190. BUSCANDO SOLUCIONES

Ariel miró a su madre desconcertado, luego a Camelia, que bajó la mirada cada vez más confundida y sin esperanzas. El anciano abogado Oviedo, aunque estaba retirado y había delegado casi todo en Oliver, toma la palabra. El señor Rhys lo había llamado por la mañana para que juntos arreglaran todos los permisos rápidamente. Aclara que si Mailen consintiera en firmar el divorcio de mutuo acuerdo, este sería efectivo de inmediato. Pero, como les explicó Oliver, con un hijo de por medio y conociendo todo su historial de obsesión con Ariel, estaba seguro de que ella no lo haría.

—Creo que esa mujer va a exigir muchas cosas, empezando por la manutención del niño desde que nació, y alargará todo lo que pueda el proceso del divorcio antes de firmar —afirma Oliver con frustración—. La conocemos muy bien; ella no cederá tan fácilmente. Te t
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