Izan comenzaba a impacientarse, los médicos no decían nada, tampoco le permitían ver a Grace, hacía mucho que la habían ingresado y aún no obtenían respuesta.Mientras estaba allí de pie en la sala de espera, en postura de alegra, tres de sus hombres esperaban cubriendo sus flancos.Observó como un médico salía en dirección a él. —Señor O'Farrell.—Doctor, ¿Cómo está prometida?, estoy cansado de esperar y que nadie me diga nada. —Debíamos realizar exámenes primero y así, asegurarnos del estado de la señorita McCartney. —¿Y bien?—Afortunadamente, ambos están bien. Está presentando una amenaza de aborto —Izan frunció el ceño, ¿Acaso ella quería cumplir lo que le había dicho?, ?estaba intentando dañar a su hijo?, ¿por qué?—¿Provocado?— preguntó muy serio. —No, de manera espontánea. —¿Por qué sucede eso?— quiso saber, necesitaba asegurarse de que ella no estaba lastimando al hijo que esperaba. —Muchos motivos, desde naturales por condiciones de su propio cuerpo, hasta emocionales,
Noah no quería regresar a su casa, no tenía deseos de hacerlo, la verdad es que desde su boda fallida y que Grace se había mudado a la mansión, evitaba a toda costa estar en casa, y no era porque no soportara a Grace o porque le cayera mal, era solo que le irritaba e incomodaba toda aquella situación, de cierto modo sentía que su padre habia permitido que el mundo se burlara de él. —¿A dónde vamos, Señor?— preguntó uno de sus guardaespaldas, el que estaba al volante. —A casa, George— dijo frustrado, no podía evitarlos toda la vida, además, también era su casa. Los dos hombres, tanto el que estaba frente al volante, como el otro lo observaron a través del cristal, como buscando una explicación para su conducta despreocupada. Noah por el contrario desvió la vista y observaba por la ventana, la lluvia comenzaba a caer con fuerza, golpeando el cristal del auto... pensó en llamar a Candace e invitarla a cenar, pero tampoco quería sonar desesperado o demasiado persistente, ella estaba atr
Izan la acercó más a él, estrechándola aún más con la finalidad de profundizar el beso, Grace gimió al sentir su tierno cuerpo ser oprimido por aquel cuerpo musculoso, ella recordó porqué se dejó arrastrar fácilmente por él aquella única noche que tuvieron, era un maestro para besar, él la besaba como nunca antes la habían besado. El beso terminó con ambos agitados y buscando ansiosos controlar la respiración. Izan la miró y sonrió, aquella sonrisa sexy... esa sonrisa endiabladamente sexy. —Besas demasiado bien para ser tan jóven— ella se ruborizó con el halago. —Gracias... supongo. —Algo me dice que tendremos un gran matrimonio, por cierto he aplazado el anuncio un par de días, así que esperemos que para entonces ya te encuentres bien. —¿Cuándo será la boda?— preguntó intentando ocultar el temblor en su voz. —¿Ansiosa, pequeña mía?— preguntó burlón. — ¿Ya deseas perder tu libertad?—La libertad que poseo es efímera, aquí estoy "libre"— hizo comillas con los dedos— pero presa en
Grace observó el precioso yate y sintió como algo se removía en su interior, no pudo evitar que viniera a su memoria aquella noche junto a Izan, la única que habían tenido, una noche de locura que le había costado bastante caro. —¿Vendrán tus hombres con nosotros?— le preguntó ella con ceño fruncido. Izan sonrió de aquella manera que lograba despertar las fibras de su ser..—¿Te incómoda?—Parecen nuestras sombras, no sé cómo puedes vivir así, uno o dos hombres estarían bien pero, ¿No te parece exagerado?—Se trata de mi seguridad, seré yo quién determine cuando es exagerado o no.— Grace lo miró directamente a los ojos, acostumbrada a los constantes desplantes de su padre, aquello le pareció poco, así que optó por encogerse de hombros, y con sus zapatillas en mano decidió subir a la embarcación, se sorprendió cuando unos cinco minutos más tarde lo vio llegar si sus hombres. —encenderé el motor y zarpamos.—¿Tu? — lo miró sorprendida— ¿Así que también eres capitán?— le dedicó una sonr
