—Amor...—le dijo mientras le tomaba de sus manos y tiraba con un poco de fuerza haciendo que Grace se inclinara hacia adelante, la tomó en la cintura y la elevó arrastrandola hasta colocarla sobre sus regazo— lamento si soy brusco, solo estoy necesitado de ti, solías ser tan cariñosa siempre atenta mis necesidades, llena de afecto siempre para mí y de la noche a la mañana te has vuelto un témpano de hielo y sí todo fue a causa de ese maldito accidente y del hecho que has perdido la memoria, pero eso no hace menos doloroso esta situación para mí. Izan, quién te había perdido absolutamente, quien había perdido tu amor, tu confianza y tu cariño, ahora se pavonea por allí disfrutando de tus atenciones... y yo, quién era el amor de tu vida, el dueño de tu deseo, el hombre con quien querías escapar para reiniciar tu vida, para comenzar desde cero y formar el futuro que deseabas, el hombre con el cual querías disfrutar de un amor bueno, limpio y sincero... ahora me he convertido en nada par
La desesperación de Spencer crecía sentía plena satisfacción de poder acariciar a Grace de aquella manera tan íntima, estaba extasiado por la textura de su piel y el enloquecedor aroma que desprendía su cuerpo, era como si solo como si ella estuviese emanando una serie de feromonas destinadas únicamente a enloquecerlo, si bien era cierto que lo principal era su venganza, no era menos cierto que Grace era encantadora y le gustaba mucho. Presionó sus senos a su antojo, disfrutando de la redondez que llenaba sus manos y el calor de su tibio cuerpo... Su propio cuerpo reaccionó ansioso de sumergirse en ella. Ella se removió un poco inquieta intentando alejar su cuerpo del toque de sus manos, pero Spencer tomó con firmeza la redondez de aquellos senos y los acarició, jugueteó con los pezones intentando despertar en ella la pasión, en un rápido movimiento la giró colocándola sobre la cama, Grace gimió de sorpresa y quiso por un momento levantarse de la cama y salir corriendo. Las mano
—¡NO ME HAGAS ÉSTO!— le dijo furioso tirando de las piernas de ella arrastrándola a la cama, se posicionó sobre ella mientras Grace, peleaba y luchaba retorciéndose debajo de él— Sé que lo que necesitas es que volvamos a unirnos, hacer el amor te hará entender. —¡No lo hagas, Spencer!, detente, ¿ es que acaso piensa forzarme?, ¿te has vuelto loco?— le dijo aterrorizada. —Claro que me vuelto loco, me he vuelto loco de angustia, de celos de rabia— le tomó las muñecas y le inmovilizó contra la cama— no entiendo cómo puedes hacerme esto, ¿cómo puedes tirar por la borda todo el amor y todos nuestros planes?. —¡Con un demonio, Spencer suéltame ahora o comenzaré a gritar! —¿Me estás amenazando?— le dijo enojado—¿ acaso me estás amenazando Grace?, ¿qué crees que ocurrirá cuando comiences a gritar y todos aparezcan por esa puerta y le diga que tú me invitaste a tu habitación, que tenemos meses siendo amantes?, créeme ciertamente mi hermano me matará, pero no ser el único que salga si
Por fortuna para Grace, desde aquel momento Spencer se mantuvo alejado de ella, también había sido muy afortunada porque Izan, había logrado resolver sus asuntos más pronto de lo que esperaba y pudo volver a casa para la noche siguiente. Desde aquella noche en la que Spencer salió de su habitación hasta el momento en que Izan volvió a casa, solo lo había visto un par de veces y en ambas ocasiones se había encargado de mirarla como si llevara en el corazón una profunda pena, para luego bajar la mirada al suelo y marcharse en dirección contraria. Actuaba como si estuviese profundamente herido y aquello le hacía sentir culpable. Grace lo había pensado mucho en la ausencia de Izan y aún no estaba segura Pero quizás fuese correcto hablar con Izan, tenía la sensación de que debía contarle todo lo que había pasado, aunque no podía dejar de pensar en que si lo que se le había dicho Spencer, era cierto quizás Izan si fuese capaz de arrancarle la vida y aquello le angustiaba un poco, no por
