Al día siguiente la asistente ojiverde no revisó su celular, su padre y ella salieron con rumbo a la clínica después de pasar por toda una osadía para bajar los escalones de la gran escalera que la mansión tenía. — Papá, gracias por acompañarme al doctor, sé lo ocupado que estás últimamente. — Eres mi princesa, estás lastimada, ¿Cómo no vendría a acompañarte? Por cierto querida, hoy tengo una cena con un CEO importante, me gustaría muchísimo que estuvieras presente. Grace también nos acompañará, sé que a veces es insoportable pero es importante para mí que esten en el comedor a las ocho de la noche. — Papá, pero... mírame, no estoy en condiciones de asistir a ningún evento o cena. Estoy herida, papá — La linda jóven se hacía consentir por su amado padre. Ellos tenían una relación muy unida y llena de cariño. (....) En la villa de Isabella, a ella se le había olvidado que la manija de la puerta de su habitación estaba dañada por tantos intentos de entrar de los trillizos,
Isabella y Sergey escucharon a su hijo y lo primero que pensaron es que habían sido atrapados con las manos en la masa... por segunda ocasión. — ¡¿Qué...? ¡Hay por dios, mi hermano está aquí! ¡Me va a encontrar contigo... y en esta situación tan bochornosa, carajo, carajo! ¡Sueltame, sueltame y sal de mi habitación, Si Isamel te encuentra en mi recámara y semidesnudo, yo...! ¿Qué hago ahora? No le he dicho que te quedaste en mi villa y que... Isabella se había olvidado de que estaba desnuda cuando Sergey la colocó cuidadosamente en la alfombra. No entendía por qué la mujercita estaba tan alterada y que cualquiera diría que se le había aparecido el diablo. — Me gustaría que te tranquilizaras, tampoco es como si te hubieses acostado con un delincuente o con un monstruo. Soy yo, Sergey, el padre de tus hijos, el hombre que te ama. Estás a salvo conmigo, Isabella, Es mejor que tú hermano se entere de que estamos juntos. — ¿Qué...? !Tú y yo no estamos juntos, solo... solo dormim
La bella chef se sonrojó con la profunda respuesta que el CEO ruso le dió, buscó un dejo de mentira en su fría mirada pero no encontró nada, él le estaba hablando con la verdad. — Yo... me voy a vestir — La mujercita salió huyendo hacia el enorme y amplio armario que tenía para ella sola. Sergey se quedó y se metió bajo la regadera. Al salir ya estaba sobre la cama un costoso traje verde olivo, camisa negra, ropa interior, calcetines y zapatos a juego. El asistente Enrique ya se había encargado de ponerlo ahí para su jefe Sergey se vistió peino su cabello y esperó a que Isabella terminara de maquillarse. (...) En la sala de estar, mientras Ismael bebia un café que la mucama le había llevado, sus sobrinos que estaban sentados también en los cómodos sofás, lo observaban detenidamente. — Tío Ismael, ¿Te duele mucho la ceja? Tienes el rostro con moretones, ¿Por qué le pegaste a papá? ¿Por qué te peleaste con él? — Aleksey preguntaba, sus hermanos también querían saber y espe
Ismael se daba cuenta de que en muy poco tiempo Sergey Ivanov se había ganado la simpatía de sus hijos. Se preguntaba como lo había logrado, sobre todo sabiendo que esos niños no eran tan sencillos de lidiar. — Alexander, ¿En verdad estás dispuesto a penalizar a tu querido tío? Yo te cargué desde recién nacido, no tu padre. — Eso es por qué mamá se escondió de él por qué creyó que se iba a casar con otra mujer, pero papá dijo que nos ha buscado todos los días desde hace mucho tiempo. — Alexander expresó lo que entendía como razón por la cual su papá no había estado con ellos. — Papá nos quiere, él dijo que siempre nos ha querido a los trillizos, que somos sus tesoros. Yo quiero a papá, siempre quise un papá como él, Sin papá somos bastardos para todo el mundo. ¿Por qué no lo entiendes tío que todos los niños necesitan de un padre que los cuide y los quiera? Alexander así de pequeño le estaba dando una lección a su duro tío. Viendo cómo sus sobrinos se apegaban a su padre, q
