La bella chef se sonrojó con la profunda respuesta que el CEO ruso le dió, buscó un dejo de mentira en su fría mirada pero no encontró nada, él le estaba hablando con la verdad. — Yo... me voy a vestir — La mujercita salió huyendo hacia el enorme y amplio armario que tenía para ella sola. Sergey se quedó y se metió bajo la regadera. Al salir ya estaba sobre la cama un costoso traje verde olivo, camisa negra, ropa interior, calcetines y zapatos a juego. El asistente Enrique ya se había encargado de ponerlo ahí para su jefe Sergey se vistió peino su cabello y esperó a que Isabella terminara de maquillarse. (...) En la sala de estar, mientras Ismael bebia un café que la mucama le había llevado, sus sobrinos que estaban sentados también en los cómodos sofás, lo observaban detenidamente. — Tío Ismael, ¿Te duele mucho la ceja? Tienes el rostro con moretones, ¿Por qué le pegaste a papá? ¿Por qué te peleaste con él? — Aleksey preguntaba, sus hermanos también querían saber y espe
Ismael se daba cuenta de que en muy poco tiempo Sergey Ivanov se había ganado la simpatía de sus hijos. Se preguntaba como lo había logrado, sobre todo sabiendo que esos niños no eran tan sencillos de lidiar. — Alexander, ¿En verdad estás dispuesto a penalizar a tu querido tío? Yo te cargué desde recién nacido, no tu padre. — Eso es por qué mamá se escondió de él por qué creyó que se iba a casar con otra mujer, pero papá dijo que nos ha buscado todos los días desde hace mucho tiempo. — Alexander expresó lo que entendía como razón por la cual su papá no había estado con ellos. — Papá nos quiere, él dijo que siempre nos ha querido a los trillizos, que somos sus tesoros. Yo quiero a papá, siempre quise un papá como él, Sin papá somos bastardos para todo el mundo. ¿Por qué no lo entiendes tío que todos los niños necesitan de un padre que los cuide y los quiera? Alexander así de pequeño le estaba dando una lección a su duro tío. Viendo cómo sus sobrinos se apegaban a su padre, q
El asombro de la bella pelirroja fue tanto que se quedó sin palabras y clavada en su sitio, se trataba de su jefe, su malhumorado jefe. ¿Qué diablos hacía él en su casa? ¿Acaso la había venido a supervisar sobre el pie y su evolución? — Buenas noches señorita Smith. Me disculpo si mi presencia le sorprende de esta forma. — El CEO Larsson estaba perdido en la belleza de Griselda, siempre la veía vestida en ropa de oficina, y aunque se veía preciosa, hoy estaba deslumbrante. — No, yo... Ya me siento mucho mejor. Mañana tengo cita con el médico y... estoy segura que me dará de alta. Podré presentarme a trabajar pronto, bueno... si es que todavía está disponible mi puesto de asistente de presidencia... Griselda miraba a su apuesto jefe que vestía de traje hecho a medida color café claro, camisa beige, zapatos cafés y un costoso reloj en la muñeca, sus verdes ojos de un tono diferente a ella resaltaban en su masculino rostro. — No estoy aquí por ese tema, pero me da gusto que ya
La hermanastra Grace, no dejó de sonreírle y hacer plática al apuesto jefe de su hermana. Quería que se fijara en ella obviamente, así que hacía de todo para lograr opacar a su hermana Griselda en todo. — Entonces... ¿Es usted casado o soltero, William? Sabemos que es un hombre muy exitoso, imagino que debe tener docenas de chicas casaderas detrás suyo. — *Con el genio que se carga, la verdad es que lo dudo mucho* — Pensaba para si misma la bella ojiverde, en realidad nunca le había conocido a ninguna novia que lo visitara en la oficina. — La verdad es que el trabajo consume mucho de mi tiempo, no he tenido un momento para relajarme y tener una relación, soy soltero, la única mujer con la que convivo todos los días es con la señorita Smith. — Profesionalmente... Nosostros solo nos tratamos profesionalmente. — Se apresuró en aclarar Griselda. De pronto el timbre de la mansión se escuchó, la mucama rápidamente fue a atender la puerta. — Oh, me tomé la libertad de invitar a
Por unos momentos el comedor quedó en absoluto silencio. la propuesta del CEO Rossi había impactado la mente de cada uno de los presentes que jamás vieron venir lo que dijo. Grace apretó los puños con fuerza, no podía permitir que Griselda se comprometiera en matrimonio primero que ella, mucho menos que se casara antes que ella por qué la haría quedar en ridículo con sus engreídas amistades. — Ismael, esto es... una gran sorpresa. A decir verdad no creí que fuera a mi princesa Griss por quien te interesarías, debido a tu perfil como hombre de negocios pensé que te sentirías más conectado con Grace, ya que ella lleva la vicepresidencia de la compañía Smith. — No es así, sus dos hijas son muy bellas pero ha sido Griselda quien me ha cautivado con su dulzura y su bondadoso corazón. — ¿Pero que tengo yo de malo? Soy una mujer muy preparada que conoce de negocios y que en el futuro va a heredar un millonario imperio, Griselda solo es una asistente, tiene una carrera, sí, pero...
