La mañana fue tranquila, Marina terminaba sus clases, recogió sus cosas para después despedirse de sus alumnos y compañeros, ella se iría directo al hospital.
Al llegar tomó su turno y se sentó en una de las sillas del pasillo, observó a otras mujeres con sus vientres abultados y sonrió, minutos después el doctor la llamó para que entrara al consultorio.
“Buenas tardes doctor”. Ella saludó al hombre mayor.
El doctor sonrió amable. “Buenas tardes, me dice en su expediente que ha tenido malestares”.
Ella afirmó. “Si. Náuseas y vómito, algunas comidas no las tolero, creo que estoy embarazada, pero quería confirmarlo”.
El doctor la escuchó atento y le mando hacer las pruebas necesarias, mientras llegaban los resultados le hacía una serie de preguntas y le explicaba algunos detalles de sus exámenes, minutos después la enfermera entró entregando los exámenes.
El doctor tomó los resultados y sonrió al leer. “Efectivamente Marina, tus sospechas son ciertas, estás embarazada”.
Marina sonrió feliz.
El doctor se levantó caminando hacia la camilla. “Recuéstate para hacerte un eco y veremos cómo está el pequeño bebe en tu vientre”.
Ella obedeció y se acomodó en la cama dejando a la vista su vientre plano, el doctor puso algo de gel y empezó a estudiar las imágenes. “Es muy pequeño, apenas tienes un mes, debes tomar las vitaminas a diario y pide otra cita para el siguiente mes”.
El doctor le explicó las imágenes, aunque no se distinguía mucho y Marina no comprendía la foto, ella estaba feliz. “Así lo haré gracias doctor”.
El doctor le entregó algunas imágenes de la ecografía y ella salió agradeciendo la atención.
Hoy era un día especial sospechaba estar embarazada, tenía algunas molestias desde días antes quiso comprar una prueba de embarazo, pero creyó que lo mejor era consultar con un profesional.
El doctor le dijo que tenía un mes de embarazo, estaba feliz y deseosa de llegar a casa para contarle a su novio Daniel.
Marina y Daniel fueron novios por un año y ya tenían viviendo juntos dos años, vivían felices, no eran ricos, pero el trabajo de ambos les daba para vivir una vida tranquila y estable.
El teléfono de Marina sonó. "Hola".
Del otro lado del teléfono Dinora su mejor amiga de la infancia la interrogaba. "¡Ya dime!".
Marina se carcajeó. “Es un secreto, no te diré". Le gustaba molestar a su amiga.
“Vamos marina, no puedes dejarme con la duda”. Dinora nerviosa camina por la habitación mordiéndose una uña esperando que Marina su amiga le diera la noticia.
Marina al final dejó de burlarse de su amiga y le dijo. “Tengo un mes”.
Dinora grita desde el otro lado del teléfono. “¡Lo sabía, lo sabía, seré tía!”.
Marina alejó su teléfono de la oreja por los fuertes gritos de su amiga.
Hablaron un poco más mientras Marina tomaba el autobús de regreso a casa, al final después de varios minutos ambas colgaron, Marina se quedó mirando su teléfono y frunció el ceño pensando que Daniel había quedado de llamarle.
De repente sonó y al ver la pantalla observó que era Daniel. “Hola”.
Del otro lado de la línea una voz de mujer habló. “Disculpe, es familiar del dueño de este teléfono”.
Marina extrañada contestó. “Si, ¿Qué pasa?”. Ella presentía que algo no estaba bien.
La mujer le contó. “Habló del hospital del Norte, el joven tuvo un accidente y necesitamos que se presente rápido”.
Marina se quedó en shock por un momento. Su mirada se quedó perdida por momentos.
“¿Hola?”. La mujer que le llamaba trataba de comunicarse pues el teléfono quedó muerto.
Marina recobró el sentido moviendo su cabeza. “Voy para allá”. Se levantó para bajar del autobús y tomar un taxi, muy nerviosa y temblando llamó a su amiga explicándole.
Dinora salió rápido de su casa dirigiéndose al hospital.
Marina llegó a la recepción y una de las enfermeras le dijo que se presentará en la sala de urgencias donde estaba Daniel, al llegar al pasillo ya había una enfermera y un doctor de pie esperándola. “¿Es usted familiar de Erick Daniel Estrada Montoya?”.
Marina frunció el ceño y por un momento dudo que fuera Daniel por el nombre. Se acerco a la ventana de la puerta de urgencias y vio cómo ayudaban a Daniel oxigenando sus pulmones con una bomba de oxígeno en la habitación. Estaba lleno de tubos y cables, había sangre que corría por su cabeza. Lo auxiliaban entre varias personas.
“¡Daniel!”. Ella quería entrar, pero el doctor la detuvo, “¿Es familiar?, necesitamos que firme para poder realizar la cirugía”.
“¿Cirugía?”. Marina miraba perpleja al doctor.
El doctor le explicó. “Los frenos del coche que conducía fallaron, para no chocar contra personas u otros autos el joven decidió chocar contra un árbol, pero desgraciadamente él sufrió muchos golpes sobre todo en la cabeza, tiene un coágulo y necesitamos operarlo”.
