CAP 6 QUERIA VERLO

Dinora y Marina se fueron a la cafetería del hospital, Marina estaba triste, todo había cambiado tanto en solo unos días, recordaba el último día que estuvo con Daniel en casa, ella tenía el deseo de darle la sorpresa de que va a ser papá, pero necesitaba estar segura, aunque antes no habían hablado mucho de tener bebes, Daniel siempre dijo que los tendrían cuando se casaran, pero ya habían pasado dos años desde que vivían juntos.

Dinora tomó la mano de su amiga. “Veremos cómo entrar ya lo veras”.

Marina asintió, sabía que su amiga era muy buena en eso de las misiones imposibles.

Tres días después, Marina seguía visitando a Daniel, pero las guaruras no lo dejaban entrar, siempre estaban de pie y solo cambiaban de turnos, pero nunca dejaban el lugar.

Dinora también había visto eso, Marina estaba muy triste y tenía miedo de que le pasara algo a ella y a su nuevo sobrino. Marcó un número que busco en la agenda. “Hola”.

Ella sonrió. “No te he visto en semanas…oye… necesito un favor”.

Más tarde, Marina y Dinora estaban escondidas en el cuarto de limpieza cerca de la habitación de Daniel.

Marina observó las ropas. “¿Nos meteremos en problemas?”.

Dinora negó. “Solo entras para que lo puedas ver”.

Marina se armó de valor y afirmó lo que dijo su amiga.

Dinora llegó frente a los guaruras, ella empezó a discutir con ellos. “Quiero ver a mi amigo ¿Por qué no puedo entrar? ¿Son dueños del hospital o qué?”.

Los dos hombres discutían con ella, Marina nerviosa salió del cuarto y tomó la tabla con hojas que Dinora le entregó, estaba vestida de enfermera, llevaba cubrebocas que ocultaba su rostro, caminó hacia la puerta y uno de los hombres la vio de reojo, pero al verla vestida de enfermera volvió a discutir con Dinora, Marina entró y suspiro al cerrar la puerta.

Ella caminó hacia la cama y vio como Daniel estaba sentado leyendo un libro en silencio.

Las lágrimas de Marina cayeron por su rostro. “¡Daniel!”.

Ella corrió hacia él abrazándolo. Estaba feliz de que el despertara, Daniel frunció el ceño y la alejó mirando a la chica. “¿Qué haces?”.

Marina se quitó el cubrebocas para que Daniel mirara su rostro. “Soy yo Marina”.

Daniel confundido y molesto observó a la chica. “No te conozco”.

Marina se quedó por un momento perpleja. “¿Qué?”.

Daniel le dijo de forma fría. “Señorita, no la conozco y será mejor que respete a sus pacientes, no puede lanzarse así”.

Marina contuvo su llanto. “¿No me recuerdas?”.

Daniel se tocó la cabeza y un fuerte dolor llegó. El empezó a gemir. Ella se alejó un poco dándole espacio. “Daniel ¿Qué pasa?”.

Daniel solo alcanzó a gritarle. “¡Sal de aquí!”. El apretaba su cabeza con mucho dolor.

Marina salió rápidamente, Dinora la vio y se acercó al ver su estado uno de los hombres entró notando el semblante de Daniel y el cómo se quejaba de dolor en la cabeza, rápidamente llamó al doctor.

El doctor le inyectó y salió después de atenderlo, miró a Marina y la llevó lejos de los hombres.

“Señorita ¿Por qué tiene un uniforme de enfermera?”.

Marina explicó. “Solo quería verlo”.

El doctor suspiró mirando a la chica. “Te meterás en muchos problemas si sigues así, el joven Estrada despertó hace dos días, pero perdió la memoria”.

Dinora y Marina se miraron perplejas y lo escuchaban atentas.

El doctor siguió. “El no recuerda su pasado contigo… el solo recuerda cuando vivía en USA con su familia”.

Dinora se burló “¿Cómo puede ser eso? ¿Cómo solo olvido a mi amiga?”.

El doctor les explicó. “Es difícil de explicar, el cerebro es un órgano que todavía no entendemos mucho, pero lo que te digo es cierto, al despertar dijo que lo último que recordaba es estar en USA trabajando en su oficina”.

Marina le preguntó. “¡Pero puedo decirle la verdad, déjeme decirle que soy su novia hace tres años, que hemos vivido juntos por dos años!”.

El doctor negó. “¿Viste su reacción al tratar de decirle? Yo también hice pruebas y le hice algunas preguntas sobre su vida contigo, pero al hacerlo tuvo un fuerte dolor de cabeza esto puede afectar gravemente su estado, no puedes decirle nada”.

El doctor miró a los hombres que ya hacían llamadas.

“Debes dejar este asunto, olívate de él”.

Dinora seguía incrédula. “Entonces… Eso es todo, que mi amiga se vaya y lo olvide”.

El doctor asintió y se alejó. “Debo irme, no quiero problemas con el señor Estrada, mi familia depende de mi trabajo”.

Dinora y Marina observaron al doctor alejarse. Marina estaba en silencio mientras Dinora la sacaba del hospital. No sabía que decirle a su amiga.

La llevó a la cafetería. Dinora observó a su amiga, estaba devastada. “Será mejor que te lleve a casa a descansar, mañana veremos qué hacer”.

Marina levantó su mirada. “Yo no voy a olvidarlo… quiero recuperarlo, lo amo, es el padre de mi bebe Dinora”.

Dinora hizo una mueca. “Necesitamos pensar con la cabeza fría, hacer un plan para que puedas acercarte”.

Marina asintió y juntas se fueron a la casa a descansar, Dinora se quedó esa noche con su amiga.

Al llegar Dinora le contó todo a Beto quien no podía creerlo, mientras Marina subió a su habitación, al abrir la puerta observó todo… la cama que compartía con Daniel, el armario medio abierto donde estaba la ropa de ambos, algunas fotos de ellos en la mesita de noche. Y sus lágrimas no pudieron contenerse.

-Recuerdo-

Habían pasado tres meses desde que Daniel trabaja en el taller, el compartía casi todo en casa con don José y Marina, al principio era torpe con los quehaceres de la casa, pero con el tiempo empezó a aprender las actividades de la casa, le gustaba ayudar a Marina, don José notaba constantemente las miradas que ellos se dirigían, sonreía feliz,  aunque no  conocía del todo a Daniel, se daba cuenta que era un hombre tranquilo y bueno su intuición lo hacia creer que seria un buen partido para su hija, esperaba que con el tiempo ellos se entendieran.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo