Mi amado y querido John.Han pasado meses desde nuestro último encuentro; sin embargo, recuerdo todo como si fuera ayer.No olvido cuando caminábamos juntos en el parque en un hermoso día de primavera. El embriagante y exquisito olor de las rosas que me acababas de dar, sintiendo tu cálida mano junto a la mía, haciéndome sentir como la mujer más afortunada y amada del mundo. A la vez tus pequeñas caricias sobre mi rostro me brindaban seguridad, ya que sabía que estabas a mi lado para protegerme.¡Cómo ruego por poder regresar a esa primavera de 1938 y quedarnos ambos en ese momento para siempre! Estábamos a tan pocos días de nuestra boda.Tenía mi vestido listo, anhelaba que llegara ese día para ser uno mismo, formar una linda familia, envejecer a tu lado y que nunca nadie nos separase.Pero inició todo este caos alejándome de ti. No pude ir a despedirme porque, cuando mi padre regresó, nos obligó a tomar todo e irnos… Por más que le rogué que me diera la oportunidad de volver y verte
Bremen; 15 de Agosto de 1943 Para: Karl Bauer De: Adelheid (Heidi) Koch Amado y adorado Karl, te escribo estas líneas, deseando fervientemente que la misiva, esta vez, sí llegue a tus manos y también que puedas responder. Cada segundo que pasa mi corazón se sobresalta y las noticias no me alientan, sigo escribiéndote confiando en que te estén llegando mis cartas, pero no recibo respuesta de tu parte, me entristece pensar que me has olvidado o te haya pasado algo peor. No veo cercano el día en que esta guerra acabe y pueda finalmente tener noticias de ti, mi corazón vive con miedo de que toquen a la puerta, notificando que no volverás. El terror que siento cuando escucho las sirenas que preceden los bombardeos no se compara con la angustia de no saber de ti. Quisiera ver tu cara y que pudiera decirte esto personalmente, pero la guerra no nos da tregua. De esa única noche en que nos entregamos y me hiciste tu mujer, me dejaste un maravilloso regalo que me llena de alegría,
Segunda compañía1.ª divisiónSoldado Walter CoreyAbril de 1914Querida mamáEstos días han sido muy lluviosos, el clima es una porquería, tengo barro hasta en mis pelotas. Sí, lo sé, mamá, no debí escribir groserías, disculpa. ¡Te extraño mucho! Añoro tu comida, esos panecillos calientes con queso y mantequilla, el delicioso chocolate caliente con malvaviscos y tu hermosa sonrisa, es lo que más anhelo en este instante.Han pasado tres meses en que no sé de mi hermano, nos separaron por compañías y divisiones. Él quedó en la primera compañía y yo en la segunda. Sin él, dándome fuerza y apoyo, me siento perdido. Pregunté al capitán, pero tampoco sabe, solo espero que esté bien.Todos los días me preguntó: ¿por qué tenemos que estar en esta estúpida guerra? ¿Por qué tuvimos que dejar a nuestras familias para vivir esto? Ya quiero que termine, quiero regresar a tu lado, madre, quiero estar con mi familia, como antes, limpiando el granero, ordeñando a las vacas, cosechando el maíz, extra
Las cartas de las escritoras mostraron una cruel realidad de lo que se vivió en la peor de las guerras de la humanidad. Las lágrimas de los espectadores no se pudieron contener, ya que los sentimientos narrados y la representación de la desolación, desesperación y tristeza de los jóvenes que allí pelearon lograron llegar al corazón del auditorio. En el escenario, un joven vestido de soldado, con los ojos llenos de lágrimas, se preguntaba por qué formaba parte de aquella catástrofe. Con un papel en las manos y un trozo de carbón, plasmaba sus sentimientos, con la esperanza de que esas palabras llegaran a su destinatario. La tensión en sus gestos y la desesperación en su mirada mostraban su anhelo de reencontrarse algún día con sus seres queridos; mientras el sonido de explosiones lejanas resonaba, haciendo temblar el escenario y el corazón de los espectadores.Con el deseo de salir vivos de esa carnicería sanguinaria. Esas palabras representaban el deseo y el temor de millares de hom