El asombro de la bella pelirroja fue tanto que se quedó sin palabras y clavada en su sitio, se trataba de su jefe, su malhumorado jefe. ¿Qué diablos hacía él en su casa? ¿Acaso la había venido a supervisar sobre el pie y su evolución? — Buenas noches señorita Smith. Me disculpo si mi presencia le sorprende de esta forma. — El CEO Larsson estaba perdido en la belleza de Griselda, siempre la veía vestida en ropa de oficina, y aunque se veía preciosa, hoy estaba deslumbrante. — No, yo... Ya me siento mucho mejor. Mañana tengo cita con el médico y... estoy segura que me dará de alta. Podré presentarme a trabajar pronto, bueno... si es que todavía está disponible mi puesto de asistente de presidencia... Griselda miraba a su apuesto jefe que vestía de traje hecho a medida color café claro, camisa beige, zapatos cafés y un costoso reloj en la muñeca, sus verdes ojos de un tono diferente a ella resaltaban en su masculino rostro. — No estoy aquí por ese tema, pero me da gusto que ya
La hermanastra Grace, no dejó de sonreírle y hacer plática al apuesto jefe de su hermana. Quería que se fijara en ella obviamente, así que hacía de todo para lograr opacar a su hermana Griselda en todo. — Entonces... ¿Es usted casado o soltero, William? Sabemos que es un hombre muy exitoso, imagino que debe tener docenas de chicas casaderas detrás suyo. — *Con el genio que se carga, la verdad es que lo dudo mucho* — Pensaba para si misma la bella ojiverde, en realidad nunca le había conocido a ninguna novia que lo visitara en la oficina. — La verdad es que el trabajo consume mucho de mi tiempo, no he tenido un momento para relajarme y tener una relación, soy soltero, la única mujer con la que convivo todos los días es con la señorita Smith. — Profesionalmente... Nosostros solo nos tratamos profesionalmente. — Se apresuró en aclarar Griselda. De pronto el timbre de la mansión se escuchó, la mucama rápidamente fue a atender la puerta. — Oh, me tomé la libertad de invitar a
Por unos momentos el comedor quedó en absoluto silencio. la propuesta del CEO Rossi había impactado la mente de cada uno de los presentes que jamás vieron venir lo que dijo. Grace apretó los puños con fuerza, no podía permitir que Griselda se comprometiera en matrimonio primero que ella, mucho menos que se casara antes que ella por qué la haría quedar en ridículo con sus engreídas amistades. — Ismael, esto es... una gran sorpresa. A decir verdad no creí que fuera a mi princesa Griss por quien te interesarías, debido a tu perfil como hombre de negocios pensé que te sentirías más conectado con Grace, ya que ella lleva la vicepresidencia de la compañía Smith. — No es así, sus dos hijas son muy bellas pero ha sido Griselda quien me ha cautivado con su dulzura y su bondadoso corazón. — ¿Pero que tengo yo de malo? Soy una mujer muy preparada que conoce de negocios y que en el futuro va a heredar un millonario imperio, Griselda solo es una asistente, tiene una carrera, sí, pero...
Isabella Rossi, salía de la mansión Ivanov, a altas horas de la madrugada. Su jefe le había pedido cocinar para él porque no comía de lo que los chefs que tenía a su servicio cocinaban y ella como siempre no se había podido negar En los dos años que llevaban de relación jamás había podido negarse a nada que le pidiera, él tenía en sus manos su voluntad, sabía que era solo su amante y que no podría aspirar a nada más, que Sergey Ivanov, nunca la iba a amar aunque quería pensar que si, y es que ella lo amaba con todo su corazón, ese hombre cruel y frío lo era todo para la hermosa Isabella El frío le helaba los huesos, Isabella trataba de mantenerse caliente en el taxi y cubrirse lo más posible con su abrigo, pero justo en ese momento un dolor en el vientre al que le siguió un sangrado que manchó su ropa la hicieron quejarse, al principio pensó que le había llegado el periodo pero algo no se sentía como siempre, sudaba frio mientras se llevaba las manos al abdomen tratando de calma