Él
Abro y cierro los ojos un par de veces antes de sentarme en la cama, la noche me ha parecido eterna y no he podido conciliar el sueño a pesar de las pastillas que he tomado, sé lo que tengo que hacer pero he ignorado esa voz por un par de días. Simplemente no es momento para ese tipo de… peticiones.
Tomo el móvil y veo qué hay un par de notificaciones de entrega, parece ser que mis hermanos por fin han entendido como hacer su trabajo y después de encargarnos de los traidores todo ha caminado bastante bien.
Miro el sol que entra por la única cortina que no he cerrado, el resto de mi habitación está completamente a oscuras, tomo un largo suspiro cuando escucho mi móvil vibrar en mis manos, al girarlo veo en la pantalla “Mamá” y contesto la llamada
—Diga —mi voz está enronquecida, tengo dolor de cabeza y siento como si no pudiera mantenerme cuerdo.
—David… buenos días hijo, dime ¿cómo estás?, tengo días que no sé nada de ti, tus hermanos me han dicho que estás ocupado, pero ¿también estás ocupado para ver a tu madre?, oh David, dime que estás bien —la preocupación de mi madre me hace sentir algo extraño en mi pecho.
—Si madre, estoy bien, es solo que he tenido que hacer un par de viajes para… arreglar un par de asuntos, todo está bien—miento
—David Rocco, podrás engañar a quien sea pero no a tu madre, yo sé que no estás bien, hijo ¿por qué no te tomas unas vacaciones?, vamos a la isla y desconecta un rato esa cabeza, quiero que dures muchos años y…
—Madre todo está bien, ¿mi padre cómo está?, ¿Pía se está comportando? —pregunto para desviar el tema
—Si, ellos están muy bien, tu hermana va bien con la venta de sus productos, es una buena imagen —asiento y comienzo a sobar mis sienes—. Pero por favor, hazme caso hijo… busca la manera, podemos ir quizás a otro lugar y…
—Te agradezco tu preocupación madre, espero ir a verte mañana, hoy tengo un par de asuntos —solo hay silencio de otro lado.
—De verdad que yo no te entiendo —dice antes de terminar la llamada, ese extraño sentimiento vuelve a apoderarse de mí. Ella es la única persona que realmente se preocupa por mí sin haber dinero de por medio, mis hermanos trabajan y comen y pueden llevar esa clase de vida por mí, en el caso de mi hermana es igual, tiene una vida de lujos que no puede darse con el emprendimiento actual, mis padres… a ellos yo les daré todo y más, no volveremos a padecer nunca hambre.
Ese fue mi pensamiento cuando me adentré a este mundo con Luka, él fue quien me ha heredado esto, si hubiera un sinónimo de un segundo padre sería él para mí. Éramos una familia grande con gastos mayores, yo tenía 14 años cuando me encontré con él, yo limpiaba cristales de auto, todavía puedo recordarle…
—Eh chico, ¿quieres limpiar más cristales? —dijo desde su Audi color negro, yo miré hacia atrás como no creyendo que me hablaba a mí, luego asentí y me invitó a subir a ese auto… jamás volví a sentirme tan dichoso como esa ocasión.
Él me enseñó todo lo que sé, él me guió, me dio a todos y cada uno de sus contactos, me abrió las puertas y lo cuidé hasta que el cáncer se lo llevó. Fue una de las personas más relevantes en mi vida, gracias a él, mi familia hoy tiene todo lo que tiene, y gracias a él soy quien y como soy.
Ahora yo soy quien llevo sus asuntos, ahora soy yo quien maneja el negocio que fundó, ahora sigo sus prácticas y puede que hasta lo sobrepase, pero eso solo será mi secreto.
Tomo una gran bocanada de aire y me pongo de pie para ir directo al baño, abro la llave de la ducha sin encender la luz y me adentro para sentir el agua fría en todo mi cuerpo. Dudo mucho que pueda soportarlo más, dudo mucho que pueda siquiera dormir un día más, tengo que llamar a ese hombre y pedirle… esto no me hace sentir orgulloso pero no tengo otra opción, perderé la razón.
