Ya en la sala de estar, bebiendo un té de Jamaica, el Alfa y beta, observaban a detalle cada fotografía, miembro familiar, sirvientes y todo lo que pudiera llevarles a quien estaban buscando, sobre todo — Reiner, tienes una bella familia, ¿solo tienes a tus dos hijos? me parecería una familia muy pequeña si así fuera — La diosa luna solo nos concedió dos cachorros, me habría gustado tener más pero nunca se nos dió, esta es toda mi familia — ¡Mientes! ¡Los voy a mandar a encerrar a todos aquí si no me dicen en dónde está la otra chica que vive aquí! — el lobo lo dijo en un rugido que atemorizó a toda la familia — ¡Quiero que la traigan aquí! — Ella... ella fue la que decidió irse, pero... ¿por qué la busca, Alfa? ¿yo estoy aquí? usted me eligió y me trajo a casa, ¿pensé que usted...? — ¡Yo nada, tu aroma es repulsivo para mí, te traje porque llevabas impregnado el aroma de ella, quería saber cuál era la razón, pero no por qué me intereses! ¿ahora díganme en dónde está? ¡
El príncipe bajó del caballo sin quitar la mirada de dónde provenía ese exquisito aroma que lo embriagaba y le hacía pedir más, por setecientos cincuenta años había buscado por todo el mundo a su pareja destinada y por fin la había encontrado en su propia manada — Llévate a la otra mujer — ordenó el lobo con voz de ultratumba, el poderoso lobo sabía que había otra loba ahí dentro, Lebran, estaba muy presente en él, por nada del mundo se iba a perder este anhelado encuentro El beta, no perdía de vista a su príncipe, tenía que ver a cuál mujer elegía y llevarse a la otra, si cometía el más mínimo error y se equivocaba, en el estado salvaje que Damiano, estaba, podía cortarle la garganta si tocaba a su luna Los pasos del lobo se apresuraron y ya sin detenerse llegó hasta la casa y abrió la puerta con mucha fuerza, al estrellarse el sonido alertó a las dos mujeres — ¡¡¡Miaaaaa!!! Leonardo, se apresuró a llevarse a la jóven loba que acompañaba a su futura reina, ella gritó pero
Su luna, se veía bastante débil, ella se quedó dormida después de decirle esas últimas palabras, palabras que no le habían agradado para nada al Alfa, pero ya lo hablaría con ella cuando estuviera mejor El beta Leonardo, fue llamado por el link para que te regresara, ya le había explicado con calma a la prima de su luna, el porqué estaban ahí — ¡Debemos irnos, llevaré a mi luna a que la atiendan los médicos de la manada, ella tiene mucha fiebre! gracias por cuidarla — el gran lobo, montó al equino y pegó a su luna a su cuerpo — Alfa, Evy, es una buena chica, cuidarla mucho, ya le han hecho demasiado daño — pidió Adrien, el Alfa, después de sentir, salió a toda velocidad seguido por su beta, había el castillo Volkov Después del largo camino, el Alfa llegó a su hogar y envió por los doctores, estos no tardaron en llegar, era un llamado del principe, debían acudir de inmediato Mientras revisaban a su pareja destinada, Damiano, no se movió ni por un momento de su lado, los
Cómo un huracán, entraba el segundo hermano a la habitación del príncipe — ¿A quien más podrías temerle si no al salvaje de mi hermano, el que se la pasa todo el tiempo entre los guerreros, que al parecer le gustan demasiado — ¡Dimitrie, te estás pasando, valoro a cada uno de los guerreros porque gracias a su valentía, la manada está protegida y a salvo, pero no me gustan los machos cómo estás insinuando, ahora sal de aquí, que nadie te ha permitido entrar! Evelyn, se abrazó a sus piernas, era el mismo lobo que la había echado del castillo — Yo... quizás debería irme, no soy del agrado del Alfa, siento mucho molestarlo con mi presencia — Evy, trato de levantarse, pero apenas se sentó, un mareo la hizo caer de nuevo en la blanca y cómoda cama — ¡Estás asustando a mi luna, lárgate o te voy a dar la paliza de tu vida! — gruñó el príncipe, sus ojos brillaban en un azul eléctrico, su lobo Lebran, estaba por salir a atacarlo — Está bien, está bien, me iré, solo quería saluda
