Él Siento su cuerpo acurrucado en mi regazo, por fin ella es mía, su mente, su cuerpo me pertenece y es que nadie más había estado con ella. Es un extraño sentimiento en mi pecho en donde puedo sentir que ella me pertenece y esa gratificación es alucinante. Recorro con mis dedos su espalda y la atraigo hacia mí, se siente tan bien, incluso puedo oler mi aroma en su piel. Me siento hasta este punto como alguien feliz, un extraño revoloteo en mi pecho, una tranquilidad que hace muchísimo tiempo no sentía y la realidad es que no se compara. La atraigo más hacia mí hasta escuchar su leve respiración, siento que puedo cerrar los ojos y sentir esas leves ganas de dormir en paz, es como si me sintiera seguro y sé que ella estará junto a mí cuando despiertes así que mi cuerpo cede. Tengo un extraño sueño, estoy en un jardín y puedo ver a Lucía de espaldas, no puedo ver su rostro pero sé que es ella. Me apresuro a llegar hasta donde está, y la abrazo por detrás pero se esfuma de inmediato
Lucía—¿Te ha gustado? —su ronca voz me despierta, trato de moverme debido a la sorpresa pero me detiene de inmediato con sus fuertes manos. —Sí, me ha encantado —digo con el rostro acalorado y mi voz pareciendo un balbuceo.—Supongo que no te imaginabas que tu primera vez fuera con un hombre que robo tu libertad —muerdo mi labio inferior y ahogo mis pensamientos, en realidad jamás me lo hubiese imaginado pero las mismas circunstancias me han llevado a estar en este lugar.—Creo que no habría querido nada más —digo sin estar completamente segura de mis palabras, ¿pero qué otra cosa puedo decir?, tal vez que yo hubiese estado en la escuela o buscando un empleo o… cuidando a mamá… ella me necesitaba, ella necesitaba este dinero así que yo… lo hice por ella. Su cabeza se levanta de mi pecho y toma mi mentón con sus manos.—No juegues conmigo Lucia —dice y el miedo sorpresivamente se apodera de mi, yo niego con los ojos bien abiertos. —No estoy jugando —muerdo mi labio inferior—. No qui
Él Miro de nuevo a las personas que están frente a mi ya medio inconscientes, este es su problema no el mío, ellos fueron a quienes les pareció buena idea meterse conmigo. Tomo un gran suspiro y es que apenas puedo creer que se hayan atrevido a comenzar a robarnos, desestabilizar nuestras entregas y sobre todo suponer que yo no me iba percatar de ello. —Ustedes que de verdad no piensan, ¿es que no entienden que cuando deciden trabajar para mí no hay otra opción más que obedecerme?, ¿es tan difícil de entender? —pregunto mientras tomo de nuevo mi arma que descansa en la mesa frente a mi—. Cuando ustedes decidieron que esto sería una buena idea… perdieron su vida. —Por… por favor señor —dice uno de los más jóvenes —. Yo solo obedecí a… —A la gente equivocada —completo y apunto mi arma en su frente—. Tu atentaste contra tu propio futuro.Disparo el arma haciendo que el resto de los presentes se estremezcan y de manera inconsciente sonrío, es una sensación que me llena la mente y estr
ÉlAbro y cierro los ojos un par de veces antes de sentarme en la cama, la noche me ha parecido eterna y no he podido conciliar el sueño a pesar de las pastillas que he tomado, sé lo que tengo que hacer pero he ignorado esa voz por un par de días. Simplemente no es momento para ese tipo de… peticiones. Tomo el móvil y veo qué hay un par de notificaciones de entrega, parece ser que mis hermanos por fin han entendido como hacer su trabajo y después de encargarnos de los traidores todo ha caminado bastante bien. Miro el sol que entra por la única cortina que no he cerrado, el resto de mi habitación está completamente a oscuras, tomo un largo suspiro cuando escucho mi móvil vibrar en mis manos, al girarlo veo en la pantalla “Mamá” y contesto la llamada—Diga —mi voz está enronquecida, tengo dolor de cabeza y siento como si no pudiera mantenerme cuerdo. —David… buenos días hijo, dime ¿cómo estás?, tengo días que no sé nada de ti, tus hermanos me han dicho que estás ocupado, pero ¿tambié
LucíaSalgo del café donde trabajo… o trabajaba, este solía ser mi empleo antes de que tomara la decisión. Doy un largo suspiro cuando empujo mi cuerpo fuera del lugar, me he despedido ya de mis compañeros, he seguido al pie de la letra las indicaciones que aquel hombre me ha dado. Ahora camino en dirección a mi casa, no quiero pensar que me despediré de mi madre, no quiero pensar en que esta será la última vez que vea a mamá. Silencio mi mente y tomo el primer autobús que veo, miro la última paga que me han dado y la reúno con el resto de dinero que me han dado como anticipo por haberme postulado en ese famoso catálogo.Si alguien me compra el resto de dinero va a llegar a manos de mi hermana y mi madre podrá continuar viviendo, es por una buena acción y esta es mi única opción. Miro mi parada y bajo del autobús para llegar a casa después de un par de metros. Al abrir la puerta me encuentro a mi hermana sentada en la mesa de la cocina con las manos en su cabeza. —Hey, ¿qué pasa?