6 años han pasado desde aquel reencuentro entre Patricio y Montse. Su boda religiosa ha llegado. Sarah y sus cuñadas le organizaron la despedida de soltera. Esta vez, han planeado meticulosamente cada paso. Las anteriores algo fallaba, pero en esta esperaban con ansias poder escabullirse de la vigilancia de sus caballeros. Realizaron una lista para no olvidar nada, con ideas que aportaron. El plan no puede fallar. El día anterior se aseguraron de que las asistentes de sus esposos agregaran dos reuniones más. Adelantaron el viaje a la isla privada en Maldivas, un paraíso. Llevan a los niños al viaje para poder despistar a sus hombres. Contrataron personal extra para sus pequeños torbellinos. ¿Qué podría salir mal? Si cada detalle había sido calculado. Los caballeros van un paso adelante. La actitud complaciente y anegada de sus esposas, los ha colocado sobre aviso. Lukas sobornó a sus pequeñas para que lo tuviesen al tanto de cada paso que su madre diera. Patricio hi
La decoración de la boda está en color azul rey, todo luce muy elegante, delicado y sofisticado. La ceremonia será como lo soñó la novia, será a la orilla del mar. La flor que sobresale es el lirio de cala, acompañado de rosas azules rey. Montse luce un vestido ajustado. Permitiendo que su perfecto trasero sobresalga. Es un vestido tipo sirena; la parte superior es de color capuchino, espalda semi descubierta, bordado elegante y delicado. En la recámara de Montse. —Amiga, estás preciosa. Creo que Patricio te va a secuestrar, tan pronto termine la ceremonia —manifiesta Sarah abrazándola con cariño. —Muchas gracias, pero tú no te quedas atrás ese vestido; te queda espectacular —respondió Montserrat sonriendo. Sarah, al igual que las damas de honor, está vistiendo un vestido largo de gala color azul rey, busto con escote profundo, tiras cruzadas en la espalda y abertura en la pierna. —Montse, felicitaciones, ha llegado la hora. Ahí viene tu padre. Nosotras nos vamos adelanta
—Felicitaciones, no puedo creer que estés hoy como portada en la revista más prestigiosa del mundo —Patricio toma la revista en sus manos y suspira—. Déjame decirte que me contaba dentro de las personas que no daban un dólar por ti —manifiesta Sarah. Él sonríe y viaja en su mente al día en que su vida cambió. …5 años atrás… El semblante pálido y apesadumbrado del joven, de 25 años, muestra su incertidumbre ante la vida. —Te lo dije mil veces, que vendieras la editorial, que redujeras el personal del castillo, pero no escuchas y ahí tienes las consecuencias — vocifera el abogado de la familia. Mientras, Patricio deja caer su cuerpo sobre el sillón y toma su rostro con las dos manos. Siempre pensó que las finanzas estaban mejorando, le a inyectado tanto dinero al negocio familiar. —¿Qué voy a hacer ahora? —pregunta sin levantar la cabeza, sintiendo el aire pesado y costándole respirar. —Como primera medida, lo que haremos es desalojar el castillo; lo colocaremos en venta y con el d
Patricio se dirige a la editorial en su BMW de colección. La distancia es de tan solo 30 minutos. Su castillo, al igual que la sede principal, queda en el centro de Berlín, en Mitte la zona más exclusiva. Omar, su conductor, quien lleva casi 40 años con la familia, conoce de memoria la ruta, era la que realizaba a diario con los señores Reimann. El área por donde ingresa es una zona privada para los dueños, así que solo es visto por el vigilante, quien conoce el vehículo y le permite el ingreso. Omar parquea el automóvil frente al ascensor. Patricio le pide que lo espere, no tiene pensado tardar mucho tiempo, desciende y se dirige a la caja de metal que lo llevará directamente a su oficina. Utiliza su huella y reconocimiento facial que le permite acceder a este. El ascensor se eleva hasta el último piso. La última vez que realizó ese recorrido fue junto a sus padres. Recuerda que estaban muy emocionados, acababan de ganar una enorme cifra de dinero con las 10 últimas novelas que