Las blancas mejillas de Evelyn, se sonrojaron de inmediato, el Alfa Damiano, era un lobo extremadamente atractivo, exudaba elegancia y masculinidad, Evy, sabía que era el sueño de al menos la mitad de las chicas de la manada, y ella no podía apartar la mirada de él, le atraía como la luz a una polilla — Reina Volkov, ¿no creé que es demasiado pronto para... casarnos? todavía no nos hemos conocido lo suficiente, ¿qué tal si el Alfa Damiano, considera que no soy su tipo? — ¡Querida, tú si que eres ingenua, si mi tercer nieto y yo, no estuviéramos aquí justo ahora, este apasionado lobo ya te habría marcado, por supuesto que eres su tipo, solo míralo, no puede apartar la mirada de ti! El príncipe se aclaró la garganta, su abuela lo estaba dejando en evidencia, apenas podía controlarse para no tomar a su hermosa luna hacerla suya y marcarla, sentía que los colmillos le picaban, Lebron, estaba en su estado más salvaje, y sabía que no lo.podria contener por mucho tiempo más — Est
Al regresar al castillo, el Alfa, se aseguro de que Evy, se acostara a descansar, no podía dejar de lado que habia estado hirviendo en fiebre, mientras tanto fué al despacho a ver unos asuntos — Ya regresaste del paseo, ¿qué tal te fué? parece que tú luna se está acostumbrando cada vez más a ti, que suertudo eres — Leonardo, ¿has escuchado alguna vez de alguien que no tenga un lobo o loba? — Pues... no, no conozco a nadie en nuestra manada, ni en otras a las que hemos visitado que no tenga su respectivo lobo, ¿por qué lo preguntas? — Es Evelyn, ella dice que no tiene una loba, ni siquiera al cumplir los dieciocho años ha tenido su transformación — Hay carajo, ese si que es un problema, Damiano, cuando los ancianos lo sepan no se lo van a tomar a nada bien, puede que incluso no acepten su unión, ni su boda — Entonces no lo tiene que saber hasta después de la boda, no voy a perderla por algo que me resulta tan irrelevante, la he esperado tanto, me siento completo a su lad
El Alfa Dimitrie, había cruzado la linea, él, el segundo hermano y Alfa más importante después de Damiano, había sido echado del castillo así sin más, ¿cómo podía ser eso posible? Mientras tanto en la habitación del príncipe — Alfa, no puedes echar a tu hermano por una insignificancia, el solo estaba... siendo travieso, quizás quería hacerte molestar — ¡Pues lo consiguió, yo, que soy tu Alfa y predestinado, solo te he robado un beso y él se atreve a probar tus labios! ¡Me dan ganas de darle una paliza, no porque sea mi hermano lo voy a perdonar! no lo dejaré merodear por el castillo y que vuelva a asaltarte — Por favor cálmate, soy una recién llegada aquí, el Alfa Dimitrie, ya me odia lo suficiente, si lo corres de su hogar por mi culpa, jamás nos vamos a llevar bien, perdonalo esta vez, por favor — No me lo pidas en ese tono que me vas a convencer, nada me va a quitar este mal sabor de boca que me dejó ese idiota al besarte — Estás... seguro — Evelyn, vió tan molesto
La abuela reina ya estaba en sus aposentos dormida, no podia vigilar de dia y de noche a su nieto, ella ya no tenia las energías aunque quisiera aparentar que si, era por eso que deseaba mucho tener un bisnieto de su nieto mayor, y después de sus otros nietos, que la familia real creciera y tal vez eso se le iba a cumplir pronto — Da... Damiano... ¿tú... me estás besando? — Evelyn, sé que deberíamos esperar hasta después de la boda, pero no soy capaz de contenerme, ¿necesito que me digas si puedo hacerte el amor? solo dilo.... — El Alfa, lo pedía con todo el anhelo del que era capaz — Siiii... tómame, quiero que me hagas tuya, te deseo, Damiano, dame tus besos, enséñame como es hacer el amor con el amor de tu pareja destinada... El Alfa no necesitó más que esa súplica que escuchó en un susurro, besó la piel de Evy, cada rincón, la hizo correrse con su lengua antes de enterarse en ella, las uñas de la bella jóven fueron clavadas en la ancha espalda del príncipe lobo, para ca