de hecho, llamó a Guido y a Felipe, con quién h
—¡Lacie! —gritó y como si fuera un eco a su grito, se escuchó un gran estruendo, al mismo tiempo que se detenía un camión.No podía dar crédito a lo que veían sus ojos, se estaban llevando a la pequeña Lacie y no podía hacer nada para detenerlos.—No, no, por favor, dejen a la niña, por favor, por favor, no se la lleven —suplicaba, pero las personas enmascaradas subieron al auto y finalmente perdió la consciencia y los ojos se le cerraron.*****La pequeña Lacie no dejaba de llorar, mientras era llevada por esa mujer, sintió una arcada al ser cubierta por esa manta con olor a rancio.—¡Cállate mocosa! Si no lo haces te voy a cortar la lengua —amenazaba la mujer furiosa.La niña trataba de contener el llanto, pero no podía.—Quiero a mi papi, a mi mami, y Joaquín y Aura, a Eton y todos mis hermanos —sollozó, pero Leonor no sentía ni siquiera un poco de compasión por la pequeña.—Pues lamento decirte que vas a tener que seguir llorando porque nunca jamás lo vas a volver a ver ¿Sabes por
—Se que no le fallarás a la mocosa —dijo Leonor con burla—. Te encantará el recibimiento que he preparado para ti, de una amiga a su gran amiga, te aseguro que no te arrepentirás —dijo la mujer en tono malicioso, porque había planeado ejecutarla—. Te agradezco no llamar a la policía y venir sola a la dirección que te enviaré a tu celular. Espero no me falles, aunque es tu decisión, recuerda que, si no cumples con tu palabra, ella morirá, como esa otra muchachita, como se llamaba ¡Qué casualidad! También era Lazie… — Dicho eso colgó la llamada, Maya vio a Arion parado en la puerta y se quedó viéndolo —Debo ir para salvar a Lacie. —Lo sé, pero ni loco te dejaré ir sola… iré contigo, y llamaré a Guido y a Felipe —dijo Arion.Rápidamente, llamó a Felipe y le comunicó lo que había pasado.“—Dame unos minutos, nos falta poco para llegar, ustedes no pueden ir solos” dijo colgando la llamada. Diez minutos después ellos llegaban al mismo tiempo que Maya recibía el mensaje de Leonor, con la
Dos años después Habían transcurrido dos años desde que la pequeña Lacie, había sido secuestrada, fue un año muy duro, debió someterse a terapia para que pudiera superar los difíciles momentos que significó el secuestro para ella, las primeras semanas fueron duras, casi no hablaba, no quería que nadie se le acercara y solo quería la compañía de Maya. A medida que el tiempo pasó con paciencia y amor, se fue recuperando y ya estaba en ese momento reía a carcajadas porque sus hermanos mayores le hacían de payasos, seguía siendo la consentida de la familia, el pequeño tesoro. El haber estado a punto de perderla, hizo crecer más el amor y la sobreprotección hacia ella, quizás algunos dirían que hicieron mal, porque la vida de Lacie se daba en el interior de los muros de la mansión de los Aetón, pero el miedo muchas veces te hace tomar decisiones que quizás con el tiempo se puedan llegar a lamentar. Aunque el pasado parecía haber quedado atrás, en sueños a veces revivía lo ocurrido aqu
La familia caminaba por la arena suave de la playa de Florida, habían decidido hacer un viaje en familia y alquilar una pequeña, pero elegante posada para toda la familia.Eran una familia feliz, una familia grande que estaba rodeada de amor. Cautivados por la paz y el silencio, por los colores, el olor y las sensaciones, todos caminaban felices por la playa. El mar era un cuadro de colores, pero sobre todo de tranquilidad que deleitaba todos sus sentidos.Las olas rompían en las conchas brillantes del mar azul, que se fundían con el cielo. El sol brillaba a lo alto y arrancaba destellos de los charcos de agua, con rayos de luces, que reflejaban imágenes de la familia, como si fueran espejos.Las gaviotas y los buitres planeaban el cielo y los pájaros marinos revoloteaban sobre las olas del mar. El sol brillante y las olas de agua salpicando sobre la arena caliente.A lo lejos se observaban los barcos danzando como criaturas fabulosas por encima de un paisaje de absoluta belleza, la f
Arion Aetós, se bajó del auto con una expresión pétrea, caminó con paso firme hacia el panteón donde sería la última morada de su padre, mientras lo hacía más de diez guardaespaldas lo rodearon, para brindarle protección, no era para menos, el griego era considerado uno de los hombres más influyentes y poderosos de Europa, además, que durante los últimos años fue objeto de varios atentados, por lo cual redobló su seguridad, no le daría ningún espacio a sus enemigos para atacarlo y destruirlo, por lo menos fácil no se los iba a poner. Con paso firme caminó al sepulcro de su padre, por más intentos de controlar sus emociones estas bullían como una olla de presión en su interior, lamentaba profundamente haberse apartado de su lado por completo, exactamente fueron quince años de ausencia, quizás pudo haber intentado un acercamiento, sin embargo, la brecha entre ellos se profundizó cuando se casó con Maya Sinclair, una mujer con rostro de inocencia y cuerpo de perdición, una trepadora, que