"¿Qué está pasando aquí?" preguntó Maiko, su tono neutral pero con un toque de curiosidad. Sus ojos pasaron de Liam a Brith, y luego siguieron la dirección de la mirada de este último, deteniéndose en Brihana y Estevan. Una sonrisa irónica se formó en su rostro. "Ah, ya entiendo."Brith lo fulminó con la mirada, pero Maiko no se inmutó. En cambio, se cruzó de brazos y levantó una ceja, como si estuviera evaluando la situación."Si yo fuera tú, lo pondría en su lugar ahora mismo" dijo Maiko, su tono despreocupado pero con una chispa de provocación. "¿Vas a dejar que ese tipo se salga con la suya, Brith? ¿En serio?"Liam levantó una mano, interrumpiendo antes de que Brith pudiera responder."No, Maiko" dijo, su tono firme. "Lo último que necesitamos ahora es que Brith haga una escena."Maiko se encogió de hombros, pero no dijo nada más. Liam aprovechó el momento para tomar a Brith del brazo."Ven conmigo" dijo, su tono más autoritario de lo habitual. "Necesitas aire. Ahora."Brith intent
Liam y Maiko intercambiaron una rápida mirada, ambos conscientes de que Anatoli no era un hombre que aceptara un "no" como respuesta. Lo respetaban profundamente, pero también le temían, y con razón. Sin decir una palabra, ambos hombres inclinaron ligeramente la cabeza en señal de respeto y se retiraron de la terraza, dejando a Anatoli y a Brith solos.Brith, que había estado apoyado en la barandilla, giró lentamente al escuchar los pasos que se acercaban. Su rostro, que ya estaba tenso por la conversación anterior, se endureció aún más al ver a Anatoli frente a él. Sabía que esto no iba a ser una conversación fácil. Anatoli no era un hombre que hablara por hablar, y si había venido a buscarlo, era porque tenía algo importante que decir."Brith Cartier "dijo Anatoli, su voz grave y pausada, como si cada palabra estuviera cuidadosamente calculada. Dio un par de pasos hacia él, deteniéndose a una distancia corta pero intimidante. "Necesitamos hablar."Brith tragó saliva, sintiendo cómo
Su asistente, que lo conocía bien, dejó escapar un suspiro de frustración."¿Es por Sofía otra vez?" preguntó, su tono molesto. "Jefe, ella siempre hace lo mismo. Solo está manipulándote.""¡Haz lo que te dije!" gritó Brith, antes de colgar.Se subió al auto, sintiendo cómo el peso de todo lo que había sucedido esa noche lo aplastaba. Su mente era un caos, y por primera vez en mucho tiempo, no tenía idea de qué hacer.El rugido de los motores del jet privado de Brith Cartier resonaba en la pista mientras el avión despegaba hacia París. La noche era oscura, y las luces de la ciudad quedaban atrás rápidamente, pero el caos en la mente de Brith no podía despejarse tan fácilmente. El mensaje de la asistente de Sofía lo había dejado helado: ella había intentado suicidarse con somníferos, y ahora estaba en el hospital tras un lavado de emergencia. Aunque estaba acostumbrado a lidiar con situaciones tensas, esta vez sentía que todo estaba fuera de control.Sentado en el asiento de cuero del a
Al día siguiente, después de que Sofía fuera dada de alta y regresara a su casa para recuperarse, Brith tomó su decisión. Antes de abordar su avión privado para regresar, recibió una llamada de su abuelo."¿Te has olvidado de mi orden de volver a casa?" preguntó su abuelo, su tono severo.Brith apretó los labios, sintiendo cómo la presión volvía a acumularse en su pecho."No, abuelo. Estoy en camino" respondió, su voz tensa.Mientras el avión despegaba, Brith se reclinó en su asiento, cerrando los ojos. Sabía que las decisiones que había tomado en los últimos días lo perseguirían, pero también sabía que no podía seguir viviendo en este caos. Algo tenía que cambiar, y pronto.El rugido de los motores del jet privado de Brith Cartier se apagó cuando el avión aterrizó suavemente en la pista privada de su familia. La noche estaba oscura, y el aire frío de invierno se colaba por las rendijas del hangar, creando una atmósfera pesada que parecía reflejar el estado de ánimo de Brith. Mientras
