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David despertó poco a poco, su visión se acostumbró a la luz, observó alrededor, iba en la parte trasera de un coche, miró al hombre que conducía, era muy grande y fornido, a su lado sentado junto a él, un hombre mayor y lo conocía por fotos. El señor Raúl giró para ver al chico que se movía en el asiento. “Despertaste”. David lo observó en silencio. El señor Raúl sonrió, el parecido con Erick era increíble pero sus ojos eran muy azules, como la madre… No importaba ahora quién era ni de dónde venía, David era su nieto y heredero de los Estrada. David le dijo al hombre. “Quiero regresar a mi casa”. El señor Raúl observó al chico por unos momentos, estaba incrédulo por la conducta del niño, no tenía miedo y su aura era muy fuerte. “Vendrás conmigo a partir de hoy”. David frunció el ceño. “No lo hare, debe regresarme a mi casa, esto es un delito penado seriamente, cuando se den cuenta las autoridades me buscaran y a usted también, tiene suficientes cargos en su contra como para cons
Alonso rio tratando de zafar a Dinora del pobre chico, parece que lo asfixiaba. Carlos se acercó con cautela. “¿Están bien?”. Marina asintió. “Si, gracias a Dios”. Todos entraron y Marina les contó lo que pasó. Sonó el teléfono de Dante y se levantó disculpándose para contestar la llamada, Miranda lo miró de reojo y siguió escuchando a Marina. Marina y Carlos salieron de la casa, caminaron hasta la acera y Marina le dijo. “Lo siento mucho Carlos, por todo. “Sabes… Ayer me avisaron de un tratamiento especial para mi padre, eso significa que tengo que viajar a Suiza, ahora creo que es solo el destino… no nos tocaba estar juntos”. Ella miró a Carlos. “¿Puede recuperarse?”. Carlos asintió. “Hay una gran taza de probabilidad a pesar de que su cáncer está avanzado, no voy a perder esta oportunidad de que el mejore, aunque sea algunos meses”. Marina sonrió. “Eso es bueno ¿Cuándo se irán?”. Carlos la miró. “Solo esperaba a que lo de David se resolviera, nos iremos mañana mismo”. Mar
El hombre resopló y habló de forma lastimera. “Excelente oportunidad para deshacerte de este viejo”. Erick frunció los labios. “Esta actitud tuya no sirve de nada, se que estas actuando así que será mejor que dejes de hacerlo, estarás en la cárcel por mucho tiempo”. Ya no creía en las palabras de su papá. Al salir de la habitación, el señor Raúl empezó a gritar y maldecirlos a todos en especial a Miranda y a Erick. Erick siguió caminando por el pasillo en silencio, escuchando a su padre, detrás de él, sus hombres lo seguían. Erick regresó a la casa de Marina, David estaba sentado en la sala esperándolo. El tocó la puerta y Dinora abrió dejándolo entrar. David miraba a su padre en silencio. Erick fue y se sentó a un lado mirándolo preguntó. “¿Todo bien?”. David inclinó su cabeza un poco a un lado. “¿Te casarás con mi mama?”. Erick sonrió. Él le preguntaba sobre el secuestro, pero al parecer David estaba más interesado en si sus padres volverían a estar juntos. “Si, en alguno
Ella le agradeció y volteó a ver al público presente algo nerviosa. “Buenas tardes... Bienvenidos a todos y agradezco de antemano que estén aquí. Esta asociación empezó con el fin de ayudar a mujeres que sufrían violencia familiar, pero después de todos estos meses la fundación ha tenido otros casos que no pudimos negarnos a ayudar, niños en situación de calle, que aquí se les da un hogar y se busca ser integrados a una familia adoptiva, también ancianos abandonados o con enfermedades muy caras, los ayudamos con sus medicamentos y a situarlos en algún asilo, todo esto lo hemos hecho gracias al apoyo de muchos de ustedes a los que les agradezco estar aquí, pero también hay muchas caras nuevas y eso me alegra mucho…” Miranda observó a la gente que la miraba con una gran sonrisa. “Ahora empecemos deleitándonos con esto pequeños niños que nos tienen preparado una canción”. Las cortinas detrás se abrieron y ella bajó, para observar a los niños cantar, hasta los abuelitos dieron una prese
