En el transcurso de los años, Evelyn, había aprendido a canalizar sus poderes curativos, ella ayudaba en la manada y un día menos pensado, se le ocurrió que tal vez podría ayudar a Angelic — ¿Tu crees que funcione, cuñada? Dimitrie y yo hemos intentado de todo, pero nada nos ha funcionado, hemos ido perdiendo la fe de a poco — No lo sé Angelic, pero me gustaría intentarlo — La sirena puso sus manos sobre el vientre de la loba, las pasaba despacio y con cuidado, ella rezaba en un dialecto de su raza, no se detuvo hasta terminarlo — Wow, no sé que sea pero siento algo tibio en mi interior, te agradezco que te preocupes por mi, quiero que sepas que si no funciona, de todas formas estoy feliz por tener tu apoyo y tu cariño — La loba, era hermosa por fuera y por dentro, una amor de persona De ese suceso había pasado poco más de un mes, la fiesta de Arleth, continúo aún sin él, al cachorro lo habían enviado a su habitación y al cachorrito que mordió le habían obsequiado cinco mil
— Alfa, el desmayo de su luna es parte de los síntomas del embarazo, incluso en este preciso momento le haremos un ultrasonido, aquí tengo el aparato, luna, descubriré su vientre para pasarle este pequeño aparato, vamos a ver al bebé — ¿Lo vamos a ver? Carajo, esto es... tan inesperado — La emoción del Alfa era enorme, tenía tomada de la mano a Angelic, el médico comenzó a revisar la pancita hasta que lo encontró — Miremos a la pantalla, lo que se escucha es su corazón, esto que se ve aquí es el cachorro, es pequeño aún pero se está formando muy bien, tiene buen tamaño, buen peso, el embarazo en general va muy bien, recomiendo que la futura madre se cuide muchísimo, este lobezno es un verdadero milagro, no podemos exponerlo a estrés, a violencia, a trabajos pesados, a nada que lo altere, deben ser consentidos tanto la madre como el hijo No había dudas, lo habían visto con sus propios ojos, el cachorro existía, el Alfa, estaba muy sensible también, había esperado tanto por es
En la manada Dark Moon, ubicada en el helado bosque de Rusia, una abuela preocupada por su descendencia y su frío e indiferente nieto, decide hacer algo por su propia cuenta para asegurar un heredero. — Amber... ¿Te has enterado? es sobre mi nieto. — Mi Luna, ¿qué quiere decir? La anciana loba niñera de la familia Volkov, se arrodilló ante la anciana Luna, habían sido ama y sirvienta toda la vida desde que se había casado en esta manada y se había convertido en luna hacía cincuenta años atrás, siempre habían sido muy unidas. — ¡He oído que mi nieto, el futuro rey de nuestra manada, tiene una rareza, que podrían gustarle los hombres, sus actitudes y apatía hacía las mujeres es... preocupante! — Oh, mi Luna, nuestro fidelísimo príncipe Alfa es belicoso y guerrero, siempre en el ejército y siempre fuera, preocupado por la seguridad de la manada, son solo rumores mal intencionados los que ha escuchado. — ¿Pero no crees que ha ido demasiado lejos? he oído decir a jóvenes guer
Las doncellas más bellas de la manada llegaban una tras otra, llevaban puesto su mejor vestido, todas con la esperanza de ser elegidas por el príncipe Alfa, habían visto alguna vez al atractivo lobo de ojos azules y cabello largo azabache, era el sueño de cualquier loba. Las solteras fueron ocupando el salón donde las reunieron, los meseros les ofrecían champaña y bocadillos, algunas se conocían y conversaban alegremente, otras no podían evitar sentir envidia por las que estaban mejor vestidas. — Vaya, hermano, últimamente te has vuelto muy popular, parece que pronto vas a encontrar a tu compañera y subirás al trono cuando te dé un heredero, los ancianos por fin te van a aceptar — El Alfa Dimitrie, el segundo hermano de Damiano, nunca había tenido buena relación con su hermano mayor, él creía que tenía lo suficiente para ser el rey de la manada y no Damiano que no se tomaba el reinado en serio. — te deseamos suerte, sin duda hoy vas a terminar con tu compañera en tu vida y...
