—¿Realmente fue un accidente?— le preguntó llena de angustia— después de todo lo que me has dicho y de que ambos recibimos ataques individuales, quizás no se trató de un accidente propiamente dicho. —Y no lo fue, nos estaban persiguiendo en la vía Grace y nos obligaron a salir de la carretera, a pesar de que he estado investigando mucho la persona que está haciendo esto está cuidando muy bien de no dejar rastro. —¿Sospechas de alguien, tienes algún enemigo ? —En este mundo se tienen muchos enemigos, los enemigos son pan de cada día, compartiré contigo algo y espero que lo guardes, que seas precavida con la información que voy a darte, si hay alguien del cual sospecho y es alguien muy cercano a nosotros. —¿De qué hablas?— preguntó aterrada— si tenemos el enemigo cerca debemos estar preparados debemos, proteger a Dylan, debemos protegernos a nosotros y estar pendiente de proteger a Noah y a Candace, si tienes una sospecha debes compartirla conmigo Para yo poder estar atenta. Si
Izan, sintió como la ira comenzó a viajar por su torrente sanguíneo. —¿Qué mierdas estás diciendo, Grace?, ¿ Cómo que amantes? —No lo sé Izan, ¿es que acaso olvidas que perdí la memoria?, no recuerdo absolutamente nada de mi vida.— le dijo frustrada. —¿O sea que Spencer te ha dicho que es tu amante y tú te lo has creído?— preguntó incrédulo—¡No puedo creer que hayas caído en una treta tan baja! —¿Y qué hubieses pensado tú?, no estoy diciendo que sea cierto, tampoco lo estoy negando, debes tener presente que no recuerdo nada de mi pasado, Izan he perdido mis memorias, he perdido mis recuerdos, mi pasado, mi esencia. —Pero es que no puedo creerlo. No puedo creer que Spencer haya llegado hasta esto, ¿se puede saber qué fue lo que te dijo exactamente? —La verdad es que me dijo muchísimas cosas y debo reconocer que la mayoría de ellas fueron malas— le dijo preocupada. —Estoy teniendo una batalla interna e intentando comprender; ¡¿cómo es posible que mi hermano te ha dicho
—No puedo creer que el desgraciado se haya aprovechado de ti. —Es por eso que aquella vez te pregunté si yo era una buena esposa y me sorprendió cuando dijiste que era la mejor de todas, realmente comencé a dudar de que me estuviese diciendo la verdad, me arrinconó un par de vece,s insistía en besarme constantemente cuando tú no estabas yo me resistía, le decía que no quería, que no me sentía a gusto, que si mi mente lo había olvidado mi cuerpo tampoco lo reconocía. Siempre se mostraba triste, me dijo que le resultaba imposible creer que ahora que yo había perdido la memoria tú te aprovecharás de mí para hacerme creer que éramos un matrimonio feliz y que gracias a que no tengo mis recuerdos quisieras convencerme de seguir a su lado y de hacerte pasar por un hombre bueno. —Es muy astuto el imbécil, he de reconocerlo, se estaba aprovechando de ti ,se estaba provecho de tu ausencia de recuerdos para hacerte creer un montón de cosas que no son ciertas y lo peor de todo; usar tu condic
—No, no creo que es mentira— la miró en silencio con el entrecejo fruncido— ¿y sabes por qué no creo que sea mentira?, porque estoy seguro de que lo es, Spencer no ha hecho más que manipular tu mente aprovechando que no tienes recuerdo y hacerte creer que soy una bestia, un desgraciado que soy capaz de engañarte y de golpearte, de maltratarte, jamás haría eso, Grace. Eres mi esposa, la madre de mi hijo yo jamás me atrevería a hacer todo lo que Spencer ha dicho. —Me tranquilizas— le dijo con voz quebrada y ojos llenos de llanto— realmente no quería creer que yo era una mala mujer, no quería creer que yo era una mala esposa, que estaba engañándote, no me creía capaz de ser esa mujer que él decía, que era capaz de dormir con otro hombre en la misma cama que compartía con mi esposo, no Izan, yo no quería creer que era así, además mi corazón me decía que tú no eras ese tipo de hombre que él quería hacerme creer y realmente me alegra de que sea así. —A mí no me alegra que se haya aprove