Y allí estaban, llevando a cabo la luna de miel que Grace tanto había anhelado, Pero que no lograba recordar. La finca en Australia había resultado aún más preciosa de lo que Grace se había imaginado, la impresionante estructura se erigía orgullosa frente a ellos, con una apariencia tan regia como si guardara mil años de historia dentro de ella, le encantaba porque era rústica y campestre, pero sin perder ese aire elegante y precioso. Estaba sumamente emocionada porque aquel aire de campo también le haría muy bien a Dylan, su pequeño bebé reposaba en sus brazos profundamente dormido con la tranquilidad que solo un recién nacido podría tener al estar en los brazos de su madre, como si todo fuese estar bien siempre, como si no tuviese que preocuparse de nada en toda su vida. Aquella sensación era envidiable. Grace, estaba profundamente enamorada de lo poco que había visto de aquel lugar. —Es precioso, Izan— le dijo con la voz cargada de emoción y los ojos brillando de alegrí
Hacer el amor en las cálidas aguas de un lago en Australia, no había estado dentro de la lista de fantasías sexuales de Grace, sin embargo allí estaba, en brazos de su ardiente esposo y la experiencia estaba resultando de lo más exquisita y placentera. Cuando Izan, reclamó su boca con una pasión abrumadora Grace no pudo menos que gemir y rodearle el cuello pegando su cuerpo al de él, sintiendo como aquella masa de músculos que era el cuerpo de su esposo, emanaba corrientes de atracción hacia ella, era como si fuese feromonas, alguna sustancia destinada a enloquecerla. Grace, gimió al sentir como aquellas grandes manos comenzaban a acariciarla de forma íntima. Las manos de Izan, se movían ansiosas sobre aquellas curvas escondidas bajo la intimidad que les otorgaba el lago, Grace se aferró a su cuello y elevando sus piernas le rodeó las caderas de una manera exquisita, sus manos jugaron con el oscuro y húmedo cabello de de su esposo, lo sintió alejar sus manos, y luego como su int
—Le encanta cuando lo cargas— observó Grace.— siempre se queda muy tranquilo se encontrará Paz contra los latidos de tu corazón. —Espero que así sea siempre y que mientras yo viva él sepa que puede acercarse a mí en busca de apoyo, sin importar lo que esté atravesando en ese momento de su vida, quiero que sepa que tiene un padre con el que puede contar. — Grace sonrió satisfecha, porque como madre le tranquilizaba que su hijo fuese tan amado. en aquel preciso momento un nuevo recuerdo de su vida la golpeó, ella caminaba por un pasillo, estaba en un barco y parecía buscar su camarote, luego chocó contra algo y se sorprendió al ver a aquel hombre maduro y aparentemente ebrio, que la tomó de la mano y la arrastró con él, luego... ellos estaban besándose sobre la cama, todo se uso oscuro y luego una imagen de ella despertando junto a aquel hombre que resultó ser Izan, ella vistiendose y saliendo del camarote... aquello ya se lo había contado él, entonces aquel había sido el día que
Izan, frunció el ceño ante aquella pregunta de Grace lo último que hubiese imaginado es que ella pudiese preguntar algo como eso, evidentemente había estado conversando con alguien y su sospechas fueron inmediatamente hacia su hermano Spencer. ¿Que tanto le había dicho?, ¿Con que derecho le conversaba a Grace sobre algo tan delicado?, ¿que estaba tramando?, porque no lo engañaba con su apariencia de tranquilidad y ambiente familiar. Eso sin contar con que aún no lo eximía de culpa por los ataques que habían recibido. Era obvio que se trataba de él, porque es que Grace, no tenía por qué saber de sus negocios con la mafia, ni siquiera porque hubiese tenido un recuerdo, porque en el pasado nunca le comentó que se movía en ese tipo de negocios y más que por ocultarle la verdad, era porque quería intentar protegerla y que no se viera mezclada en el mundo de lo ilegal, ya que la mafia no era un juego de niños. —¿Quién te dijo eso, Grace?— preguntó en tono calmado—porque ciertamente no