Dicen que el día del matrimonio, es uno de los días más felices en la vida de una mujer, pero extrañamente Grace no se sentía feliz, desbordante de dicha ó loca de amor. Si, estaba embarazada de su futuro esposo, Pero todo había sido tan rápido y cero romántico, seria una hipócrita al decir que amaba al hombre con quien estaba a punto de casarse, lo más inquietante era que Izan O'Farrell, estaba esperando permanecer a su lado para siempre, recordó la conversación que habían tenido;—¿No podría ser algo más pequeño?— le había preguntado— será solo una boda por civil y...—Estas mal informada, querida. Nuestra boda no será únicamente por civil. —No pensé que fueses un hombre creyente—Izan sonrió, pero no respondió— ¿No te parece extremo para dos personas que no se aman?—Procuro un buen futuro para ti y para tu hijo, no debería importarte nada más.— respondió cortante.Grace parpadeó, volviendo al presente, observó su imagen frente al espejo, el trío de mujeres a su alrededor se ocupa
—Rayos, ¿son esas las maneras de recibir a tu único hermano?—Grace frunció el ceño. ¿hermano?, ¿Izan, tenía un hermano?—No te esperaba Spencer, ¿no sé supone que estabas en Ibiza?—Estaba— respondió con una encantadora sonrisa— Me alegra llegar para el desayuno, vengo famelico— dijo sentándose a la mesa, la mandíbula de Izan se tensó. — que me sirvan— le dijo a la joven que parecía nerviosa. La mujer miró a Izan, quién asintió, no de muy buen gusto. —Tienes unos modales bastantes cuestionables, Spencer— lo miró directamente a los ojos, en una claro reclamo por haber llegado sin invitación, y sentarse a la mesa sin ofrecimiento. —Puedo decir lo mismo, hermano. Me ofende mucho no haber sido invitado a la boda — se giró hacia Grace y le dedicó una sonrisa— o debería decir bodas, por cierto es un placer, cuñadita.—El gusto es mío, bienvenido — dijo con amabilidad. —Siempre es bueno volver a casa. — le regaló una sonrisa, mientras le servían el desayuno— hermosa tu esposa— le dijo a I
Aquellas palabras hicieron que Grace se removiera incómoda en su asiento. ¿Qué tipo de pregunta era aquella?,¿Qué querría decir exactamente?—¿A qué te refieres cuando dices; "un hombre como mi hermano"? —Bueno, ya sabes... Izan O'Farrell es alguien... ¿cómo lo diría?... ¿muy particular?... ¿diferente?. Solo tengo curiosidad de saberlo, debes ser muy especial como para que mi hermano decidiera casarse contigo. Cuéntame, ¿cómo se conocieron?—Nos conocimos en un crucero. — dijo la verdad, pero sin llegar a ser muy específica. —¿Así que amor a primera vista?— preguntó sonriendo, Grace le devolvió el gesto pero no respondió.— eres afortunada, mi hermano tenía años sin fijarse seriamente en alguien. En eso se parece a nuestro padre. Creo que la historia se repite. —No entiendo— le dijo confundida. —Mi padre tuvo un primer matrimonio, la madre de Izan, ella fue todo lo que él quería y de pronto un día, sencillamente murió. Años después vuelve a casarse y heme aquí, el hijo menor de otr
Izan entró furioso a la habitación que ocupaba su hermano, Spencer quien salía de la ducha lo miró con fingida sorpresa. —¿Qué sucede?—¿Qué Diablos es ésto?— le preguntó enojado y le golpeó el pecho con el sobre, Spencer arqueó ambas cejas, tomó el sobre y sacó la hoja para leerla tranquilamente. —Bueno, según veo, es una amenaza.—¡No te hagas es desentendido!—¿Estás acusándome de algo, Izan?— le preguntó mientras fruncía el ceño. —¿No te parece demasiada casualidad que justo el día que regresas a mi vida, ya estoy recibiendo ese tipo de mensajes?—¡Oh, vamos!— le dijo con un resoplido— no puedes estar hablando en serio, siempre piensas lo peor de mi, siempre creer que quiero hacerte daño. He regresado para estar con ustedes, no para ésto — señaló la hoja— deja de ser paranoico conmigo, Izan. He venido en son de paz. —Si... claro— lo miró directamente a los ojos. —¿Es que acaso no tienes enemigos?, ?un mal negocio?, ¿algún marido celoso?, ¿un cliente insatisfecho?, ¡Qué se yo!