CAP 2 ACCIDENTE

La mañana fue tranquila, Marina terminaba sus clases, recogió sus cosas para después despedirse de sus alumnos y compañeros, ella se iría directo al hospital.

Al llegar tomó su turno y se sentó en una de las sillas del pasillo, observó a otras mujeres con sus vientres abultados y sonrió, minutos después el doctor la llamó para que entrara al consultorio.

“Buenas tardes doctor”. Ella saludó al hombre mayor.

El doctor sonrió amable. “Buenas tardes, me dice en su expediente que ha tenido malestares”.

Ella afirmó. “Si. Náuseas y vómito, algunas comidas no las tolero, creo que estoy embarazada, pero quería confirmarlo”.

El doctor la escuchó atento y le mando hacer las pruebas necesarias, mientras llegaban los resultados le hacía una serie de preguntas y le explicaba algunos detalles de sus exámenes, minutos después la enfermera entró entregando los exámenes.

El doctor tomó los resultados y sonrió al leer. “Efectivamente Marina, tus sospechas son ciertas, estás embarazada”.

Marina sonrió feliz.

El doctor se levantó caminando hacia la camilla. “Recuéstate para hacerte un eco y veremos cómo está el pequeño bebe en tu vientre”.

Ella obedeció y se acomodó en la cama dejando a la vista su vientre plano, el doctor puso algo de gel y empezó a estudiar las imágenes. “Es muy pequeño, apenas tienes un mes, debes tomar las vitaminas a diario y pide otra cita para el siguiente mes”.

El doctor le explicó las imágenes, aunque no se distinguía mucho y Marina no comprendía la foto, ella estaba feliz. “Así lo haré gracias doctor”.

El doctor le entregó algunas imágenes de la ecografía y ella salió agradeciendo la atención.

Hoy era un día especial sospechaba estar embarazada, tenía algunas molestias desde días antes quiso comprar una prueba de embarazo, pero creyó que lo mejor era consultar con un profesional.

El doctor le dijo que tenía un mes de embarazo, estaba feliz y deseosa de llegar a casa para contarle a su novio Daniel.

Marina y Daniel fueron novios por un año y ya tenían viviendo juntos dos años, vivían felices, no eran ricos, pero el trabajo de ambos les daba para vivir una vida tranquila y estable.

El teléfono de Marina sonó. "Hola".

Del otro lado del teléfono Dinora su mejor amiga de la infancia la interrogaba. "¡Ya dime!".

Marina se carcajeó. “Es un secreto, no te diré". Le gustaba molestar a su amiga.

“Vamos marina, no puedes dejarme con la duda”. Dinora nerviosa camina por la habitación mordiéndose una uña esperando que Marina su amiga le diera la noticia.

Marina al final dejó de burlarse de su amiga y le dijo. “Tengo un mes”.

Dinora grita desde el otro lado del teléfono. “¡Lo sabía, lo sabía, seré tía!”.

Marina alejó su teléfono de la oreja por los fuertes gritos de su amiga.

Hablaron un poco más mientras Marina tomaba el autobús de regreso a casa, al final después de varios minutos ambas colgaron, Marina se quedó mirando su teléfono y frunció el ceño pensando que Daniel había quedado de llamarle.

De repente sonó y al ver la pantalla observó que era Daniel. “Hola”.

Del otro lado de la línea una voz de mujer habló. “Disculpe, es familiar del dueño de este teléfono”.

Marina extrañada contestó. “Si, ¿Qué pasa?”. Ella presentía que algo no estaba bien.

La mujer le contó. “Habló del hospital del Norte, el joven tuvo un accidente y necesitamos que se presente rápido”.

Marina se quedó en shock por un momento. Su mirada se quedó perdida por momentos.

“¿Hola?”. La mujer que le llamaba trataba de comunicarse pues el teléfono quedó muerto.

Marina recobró el sentido moviendo su cabeza. “Voy para allá”. Se levantó para bajar del autobús y tomar un taxi, muy nerviosa y temblando llamó a su amiga explicándole.

Dinora salió rápido de su casa dirigiéndose al hospital.

Marina llegó a la recepción y una de las enfermeras le dijo que se presentará en la sala de urgencias donde estaba Daniel, al llegar al pasillo ya había una enfermera y un doctor de pie esperándola. “¿Es usted familiar de Erick Daniel Estrada Montoya?”.

Marina frunció el ceño y por un momento dudo que fuera Daniel por el nombre. Se acerco a la ventana de la puerta de urgencias y vio cómo ayudaban a Daniel oxigenando sus pulmones con una bomba de oxígeno en la habitación. Estaba lleno de tubos y cables, había sangre que corría por su cabeza. Lo auxiliaban entre varias personas.

“¡Daniel!”. Ella quería entrar, pero el doctor la detuvo, “¿Es familiar?, necesitamos que firme para poder realizar la cirugía”.

“¿Cirugía?”. Marina miraba perpleja al doctor.

El doctor le explicó. “Los frenos del coche que conducía fallaron, para no chocar contra personas u otros autos el joven decidió chocar contra un árbol, pero desgraciadamente él sufrió muchos golpes sobre todo en la cabeza, tiene un coágulo y necesitamos operarlo”.

Marina trataba de entender toda la información lo más rápido posible. “Soy su novia, él no tiene familia”.

El doctor comprendió y le pidió a la enfermera que le entregara los papeles para que firmara, Marina firmó rápidamente, le dio un último vistazo a Daniel antes de que lo sacaran de la sala y se lo llevaran a quirófano.

Marina ya tenía más de veinte minutos en el pasillo esperando, Dinora y Beto llegaron rápidamente, se acercaron a ella y la abrazaron para que ella sintiera su apoyo, Marina empezó a llorar desesperada, Dinora trataba de calmarla. “Tranquila, veras que el saldrá bien, es un hombre fuerte”.

Beto estaba asombrado por lo que pasó, no entendía por qué pasó el accidente.

Marina le preguntó. “¿Por qué llevaba ese auto?”.

Beto le explicó. “Es un auto que Daniel reparo, lo llevaron al taller para arreglar los frenos, Daniel acababa de repararlo, dijo que verificaría que corriera y de paso iría al hospital por ti”.

Marina se sentó en la silla del pasillo cubriendo su rostro con sus manos. Dinora se sentó junto a ella para esperar, Beto solo se recargó en la pared esperando que su amigo saliera con bien de la operación.

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