LucíaMe despierto con una palmada en el trasero. Y es cuando recuerdo el lugar en donde estoy. Y con quien estoy. Su erección entre mis piernas me eriza la piel y al moverme la fricción solo hace que me caliente más.—Hmmm, alguien quiere jugar —su ronca voz de nuevo—. ¿Quieres jugar Lucia?—Buenos días —digo aún adormilada mientras me enderezo aún sobre él. Pero no contesta nada, solo se limita a mirarme. Miro hacia abajo y su miembro está aprisionado por mí—. Lo siento.Trato de liberarlo pero sus manos toman mis caderas. Luego su fuerte mirada hace que me detenga. —No te levantas hasta que yo lo diga, bella —muerdo mi labio y asiento sin saber que otra cosa puedo hacer. Tengo tanto que aprender aún, lo que menos quiero es que mi comprador esté molesto con su adquisición y peor aun le parezca que ha perdido su dinero.La verdad es que no sé en que momento es que esto se ha vuelto importante para mí, fuera del hecho que quisiera conservar mi vida ahora busco o anhelo agradarle ver
Él De una manera casi inmediata he perdido la razón, solamente el hecho de pensar que ella pudiera estar pensando en alguien más al estar conmigo me ha hecho enfurecer y temo… de verdad temo lo que pueda hacer, así que me he alejado de ella. He optado por simplemente dejarla sola después de… haberla castigado. Siento un par de extraños pensamientos en mi inconsciente y es que de verdad me siento culpable, el remordimiento me carcome y por un instante siento arrepentimiento tras haber arremetido así contra ella. Mi mente me castiga a mi mismo, conduzco sin ningún rumbo, solamente quiero huir de ese comportamiento, de ese David que ha castigado a Lucía y le ha dicho que… mierda, no he perdido el apetito, claro que no lo he hecho. No he podido sacarla de mi mente desde hace días, claro que no he perdido el apetito sexual y el deseo por ella, lo que ha pasado es que he perdido la cabeza y solo por pensar que ella puede imaginarse con otro hombre que no sea yo… ¿en qué momento?, ella es
LucíaNo sé cuánto tiempo ha pasado desde que David se fue, pero no me he movido de la cama, debido a las nalgadas la única posición en la que puedo estar tranquila es boca abajo. Ha oscurecido ya, está a punto de meterse el sol, los atardeceres en este lugar son realmente hermosos, es lo único que me consuela después de este número. Han llamado a la puerta un par de veces pero no he respondido, tampoco han entrado y sé que si se tratara de David entraría sin avisar, es por ello que prefiero no contestar, no quiero que me vean así.Mi mente no me ha dejado de moler. ¿Qué hice mal?, ¿por qué David no puede confiar en lo que digo?, ¿por qué se alejó de mí?, sus palabras aún retumban en mi mente, “me has hecho perder el apetito”. La puerta se abre de golpe pero estoy de espaldas a ella. Sé que es él, pero no quiero mirarlo, no tengo los ánimos y mucho menos la fuerza física. Solo me siento culpable y estúpida. —Lucia —llama y con trabajo me giro, tardando mucho más tiempo del que de
Él Siento su cuerpo acurrucado en mi regazo, por fin ella es mía, su mente, su cuerpo me pertenece y es que nadie más había estado con ella. Es un extraño sentimiento en mi pecho en donde puedo sentir que ella me pertenece y esa gratificación es alucinante. Recorro con mis dedos su espalda y la atraigo hacia mí, se siente tan bien, incluso puedo oler mi aroma en su piel. Me siento hasta este punto como alguien feliz, un extraño revoloteo en mi pecho, una tranquilidad que hace muchísimo tiempo no sentía y la realidad es que no se compara. La atraigo más hacia mí hasta escuchar su leve respiración, siento que puedo cerrar los ojos y sentir esas leves ganas de dormir en paz, es como si me sintiera seguro y sé que ella estará junto a mí cuando despiertes así que mi cuerpo cede. Tengo un extraño sueño, estoy en un jardín y puedo ver a Lucía de espaldas, no puedo ver su rostro pero sé que es ella. Me apresuro a llegar hasta donde está, y la abrazo por detrás pero se esfuma de inmediato
