Ismael se daba cuenta de que en muy poco tiempo Sergey Ivanov se había ganado la simpatía de sus hijos. Se preguntaba como lo había logrado, sobre todo sabiendo que esos niños no eran tan sencillos de lidiar. — Alexander, ¿En verdad estás dispuesto a penalizar a tu querido tío? Yo te cargué desde recién nacido, no tu padre. — Eso es por qué mamá se escondió de él por qué creyó que se iba a casar con otra mujer, pero papá dijo que nos ha buscado todos los días desde hace mucho tiempo. — Alexander expresó lo que entendía como razón por la cual su papá no había estado con ellos. — Papá nos quiere, él dijo que siempre nos ha querido a los trillizos, que somos sus tesoros. Yo quiero a papá, siempre quise un papá como él, Sin papá somos bastardos para todo el mundo. ¿Por qué no lo entiendes tío que todos los niños necesitan de un padre que los cuide y los quiera? Alexander así de pequeño le estaba dando una lección a su duro tío. Viendo cómo sus sobrinos se apegaban a su padre, q
El asombro de la bella pelirroja fue tanto que se quedó sin palabras y clavada en su sitio, se trataba de su jefe, su malhumorado jefe. ¿Qué diablos hacía él en su casa? ¿Acaso la había venido a supervisar sobre el pie y su evolución? — Buenas noches señorita Smith. Me disculpo si mi presencia le sorprende de esta forma. — El CEO Larsson estaba perdido en la belleza de Griselda, siempre la veía vestida en ropa de oficina, y aunque se veía preciosa, hoy estaba deslumbrante. — No, yo... Ya me siento mucho mejor. Mañana tengo cita con el médico y... estoy segura que me dará de alta. Podré presentarme a trabajar pronto, bueno... si es que todavía está disponible mi puesto de asistente de presidencia... Griselda miraba a su apuesto jefe que vestía de traje hecho a medida color café claro, camisa beige, zapatos cafés y un costoso reloj en la muñeca, sus verdes ojos de un tono diferente a ella resaltaban en su masculino rostro. — No estoy aquí por ese tema, pero me da gusto que ya
La hermanastra Grace, no dejó de sonreírle y hacer plática al apuesto jefe de su hermana. Quería que se fijara en ella obviamente, así que hacía de todo para lograr opacar a su hermana Griselda en todo. — Entonces... ¿Es usted casado o soltero, William? Sabemos que es un hombre muy exitoso, imagino que debe tener docenas de chicas casaderas detrás suyo. — *Con el genio que se carga, la verdad es que lo dudo mucho* — Pensaba para si misma la bella ojiverde, en realidad nunca le había conocido a ninguna novia que lo visitara en la oficina. — La verdad es que el trabajo consume mucho de mi tiempo, no he tenido un momento para relajarme y tener una relación, soy soltero, la única mujer con la que convivo todos los días es con la señorita Smith. — Profesionalmente... Nosostros solo nos tratamos profesionalmente. — Se apresuró en aclarar Griselda. De pronto el timbre de la mansión se escuchó, la mucama rápidamente fue a atender la puerta. — Oh, me tomé la libertad de invitar a
Por unos momentos el comedor quedó en absoluto silencio. la propuesta del CEO Rossi había impactado la mente de cada uno de los presentes que jamás vieron venir lo que dijo. Grace apretó los puños con fuerza, no podía permitir que Griselda se comprometiera en matrimonio primero que ella, mucho menos que se casara antes que ella por qué la haría quedar en ridículo con sus engreídas amistades. — Ismael, esto es... una gran sorpresa. A decir verdad no creí que fuera a mi princesa Griss por quien te interesarías, debido a tu perfil como hombre de negocios pensé que te sentirías más conectado con Grace, ya que ella lleva la vicepresidencia de la compañía Smith. — No es así, sus dos hijas son muy bellas pero ha sido Griselda quien me ha cautivado con su dulzura y su bondadoso corazón. — ¿Pero que tengo yo de malo? Soy una mujer muy preparada que conoce de negocios y que en el futuro va a heredar un millonario imperio, Griselda solo es una asistente, tiene una carrera, sí, pero...
