Ismael estaba dejando muy claro a Grace, lo poderoso y superior que era y que ella no era nada en comparación con él. — ¡No soy una novata Ismael, soy una mujer muy capaz, siempre he sido la mejor de las dos hijas de mi padre, no vas a venir tu a arruinarme la carrera! — Entonces impidemelo, quiero ver qué puedas lograr vencerme, que te lleves a mis socios, que te robes a mis clientes, que intentes quitarme un proyecto importante o cualquier proyecto sencillo. Te reto a que lo hagas. — ¡Eres un engreído arrogante, no creas que te vas a salir con la tuya tan fácilmente! Yo que creí que te darías cuenta del error que cometiste en elegir a la idiota de mi hermana, pero ya veo que sigues empeñado en estar ahí. Después no te quejes de tu elección, conmigo lo habrías tenido todo, hubiese sido una excelente señora Rossi. — ¿Tú, una señora? No me hagas reír, ¿Quién en su sano juicio te querría como esposa si todos en el mundo empresarial saben de los hombres que te ligas en las reu
Grace que ya sabía en donde se encontraba su padre puesto que iba ahí todo el tiempo desde que Griselda ingresó al hospital. Ella no perdió el.tiempo y fue directo hasta allá. La mujer irrumpió como vendaval, lo que tomó por sorpresa al señor Smith. — ¿Qué son esas formas de entrar aquí, Grace? Tú hermana sigue en coma y tú te presentas de esa manera. ¿Qué rayos sucede contigo? Además ya te había dicho que no vinieras aquí. — ¿Por qué no quieres que venga? Tú también piensas que yo empujé a Griselda por las escaleras, ¿Cierto? — La odias y lo has dejado muy claro, que cometieras esa barbaridad sería de esperarse. Aunque por el bien de todos espero que no te hayas atrevido a tanto. — ¡Ahora para todos soy una mujer despiadada! — Grace que ya había llegado alterada, ahora lo estaba más. — ¿Sabes lo que tú querido yerno nos acaba de hacer? Pues te lo voy a contar. — ¿De que hablas? Ahora casa meter a Ismael en esto. ¿Eh? — ¡Ese CEO miserable se atrevió a interferir en un
Con la mano puesta en la mejilla, Grace llegó a la compañía Larsson. La última vez que vió al CEO él estaba furioso con ella por la misma razón por la que ahora Ismael Rossi la quería destruir y le iba a dar cacería. — Vengo a ver al CEO Larsson. Dígale que su prometida está aquí, La señorita Grace Smith. — Pidió la ex vicepresidenta a la secretaria. — Espere un momento por favor, enseguida le aviso que está aquí. — La secretaria se perdió detrás de la puerta para ir a dar el recado. Después de unos minutos en los que Grace se sentía ansiosa y desesperada, vió regresar a la mujer madura. — Lo siento mucho señorita Smith, el CEO se encuentra en una conferencia vía internet. Me pidió que le dijera que en estos momentos no puede atenderla. ¿Puedo ponerle una cita si gusta? — La secretaria estaba muy apenada pero tenía que cumplir con su trabajo y dar el recado. Grace se daba cuenta de que el arrogante hombre no quería recibirla, así que no le quedó más remedio que entrar sin
Desesperada y bañada en llanto, Grace salió de la compañía Larsson, no había nada más que hacer ahí, ya William le había dejado en claro que no le importaba un comino y que no iba a ayudarla. Sin saber que rumbo tomar. La ex vicepresidente llegó a la mansión en la que había vivido toda su vida, su costoso coche se estacionó justo en la puerta principal. — ¿Qué es esto? — Preguntó la mujer al ver al menos diez maletas hechas, solo había que echarles un vistazo para saber que eran sus maletas. — El señor Smith nos ordenó poner sus cosas en maletas y sacarlas de la villa para que usted se las llevara. — La servidumbre se encontraba en la puerta, ellos estaban indiferentes a lo que estaba sucediendo, Grave siempre los había tratado mal y era grosera con ellos, así que en el fondo hasta se alegraban de verla en desgracia. — Voy a entrar a recoger mis joyas y cosas personales. — Grace quiso entrar mirando por debajo de su hombro a la gente del servicio. Pero ellos no se lo permi
