Al CEO ruso lo pasaron a qué recogiera su reloj, cartera y cinturón, de haberlos llevado con él, lo habrían asaltado en la celda. Adriano ya lo esperaba justo en la salida acompañado del senador Montana. — Vaya, Adriano tengo que confesarte que te sabía un buen abogado, pero esto... Esto es... sorprendente, solucionaste todo en tiempo récord, ¿Que fue lo que pasó? — Paso que el comandante y el abogado del tipo al que golpeaste se coludieron para actuar en tu contra y darte sabra el diablo cuántos años de prisión. Pero... — Pero afortunadamente los contactos son muy importantes, el CEO Montana vino y puso en evidencia al comandante, ya no será más un problema, tampoco ese hombre, Carlos Ontiveros. Por cierto, ¿No te robaron nada ahí dentro? — Entonces, tú... ¿Viniste a ayudarme? Y no, Adriano, me protegiste bien, gracias por eso. — Sergey estaba escéptico, Montana era quien había ayudado a su cuñado a esconder a Isabella cuando la buscaba día y noche. — Si... te lo debía
El CEO se quedó de pie mal encarado, necesitaba una explicación,por qué no se le creía a él. — Estoy esperando tu respuesta mujercita... — El hombre tenía las manos en la cintura. — Ohhh, no seas gruñón Sergey, es obvio que voy a creerle más a Ismael que a ti por qué mi hermano si va a decirme la verdad por dura que parezca, en cambio tu me ocultarás las cosas para que yo no me preocupe, ¿O me equivoco? — No te oculto nada, ¿De que hablas? Siempre te hablo con la verdad. Es verdad que trato a medida de lo que puedo de no preocuparte por qué estás delicada por el embarazo. Quiero cuidarte y protegerte de todo y de todos, así que me ofende que no creas en mi palabra. — El hombre se cruzó de brazos bastante molesto. — Deja el drama, ruso, es normal que mi hermana confíe ciegamente en mi, nos criamos juntos y además nunca le he mentido, ni le he hecho daño... En comparación de otros. — No es lo mismo tu relación con Isabella que mi relación con ella, nosotros somos pareja,
Esa tarde noche la familia ivanov cenó y convivió de lo más contenta, parecía que el alma les había regresado al cuerpo de nuevo. Isabella observaba todo a su alrededor, ella estaba un poco pensativa. — Querida, estás muy callada, ¿Dime si te sucede algo? ¿Si sientes alguna molestia en la barriga, o sientes dolor? Debes decirme, iremos enseguida al hospital a que te vea médico. — El CEO se estaba preocupando. — No tengo dolor Sergey, el embarazo está bien, el bebé se ha estado moviendo mucho. Lo que quiero es... Quiero volver a Rusia, este país es... bueno, pero quiero vivir en un lugar en donde mis hijos estén a salvo, y ya hemos pasado por mucho aquí. Secuestraron a Alexander, Aleksey tuvo pulmonía, a ti te dieron dos tiros que casi te matan y yo estaba muy preocupada. Solo... solo quiero una vida tranquila con mis hijos y mi espo... Los bellos ojos de la chef estaban un poco tristes, eso no le gustó para nada al hombre ruso. — Hey... Cariño, no te pongas así princesa, e
El asombro de Sergey por la petición de su bella esposa se tuvo que quedar para después. En ese momento Sergey puso en marcha su habilidad con la lengua, probó el sexo de su mujer llevándola a las estrellas, escucharla gemir su nombre, pedirle más y ser hablado de los cabellos lo tenía duro al máximo. — Oh sí, Sergey, más... Dame más... No pares cariño.... El ruso no necesitó de mucho tiempo para hacerla correr, bebió los jugos de su bella mujer con deleite. Ella quedó sin fuerzas sobre la cama, con sus manos aún tocando los oscuros cabellos del hombre. — Isabella... Isabella... ¿Estás bien? Hey... Cariño, respóndeme. — Hmmm... El CEO se puso de pie de inmediato, ¿Acaso estaba pasando lo que creía? Se acercó a la mujercita y se dió cuenta de que se había quedado cómodamente dormida abrazando una almohada. — Pero que... Te quedaste dormida Isabella, ¿Entonces yo que hago ahora con esto? — El hombre se refería a su miembro despierto. — ¡Tendré que atenderme yo solo,