Damiano, se quedó unos minutos más en el jardín aspirando ese aroma tan delicioso y tranquilizador para él, era como si su atribulada alma encontrará paz y sosiego en el, más de pronto vió a Dimitrie, él olía ligeramente a su luna. — ¿Dime quién es la chica con la que te encontraste en el jardín? — el lobo olfateó a su hermano con un poco de ansiedad — ¡¿Dímelo, Dimetrie? ¡puede que... ella sea mi pareja destinada! — Damiano, nunca se esperó decir tal cosa. — ¿De que hablas, Damiano? tú ya has elegido a una loba está noche, no puedes pretender tener dos mujeres, es una chica común que vestía un horrendo vestido rojo muy inapropiado para la ocasión, tuve que echarla por qué andaba merodeando por el jardín. — ¿Cuál pueblo? ¡tienes que decirme, Dimitrie, ella es... mi luna! ¿donde la dejaste? por la diosa, ¡¿dime dónde?! yo... no estoy seguro de que Mariana Reiner sea mi pareja verdadera — El príncipe, hacía años que había dejado de buscar a su pareja destinada decepcionado por n
Ya en la sala de estar, bebiendo un té de Jamaica, el Alfa y beta, observaban a detalle cada fotografía, miembro familiar, sirvientes y todo lo que pudiera llevarles a quien estaban buscando, sobre todo — Reiner, tienes una bella familia, ¿solo tienes a tus dos hijos? me parecería una familia muy pequeña si así fuera — La diosa luna solo nos concedió dos cachorros, me habría gustado tener más pero nunca se nos dió, esta es toda mi familia — ¡Mientes! ¡Los voy a mandar a encerrar a todos aquí si no me dicen en dónde está la otra chica que vive aquí! — el lobo lo dijo en un rugido que atemorizó a toda la familia — ¡Quiero que la traigan aquí! — Ella... ella fue la que decidió irse, pero... ¿por qué la busca, Alfa? ¿yo estoy aquí? usted me eligió y me trajo a casa, ¿pensé que usted...? — ¡Yo nada, tu aroma es repulsivo para mí, te traje porque llevabas impregnado el aroma de ella, quería saber cuál era la razón, pero no por qué me intereses! ¿ahora díganme en dónde está? ¡
El príncipe bajó del caballo sin quitar la mirada de dónde provenía ese exquisito aroma que lo embriagaba y le hacía pedir más, por setecientos cincuenta años había buscado por todo el mundo a su pareja destinada y por fin la había encontrado en su propia manada — Llévate a la otra mujer — ordenó el lobo con voz de ultratumba, el poderoso lobo sabía que había otra loba ahí dentro, Lebran, estaba muy presente en él, por nada del mundo se iba a perder este anhelado encuentro El beta, no perdía de vista a su príncipe, tenía que ver a cuál mujer elegía y llevarse a la otra, si cometía el más mínimo error y se equivocaba, en el estado salvaje que Damiano, estaba, podía cortarle la garganta si tocaba a su luna Los pasos del lobo se apresuraron y ya sin detenerse llegó hasta la casa y abrió la puerta con mucha fuerza, al estrellarse el sonido alertó a las dos mujeres — ¡¡¡Miaaaaa!!! Leonardo, se apresuró a llevarse a la jóven loba que acompañaba a su futura reina, ella gritó pero
Su luna, se veía bastante débil, ella se quedó dormida después de decirle esas últimas palabras, palabras que no le habían agradado para nada al Alfa, pero ya lo hablaría con ella cuando estuviera mejor El beta Leonardo, fue llamado por el link para que te regresara, ya le había explicado con calma a la prima de su luna, el porqué estaban ahí — ¡Debemos irnos, llevaré a mi luna a que la atiendan los médicos de la manada, ella tiene mucha fiebre! gracias por cuidarla — el gran lobo, montó al equino y pegó a su luna a su cuerpo — Alfa, Evy, es una buena chica, cuidarla mucho, ya le han hecho demasiado daño — pidió Adrien, el Alfa, después de sentir, salió a toda velocidad seguido por su beta, había el castillo Volkov Después del largo camino, el Alfa llegó a su hogar y envió por los doctores, estos no tardaron en llegar, era un llamado del principe, debían acudir de inmediato Mientras revisaban a su pareja destinada, Damiano, no se movió ni por un momento de su lado, los