En los mensajes el chef Montgomery decía que estaba muy arrepentido de lo que había hecho, y que nunca pretendió hacerle daño al trillizo, solo quería hacerla sufrir por haberlo rechazado y haber aceptado al hombre ruso de vuelta en su vida. Oliver decía amarla más que a nada en su vida y que solo deseaba poder verla para explicarse mejor en persona, que le diera la oportunidad de verla por los viejos tiempos. Sergey leía los mensajes detenidamente. Primero moría antes que permitirle ver a su amada Isabella de nuevo, y mucho menos a solas. — Ese imbécil si que enloqueció por completo, No vas a verlo, que se olvide de eso. Además Isabella, estos mensajes me dicen que ha estado muy cerca, sabe que tienes guardaespaldas y que los trillizos también los tienen. Cómo no puede acceder a ustedes o a mí. El hombre está desesperado. — No puedes estar hablando en serio, Sergey. Eso quiere decir que nos ha estado acechando. ¡Qué horror! Me aterra pensar que pueda volver a llevarse a un
Los hombres estuvieron conversando un poco más sobre el inusual encuentro del abogado con esa jóven de cabellos largos castaños y ojos bellos y tristes. — Tienes que buscarla, Adriano, salir de dudas, Nunca antes me habías contado de alguna chica que te hiciera sentir así. — Necesitaría buscar... Creo que tienes razón. Pero ahora hablemos a lo que vine. Sobre el trámite para que tus trillizos lleven tus apellidos. Esta hecho. Alexander, Aleksey, y Alexandro, son oficialmente tus hijos legítimos. Herederos legales Ivanov Rossi. A Sergey le complacía bastante escuchar que sus queridos hijos ya llevaban su apellido y el de Isabella. — Eso me tenía con pendiente, mírame, casi muero y mis hijos sin ser legalmente míos. Eso solo les traería problemas al momento de heredarme. Nunca falta quien se quiera aprovechar de la situación. — En eso tienes razón, pero despreocúpate, ya no vas a tener ese gran pendiente. Pero dime, ¿Cómo te encuentras tú? A decir verdad te ves bastante jod
Griselda estaba herida, un poco mejor y ya sanando de los golpes pero eso le importaba poco. Ella quería saber de su hijo. — Cariño, no te alegres, el bebé sigue con nosotros, no se ha ido, es fuerte y a pesar del golpe se quedó con nosotros. — El CEO tocaba las mejillas de su esposa y la confortaba. — ¿Me estás diciendo la verdad, Ismael? No juegues con algo tan serio... — Nunca te he mentido en nada, Griselda, No suelo mentir... nunca. Sigues embarazada, ahora tenemos que cuidarte diligentemente, yo... Siento mucho no haberte cuidado como debía. Mi descuido casi te cuesta la vida. ¡Sabía que esa desquiciada había tenido que ver con tu accidente, pero no se va a quedar así! — Grace quiso matarme, Ismael. No le importó que esté embarazada, ella no tiene corazón. — Griss comenzó a llorar desgarradoramente, sabía que su hermana no le tenía mucho cariño pero nunca la creyó capaz de intentar asesinarla. El CEO se sentó en la cama y la abrazó a su pecho. A su esposa le dolía de
Las palabras de Sergey eran música para sus oídos. Quería salir del hospital más que nada pese a que estaba delicado. — No lo sé, me parece que todavía no se encuentra del todo bien. Quizás debería permanecer más tiempo en el hospital. — ¿Que? ¡No, no es necesario, podemos contestar un enfermero y un doctor de cabecera que me revise todos los días! Isabella, ya no quiero estar más aquí, quiero ir a casa con los niños. Al equipo de médicos les extrañó ver qué el frío CEO mostrará vulnerabilidad. El por lo general era callado y distante, solo hablaba para preguntar algo sobre su salud y ya no se dirigía hacia ellos más. — Sergey, ¿Estás seguro que ya te sientes con las suficientes fuerzas para volver a casa? No quisiera que tuvieras una recaída y que tuviéramos que lamentar el haberte llevado antes de tiempo. — Estoy completamente seguro. Asignenme uno de los mejores doctores y hagan el papeleo para marcharme de aquí. — Está bien, le aplicaremos medicamento fuerte para do