Sergey fue sorprendido por su mujer, en un principio creyó que estaba soñando, hasta que pudo sentir mejor la calidez del interior de Isabella. La bella mujer se comenzó a mover lentamente, después aceleró los movimientos, en menos de nada ya tenía al CEO en dónde quería, tomándola de las caderas y atrayéndola hacia él. El movimiento estaba sincronizado en un vaivén, pronto Sergey besó todo el cuerpo de su mujer, la hizo gemir hasta llevarla a un explosivo orgasmo mientras gritaba su nombre. La había dejado totalmente satisfecha. Sergey siguió embistiendo a su bella Isabella, dejándose llevar por el deseo y la pasión que despertaba en el, se corrió hasta dejar la última gota de su semen en su vientre. Estaba seguro de que de no haber estado embarazada, la habría embarazado de nuevo esa mañana. (....) El fin de semana llegó. Los trillizos se habían levantado un poco más tarde, todo el equipo que trabajaba en el jardín no entraba para nada a la mansión, así que no se dieron
El CEO ayudó a limpiar las lágrimas del rostro de su amada Isabella. le dió un poco de agua a beber para que se calmara un poco. Después la dejó ir a saludar a sus amigas para que se le pasara lo sensible que se encontraba. Adriano De Luca había llegado con su prometida Fiorela, ella estaba por cumplir tres meses de embarazo y la cuidaba como a su mayor tesoro. — Adriano, relájate un poco, hay mucha seguridad aquí, la comida está hecha por chefs con estrellas Michelin, el pastel por repostería franceses al igual que los bocadillos. No le va a pasar nada a Fiorela. — ¿Se me nota tanto que estoy inquieto? Es que con él embarazo de mi mujer estoy un poco ansioso. Fiorela es... A ella le gusta retarme, y es algo rebelde. Le gusta comer cosas que no debería, y lo hace a mis espaldas. — Bueno pues... haya mucha comida hoy, esperemos que le apetezca lo más sano. — Respondió Sergey. Más justamente la vieron a la distancia comiéndose un delicioso y enorme algodón de azúcar. A Adr
Apolo Valentain no era cualquier CEO, muy pocas personas podían llegar a él, su carácter era mal humorado y tenía poca paciencia. El hombre levantó el dedo de en medio a su amigo. No iba a hacerle trillizas a su esposa para los tres pequeños demonios de Sergey, no señor. El CEO ruso rió por la respuesta que su amigo le dió. — Papá, creo que al tío Apolo no le agradó la idea. Ahhh... Que difícil es encontrar una para él futuro, los tíos son muy exigentes. — Alexandrito comentaba a su padre. — No te preocupes, hallarás una buena chica, solo procura ser un buen hombre cuando crezcas, ¿Entiendes? — Entiendo papá, iré a jugar con Alexander y Aleksey. — ¿Dónde están ellos? — Están interrogando a las cigüeñas para saber quién de ellas traerá el bebé de mamá. — Pero que... No le vayan a arrancar una sola pluma a esas aves, son mágicas y si les hacen daño se vengarán, ve y diles a tus hermanos. El niño corrió a dar el mensaje de su padre, mientras tanto Sergey buscó a su
— ¡Es una nena, Pero que bien supieron esconderlo, felicidades Isabella! Por un momento pensé que tendrías solo niños Ivanov, lo que llevaría a Sergey a complicarse por a quien poner al mando de sus empresas. Ismael abrazaba a su hermana, estaba feliz de saber que tendría una sobrinita. — Muchas gracias Ismael, también me alegra que tú vayas a tener un varoncito que siga tus pasos y te suceda en el futuro. Llegué a pensar que no te casarías nunca, con lo frío e indiferente que siempre fuiste. Creí que en el futuro te tendría que prestar a uno de mis trillizos para que fuera tu aprendiz. — Por supuesto que no, no puedo prestarle a uno de mis trillizos a Rossi, los necesito a los tres, ya les tengo designadas sus áreas. — El CEO ruso saltó de inmediato, a él no le quitaban a ninguno de sus pollitos. — Pero que egoísta resultaste ser, ruso, yo recibí a los trillizos, los arrullé y los cargué por noches enteras, deberías de prestarme uno, tu tienes muchos hijos. — Puede ser q