Los siguientes días pasaban con rapidez Izan y Grace disfrutaban de una acalorada luna de miel, a pesar de aquel amargo momento de declaración que habia amenazado con oscurecer sus vacaciones, habían logrado sortear el problema y salir airosos. A pesar de toda la dicha que respiraban día con día, Grace estaba entristecida porque sabía que cada vez estaba más cerca al momento de volver, de abandonar aquel hermoso paraíso para regresar a la realidad de su hogar en Estados Unidos, sin embargo aquello tenía un lado positivo y es que los preparativos de la boda de Candace y Noah, estaban prácticamente listos, su hermana habia escogido un precioso vestido de novia y estaba muy ilusionada, así que regresar a su país era también un indicativo de que su hermana podría ser feliz junto al hombre que amaba y aquello le resultaba tiernamente romántico. —Está todo listo para la boda— le había dicho una tarde a Izan mientras ambos estaban desnudos sobre una manta a mitad del campo, con la natur
—¡GRACE, GRACE!—gritó Izan sobresaltado por la imagen que estaba presenciando, mientras detenía su caballo y saltaba de los lomos del animal para socorrer a su esposa. Corrió hasta ella, quién estaba haciendo un esfuerzo por sentarse mientras se sujetaba con fuerza la cabeza. Izan, pudo observar con horror como un hilo de sangre bajaba por la mano de ella, al llegar— ¡GRACE!, ¿Estás bien?— preguntó asustado. —Sí, estoy bien, es solo que he perdido el control del caballo, al parecer se ha asustado— dijo aún manteniendo los ojos cerrados, de pronto los recuerdos de su vida comenzaron a golpearle con fuerza, era como una vieja película pasando frente a ella, como una vieja cinta reproduciendo. Los primeros recuerdos de su niñez, su juventud, algunos actos de rebeldias que hacian enfurecer a su padre, algunas peleas con Candace, aquel viaje al crucero, su primera noche con Izan, su angustia al descubrir que estaba embarazada de un desconocido, las bofetadas y palabras hirientes de su
El día de volver a los Estados Unidos había llegado, Grace quería estar de buen ánimo porque iba a ver nuevamente a su hermana y podrían celebrar la boda, sin embargo no podía evitar estar triste porque se había acostumbrado fácilmente al ambiente que vivía en la finca, Australia la había dejado sin lugar a dudas completa y absolutamente enamorada; sus hermosos paisajes, sus increíbles amaneceres y sus preciosos atardeceres le habían robado el corazón, había podido disfrutar de tiempo de calidad con su esposo e hijo, había probado los deliciosos vinos que se producían allí mismo en la finca, había degustado de la cantidad de queso que eran una absoluta delicia a su paladar, pero como nada dura para siempre, era momento de volver a la realidad y a la rutina estadounidense. —Pareces bastante triste hoy— le dijo Izan, mientras la abrazaba desde atrás— ¿estás algo nostálgica?— e preguntó con cariño mientras se inclinaba y depositaba un tierno beso en su cuello. —No puedo evitarlo, hem
—Por favor llévelo a su habitación es hora de que tome el biberón y descanse un poco del viaje —Sí señora, como usted diga— y dicho aquello, la mujer arrulló al pequeño bebé y comenzó a caminar buscando las escaleras que la llevarían al segundo piso, directamente a la habitación del pequeño. Seguida de la silenciosa niñera. —¡Pero miren a quién tenemos de regreso!— exclamó Spencer con una enorme sonrisa mientras caminaba hacia ellos sosteniendo en su mano un vaso con whisky— seguramente disfrutaron mucho de la luna de miel, llegué a pensar que no regresarían jamás. Nada más verlo Grace sintió una rabia que nacía en su estómago y se extendía por todo su cuerpo, sin siquiera detenerse a pensarlo caminó hacia él con paso firme y mirada determinada, Spencer quien tenía el ego más grande que su cerebro, abrió los brazos para recibirla como si ella hubiese llegado directamente a estrecharlo por el tiempo que tenía sin verle, contrario a lo que Spencer había pensado ella se plantó fren