ÉlNo puedo dejar de ver sus fotos… ella es perfecta, justo como la he imaginado, y lo mejor de todo es que será mía. No podrá huir, no podrán quitármela, no podrá rechazarme. Ella vivirá para mí y conmigo por el resto de sus días.No es enfermedad, es el deseo de tener el control… el control de su vida, el control de ella… puede que mis pensamientos no sean del todo normales, pero ese soy yo. Tecleo el número del hombre de Boston y timbra dos veces, empujo mi vaso de whisky y doy un trago para tratar de parecer ansioso, no tengo otra manera de controlarme ahora, solo bebiendo y esa no es la mejor opción para mí. Cada vez que pienso en esta mañana lo mejor que he podido hacer es haber solicitado ese catálogo, en realidad fue algo turbio, es un tema que no se maneja normalmente a la luz del día pero es que ahora estaba tan desesperado que no he podido saciarme. Ese hombre recolecta mujeres, ellas están conscientes de su destino, enfermos como yo pueden solo comprarlas y hacer con ell
LucíaEs un poco tarde para arrepentirme de haber tomado esta decisión… Venderme. Y es que no soy una mala mujer, en realidad soy solo una mujer desesperada por ayudar a su familia, a mi madre y a mi hermana, no soy una mujer interesada que busca una mejor vida, esto es un… sacrificio y uno real. Me repito eso en interminables ocasiones. Miro a mi alrededor y el rostro del resto de las mujeres en la sala es igual al mío, sienten miedo, sienten preocupación y pánico. Cierro los ojos y trato de tomar la mayor cantidad de aire que se me permite y entonces mis pensamientos me taladran de nuevo, esa es la peor parte de esta situación, no caer en los pensamientos negativos que me susurran que tal vez alguien me compre para dañarme, para torturarme y después matarme. Al final, es el dinero, la razón por la que estoy aquí… solo dinero. Solía vivir en un barrio en los suburbios de Boston, las cuentas y deudas de mi familia se acumularon hasta asfixiarnos, el hospital de mi madre, sus medicin
LucíaEl hombre pincha el botón del elevador y este se abre, me indica que pase y vuelve a pinchar el botón de lo que parece ser el último piso. Cierro los ojos y puedo oler la costosa loción que usa el hombre calvo. Al abrir los ojos lo miro atento en el móvil, parece una persona normal… una persona normal que se dedica al tráfico de mujeres y que las conduce hasta el lugar donde les indican los compradores. Mis plegarias van hacia no sé donde, no sé si quiero morir rápido o bien que alguien no tan mala persona me haya comprado. Pero al instante entiendo lo estupido de mi pensar. Como cada día recuerdo a mi mamá, espero que el plan haya funcionado. Espero que mi hermana haya cumplido su palabra. Espero haya podido convencerla de que he desaparecido. Muerdo mis labios, tienes que ser fuerte… pero aún puedo sentir sus brazos abrazándome. La puerta del elevador se abre y el calvo indica que camine. Al alzar la mirada me encuentro con un par de camionetas negras polarizadas. Camina