Isabella Rossi, salía de la mansión Ivanov, a altas horas de la madrugada. Su jefe le había pedido cocinar para él porque no comía de lo que los chefs que tenía a su servicio cocinaban y ella como siempre no se había podido negar En los dos años que llevaban de relación jamás había podido negarse a nada que le pidiera, él tenía en sus manos su voluntad, sabía que era solo su amante y que no podría aspirar a nada más, que Sergey Ivanov, nunca la iba a amar aunque quería pensar que si, y es que ella lo amaba con todo su corazón, ese hombre cruel y frío lo era todo para la hermosa Isabella El frío le helaba los huesos, Isabella trataba de mantenerse caliente en el taxi y cubrirse lo más posible con su abrigo, pero justo en ese momento un dolor en el vientre al que le siguió un sangrado que manchó su ropa la hicieron quejarse, al principio pensó que le había llegado el periodo pero algo no se sentía como siempre, sudaba frio mientras se llevaba las manos al abdomen tratando de calma
Por un momento Isabella, pensó que había escuchado mal, ella miraba al doctor sin poder creer lo que este decía, estaba tan aturdida que dejó de escuchar el ruido a su alrededor — ¿Bebés...? ¿Usted... está diciendo que son dos bebés lo que llevo en mi vientre? — Cada noticia era más impactante que la anterior, Isabella, estaba sola, sin su familia en la ciudad y siendo el padre de sus hijos un hombre tan frío y cruel, sentía que el mundo se le estaba viniendo encima, ella no pudo evitar dejar rodar sus lágrimas por sus mejillas, ante la mirada compasiva del especialista Isabella antes de conocer al CEO del que se enamoró, se imaginaba para ella una vida diferente, cumpliendo su sueño de ser chef, más ahora llevaba a sus hijos en el vientre y ni siquiera sabía cómo él tomaría la noticia, si querría o si odiaría a sus bebés — Por favor tome con calma lo que voy a decirle, recuerde que todo lo que usted sienta van a sentir los bebés, Y no queremos perderlos, ¿Cierto? — No...
Con esa gélida mirada azúl el CEO Ivanov, recorrió el amplio lugar hasta que dió con su objetivo y caminó en esa dirección, cuando Isabella, lo vió llegar se sorprendió muchísimo, ella apenas pudo pronunciar — Sergey.... Tú... ¿Qué haces aquí? — ¡Tú, enfermera, quiero que la cambien a la mejor habitación privada que tenga este hospital, de inmediato! — La imponente y dominante voz de Sergey Ivanov, hizo temblar a la mujer que revisaba la intravenosa de Isabella, ese hombre era realmente tan apuesto como aterrador El equipo de enfermería se apresuró de inmediato a cumplir las órdenes del hombre millonario, con mucho cuidado y con premura, trasladaron a Isabella, a una de las habitaciones más lujosas del hospital Ella pudo ver qué parecía un habitación de hotel cinco diamantes, el lujo estaba por todas partes, incluso tenia una pequeña cocina, sala de estar, televisión con cable, y teléfono, la única diferencia era que había equipos médicos en ella Después de dejar cómod