Ella discutía con el hombre, cuando Dinora apareció por el pasillo y caminó rápido hacia el hombre que intimidaba a su amiga, la puso detrás de ella cubriéndola y como leona se puso a discutir con el hombre alto. “¡Oye amigo! Baja tu tono con mi amiga”.
El hombre frunció el ceño al ver a la mujer, Dinora era una chica de veinte años alta de tez morena y ojos verdes claros, era muy bella su cabello era castaño, largo y rizado, vestía de forma juvenil, le gustaba usar collares, pulseras y aretes llamativos que la hacían ver muy joven.
“Dile a tu amiga que se vaya y no moleste a mi jefe, deberían irse de aquí”. El hombre les advirtió a ambas.
Dinora furiosa con el hombre altanero empezó a discutir. “¿No sabes cómo tratar a una dama? ¿Tu madre no te enseño? Este es un hospital público, no pueden tratar a mi amiga así, ella tiene derecho de estar aquí”.
Dinora confundida observó la puerta y a los hombres dentro de la habitación, giro para ver a Marina. “¿Qué está pasando?”.
Marina negó tristemente, tomó el brazo de Dinora arrastrándola de ahí antes que se fuera a los golpes con el tipo. Ella conocía bien el temperamento de su amiga.
Ya en el pasillo lejos del tipo, Marina le explicó todo lo que había pasado.
Dinora no podía creerlo. “¿Daniel es hijo de un tipo rico?”.
Marina asintió. “No solo eso, el doctor me dijo que era un hombre con el que debía tener cuidado”.
Marina bajo su mirada. “Yo solo quiero verlo, saber cómo está, pero me echaron de la habitación y no me dejan entrar de nuevo”.
Dinora pensó por un momento. “Deja le llamo a un amigo, él me dará información sobre el hombre”.
Minutos después de hacer una llamada el teléfono de Dinora sonó, era un mensaje con toda la información, Marina estaba asombrada de lo rápido que llegaron los datos.
Dinora solo sonrió al ver la mirada de su amiga y le explicó. “Es un chico nerd con el que salí hace unas semanas, es muy lindo, pero no funcionó, ahora somos amigos”.
Marina negó moviendo la cabeza y riendo. Era típico de su amiga conocer chicos y salir con ellos para después terminar en menos de una semana, Dinora conocía un montón de gente. Ella era bonita y extrovertida, le gustaba divertirse, conocer gente y lugares, cambiaba de trabajo frecuentemente porque sentía que la explotaban laboralmente y era defensora de los derechos de la mujer y de los animales.
Dinora ojeo la información y chasqueo la lengua. “¡tsk, tsk!, es cierto, Raúl Estrada es un hombre multimillonario, aquí dice que tiene dos hijos, Erick Estrada y Miranda Estrada, su esposa murió hace algunos años, viven en USA y es dueño de muchas empresas, es un tiburón el mundo de los negocios, ha arruinado a muchas empresas durante sus años en el poder”.
Marina suspiro, su corazón estaba muy inquieto, sentía mucho miedo, ahora que sabía quién era Daniel en verdad. “Dinora… ¿Por qué Daniel nunca me lo dijo? ¿Por qué hacerse pasar por un joven pobre que no tenía nada?”.
Dinora miró a su amiga y ambas recordaron cuando conocieron a Daniel…
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-Recuerdo-
Marina llegó a casa, su trabajo fue largo hoy y tenía que regresar y poder empezar una pintura nueva para un concurso del que Dinora le había comentado.
Al abrir la puerta dejó su bolso y abrigo en el perchero, mientras hacía esto escucho a su padre hablar con alguien en la cocina.
“Verás, el sueldo al principio será bajo, pero conforme vea tus habilidades irá mejorando, busco una persona que sea mi segundo, yo como vez estoy envejeciendo y necesito alguien que esté dispuesto a encargarse del taller”.
Marina entró a la cocina, observó a su padre primero, después vio al hombre que estaba de pie cerca tomando un vaso de agua y escuchando a su papá.
Ambos cruzaron miradas al instante que Marina se acercó, en Marina hubo un sentimiento extraño, su corazón empezó a palpitar fuerte en su pecho, el hombre la miraba de una forma que a ella le incomodaba un poco pero aun así no podía dejar de verlo, ella nerviosa asintió.
El hombre era alto y aperlado sus ojos eran cafés claros eran muy llamativos, la atrajeron al instante, al ver cómo le sonreía ella tragó grueso, era realmente muy guapo.
“Hija volviste”. El papá de Marina se levantó besando su mejilla.
“Hola Papá”. Ella correspondió el saludo de su padre.
“Hija, él es Daniel Montoya, será mi nuevo asistente”.
Marina siguió observando al hombre, mientras le daba la mano. “Hola”.
Daniel llevaba unos jeans azules rotos, una camisa casual gris y tenis negros, se notaba que era una persona muy sencilla pero su figura y altura hacía sentir que tenía buen porte.
Daniel le sonrió mientras tomaba su mano. “Hola, un gusto”.
