LucíaNo sé cuánto tiempo ha pasado desde que David se fue, pero no me he movido de la cama, debido a las nalgadas la única posición en la que puedo estar tranquila es boca abajo. Ha oscurecido ya, está a punto de meterse el sol, los atardeceres en este lugar son realmente hermosos, es lo único que me consuela después de este número. Han llamado a la puerta un par de veces pero no he respondido, tampoco han entrado y sé que si se tratara de David entraría sin avisar, es por ello que prefiero no contestar, no quiero que me vean así.Mi mente no me ha dejado de moler. ¿Qué hice mal?, ¿por qué David no puede confiar en lo que digo?, ¿por qué se alejó de mí?, sus palabras aún retumban en mi mente, “me has hecho perder el apetito”. La puerta se abre de golpe pero estoy de espaldas a ella. Sé que es él, pero no quiero mirarlo, no tengo los ánimos y mucho menos la fuerza física. Solo me siento culpable y estúpida. —Lucia —llama y con trabajo me giro, tardando mucho más tiempo del que de
Él Siento su cuerpo acurrucado en mi regazo, por fin ella es mía, su mente, su cuerpo me pertenece y es que nadie más había estado con ella. Es un extraño sentimiento en mi pecho en donde puedo sentir que ella me pertenece y esa gratificación es alucinante. Recorro con mis dedos su espalda y la atraigo hacia mí, se siente tan bien, incluso puedo oler mi aroma en su piel. Me siento hasta este punto como alguien feliz, un extraño revoloteo en mi pecho, una tranquilidad que hace muchísimo tiempo no sentía y la realidad es que no se compara. La atraigo más hacia mí hasta escuchar su leve respiración, siento que puedo cerrar los ojos y sentir esas leves ganas de dormir en paz, es como si me sintiera seguro y sé que ella estará junto a mí cuando despiertes así que mi cuerpo cede. Tengo un extraño sueño, estoy en un jardín y puedo ver a Lucía de espaldas, no puedo ver su rostro pero sé que es ella. Me apresuro a llegar hasta donde está, y la abrazo por detrás pero se esfuma de inmediato
Lucía—¿Te ha gustado? —su ronca voz me despierta, trato de moverme debido a la sorpresa pero me detiene de inmediato con sus fuertes manos. —Sí, me ha encantado —digo con el rostro acalorado y mi voz pareciendo un balbuceo.—Supongo que no te imaginabas que tu primera vez fuera con un hombre que robo tu libertad —muerdo mi labio inferior y ahogo mis pensamientos, en realidad jamás me lo hubiese imaginado pero las mismas circunstancias me han llevado a estar en este lugar.—Creo que no habría querido nada más —digo sin estar completamente segura de mis palabras, ¿pero qué otra cosa puedo decir?, tal vez que yo hubiese estado en la escuela o buscando un empleo o… cuidando a mamá… ella me necesitaba, ella necesitaba este dinero así que yo… lo hice por ella. Su cabeza se levanta de mi pecho y toma mi mentón con sus manos.—No juegues conmigo Lucia —dice y el miedo sorpresivamente se apodera de mi, yo niego con los ojos bien abiertos. —No estoy jugando —muerdo mi labio inferior—. No qui
LucíaHe despertado y sigo sin tener una sola noticia de David, es muy extraño pues el reloj marcan las 2 de la mañana y los programas en la televisión no tienen el mismo efecto de entretenimiento. La verdad es que hace bastante tiempo que no me dedicaba a ver el televisor, todo ha sido nuevo desde hace días.He dormido y también he dado vueltas por la cama, necesito saber dónde está así que decido ir a buscarle. Salgo de la habitación y recorro todo el pasillo hasta llegar a las escaleras, el lugar está completamente desierto. Al bajar puedo ver un par de luces encendidas en la sala de estar y en la cocina, pero no encuentro a ni una sola persona.Veo un par de puertas y pienso un par de veces antes de llamar pero al final golpeo levemente sin recib
ÉlNo puedo ni siquiera pensar en lo que ha sucedido. No puedo ni quiero imaginar que ese asqueroso animal pudo tocar a Lucía, mi Lucía, ¿cómo se atreve?Escucho como mis hermanos hablan sobre el suceso, también sobre cuáles serán nuestras próximas acciones, mi mente solo va hacia una cosa: matar a quien haya orquestado esto, encontrar al culpable, mi mente solo vive venganza.—No lo sé, salvo que tú me indiques otra cosa, yo opino que tenemos que acordar una reunión con los Tattali, asegurarnos de que…—Es una estupidez Enzo… está claro que ellos van a negar la acción —contesto con la mirada
LucíaVeo a mamá… está llorando. Miro como sus labios se mueven pero ya no escucho su voz, luego toma mi mano y la besa.—Mamá, ¿qué pasa?, estoy bien… lo he hecho por ti, todo esto es por ti, estarás bien y yo… también —en mi mente hay una pequeña posibilidad de volver a verla… tal vez David… niego y beso sus manos.—Te extraño mamá —y de pronto lo sé. Sé que solo es un sueño, siento como mi cuerpo es alzado y mis ojos se abren. Siento su calor, es el calor tan familiar de David y es aroma a puro. Al alzar la mirada veo cómo es que sube las escaleras y me refugio en su cuello que huele a puro y a alcohol.—&iques
LucíaAl terminar de arreglarme salgo a la habitación y miro al atractivo hombre con un pantaloncillo color negro y una polo gris, luce muy masculino, sus cejas se juntan mientras acerca la última maleta. Luego me encuentra con la mirada y camina hasta mi para tomarme de la mano y bajar hacia la primera planta de su casa.Cuando estamos casi por llegar a la puerta me encuentro con la mucama indiscreta, afortunadamente no levanta ni un poco la mirada y yo no puedo apartarla hasta asegurarme de que no ha visto a David.—Luces como una gatita en celo —al escuchar sus palabras me avergüenzo un poco, pero ¿cómo pretende que no me moleste?Llegamos hasta la puerta principal donde un par de hombres, los que ya había visto antes n
Lucía—Están aquí Señor —escucho una voz masculina y luego la puerta estrellarse.—¡Mierda Lucia! —tardo un momento en recomponerme de la sorpresa. Miro que la puerta está deshecha, mi corazón se ha disparado.—¡Estás loco David! —grita Pía, pero la mirada furiosa de David se concentra en mí y luego recuerdo la mirada que le lanzó a la azafata, esa estúpida azafata que no aguanta sus nalgadas y extraños gustos, cambios de humor y posesividad—. Sólo hemos venido a descansar mientras tú te comías a la estúpida azafata.Mi boca cae al suelo y niego varias veces, ¿Cómo ha podido hablarle así a David?&