Capítulo 1

Él

Abro y cierro los ojos un par de veces antes de sentarme en la cama, la noche me ha parecido eterna y no he podido conciliar el sueño a pesar de las pastillas que he tomado, sé lo que tengo que hacer pero he ignorado esa voz por un par de días. Simplemente no es momento para ese tipo de… peticiones. 

Tomo el móvil y veo qué hay un par de notificaciones de entrega, parece ser que mis hermanos por fin han entendido como hacer su trabajo y después de encargarnos de los traidores todo ha caminado bastante bien. 

Miro el sol que entra por la única cortina que no he cerrado, el resto de mi habitación está completamente a oscuras, tomo un largo suspiro cuando escucho mi móvil vibrar en mis manos, al girarlo veo en la pantalla “Mamá” y contesto la llamada

—Diga —mi voz está enronquecida, tengo dolor de cabeza y siento como si no pudiera mantenerme cuerdo. 

—David… buenos días hijo, dime ¿cómo estás?, tengo días que no sé nada de ti, tus hermanos me han dicho que estás ocupado, pero ¿también estás ocupado para ver a tu madre?, oh David, dime que estás bien —la preocupación de mi madre me hace sentir algo extraño en mi pecho. 

—Si madre, estoy bien, es solo que he tenido que hacer un par de viajes para… arreglar un par de asuntos, todo está bien—miento 

—David Rocco, podrás engañar a quien sea pero no a tu madre, yo sé que no estás bien, hijo ¿por qué no te tomas unas vacaciones?, vamos a la isla y desconecta un rato esa cabeza, quiero que dures muchos años y…

—Madre todo está bien, ¿mi padre cómo está?, ¿Pía se está comportando? —pregunto para desviar el tema

—Si, ellos están muy bien, tu hermana va bien con la venta de sus productos, es una buena imagen —asiento y comienzo a sobar mis sienes—. Pero por favor, hazme caso hijo… busca la manera, podemos ir quizás a otro lugar y…

—Te agradezco tu preocupación madre, espero ir a verte mañana, hoy tengo un par de asuntos —solo hay silencio de otro lado.

—De verdad que yo no te entiendo —dice antes de terminar la llamada, ese extraño sentimiento vuelve a apoderarse de mí. Ella es la única persona que realmente se preocupa por mí sin haber dinero de por medio, mis hermanos trabajan y comen y pueden llevar esa clase de vida por mí, en el caso de mi hermana es igual, tiene una vida de lujos que no puede darse con el emprendimiento actual, mis padres… a ellos yo les daré todo y más, no volveremos a padecer nunca hambre. 

Ese fue mi pensamiento cuando me adentré a este mundo con Luka, él fue quien me ha heredado esto, si hubiera un sinónimo de un segundo padre sería él para mí. Éramos una familia grande con gastos mayores, yo tenía 14 años cuando me encontré con él, yo limpiaba cristales de auto, todavía puedo recordarle…

—Eh chico, ¿quieres limpiar más cristales? —dijo desde su Audi color negro, yo miré hacia atrás como no creyendo que me hablaba a mí, luego asentí y me invitó a subir a ese auto… jamás volví a sentirme tan dichoso como esa ocasión. 

Él me enseñó todo lo que sé, él me guió, me dio a todos y cada uno de sus contactos, me abrió las puertas y lo cuidé hasta que el cáncer se lo llevó. Fue una de las personas más relevantes en mi vida, gracias a él, mi familia hoy tiene todo lo que tiene, y gracias a él soy quien y como soy. 

Ahora yo soy quien llevo sus asuntos, ahora soy yo quien maneja el negocio que fundó, ahora sigo sus prácticas y puede que hasta lo sobrepase, pero eso solo será mi secreto. 

Tomo una gran bocanada de aire y me pongo de pie para ir directo al baño, abro la llave de la ducha sin encender la luz y me adentro para sentir el agua fría en todo mi cuerpo. Dudo mucho que pueda soportarlo más, dudo mucho que pueda siquiera dormir un día más, tengo que llamar a ese hombre y pedirle… esto no me hace sentir orgulloso pero no tengo otra opción, perderé la razón. 

Me apresuro a darme una ducha, tengo que ir a mi oficina y rectificar un par de inversiones antes de reunirme con Enzo y Alonzo. Pienso en lo que tengo por hacer pero mi mente sigue yendo y viniendo sin piedad. Salgo de la ducha y alcanzo mi móvil en una de las repisas, tecleo el número casi por inercia y timbra un par de veces antes de contestar.

—Quiero el catálogo —digo sin esperar un saludo

—Claro que sí señor Rocco, en un momento se lo estaré haciendo llegar en… ¿su residencia? —pregunta

—No, electrónico—contesto

—Bien, cuente con ello —y termino la llamada, siento un peso menos, debí de haber llamado antes pero pensé que podría controlarlo, pensé que podría dominar mi mente pero nada de eso sucederá, estoy más que seguro de esto… que yo no tengo ningún remedio. 

Termino de quitar los restos de agua de mi cuerpo y paso a colocarme un par de pantalones y una camisa, me miro al espejo y no me veo nada bien, mis ojos están enrojecidos y cansados, pienso que difícilmente pueda recuperarme de esto, pero puedo tratarlo… aunque he roto el primer paso, llamar y pedir el catálogo. 

Es cuando mi móvil suena anunciando una notificación y me doy cuenta de que es el catálogo. De inmediato me apresuro a abrir el archivo y siento que lo que estoy haciendo no está bien, puede ser que todavía hay una pequeña parte de mí que no ha perdido la razón. 

Miro un par de mujeres, rubias, altas, delgadas, mujeres con curvas pero nada me hace detener y mirar con más cuidado, ¿será que esto no es lo que busco?

Sigo mirando fotos de mujeres en ropa interior, en vestidos cortos, ella tiene bonitos ojos, ojos de… compasión, sigo cambiando a la página cuando solo sucede….

—244 —susurro, es el número que le han asignado, es la mujer más bella que he… visto. Pestañeo varias veces y hago un acercamiento a su rostro, es de tez clara, tiene los ojos color miel, no veo ni un solo pecado en ellos, es como si estuvieran hechos para mi, es como si… ella fuera para mí. Miro las especificaciones en la página siguiente: 

Lucía 

22 años

Altura: 163cm

Peso: 50kg

Experiencia: Virgen

Origen: Chicago, EEUU 

Salud: Sin alergias o enfermedades genéticas

Me vuelvo a la página anterior y continúo viendo sus fotografías, en ropa interior, con vestidos de flores pequeñas, en un batón transparente que deja por poco ver su desnudez que me parece perfecta, es ella. 

Trago saliva y me concentro en sus labios carnosos, en su cabello color oscuro, en ella… en Lucía, tiene que ser mía ahora. Y cuando estoy a punto de hacer la llamada Enzo me interrumpe. 

—Diga —contesto con toda la mala gana

—Disculpa que te moleste tan temprano pero necesitamos que vengas a la oficina, tenemos una reunión con inversionistas de imprevisto y si no estás… 

—Ya voy —digo antes de terminar la llamada y bloquear mi móvil termino de cambiarme pero incapaz de apartar de mi mente esos preciosos ojos oscuros. Lucía… vas a ser mía. 

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