El señor José sonrió al ver que ambos chicos se conocieron. “Bueno ahora cenemos juntos”.
Marina quería tranquilizarse y camino hacia la estufa, ella había dejado comida hecha para su padre y los trabajadores, era costumbre, desde que su mamá murió se encargó de muchas cosas en la casa y ayudó a su padre con el trabajo en el taller.
Daniel se acercó. “¿Te ayudo en algo?”.
Ella giró para verlo nerviosa y asintió. “Si, puedes poner los platos, están en aquel estante”.
Beto entró oliendo el dulce olor a comida. “¡Es hora de comer!”.
Marina sonrió y abrazó a Beto. “Oye ¿Dónde estabas?”.
Beto sonrió probando algo de la comida, Marina golpeó su mano juguetonamente. “Estaba terminando algunos detalles de un auto”.
Se sentó cerca de don José, Marina hizo lo mismo después de colocar los cubiertos, giró para ver a Daniel que traía los vasos y le mostró un lugar. “Puedes sentarte aquí”.
Daniel asintió sentándose frente a ella. De vez en cuando Daniel la observaba detenidamente mientras don José escuchaba algunas anécdotas y chistes de Beto, siempre fue muy juguetón y era parte de la familia.
Casi al terminar don José le preguntó a Daniel. “¿Cuántos años tienes?”.Daniel contestó. “Veinticuatro”.Don José sonrió, era muy joven y se notaban los deseos de aprender. ¿De dónde me dijiste que venías?Daniel miró al hombre mayor. “De USA”.“Tienes familia que dejaste allá?”.Daniel agacho su mirada a la caída y tomó un trozo para comer. “No”.Don José terminó el interrogatorio y al final le preguntó. “¿Cuándo puedes empezar?”.Daniel lo miró y le dijo. “Después de encontrar un lugar donde vivir, estaré puntual aquí”.Don José amablemente negó. “No tienes por qué buscar un lugar, aquí en la azotea tengo un cuarto libre, es solo darle limpieza y estará listo”.Daniel le dijo. “No quiero incomodarlos”.Don José miró a su hija y le explicó a Daniel. “Solo somos mi hija y yo, ella casi no está en casa, estudia y trabaja, no creo que para ella sea un problema”.Marina sonrió y le dijo confirmando la idea de su papá. “Puedes quedarte”.Al final Daniel asintió aceptando.Marina sonrió.
Dinora y Marina se fueron a la cafetería del hospital, Marina estaba triste, todo había cambiado tanto en solo unos días, recordaba el último día que estuvo con Daniel en casa, ella tenía el deseo de darle la sorpresa de que va a ser papá, pero necesitaba estar segura, aunque antes no habían hablado mucho de tener bebes, Daniel siempre dijo que los tendrían cuando se casaran, pero ya habían pasado dos años desde que vivían juntos.Dinora tomó la mano de su amiga. “Veremos cómo entrar ya lo veras”.Marina asintió, sabía que su amiga era muy buena en eso de las misiones imposibles.Tres días después, Marina seguía visitando a Daniel, pero las guaruras no lo dejaban entrar, siempre estaban de pie y solo cambiaban de turnos, pero nunca dejaban el lugar.Dinora también había visto eso, Marina estaba muy triste y tenía miedo de que le pasara algo a ella y a su nuevo sobrino. Marcó un número que busco en la agenda. “Hola”.Ella sonrió. “No te he visto en semanas…oye… necesito un favor”.Más
Una tarde Marina regresaba de su trabajo, al bajar del autobús se encontró de frente con su exnovio. Ella hizo una mueca y trato de pasar, por un lado.El chico la detuvo tomándola del brazo. “Marina”.Ella hizo una mueca al sentir su brazo apretado. “Déjame ir Rubén”.Él soltó un poco su agarre. “Hablemos Marina… Lo que paso fue solo una tontería”.Marina sonrió sarcástica y burlona. “El que te besaras con esa chica en la fiesta fue una tontería”.El trataba de explicarle. “Yo tenía algunas cervezas de más y estaba borracho”.Marina negó. “Y eso me lo vienes a decir después de seis meses, ¡ja! después de salir con la chica por toda la ciudad”.Rubén trató de hablar cariñosamente acercándose a ella. “Me di cuenta de mi error Marina, esa chica no es lo que yo creía”.Marina negó. “Tengo que ir a casa, mi papá me espera, será mejor que te vayas”.El volvió a detenerla tratando de convencerla.Desde donde estaban se podía ver el taller, Daniel y Beto miraban a los dos. “De nuevo ese tipo
