—¡Sabía que lo encontraríamos! —exclama Sarah. Por favor, dile a la niña de la fotocopiadora que, sin dañarlo, me regale dos copias y dile a Peter que se apure que vamos a llegar tarde al curso prenatal. —Pero Sarita, ¿acaso tu esposo no llegó ya? —pregunta el Pequeño Juan. —No nos quieren acompañar —menciona mientras acaricia su vientre y sus ojos se empañan. El hombre rasca su cabeza. —Enana, por supuesto, que queremos ir… Y hasta la sala de maternidad, si así lo deseas. —Ven, bebés, los tíos los aman y eso que no les hemos dicho que hoy iremos de compras. —Voy por Peter —dice el Uruguayo, saliendo con cara de velorio, mientras ella ríe. —¡Qué comience la batalla!, Estoy segura de que ganaré por goleada —habla en voz alta para sí. En la sala de copias. —Señorita, me regala cuatro copias, dos me las entrega a mí y dos a la jefa — le dice a la chica de la fotocopiadora. Él también quiere leer ese libro y asume que Peter deseará lo mismo. …… El teléfono móvil de Sa
Horas más tarde ingresan a un condominio de casas lujosas en una de las zonas más exclusivas de Berlín.—Señor Scott Martín, creo que se confundió de dirección, ¡aquí no vivimos! ¿O acaso me lleva a la casa de alguna tiniebla? —Cuestiona Sarah cerrando el entrecejo, mientras observa que las construcciones son nuevas y la mayoría de las residencias están desocupadas.—No la traiciono ni con el pensamiento, señorita Smith Williams, futura señora de Scott… por favor deja de ser tan ansiosa y espera un momento.Se estacionan frente a la tercera casa, es enorme; tres plantas, zonas verdes alrededor, piscina, 4 garajes, 8 habitaciones, cada una con su baño privado, una enorme sala, con espacio abierto hacia el comedor, la cocina cerrada y un gran estudio. Rodeada de grandes ventanales. —Mi amor, te hago entrega de las llaves de tu nuevo hogar —lo observa y por un momento se queda paralizada, hasta que él la toma de la mano atrayéndola a su cuerpo—. ¿Dime si no te gusta?—¡Es hermosa! Me ha
Un nuevo día asoma, Sarah duerme sobre el pecho de su hombre y sus piernas entrelazadas. Lukas la mira y acaricia su tierno rostro; ella realmente se adueñó de cada parte de su vida y ahora le sería imposible vivir sin su risa. Saber que la tuvo tan cerca y casi la pierde lo hace recriminarse, por ello acepta cada una de sus pruebas. La muerte de sus padres es algo que no podrá cambiar, pero el que su familia esté allí acompañándola la hará sentir amada, ya que ellos la adoran. Esa diablilla les robó el corazón desde que llegó a sus vidas. Tocan la puerta, mira su reloj y se da cuenta de que es casi mediodía. Se levanta, se coloca una bermuda y una playera; llama con delicadeza a Sarah junto con pequeños besos en su vientre para que despierte. —Buenos días, mi princesa y mi príncipe — les habla a sus hijos acariciando el abdomen plano de su chica. —Me voy a poner celosa —menciona Sarah en medio de un puchero. —Mi vida, si tú eres la reina del inframundo — abre enorme los ojo
El día de la reinauguración ha llegado, en las horas de la mañana se prepararon actividades para los pequeños. Títeres, cuentos y juegos… de acuerdo con el pedido de Patricio.Montse agregó que todos fueron disfrazados, para así los pequeños se sintieran más cómodos y con ganas de explorar. Ella se disfrazó de Florecita, con su vestido de flores rosado, el sombrero, guantes del mismo color y sus orejas de conejo. Para Patricio adquirió un traje elegante como el de Albert el Conejo Cascarrabias. Su sombrero, chaleco, corbatín y zapatos bien lustrados, obviamente las orejas de conejo no podían faltar.Patricio se siente emocionado, no sabía que esa pequeña historia había llegado a manos de Montse, además de que fue la primera vez que se atrevió a reconocer lo que sentía por su gran amor. Por eso su obra, tiene un gran significado.—Nunca pensé ver en escena ese pequeño cuento. ¿Cuándo lo encontraste? ¿Y por qué no me lo contaste? —pregunta el Alemán con los ojos llenos de amor.— No fui