Lucía—¿Te ha gustado? —su ronca voz me despierta, trato de moverme debido a la sorpresa pero me detiene de inmediato con sus fuertes manos. —Sí, me ha encantado —digo con el rostro acalorado y mi voz pareciendo un balbuceo.—Supongo que no te imaginabas que tu primera vez fuera con un hombre que robo tu libertad —muerdo mi labio inferior y ahogo mis pensamientos, en realidad jamás me lo hubiese imaginado pero las mismas circunstancias me han llevado a estar en este lugar.—Creo que no habría querido nada más —digo sin estar completamente segura de mis palabras, ¿pero qué otra cosa puedo decir?, tal vez que yo hubiese estado en la escuela o buscando un empleo o… cuidando a mamá… ella me necesitaba, ella necesitaba este dinero así que yo… lo hice por ella. Su cabeza se levanta de mi pecho y toma mi mentón con sus manos.—No juegues conmigo Lucia —dice y el miedo sorpresivamente se apodera de mi, yo niego con los ojos bien abiertos. —No estoy jugando —muerdo mi labio inferior—. No qui
Él Miro de nuevo a las personas que están frente a mi ya medio inconscientes, este es su problema no el mío, ellos fueron a quienes les pareció buena idea meterse conmigo. Tomo un gran suspiro y es que apenas puedo creer que se hayan atrevido a comenzar a robarnos, desestabilizar nuestras entregas y sobre todo suponer que yo no me iba percatar de ello. —Ustedes que de verdad no piensan, ¿es que no entienden que cuando deciden trabajar para mí no hay otra opción más que obedecerme?, ¿es tan difícil de entender? —pregunto mientras tomo de nuevo mi arma que descansa en la mesa frente a mi—. Cuando ustedes decidieron que esto sería una buena idea… perdieron su vida. —Por… por favor señor —dice uno de los más jóvenes —. Yo solo obedecí a… —A la gente equivocada —completo y apunto mi arma en su frente—. Tu atentaste contra tu propio futuro.Disparo el arma haciendo que el resto de los presentes se estremezcan y de manera inconsciente sonrío, es una sensación que me llena la mente y estr
ÉlAbro y cierro los ojos un par de veces antes de sentarme en la cama, la noche me ha parecido eterna y no he podido conciliar el sueño a pesar de las pastillas que he tomado, sé lo que tengo que hacer pero he ignorado esa voz por un par de días. Simplemente no es momento para ese tipo de… peticiones. Tomo el móvil y veo qué hay un par de notificaciones de entrega, parece ser que mis hermanos por fin han entendido como hacer su trabajo y después de encargarnos de los traidores todo ha caminado bastante bien. Miro el sol que entra por la única cortina que no he cerrado, el resto de mi habitación está completamente a oscuras, tomo un largo suspiro cuando escucho mi móvil vibrar en mis manos, al girarlo veo en la pantalla “Mamá” y contesto la llamada—Diga —mi voz está enronquecida, tengo dolor de cabeza y siento como si no pudiera mantenerme cuerdo. —David… buenos días hijo, dime ¿cómo estás?, tengo días que no sé nada de ti, tus hermanos me han dicho que estás ocupado, pero ¿tambié
LucíaSalgo del café donde trabajo… o trabajaba, este solía ser mi empleo antes de que tomara la decisión. Doy un largo suspiro cuando empujo mi cuerpo fuera del lugar, me he despedido ya de mis compañeros, he seguido al pie de la letra las indicaciones que aquel hombre me ha dado. Ahora camino en dirección a mi casa, no quiero pensar que me despediré de mi madre, no quiero pensar en que esta será la última vez que vea a mamá. Silencio mi mente y tomo el primer autobús que veo, miro la última paga que me han dado y la reúno con el resto de dinero que me han dado como anticipo por haberme postulado en ese famoso catálogo.Si alguien me compra el resto de dinero va a llegar a manos de mi hermana y mi madre podrá continuar viviendo, es por una buena acción y esta es mi única opción. Miro mi parada y bajo del autobús para llegar a casa después de un par de metros. Al abrir la puerta me encuentro a mi hermana sentada en la mesa de la cocina con las manos en su cabeza. —Hey, ¿qué pasa?