Me apresuro a darme una ducha, tengo que ir a mi oficina y rectificar un par de inversiones antes de reunirme con Enzo y Alonzo. Pienso en lo que tengo por hacer pero mi mente sigue yendo y viniendo sin piedad. Salgo de la ducha y alcanzo mi móvil en una de las repisas, tecleo el número casi por inercia y timbra un par de veces antes de contestar.
—Quiero el catálogo —digo sin esperar un saludo
—Claro que sí señor Rocco, en un momento se lo estaré haciendo llegar en… ¿su residencia? —pregunta
—No, electrónico—contesto
—Bien, cuente con ello —y termino la llamada, siento un peso menos, debí de haber llamado antes pero pensé que podría controlarlo, pensé que podría dominar mi mente pero nada de eso sucederá, estoy más que seguro de esto… que yo no tengo ningún remedio.
Termino de quitar los restos de agua de mi cuerpo y paso a colocarme un par de pantalones y una camisa, me miro al espejo y no me veo nada bien, mis ojos están enrojecidos y cansados, pienso que difícilmente pueda recuperarme de esto, pero puedo tratarlo… aunque he roto el primer paso, llamar y pedir el catálogo.
Es cuando mi móvil suena anunciando una notificación y me doy cuenta de que es el catálogo. De inmediato me apresuro a abrir el archivo y siento que lo que estoy haciendo no está bien, puede ser que todavía hay una pequeña parte de mí que no ha perdido la razón.
Miro un par de mujeres, rubias, altas, delgadas, mujeres con curvas pero nada me hace detener y mirar con más cuidado, ¿será que esto no es lo que busco?
Sigo mirando fotos de mujeres en ropa interior, en vestidos cortos, ella tiene bonitos ojos, ojos de… compasión, sigo cambiando a la página cuando solo sucede….
—244 —susurro, es el número que le han asignado, es la mujer más bella que he… visto. Pestañeo varias veces y hago un acercamiento a su rostro, es de tez clara, tiene los ojos color miel, no veo ni un solo pecado en ellos, es como si estuvieran hechos para mi, es como si… ella fuera para mí. Miro las especificaciones en la página siguiente:
Lucía
22 años
Altura: 163cm
Peso: 50kg
Experiencia: Virgen
Origen: Chicago, EEUU
Salud: Sin alergias o enfermedades genéticas
Me vuelvo a la página anterior y continúo viendo sus fotografías, en ropa interior, con vestidos de flores pequeñas, en un batón transparente que deja por poco ver su desnudez que me parece perfecta, es ella.
Trago saliva y me concentro en sus labios carnosos, en su cabello color oscuro, en ella… en Lucía, tiene que ser mía ahora. Y cuando estoy a punto de hacer la llamada Enzo me interrumpe.
—Diga —contesto con toda la mala gana
—Disculpa que te moleste tan temprano pero necesitamos que vengas a la oficina, tenemos una reunión con inversionistas de imprevisto y si no estás…
—Ya voy —digo antes de terminar la llamada y bloquear mi móvil termino de cambiarme pero incapaz de apartar de mi mente esos preciosos ojos oscuros. Lucía… vas a ser mía.
LucíaSalgo del café donde trabajo… o trabajaba, este solía ser mi empleo antes de que tomara la decisión. Doy un largo suspiro cuando empujo mi cuerpo fuera del lugar, me he despedido ya de mis compañeros, he seguido al pie de la letra las indicaciones que aquel hombre me ha dado. Ahora camino en dirección a mi casa, no quiero pensar que me despediré de mi madre, no quiero pensar en que esta será la última vez que vea a mamá. Silencio mi mente y tomo el primer autobús que veo, miro la última paga que me han dado y la reúno con el resto de dinero que me han dado como anticipo por haberme postulado en ese famoso catálogo.Si alguien me compra el resto de dinero va a llegar a manos de mi hermana y mi madre podrá continuar viviendo, es por una buena acción y esta es mi única opción. Miro mi parada y bajo del autobús para llegar a casa después de un par de metros. Al abrir la puerta me encuentro a mi hermana sentada en la mesa de la cocina con las manos en su cabeza. —Hey, ¿qué pasa?