—¿Qué hace ella aquí?—le pregunta Montse a Sarah, señalando en la dirección donde está su esposo. No puede disimular su malestar, está que echa fuego. Susan es la mujer de la cual pensó que Patricio estaba enamorado. La muy zorra trae un vestido que deja poco a la imaginación, con innumerables transparencias. Le coquetea de manera descarada a su hombre. —Susan Meyer, es la representante del diario El Nuevo Milenio —responde Sarah tratando de suavizar el ambiente, ya que sabe que por el rostro de su amiga está a punto de descuartizarla. —No me quedaré mirando cómo la muy atrevida quiere devorar a mi esposo —así que se acerca sigilosamente, lo abraza y le da un cálido beso. Marcando su territorio, luego mira a la mujer frente a ellos—. Hola, mi amor, espero no haberte hecho esperar demasiado. —La espera valió la pena, te ves espectacular, seré la envidia de todos los hombres del lugar al tener una esposa tan sexy —le susurra al oído, dándole un pequeño beso en el cuello. Susan carr
—¡Quema todo y que no queden ni cenizas! —brama, un hombre tras el teléfono—. Has perdido el toque, nena, no puedo creer que te haya quedado grande llevar a la cama a Patricio. —Esa mosca muerta de Montserrat, llegó y se interpuso en mi camino, además de que la idiota de su amiga me humilló —menciona Susan mientras la toma sin delicadeza y la coloca de cara contra el escritorio, penetrándola por el trasero. —Pero no te dijo nada de que no fuera cierto, eres una putica, espero que el imbécil de Lukas Scott, no quiera tomar partido. Porque tú me las pagarás al traerme otro obstáculo más en mis planes —dice el hombre mientras la embiste con fuerza y le jala el cabello para que lo mire. En los ojos de Susan se puede ver el miedo que le tiene, como si observara a un demonio. —Yo lo solucionaré, te lo prometo — dice con voz temerosa. —Eso espero, quiero que le ruegues y así tengas que arrastrarte consigas un puesto en la editorial — dice el hombre entre jadeos. —Mañana lo haré
Sarah ha comenzado su licencia de maternidad y Lukas anda más sobreprotector que nunca. Quiere mantenerla en la recámara para que no se esfuerce, pero eso hace que ella sienta que el aire le pese. Necesita salir de la habitación y tomar un poco de aire fresco. Se dirige al despacho y sobre la mesa observa las copias del Libro por el cual Montserrat se enamoró de Patricio. Lo pospuso para luego, ya que había tantas cosas que planificar, pero al fin tiene el tiempo de leerlo. Lo toma y se dirige al jardín, se sienta en el sillón reclinable. Lukas llega con jugo, los coloca sobre la mesa, besa su vientre abultado y se acomoda a su lado.—¿Quieres que te lo lea? — le pregunta Lukas, tomando el libro. Ella asiente con una sonrisa y se acomoda sobre el pecho de su amado esposo.Lukas abre el libro y comienza a leer.EL SECRETO DE LA OSCURIDAD¿Saben por qué amo la oscuridad? Porque es mi aliada, la que me permite estar a su lado, escuchar su respiración y susurrarle al oído cuanto la amo,
Vidar Thorsen, de descendencia Noruega, murió a la edad de 29 años. En el año de 1066, en la guerra vikinga, en la batalla del puente de Stamford, en la caída del rey Harald el Despiadado, cuando intentaban tomar posesión del territorio de Inglaterra.Su pecho fue atravesado por la espada de uno de los soldados del frente contrario y su cuerpo acopilado en una montaña de cadáveres, listo para ser incinerado. Lo despertó el calor y el olor a carne podrida. Como pudo, se abrió paso y salió de ese lugar, aprovechando el descuido de los soldados y corrió a través del bosque, con sus piernas temblando y su corazón acelerado, no dejó de correr hasta que se sintió seguro.Después de varios meses de caminar para llegar a su aldea, sobreviviendo de lo que la naturaleza le propinaba. Lo logro encontrándose con la peor escena, los pocos hombres que yacían en aquel lugar habían sido colgados y las mujeres junto con los niños encerrados en una de las chozas donde fueron quemados, así siendo borra