Ismael no se iba a andar por las ramas, él estaba decidido a convertirse en el prometido de La hermosa Griselda, ella era suya. La molestia de Wiliam Larsson era más que evidente, no había ido ahí para comprometerse con la hermana de su bella asistente. Estaba a punto de rechazar lo que había sugerido el CEO Rossi, cuando... — !No puedo creer que esto esté pasando, mis dos adoradas hijas se van a comprometer la misma noche! ¡No podría estar más feliz, ambas son maravillosas y valiosas a su manera! Les concedo a ambos a mis princesas en matrimonio, pero no crean que no voy a estar pendiente de que sean buenos prometidos y buenos esposos. — El señor Smith creía que esa noche sus rezos habían sido escuchados. — Pero... — Wiliam, Elegiste a la señorita Smith correcta, yo seré una gran esposa para ti, podrás presentarme a tu familia con orgullo. — Grace se acercó al CEO y lo tomó del brazo. Se casaría con un apuesto y millonario empresario. Aunque el atractivo Ismael Rossi llama
Ismael ya no perdió más tiempo, cargó de nuevo a la mujercita y la sacó de la mansión para subirla a su coche, el hombre no esperó a nadie, salió a toda velocidad de la villa con rumbo a una clínica. El señor Smith pidió a su chófer que lo llevara, que siguiera el coche del CEO Rossi, lo que no esperó fue que el CEO Larsson también subió con él. — ¡Vámonos Tomás, trata de alcanzar a Ismael! — El padre no vió venir a su hija Grace, ella ni siquiera salió para ir con él al hospital. El odio que su primera hija le tenía a su adorada Griselda era algo que le dolía y mucho. Si no hubiese sido por las grandes habilidades del chófer de la familia Smith, habría sido imposible alcanzar al CEO Rossi. Ismael llegó a la clínica que sabía que se encontraba cerca de la villa Smith, bajó a Griselda en brazos y se acercó a la sala de urgencias. — Necesito que atiendan a mi prometida, ella se desmayó y no ha vuelto en sí. !De prisa! — El hombre no era muy paciente y en esos momentos le urg
El CEO Ivanov se preocupó de inmediato por su mujer, por qué aunque Isabella seguía diciéndole que ellos no estaban juntos y que no tenían una relación como tal aunque durmieran juntos. — Salgo para allá de inmediato, no la pierdas de vista mientras tanto. — Dicho esto el hombre tomó su abrigo y las llaves de su coche para salir a toda prisa. Caminó hasta el garaje y desactivó la alarma del auto, más volvió a la sala de estar por los guantes y al querer despedirse de los trillizos no los vió más por ninguna parte. No tenía el tiempo para ir a buscarlos a las habitaciones de la segunda planta así que volvió sus pasos y salió de la mansión en su costoso automóvil. El hombre quería llegar lo antes posible al restaurante, su auto corría a altas velocidades y al ser un excelente conductor iba a una alta velocidad dejando atrás a muchos coches que le estorbaban para pasar. — ¡Wooow, papá parece piloto de carreras, maneja super rápido! — El pequeño Aleksey asomó la cabeza de detrás d
La mirada azul y dura del ruso se volvió suave al mirar a su mujercita, pronto la tomó en sus brazos y la levantó del piso. — Segey... Bájame, no estoy enferma, solo... solo, creo que tengo un bicho en el estómago, Pero estaré bien. Evidentemente la palidez del bello rostro de la chef decía otra cosa. — ¿Debes estar bromeando? ¡Te ves bastante mal, no puedes continuar trabajando en este estado, no te lo voy a permitir, te llevaré al medico de inmediato! El hombre ruso esperaba la habitual pelea de la mujercita, que le dijera que no iría a ninguna parte y que estaba exagerando. Pero eso no llegó, ella no peleó está vez. — Por favor déjame enjuagar mi boca, yo... necesito un poco de agua para beber. — Pidió Isabella, ella estaba sedienta. Sergey la puso de pie y ella comenzó a lavarse, el hombre salió a pedir el agua, pronto se la llevaron y volvió a entrar. (...) En la clínica, William Larsson y Ismael Rossi, tenían una guerra de miradas. El señor Smith esperaba preo