ÉlNo puedo dejar de ver sus fotos… ella es perfecta, justo como la he imaginado, y lo mejor de todo es que será mía. No podrá huir, no podrán quitármela, no podrá rechazarme. Ella vivirá para mí y conmigo por el resto de sus días.No es enfermedad, es el deseo de tener el control… el control de su vida, el control de ella… puede que mis pensamientos no sean del todo normales, pero ese soy yo. Tecleo el número del hombre de Boston y timbra dos veces, empujo mi vaso de whisky y doy un trago para tratar de parecer ansioso, no tengo otra manera de controlarme ahora, solo bebiendo y esa no es la mejor opción para mí. Cada vez que pienso en esta mañana lo mejor que he podido hacer es haber solicitado ese catálogo, en realidad fue algo turbio, es un tema que no se maneja normalmente a la luz del día pero es que ahora estaba tan desesperado que no he podido saciarme. Ese hombre recolecta mujeres, ellas están conscientes de su destino, enfermos como yo pueden solo comprarlas y hacer con ell
LucíaEs un poco tarde para arrepentirme de haber tomado esta decisión… Venderme. Y es que no soy una mala mujer, en realidad soy solo una mujer desesperada por ayudar a su familia, a mi madre y a mi hermana, no soy una mujer interesada que busca una mejor vida, esto es un… sacrificio y uno real. Me repito eso en interminables ocasiones. Miro a mi alrededor y el rostro del resto de las mujeres en la sala es igual al mío, sienten miedo, sienten preocupación y pánico. Cierro los ojos y trato de tomar la mayor cantidad de aire que se me permite y entonces mis pensamientos me taladran de nuevo, esa es la peor parte de esta situación, no caer en los pensamientos negativos que me susurran que tal vez alguien me compre para dañarme, para torturarme y después matarme. Al final, es el dinero, la razón por la que estoy aquí… solo dinero. Solía vivir en un barrio en los suburbios de Boston, las cuentas y deudas de mi familia se acumularon hasta asfixiarnos, el hospital de mi madre, sus medicin
LucíaEl hombre pincha el botón del elevador y este se abre, me indica que pase y vuelve a pinchar el botón de lo que parece ser el último piso. Cierro los ojos y puedo oler la costosa loción que usa el hombre calvo. Al abrir los ojos lo miro atento en el móvil, parece una persona normal… una persona normal que se dedica al tráfico de mujeres y que las conduce hasta el lugar donde les indican los compradores. Mis plegarias van hacia no sé donde, no sé si quiero morir rápido o bien que alguien no tan mala persona me haya comprado. Pero al instante entiendo lo estupido de mi pensar. Como cada día recuerdo a mi mamá, espero que el plan haya funcionado. Espero que mi hermana haya cumplido su palabra. Espero haya podido convencerla de que he desaparecido. Muerdo mis labios, tienes que ser fuerte… pero aún puedo sentir sus brazos abrazándome. La puerta del elevador se abre y el calvo indica que camine. Al alzar la mirada me encuentro con un par de camionetas negras polarizadas. Camina
