Al día siguiente, después de que Sofía fuera dada de alta y regresara a su casa para recuperarse, Brith tomó su decisión. Antes de abordar su avión privado para regresar, recibió una llamada de su abuelo."¿Te has olvidado de mi orden de volver a casa?" preguntó su abuelo, su tono severo.Brith apretó los labios, sintiendo cómo la presión volvía a acumularse en su pecho."No, abuelo. Estoy en camino" respondió, su voz tensa.Mientras el avión despegaba, Brith se reclinó en su asiento, cerrando los ojos. Sabía que las decisiones que había tomado en los últimos días lo perseguirían, pero también sabía que no podía seguir viviendo en este caos. Algo tenía que cambiar, y pronto.El rugido de los motores del jet privado de Brith Cartier se apagó cuando el avión aterrizó suavemente en la pista privada de su familia. La noche estaba oscura, y el aire frío de invierno se colaba por las rendijas del hangar, creando una atmósfera pesada que parecía reflejar el estado de ánimo de Brith. Mientras
La ambulancia llegó en cuestión de minutos, aunque para Brith pareció una eternidad. Los paramédicos llevaron a Malinder al hospital, y Brith los siguió de cerca en su auto. Durante el trayecto, su mente estaba en blanco, incapaz de procesar lo que acababa de suceder. Cuando llegaron al hospital, malinder fue llevado de inmediato a la sala de emergencias.Brith se quedó en la sala de espera, caminando de un lado a otro como un león enjaulado. Su rostro estaba pálido, y sus ojos, normalmente fríos y calculadores, estaban llenos de preocupación. Finalmente, después de lo que parecieron horas, un médico salió para hablar con él."El señor Cartier tuvo un ataque cardíaco" dijo el médico, su tono profesional pero calmado. "Lo estabilizamos, pero necesitará reposo absoluto. Afortunadamente, no hubo daños graves."Brith dejó escapar un suspiro de alivio, pero la culpa seguía pesando sobre él como una losa. Asintió al médico antes de sacar su teléfono. Sabía que tenía que llamar a alguien, al
Brihana lo miró con calma, aunque una chispa de irritación cruzó por sus ojos. No estaba de humor para enfrentarse a él, no después de todo lo que había pasado esa noche. Pero Brith no le dio tiempo para responder."¿Le contaste?" continuó, su tono subiendo ligeramente. "¿Le dijiste algo sobre Sofía? ¿Es por eso que está tan decidido a meterse en mi vida?"Brihana lo miró fijamente durante unos segundos antes de responder. Su rostro seguía sereno, pero sus labios se curvaron en una sonrisa fría, casi burlona."¿De verdad crees que tengo tiempo para hablar de Sofía?" preguntó, su tono cargado de ironía. "Me llaman porque tu abuelo tuvo un ataque que tú provocaste, y ahora me culpas porque él se preocupa por ti. Qué conveniente, Brith."Brith apretó los labios, su mandíbula tensándose aún más. Sus ojos brillaban con una mezcla de furia y algo más profundo, algo que ni él mismo parecía entender. Dio un paso hacia ella, inclinándose ligeramente para mirarla directamente a los ojos."No me
"Como siempre" dijo finalmente, su tono seco pero resignado. "Solo fui al hospital a ver al abuelo Malinder. Tuvo un ataque."La sonrisa de Anatole desapareció de inmediato. Su rostro se tensó, y sus ojos reflejaron una preocupación genuina."¿Está bien?" preguntó rápidamente. "¿Qué pasó?""Está bien" respondió Brihana, con un tono más suave ahora. "Solo necesita reposo. Pero fue un susto."Anatole asintió lentamente, aunque su expresión seguía siendo seria. Sabía cuánto significaba Malinder Cartier para su hija. Habían sido amigos durante años, y Anatole siempre había respetado al patriarca de la familia Cartier, a pesar de las diferencias que existían entre ambas familias."Bueno, me alegra que esté mejor" dijo finalmente. "Pero tú... deberías descansar. Parece que llevas el peso del mundo sobre los hombros."Brihana sonrió débilmente, pero no dijo nada. Simplemente, asintió y entró a la casa, dejando a su padre en la entrada con una expresión pensativa.Pasaron los días, y la rutina
