El CEO Rossi estaba más que sorprendido. Cómo sea que la policía se había llevado a su indeseable cuñado, y delante de los niños. Esto si ya era el colmo. — Cálmate Alexander, ¿Cuéntame bien que sucedió? — En la escuela un niño y su padre de apellido Ontiveros nos molestaron, dijeron que éramos unos bastardos y que mamá era la vergüenza de la familia Rossi por haber tenido hijos sin padre, que solo era una cocinera que se auto llamaba chef. — !¿Qué dijeron qué?! — El CEO Rossi apretó los puños, ¡Cómo se atrevían siquiera a hablar de su querida hermana de esa forma! Y sus sobrinos no eran ningunos bastardos, de algo tenía que servir que Sergey hubiese regresado a su vida y ser un padre para ellos. — ¡Son unos miserables, tío, fué por eso que papá le dijo al señor Ontiveros que se retractara o le daría la paliza de su vida, y como no se retractó, papá lo golpeó y lo golpeó, incluso le rompió una pierna, entonces gritó como poseído! Pero ahora... ¡La policía se lo ha llevad
Después de un mes de haber sido dado de alta del hospital, Adriano había seducido a Fiorela una helada noche en la que con sus besos y sus caricias la hizo perder la cordura. El abogado había robado la pureza de la bella mujer oriental. La había hecho su mujer en una apasionada entrega. Fiorela no pudo poner resistencia al varonil hombre, estaba loca por el y ya lo amaba demasiado. Esa noche Adriano le había sembrado en el vientre a su prometida un bebé, ella esperaba el próximo heredero, o heredera de la millonaria familia De Luca, lo que los tenía a ambos muy felices. — Claro que sí querido, yo cuidaré del bebé mientras tú vas a ayudar a tu amigo. Los guardaespaldas están pendientes de todo aquí, no tienes nada de que preocuparte. Adriano asintió pero algo le decía que podría ser que ese día no fuera el mejor. Pronto El CEO Rossi y el abogado, se encontraron en la delegación. — Ya estoy aquí, no me dijiste que fue lo que sucedió, ¿Por qué arrestaron a Sergey? — El
Lo que Adriano no sabía era que el comandante en jefe ya había recibido dinero de parte de Carlos Ontiveros, el hombre le daría el fallo a favor al hombre que había denunciado. Mientras tanto el abogado pudo entrar a ver a Sergey. El ruso se encontraba en una celda bastante austera con otros presos. — ¡Sergey Ivanov, vendrá con nosotros! — Dos policías sacaron al hombre ruso de la celda para llevarlo a un pequeño cuarto. — Adriano, ¿Cuando llegaste? ¿Quién te llamó? — ¿Quién más va a ser? Tú cuñado fue quien me llamo para que viniera a defenderte. Tenemos poco tiempo, te pondré al tanto, te están acusando de intento de asesinato, y quieren que todo el peso de la ley caiga sobre ti. — ¿Qué...? ¡Ese cobarde mal nacido! ¡Tienes que sacarme de aquí, Adriano, no tengo tiempo que perder! Hubieras visto el rostro de los trillizos, parecía que me llevaban a la silla eléctrica, estaban muy tristes, Isabella... Ella... La estoy preocupando demasiado. Y eso no es nada bueno para s
El abogado había hecho enfurecer al comandante de la estación, nadie antes que él se había atrevido a decirle sus verdades a la cara. Adriano había acertado en cada una de sus palabras. — ¿Como se atreve a faltarle el respeto a la autoridad de esta manera? !El comandante solamente está cumpliendo con su trabajo, su cliente es culpable, abogado De Luca! El señor Ivanov intentó matar a mi cliente en esa salvaje pelea llena de violencia y crueldad. ¡¿Acaso no está consciente de ese hecho?! — ¡Estoy consciente de que hubo una pelea, su cliente perdió y ahora por venganza está sobornando a las autoridades para que dejen en prisión a mi cliente! Pero no lo voy a permitir. !Usted abogado Curtis va a perder su licencia para litigar, y usted comandante va a perder su puesto, su grado, y será despedido de la forma más humillante por ser un funcionario corrupto! — ¿Cómo se atreve a levantarme falsos? Lo haré lamentarse de esta falsa acusación. Deberás demostrar pruebas que confirmen lo