La gente empezó a despedirse, Miranda estaba terminando unos detalles con algunos invitados y con los encargados del salón. David jugaba con su iPad mientras Erick sostenía los pies de Marina en sus piernas sobando su chamorro, tenía más de cuatro meses de embarazo, pero los gemelos en su vientre ya eran muy grandes y pateaban con fuerza. Marina esperaba que Miranda no tardará mucho. Dinora seguía enfiestada bailando en el centro de la pista con Alonso se miraban mutuamente, había música de fondo todavía y ellos cantaban las canciones lentas y bailando muy despacio. Miranda se acercó. “Erick, lleva a Marina a casa, todavía no terminó aquí, tomaré un taxi cuando me vaya”. Erick no quería. “Te esperaremos”. Miranda negó. “Marina y David ya están muy cansados, solo váyanse”. Marina la miró preguntando. “¿Estás segura?”. Alonso giró un poco su cabeza y les dijo. “Nos quedaremos y la llevaremos a casa”. Dinora asintió feliz y embriagada. “Estaba un poco pasada de copas”. Erick ac
Erick y Marina se miraron. Marina abrazó a la niña llevándola al sofá, Erick tomó su teléfono para realizar algunas llamadas y verificar que pasaba, la abuela de Gloria ya era muy mayor, tenía los días contados. David escuchó la puerta, Marina entró con la niña. “David, la abuela de Gloria …” David miró a las dos y asintió hacia su madre. David tomó la mano de la niña y la llevó a su cama, nadie podía dormir ahí, Gloria siempre fue una excepción. Marina sonrió y cerró la puerta, sabía que David se encargaría de ella. La niña se recostó de lado en la cama, David subió y se puso frente a ella acostándose también. Gloria miró a los ojos a David y le preguntó. “¿Se ha ido?”. David asintió. Él ya le había hablado sobre su abuela y que algún día tendría que irse. Gloria lloró por un rato, cuando se calmó, David limpió sus lágrimas y le dijo. “Yo te cuidaré a partir de ahora, lo prometo...” Gloria asintió y se quedó dormida. Meses después… Marina llevaba un vestido de novia muy sen
Dante al principio no reaccionó, pero al sentir sus labios cálidos su corazón latió. La abrazó más a él besándola. Al terminar ella se recargo en su pecho ocultando su rostro sonrojado. Se sintió tranquila y en paz al escuchar los latidos del corazón de Dante. Dante la abrazo oliendo su delicioso perfume y sonrió feliz, al fin ella lo había aceptado de nuevo. Se alejo un poco de ella e incrédulo preguntó. "Eso significa… ¡Que me darás una oportunidad?”. Miranda lo miró advirtiéndole. “Solo una, no lo arruines”. Dante se río y la abrazó más. Emocionado la cargo y dio vueltas con ella. Miranda solo gritaba eufórica, la gente que paseaba por el jardín los miraba riendo. La señora Grace los espiaba desde uno de los ventanales, esta feliz porque al fin Miranda acepto a su hijo, pidió una copa a uno meseros que iba pasando y tomo todo de un trago tenia que festejar de alguna forma. Gloria comía animadamente, mientras David cuidaba de ella. Se levantó y caminó hacia la mesa de postr
Años después… Erick y Marina caminaban por la playa tomados de la mano mientras delante de ellos los gemelos caminaban por la playa junto a David y Gloria. Erick sonrió mirando a los cuatro niños. “Deberíamos tener más hijos”. Marina observó a Erick negándose. “¿Más hijos?, no lo creo”. Los gemelos eran muy traviesos a sus cinco años, siempre tenían un desastre en casa, Marina apenas podía con ellos, las niñeras habían cambiado varias veces porque eran muy demandantes. “Recuerdas que te dije que quería muchos hijos”. Erik le dijo. Marina asintió, pero le advirtió. “Claro que lo recuerdo, pero eso no va a pasar, creo que estamos bien así”. Erick la miró por un momento y sonrió, la convencería de alguna u otra forma, quería una familia grande. El se detuvo mirando alrededor y sonrió al recordar. “Aquí te conocí”. Marina extrañada lo miró. “¿Aquí? ¿Qué no fue en casa de mi padre?”- Erick negó riendo. “Acababa de llegar a la ciudad, no tenía un lugar a donde ir y camine hacia la