Marina trataba de entender toda la información lo más rápido posible. “Soy su novia, él no tiene familia”.
El doctor comprendió y le pidió a la enfermera que le entregara los papeles para que firmara, Marina firmó rápidamente, le dio un último vistazo a Daniel antes de que lo sacaran de la sala y se lo llevaran a quirófano.
Marina ya tenía más de veinte minutos en el pasillo esperando, Dinora y Beto llegaron rápidamente, se acercaron a ella y la abrazaron para que ella sintiera su apoyo, Marina empezó a llorar desesperada, Dinora trataba de calmarla. “Tranquila, veras que el saldrá bien, es un hombre fuerte”.
Beto estaba asombrado por lo que pasó, no entendía por qué pasó el accidente.
Marina le preguntó. “¿Por qué llevaba ese auto?”.
Beto le explicó. “Es un auto que Daniel reparo, lo llevaron al taller para arreglar los frenos, Daniel acababa de repararlo, dijo que verificaría que corriera y de paso iría al hospital por ti”.
Marina se sentó en la silla del pasillo cubriendo su rostro con sus manos. Dinora se sentó junto a ella para esperar, Beto solo se recargó en la pared esperando que su amigo saliera con bien de la operación.
Marina nerviosa y asustada jugaba con sus manos, de vez en cuando observaban la puerta del quirófano, pero no había señales de que el doctor saliera, tres horas después el doctor salió.Los tres se levantaron. “¿Cómo está?”. Marina angustia le preguntó al doctor.El doctor se quitó la mascarilla. “El daño en el cerebro fue severo, pero logramos retirar el coágulo, ahora es solo esperar a que él reaccione, debo advertirles que puede haber posibilidades de que no despierte en un tiempo o en un caso mas agresivo que quede vegetativo, esperaremos estas primeras 48 horas para saber si evoluciona, deben estar preparados”.Todo se quedó en silencio, Marina no podía creerlo, ¿Vegetativo?, no podía aceptarlo.Dinora agradeció al doctor al ver que Marina no reaccionaba y él se fue a seguir con su trabajo.Las horas pasaron y seguían en espera de que Daniel reaccionara, Marina no había probado bocado y Dinora estaba preocupada.Beto llegó con una botella de agua y un sándwich, entregándolo a Mar
Ella discutía con el hombre, cuando Dinora apareció por el pasillo y caminó rápido hacia el hombre que intimidaba a su amiga, la puso detrás de ella cubriéndola y como leona se puso a discutir con el hombre alto. “¡Oye amigo! Baja tu tono con mi amiga”.El hombre frunció el ceño al ver a la mujer, Dinora era una chica de veinte años alta de tez morena y ojos verdes claros, era muy bella su cabello era castaño, largo y rizado, vestía de forma juvenil, le gustaba usar collares, pulseras y aretes llamativos que la hacían ver muy joven.“Dile a tu amiga que se vaya y no moleste a mi jefe, deberían irse de aquí”. El hombre les advirtió a ambas.Dinora furiosa con el hombre altanero empezó a discutir. “¿No sabes cómo tratar a una dama? ¿Tu madre no te enseño? Este es un hospital público, no pueden tratar a mi amiga así, ella tiene derecho de estar aquí”.Dinora confundida observó la puerta y a los hombres dentro de la habitación, giro para ver a Marina. “¿Qué está pasando?”.Marina negó tri
Casi al terminar don José le preguntó a Daniel. “¿Cuántos años tienes?”.Daniel contestó. “Veinticuatro”.Don José sonrió, era muy joven y se notaban los deseos de aprender. ¿De dónde me dijiste que venías?Daniel miró al hombre mayor. “De USA”.“Tienes familia que dejaste allá?”.Daniel agacho su mirada a la caída y tomó un trozo para comer. “No”.Don José terminó el interrogatorio y al final le preguntó. “¿Cuándo puedes empezar?”.Daniel lo miró y le dijo. “Después de encontrar un lugar donde vivir, estaré puntual aquí”.Don José amablemente negó. “No tienes por qué buscar un lugar, aquí en la azotea tengo un cuarto libre, es solo darle limpieza y estará listo”.Daniel le dijo. “No quiero incomodarlos”.Don José miró a su hija y le explicó a Daniel. “Solo somos mi hija y yo, ella casi no está en casa, estudia y trabaja, no creo que para ella sea un problema”.Marina sonrió y le dijo confirmando la idea de su papá. “Puedes quedarte”.Al final Daniel asintió aceptando.Marina sonrió.