Brith sintió como si sus palabras fueran bofetadas, una tras otra. Pero lo peor vino después. Cuando, sin pensarlo, dijo las palabras que sellarían su destino."Después de todo, sigues siendo mi esposa. Y no he firmado el divorcio. Aún eres mi esposa, y te toca obedecerme."El sonido de la bofetada resonó en la oficina, dejando a Brith atónito. Su mejilla ardía, pero lo que más le dolió fue la mirada de furia en los ojos de Brihana."¡Lárgate de aquí antes de que haga que este edificio se derrumbe contigo dentro!" rugió, su voz llena de una furia contenida durante demasiado tiempo.Brith la miró, sorprendido por la intensidad de su reacción. Finalmente, sin decir una palabra más, se dio la vuelta y salió de la oficina.Antes de irse, dijo en voz baja:"La abuela vuelve a casa. Te espero allá."El viento soplaba con fuerza aquella tarde, como si el clima reflejara la tensión que se respiraba en el ambiente. Brihana estaba sentada en el sofá de su sala, con una copa de vino en la mano, o
La cena fue un espectáculo incómodo para ambos. Brith y Brihana estaban sentados uno frente al otro, mientras Eleanor hablaba animadamente sobre sus viajes y anécdotas familiares. Ambos fingían sonrisas y asentían en los momentos adecuados, pero la tensión entre ellos era palpable.Brith no podía dejar de mirar a Brihana. Su rostro estaba sereno, pero sus ojos evitaban encontrarse con los suyos. Cada vez que ella levantaba la copa para beber, sus movimientos eran precisos, casi mecánicos, como si estuviera siguiendo un guion.Por su parte, Brihana sentía cómo la mirada de Brith la quemaba. Sabía que él la estaba observando, pero se negaba a mirarlo. No quería darle la satisfacción de pensar que aún le importaba.En un momento, Eleanor comentó algo que hizo que ambos se congelaran."Espero que pronto me den la noticia de un bisnieto. Ya es hora, ¿no creen?"Brith casi derramó el vino que estaba bebiendo, mientras que Brihana apretó los cubiertos con fuerza. Sus ojos se encontraron por
De repente, sintió un movimiento en la cama. Abrió los ojos de golpe y se giró justo a tiempo para ver a Brith intentando acostarse a su lado."¿Qué demonios crees que estás haciendo?" —exclamó, su voz baja pero cargada de furia."Esto es ridículo, Brihana" respondió Brith, su tono cansado. "No puedo dormir en ese sofá. Es incómodo, y además, si alguien entra, será obvio que no estamos durmiendo juntos."Antes de que pudiera decir algo más, sintió una patada en el costado que lo hizo caer de la cama. El impacto fue lo suficientemente fuerte como para hacerlo gruñir de dolor, y cuando levantó la vista, encontró a Brihana mirándolo con una mezcla de furia y satisfacción."¡Quédate en el sofá!" dijo ella, señalándolo con un dedo. "No tienes derecho a compartir esta cama conmigo. No después de todo lo que has hecho."Brith se levantó lentamente, frotándose el costado donde había recibido la patada. Su rostro estaba enrojecido, tanto por la furia como por la vergüenza. Sus ojos, normalment
"¡Suéltame, Brith!" exigió ella, girando la cabeza para mirarlo con furia. Sus ojos brillaban con una mezcla de enojo y algo más, algo que no quería admitir. "No tienes derecho a tocarme. No después de lo que hiciste."Brith la miró fijamente, sus ojos oscuros llenos de emociones que no podía expresar con palabras. Su mandíbula estaba apretada, y sus labios formaban una línea tensa, pero sus manos, que descansaban sobre su cintura, eran sorprendentemente suaves."Lo sé" dijo finalmente, su voz apenas un susurro. "Sé que no merezco esto. Pero... no puedo evitarlo. Te necesito, Brihana. Siempre te he necesitado."Las palabras de Brith la desarmaron por un momento, y su cuerpo dejó de resistirse. Pero su mente seguía luchando, recordándole todo el dolor que él le había causado. Cerró los ojos con fuerza, tratando de bloquear las emociones que comenzaban a aflorar."Esto no cambia nada" dijo ella finalmente, su voz temblando ligeramente. "No significa nada."Brith no respondió. Simplement