Capítulo 3

Él

No puedo dejar de ver sus fotos… ella es perfecta, justo como la he imaginado, y lo mejor de todo es que será mía. No podrá huir, no podrán quitármela, no podrá rechazarme. Ella vivirá para mí y conmigo por el resto de sus días.

No es enfermedad, es el deseo de tener el control… el control de su vida, el control de ella… puede que mis pensamientos no sean del todo normales, pero ese soy yo. 

Tecleo el número del hombre de Boston y timbra dos veces, empujo mi vaso de whisky y doy un trago para tratar de parecer ansioso, no tengo otra manera de controlarme ahora, solo bebiendo y esa no es la mejor opción para mí. 

Cada vez que pienso en esta mañana lo mejor que he podido hacer es haber solicitado ese catálogo, en realidad fue algo turbio, es un tema que no se maneja normalmente a la luz del día pero es que ahora estaba tan desesperado que no he podido saciarme. Ese hombre recolecta mujeres, ellas están conscientes de su destino, enfermos como yo pueden solo comprarlas y hacer con ellas lo que deseen, al final ellas han decidido por ese destino. 

—Que gusto que haya decidido pronto Rocco, no quiero que pierda a su favorita…

Sí, la tengo, es la número 244 —escucho como repite el número.

—Muy bien, el dinero…

—Ya… se lo envío en unos minutos, ¿es la cuenta que está en el catálogo?

—Así es Rocco, me alegra haber podido servirte… cuando necesites a otra mujer, no dudes en llamar —carraspeo, no necesitaré a otra, ella claramente va a satisfacerme, ella está como hecha a mis más oscuros deseos y mis más sucias intenciones. Ella es perfecta para mí y no he podido dejar de pensar en ella durante todo el día, ni siquiera durante esa estúpida reunión con esos hijos de puta.

—Bien… la espero mañana —contesta afirmativamente y termino con la llamada. 

Miro el reloj y aún falta bastante tiempo para tenerla conmigo… m****a, eso me hace sentir ansiedad, es como si mi cordura estuviera perdida. No sé porque es que me comporto así hace días, y la cereza del pastel fue la alianza forzada que tuvimos que hacer hoy con esos idiotas. Los inversionistas pidieron más abastecimiento y ahora tuvimos que firmar alianza con una familia Italiana que no me agrada para nada, incluso les hice ver que podíamos correr peligro al tenerlos tan cerca de nosotros, pero no me escucharon. Por ahora yo ya tome mis acciones al respecto y retiré mi dinero de los bancos nacionales, es un método de protección contra esas sanguijuelas, porque eso es lo que son, solo buscan más dinero y no están preparados para esta carga de trabajo, pero bueno, nadie parece estar demasiado preocupado por ello.

Estoy tranquilo porque he protegido mis propios intereses y al final esto se va a seguir manteniendo, se equivoque o no está gente. Vuelvo a dar un trago al whisky y siento como es que cala mi garganta, me pongo de pie y siento bastante ansiedad, si tuviera a alguien enfrente probablemente ya me hubiera ido hasta los golpes. 

Me siento desesperado, tomo mi móvil de nuevo y miro sus fotografías, miro a mi alrededor y veo los varios paquetes que han llegado hoy, es su ropa, me he pasado parte de la tarde buscando ropa para ella, de acuerdo a su talla, de acuerdo a lo que a mi me gustaría verle usando. 

Aprieto mis manos, me encantaría tenerla aquí, me encantaría poderla tocar, necesito quemar este tiempo… pero en mi mente solo hay una cosa, ella y la sensación de desearla en este momento… esos bellos ojos. 

Miro de nuevo las fotografías que hay en el catálogo, tiene una boca dulce, puedo sentirla, puedo incluso sentir como es que sus besos saben, tiene hermosas piernas y una silueta perfecta. 

Cierro el catálogo y froto mis ojos, tengo que intentar dormir, por lo menos un par de horas, cuando ella esté aquí todo irá mejor, estoy seguro, cuando la tenga en mis brazos ella me va a pertenecer en cuerpo, mente y… alma, ella si tiene alma. Ella es un ángel y se encontró con un demonio, ¿ella podrá convertir algo en mí?, dudo que tenga un remedio pero… lo intentaré, esta vez parece diferente, esta vez ni siquiera deseo otra cosa que ella y su presencia. 

Voy directo hacia mi habitación y sin encender la luz me deshago de mi ropa, luego me meto en la cama y tomo el suspiro más grande que puedo. Te necesito ya… Lucía, ¿pero cómo puedes necesitar a alguien que solo has visto en fotografías?, debo parecer un loco, pero lo estoy.

No sé cuánto tiempo pasa pero sigo con los ojos cerrados y sin poder conciliar el sueño, pienso en Lucs, ¿qué pensaría de mí en este estado?, él me confesó que se enamoró una vez. Ella fue el amor de su vida y este negocio se la arrebató, es por eso que me advirtió, que me alejara de ese sentimiento, que yo jamás podría sentir amor, porque en ese momento me perdería.

Pero esto no es amor, yo no tengo idea de como es que eso se siente, yo siento ansias de tenerla para mí, siento bastantes ganas de abrazarla y oler su piel, tengo ansias de besar sus labios y… hacerla mía, pero de eso a sentir amor… estoy lejos, muy lejos. 

Tal vez solo es el calor del momento, aunque dudo que me aburra de ella, no sé como decirlo, simplemente lo siento, es como si fuera para mí. 

Incapaz de conciliar el sueño me pongo de pie y voy directo a donde están los paquetes que han llegado, enciendo la luz y comienzo a abrir una de las bolsas, es una marca reconocida de ropa interior, he comprado bastante de esto, quiero verla con todos los colores, con toda clase de prendas, sé que pudiera verla ir y venir con diferentes atuendos y jamás me cansaría… tomo una gran bocanada de aire. Estoy alucinando. Alzó la mirada y es como si la tuviera enfrente. 

—Lucía —llamo pero no hay nada, la necesito ahora. No en un par de horas. 

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