LucíaMis ojos apenas pueden creer lo que están viendo. De unos 35 años, o mayor, cejas y barba poblada, entradas bastante notorias, pero con el cabello perfectamente peinado hacia atrás, sus ojos azules me dejan sin palabras. Mis ojos vagan por su nariz afilada y un poco inclinada hacia un lado, y por último una fina línea por labios. Difícilmente se puede ser más masculino. Su imponente altura y cuerpo ejercitado cubierto por esa camisola azul y pantalón de vestir es… Miro como se acerca hasta donde estoy y mi corazón se pone como loco. ¿De verdad este hombre me compró?, puede tener a quien sea a sus pies… —Eres realmente bella —su acento es… excitante y su voz ronca solo hace que sea más difícil calmarme. Está frente a mí, sus ojos tan… directos me hacen olvidar respirar—. Bella. Alza su mano hasta mi rostro y al sentir lo áspero de su tacto mi piel se eriza al instante.Pasa sus dedos desde mi lóbulo hasta mi barbilla y luego a los labios, mi cabeza da vueltas y me avergüenza
LucíaCuando por fin he terminado de arreglarme me veo en el amplio espejo que descansa en la pared. El vestido se ve bastante bien, ajustado hasta las pantorrillas y de tirantes. Mierda para conocer a los padres no es nada discreto. Llevo unas cómodas zapatillas de pulsera del mismo color del vestido y he seleccionado un bolso de mano. Aliso de nuevo la tela y voy directo a la puerta. La abro lentamente hasta que puedo salir. Tal vez no está bien irme de este lugar sin permiso. —David —llamo pero no hay respuesta —. David, he terminado. Pero no hay nadie en la habitación. Voy directo hasta la puerta de dos hojas y la abro para volver a llamar, pero nadie responde. Camino hasta las escaleras y comienzo a bajarlas, los candelabros me dejan casi ciega, son hermosos. Llego a la planta baja pero no escucho nada. —David —digo con timidez y es cuando una puerta de madera se abre de golpe dejando ver un atractivo hombre con traje gris. —Lucia —estira su mano y trago saliva antes de da
LucíaLa casa es muy lujosa y ordenada, camino con sumo cuidado pero sin dejar de mirar en dirección a David, hasta que se me ha perdido de vista. —Pero que pasa… no muerdo —niego nerviosa y aprieto mis manos. —Disculpa —alza una ceja y luego mira hacia la mesa. —Es la cena especial de mamá, deberíamos de llevarla —asiento y tomo el plato que me entrega en brazos, pero justo en ese instante llegan Orazia y Carmina. —¿Necesitan ayuda? —pregunta Orazia y Pía le entrega otro plato—. ¿Qué pasa Lucia?, ¿estás nerviosa? Me tardo un poco en comprender que la pregunta va dirigida hacia mí. Muerdo mi labio e intento parecer lo más segura.—Sí, un poco —sonrío y las tres mujeres me miran con el ceño fruncido.—Cualquiera diría que no quieres estar aquí, tendré que hablar con mi hermano… —al instante mis ojos se abren como platos. —No… no, estoy bien, estoy… no le digas a David, lo siento he sido muy grosera, lo siento —Pía deja el plato en la mesa y luego me toma de los hombros. —¿Qué te
ÉlLa cena ha ido bastante bien a pesar de que hace muy poco tiempo que nos conocemos, se ha mantenido bastante tranquila tomando en cuenta las diversas preguntas que le han hecho con respecto a su familia. Me da cierta tranquilidad aun que me parece que no puedo bajar la guardia con ella, es como si confiara hasta un punto pero después recuerdo que existe la posibilidad de que juegue conmigo, y eso no voy a permitirlo jamás. Sé que mis hermanos tienen bastantes preguntas sobre su misteriosa aparición, y es que no logro responder mis propias preguntas, ¿por qué la estoy trayendo a casa?, ¿qué mierda estoy pensando al presentarla con mi madre?, dudo mucho que ellos entiendan lo que estoy sintiendo por ella en este momento, en realidad me siento cautivado pero espero que esta relación no se vuelva caótica. A grandes rasgos, dudo que mis hermanos puedan dimensionar lo que Lucía está provocando en mí desde la primera vez que la vi. Mi bella. La miro hablar con bastante naturalidad con m