Dinora y Marina se fueron a la cafetería del hospital, Marina estaba triste, todo había cambiado tanto en solo unos días, recordaba el último día que estuvo con Daniel en casa, ella tenía el deseo de darle la sorpresa de que va a ser papá, pero necesitaba estar segura, aunque antes no habían hablado mucho de tener bebes, Daniel siempre dijo que los tendrían cuando se casaran, pero ya habían pasado dos años desde que vivían juntos.Dinora tomó la mano de su amiga. “Veremos cómo entrar ya lo veras”.Marina asintió, sabía que su amiga era muy buena en eso de las misiones imposibles.Tres días después, Marina seguía visitando a Daniel, pero las guaruras no lo dejaban entrar, siempre estaban de pie y solo cambiaban de turnos, pero nunca dejaban el lugar.Dinora también había visto eso, Marina estaba muy triste y tenía miedo de que le pasara algo a ella y a su nuevo sobrino. Marcó un número que busco en la agenda. “Hola”.Ella sonrió. “No te he visto en semanas…oye… necesito un favor”.Más
Una tarde Marina regresaba de su trabajo, al bajar del autobús se encontró de frente con su exnovio. Ella hizo una mueca y trato de pasar, por un lado.El chico la detuvo tomándola del brazo. “Marina”.Ella hizo una mueca al sentir su brazo apretado. “Déjame ir Rubén”.Él soltó un poco su agarre. “Hablemos Marina… Lo que paso fue solo una tontería”.Marina sonrió sarcástica y burlona. “El que te besaras con esa chica en la fiesta fue una tontería”.El trataba de explicarle. “Yo tenía algunas cervezas de más y estaba borracho”.Marina negó. “Y eso me lo vienes a decir después de seis meses, ¡ja! después de salir con la chica por toda la ciudad”.Rubén trató de hablar cariñosamente acercándose a ella. “Me di cuenta de mi error Marina, esa chica no es lo que yo creía”.Marina negó. “Tengo que ir a casa, mi papá me espera, será mejor que te vayas”.El volvió a detenerla tratando de convencerla.Desde donde estaban se podía ver el taller, Daniel y Beto miraban a los dos. “De nuevo ese tipo
Daniel negó sonriendo. “Era un gran hombre, se llamaba David, me entendía mejor que mi padre”.Marina atenta lo escuchaba, Daniel casi nunca hablaba de su familia. Era como un tabú, su rostro cambiaba cuando ella llego a preguntar algo, así que dejó de hacerlo para no incomodarlo.Daniel observaba una pareja con dos niños caminando.Daniel asintió. “Me gustaría tener hijos… podrían ser cuatro o cinco”.Marina abrió mucho sus ojos. “¿Cinco? ¿No crees que son muchos?”.Daniel negó. “Una familia grande esta bien, me los imagino a algunos corriendo a nuestro alrededor, tu y yo cargando a otros, sé que es difícil, pero sería genial tener cinco”.Marina algo indecisa lo escucho . Deseaba ser madre, pero no de tantos.Daniel preguntó. “¿Tú no quieres?”.Marina le explicó. “Si, pero cinco, se me hacen muchos, yo creo que solo máximo tres estaría bien”.Daniel sonrió besando su mejilla. “No importa cuantos, lo que quiero es que sea contigo…”Él suspiró. “Pero de eso falta mucho tiempo”.Ella
Una semana después… Marina hizo su maleta y bajó con ella para explicarle a Beto como llevar lo del taller, Dinora entró a la casa con su maleta también. Beto trató de comprender todo lo que Marina le decía, la abrazó y le deseo suerte saliendo de la casa a seguir trabajando. Dinora se acercó a Marina y le preguntó. “¿Estás segura de esto?”. Marina asintió. “Si él no me recuerda. Y no puedo decirle quien soy. Lo que me queda es enamorarlo de nuevo”. Dinora estaba feliz y abrumada por la gran determinación de Marina. “Amiga, estoy feliz de que luches por lo que quieres y estaré contigo en cada paso, pero recuerda que debes cuidarte, estás embarazada”. Marina afirmó. “Lo sé, tendré cuidado, además vas conmigo, con tu apoyo todo será mucho más fácil”. Dinora feliz hablo del viaje. “Claro no podía dejarte sola en esta aventura, además conoceré chicos guapos e iré a lugares que hace mucho no visitaba”. Marina le regalo una pequeña sonrisa, estaba decidida a recuperar a Daniel, era
El hombre se levantó pidiendo a sus hombres que salieran haciéndoles una señal con la cabeza.Camino alrededor de la habitación mirando a la chica que estaba de pie en medio del lugar. Después de unos segundos habló. “Te dije que te alejaras”.Ella nunca bajó la mirada, no iba a dejar que la asustara. “Yo no puedo hacerlo”.El hombre sonrió. “¿Cuánto dinero quieres?”.Marina abrió muchos sus ojos. “Yo no quiero dinero… Yo amo a Daniel”.El señor Raúl repitió lo último que ella dijo. “Daniel…”Él sonrió. “Se todo lo que pasó entre ustedes hace tres años, mi hijo no estaba preparado para ser mi sucesor, se sentía presionado y decidió irse por un tiempo, yo se lo permití…”Ella escuchaba al hombre frente a ella.El señor Raúl regresó a su asiento. “Mi hijo ha vuelto y la vida que llevaba contigo se acabó, solo fuiste un pasatiempo para él”.Ella molesta negó. “Eso no es cierto, nos amamos, nosotros vamos a…” Ella estaba a punto de decirle sobre él bebe, pero el hombre golpeó el escritori