Cuando llegaron, el hotel era lujoso y elegante, la habitación estaba decorada con rosas y velas, creando un ambiente romántico. Cristal se sintió como una princesa, y él como un gran señor en un castillo. Joaquín miró a Cristal con una mezcla de amor y ternura en sus ojos, ella era lo más maravill
Se quedaron un rato más en la cama, él dándole suaves besos, mientras ella suspiraba de placer, ambos disfrutando de la calidez de su amor. Luego, se levantaron y se prepararon para desayunar, para después irse de viaje de su luna de miel, habían dejado a su hijo con sus tíos Conrado y Salomé. De
Conrado y Salomé estaban sentados en un banco del jardín tomados de la mano mientras veían a sus hijas jugar con sus muñecas. Con la otra mano él acariciaba el prominente vientre de su esposa. —¿Te sientes bien? ¿No te duele nada? —interrogó un preocupado Conrado. —Estoy perfectamente, con un ant
Mientras tanto, Graymond ayudaba a Fabiana a combinar sus accesorios. Las niñas estaban muy felices compartiendo ese momento junto a su abuelo y sin duda disfrutando de su compañía.—Abuelo, vamos a jugar al escondite en el jardín —propuso Grecia y el hombre asintió. Inmediatamente, las niñas co
Las dos niñas de un poco más de cuatro años, Fabiana y Grecia, le abrieron paso al cortejo nupcial, una de ellas regando flores a lo largo del pasillo de la iglesia que daba al altar, la otra llevaba una pequeña cajita en sus manos que contenía una vela que se debía encender para sellar el compromis
De allí se fueron al salón donde se llevaría a cabo la fiesta, cuando entraron la celebración estaba en pleno apogeo, cuando entraron los novios, los invitados se acercó para felicitarlos y brindar por su amor. Dino, aunque era un poco tímido, decidió decir unas palabras a su esposa, y a Adriana,
Mientras bailaban no dejaban de sonreír, la felicidad era palpable, hasta que de pronto sintió que alguien lo tocaba por detrás y al ver se trataba de Adriana. —¿Quieres bailar con tu hija? —preguntó y tanto Julia y Dino se sorprendieron de las palabras de la niña, y como él no reaccionaba, la pequ
Conrado y Salomé llegaron a su habitación luego de acostar a las niñas, habían disfrutado de la fiesta de boda de sus amigos, ella se sentó en el espejo a desmaquillarse, cuando sintió las manos de su esposo masajear su cuello y hombros. Ella suspiró de placer y se recostó un poco hacia su esposo,