Daniel negó sonriendo. “Era un gran hombre, se llamaba David, me entendía mejor que mi padre”.Marina atenta lo escuchaba, Daniel casi nunca hablaba de su familia. Era como un tabú, su rostro cambiaba cuando ella llego a preguntar algo, así que dejó de hacerlo para no incomodarlo.Daniel observaba una pareja con dos niños caminando.Daniel asintió. “Me gustaría tener hijos… podrían ser cuatro o cinco”.Marina abrió mucho sus ojos. “¿Cinco? ¿No crees que son muchos?”.Daniel negó. “Una familia grande esta bien, me los imagino a algunos corriendo a nuestro alrededor, tu y yo cargando a otros, sé que es difícil, pero sería genial tener cinco”.Marina algo indecisa lo escucho . Deseaba ser madre, pero no de tantos.Daniel preguntó. “¿Tú no quieres?”.Marina le explicó. “Si, pero cinco, se me hacen muchos, yo creo que solo máximo tres estaría bien”.Daniel sonrió besando su mejilla. “No importa cuantos, lo que quiero es que sea contigo…”Él suspiró. “Pero de eso falta mucho tiempo”.Ella
Una semana después… Marina hizo su maleta y bajó con ella para explicarle a Beto como llevar lo del taller, Dinora entró a la casa con su maleta también. Beto trató de comprender todo lo que Marina le decía, la abrazó y le deseo suerte saliendo de la casa a seguir trabajando. Dinora se acercó a Marina y le preguntó. “¿Estás segura de esto?”. Marina asintió. “Si él no me recuerda. Y no puedo decirle quien soy. Lo que me queda es enamorarlo de nuevo”. Dinora estaba feliz y abrumada por la gran determinación de Marina. “Amiga, estoy feliz de que luches por lo que quieres y estaré contigo en cada paso, pero recuerda que debes cuidarte, estás embarazada”. Marina afirmó. “Lo sé, tendré cuidado, además vas conmigo, con tu apoyo todo será mucho más fácil”. Dinora feliz hablo del viaje. “Claro no podía dejarte sola en esta aventura, además conoceré chicos guapos e iré a lugares que hace mucho no visitaba”. Marina le regalo una pequeña sonrisa, estaba decidida a recuperar a Daniel, era
El hombre se levantó pidiendo a sus hombres que salieran haciéndoles una señal con la cabeza.Camino alrededor de la habitación mirando a la chica que estaba de pie en medio del lugar. Después de unos segundos habló. “Te dije que te alejaras”.Ella nunca bajó la mirada, no iba a dejar que la asustara. “Yo no puedo hacerlo”.El hombre sonrió. “¿Cuánto dinero quieres?”.Marina abrió muchos sus ojos. “Yo no quiero dinero… Yo amo a Daniel”.El señor Raúl repitió lo último que ella dijo. “Daniel…”Él sonrió. “Se todo lo que pasó entre ustedes hace tres años, mi hijo no estaba preparado para ser mi sucesor, se sentía presionado y decidió irse por un tiempo, yo se lo permití…”Ella escuchaba al hombre frente a ella.El señor Raúl regresó a su asiento. “Mi hijo ha vuelto y la vida que llevaba contigo se acabó, solo fuiste un pasatiempo para él”.Ella molesta negó. “Eso no es cierto, nos amamos, nosotros vamos a…” Ella estaba a punto de decirle sobre él bebe, pero el hombre golpeó el escritori
Tiempo después se despidió del chico y Dinora se acercó a Marina. “Mi amigo dice que está en el área VIP”. Marina y ella subieron al área VIP, había muchos hombres con trajes disfrutando con chicas, otros bebían y se relajaban conversando. A lo lejos vieron a Daniel junto con otros hombres tomando vino, ella se quedó cerca observando los movimientos de Daniel, unos minutos después él se levantó rumbo al baño, sus hombres iban a seguirlo, pero él negó pidiéndoles que se quedaran. Dinora y Marina se vieron y asintieron tácitamente, ambas caminaron hacia el baño siguiéndolo. Esperaron a que Daniel saliera, cuando al fin se asomó, Marina corrió hacia él y tropezando con él a propósito. Ella llevaba un vestido rojo muy corto y su cabello estaba suelto, su maquillaje era ligero y se veía hermosa. Daniel la tomó en sus brazos para que ella no cayera. “¿Está bien?”. Ella asintió torpemente. “Si, gracias”. Al recomponerse, Marina lo observó al rostro, como extrañaba esos ojos que la en
Marina observó a su amiga y sus lágrimas empezaron a caer. Lloro por mucho tiempo hasta que se calmó. Dinora no entendía que paso, pero no era nada bueno. La abrazó hasta que se calmó. Al final Marina le contó todo lo que pasó. Dinora ahora ni siquiera estaba molesta con Daniel, solo triste por toda la situación. Su amiga había sido herida no imaginó que pasaría eso, de saberlo nunca la hubiera dejado hacer esa locura de irse con él del bar. Marina se limpió la cara. “No me importa, mañana será un día nuevo, yo voy a volver a buscarlo”. Dinora ya no estaba tan segura de lo que hacían, todo había fallado. “Marina… creo que deberías…” Marina la interrumpió. “Iré a buscarlo mañana, veras que lo convenceré ya sé dónde vive”. Dinora le advirtió. “Deberías descansar unos días, has estado de arriba abajo sin descanso, él bebe”. Marina aceptó, se sentía algo incomoda después de estar con Daniel, él no fue tan cariñoso como antes, su encuentro había sido solo sexo. Dinora ya no dijo más