Al CEO ruso lo pasaron a qué recogiera su reloj, cartera y cinturón, de haberlos llevado con él, lo habrían asaltado en la celda. Adriano ya lo esperaba justo en la salida acompañado del senador Montana. — Vaya, Adriano tengo que confesarte que te sabía un buen abogado, pero esto... Esto es... sorprendente, solucionaste todo en tiempo récord, ¿Que fue lo que pasó? — Paso que el comandante y el abogado del tipo al que golpeaste se coludieron para actuar en tu contra y darte sabra el diablo cuántos años de prisión. Pero... — Pero afortunadamente los contactos son muy importantes, el CEO Montana vino y puso en evidencia al comandante, ya no será más un problema, tampoco ese hombre, Carlos Ontiveros. Por cierto, ¿No te robaron nada ahí dentro? — Entonces, tú... ¿Viniste a ayudarme? Y no, Adriano, me protegiste bien, gracias por eso. — Sergey estaba escéptico, Montana era quien había ayudado a su cuñado a esconder a Isabella cuando la buscaba día y noche. — Si... te lo debía
El CEO se quedó de pie mal encarado, necesitaba una explicación,por qué no se le creía a él. — Estoy esperando tu respuesta mujercita... — El hombre tenía las manos en la cintura. — Ohhh, no seas gruñón Sergey, es obvio que voy a creerle más a Ismael que a ti por qué mi hermano si va a decirme la verdad por dura que parezca, en cambio tu me ocultarás las cosas para que yo no me preocupe, ¿O me equivoco? — No te oculto nada, ¿De que hablas? Siempre te hablo con la verdad. Es verdad que trato a medida de lo que puedo de no preocuparte por qué estás delicada por el embarazo. Quiero cuidarte y protegerte de todo y de todos, así que me ofende que no creas en mi palabra. — El hombre se cruzó de brazos bastante molesto. — Deja el drama, ruso, es normal que mi hermana confíe ciegamente en mi, nos criamos juntos y además nunca le he mentido, ni le he hecho daño... En comparación de otros. — No es lo mismo tu relación con Isabella que mi relación con ella, nosotros somos pareja,
Esa tarde noche la familia ivanov cenó y convivió de lo más contenta, parecía que el alma les había regresado al cuerpo de nuevo. Isabella observaba todo a su alrededor, ella estaba un poco pensativa. — Querida, estás muy callada, ¿Dime si te sucede algo? ¿Si sientes alguna molestia en la barriga, o sientes dolor? Debes decirme, iremos enseguida al hospital a que te vea médico. — El CEO se estaba preocupando. — No tengo dolor Sergey, el embarazo está bien, el bebé se ha estado moviendo mucho. Lo que quiero es... Quiero volver a Rusia, este país es... bueno, pero quiero vivir en un lugar en donde mis hijos estén a salvo, y ya hemos pasado por mucho aquí. Secuestraron a Alexander, Aleksey tuvo pulmonía, a ti te dieron dos tiros que casi te matan y yo estaba muy preocupada. Solo... solo quiero una vida tranquila con mis hijos y mi espo... Los bellos ojos de la chef estaban un poco tristes, eso no le gustó para nada al hombre ruso. — Hey... Cariño, no te pongas así princesa, e
El asombro de Sergey por la petición de su bella esposa se tuvo que quedar para después. En ese momento Sergey puso en marcha su habilidad con la lengua, probó el sexo de su mujer llevándola a las estrellas, escucharla gemir su nombre, pedirle más y ser hablado de los cabellos lo tenía duro al máximo. — Oh sí, Sergey, más... Dame más... No pares cariño.... El ruso no necesitó de mucho tiempo para hacerla correr, bebió los jugos de su bella mujer con deleite. Ella quedó sin fuerzas sobre la cama, con sus manos aún tocando los oscuros cabellos del hombre. — Isabella... Isabella... ¿Estás bien? Hey... Cariño, respóndeme. — Hmmm... El CEO se puso de pie de inmediato, ¿Acaso estaba pasando lo que creía? Se acercó a la mujercita y se dió cuenta de que se había quedado cómodamente dormida abrazando una almohada. — Pero que... Te quedaste dormida Isabella, ¿Entonces yo que hago ahora con esto? — El hombre se refería a su miembro despierto. — ¡Tendré que atenderme yo solo,