La ambulancia llegó en cuestión de minutos, aunque para Brith pareció una eternidad. Los paramédicos llevaron a Malinder al hospital, y Brith los siguió de cerca en su auto. Durante el trayecto, su mente estaba en blanco, incapaz de procesar lo que acababa de suceder. Cuando llegaron al hospital, malinder fue llevado de inmediato a la sala de emergencias.Brith se quedó en la sala de espera, caminando de un lado a otro como un león enjaulado. Su rostro estaba pálido, y sus ojos, normalmente fríos y calculadores, estaban llenos de preocupación. Finalmente, después de lo que parecieron horas, un médico salió para hablar con él."El señor Cartier tuvo un ataque cardíaco" dijo el médico, su tono profesional pero calmado. "Lo estabilizamos, pero necesitará reposo absoluto. Afortunadamente, no hubo daños graves."Brith dejó escapar un suspiro de alivio, pero la culpa seguía pesando sobre él como una losa. Asintió al médico antes de sacar su teléfono. Sabía que tenía que llamar a alguien, al
Brihana lo miró con calma, aunque una chispa de irritación cruzó por sus ojos. No estaba de humor para enfrentarse a él, no después de todo lo que había pasado esa noche. Pero Brith no le dio tiempo para responder."¿Le contaste?" continuó, su tono subiendo ligeramente. "¿Le dijiste algo sobre Sofía? ¿Es por eso que está tan decidido a meterse en mi vida?"Brihana lo miró fijamente durante unos segundos antes de responder. Su rostro seguía sereno, pero sus labios se curvaron en una sonrisa fría, casi burlona."¿De verdad crees que tengo tiempo para hablar de Sofía?" preguntó, su tono cargado de ironía. "Me llaman porque tu abuelo tuvo un ataque que tú provocaste, y ahora me culpas porque él se preocupa por ti. Qué conveniente, Brith."Brith apretó los labios, su mandíbula tensándose aún más. Sus ojos brillaban con una mezcla de furia y algo más profundo, algo que ni él mismo parecía entender. Dio un paso hacia ella, inclinándose ligeramente para mirarla directamente a los ojos."No me
"Como siempre" dijo finalmente, su tono seco pero resignado. "Solo fui al hospital a ver al abuelo Malinder. Tuvo un ataque."La sonrisa de Anatole desapareció de inmediato. Su rostro se tensó, y sus ojos reflejaron una preocupación genuina."¿Está bien?" preguntó rápidamente. "¿Qué pasó?""Está bien" respondió Brihana, con un tono más suave ahora. "Solo necesita reposo. Pero fue un susto."Anatole asintió lentamente, aunque su expresión seguía siendo seria. Sabía cuánto significaba Malinder Cartier para su hija. Habían sido amigos durante años, y Anatole siempre había respetado al patriarca de la familia Cartier, a pesar de las diferencias que existían entre ambas familias."Bueno, me alegra que esté mejor" dijo finalmente. "Pero tú... deberías descansar. Parece que llevas el peso del mundo sobre los hombros."Brihana sonrió débilmente, pero no dijo nada. Simplemente, asintió y entró a la casa, dejando a su padre en la entrada con una expresión pensativa.Pasaron los días, y la rutina
Brith sintió como si sus palabras fueran bofetadas, una tras otra. Pero lo peor vino después. Cuando, sin pensarlo, dijo las palabras que sellarían su destino."Después de todo, sigues siendo mi esposa. Y no he firmado el divorcio. Aún eres mi esposa, y te toca obedecerme."El sonido de la bofetada resonó en la oficina, dejando a Brith atónito. Su mejilla ardía, pero lo que más le dolió fue la mirada de furia en los ojos de Brihana."¡Lárgate de aquí antes de que haga que este edificio se derrumbe contigo dentro!" rugió, su voz llena de una furia contenida durante demasiado tiempo.Brith la miró, sorprendido por la intensidad de su reacción. Finalmente, sin decir una palabra más, se dio la vuelta y salió de la oficina.Antes de irse, dijo en voz baja:"La abuela vuelve a casa. Te espero allá."El viento soplaba con fuerza aquella tarde, como si el clima reflejara la tensión que se respiraba en el ambiente. Brihana estaba sentada en el sofá de su sala, con una copa de vino en la mano, o