El Alfa encuentra a su luna

Ya en la sala de estar, bebiendo un té de Jamaica, el Alfa y beta, observaban a detalle cada fotografía, miembro familiar, sirvientes y todo lo que pudiera llevarles a quien estaban buscando, sobre todo

— Reiner, tienes una bella familia, ¿solo tienes a tus dos hijos? me parecería una familia muy pequeña si así fuera

— La diosa luna solo nos concedió dos cachorros, me habría gustado tener más pero nunca se nos dió, esta es toda mi familia

— ¡Mientes! ¡Los voy a mandar a encerrar a todos aquí si no me dicen en dónde está la otra chica que vive aquí! — el lobo lo dijo en un rugido que atemorizó a toda la familia — ¡Quiero que la traigan aquí!

— Ella... ella fue la que decidió irse, pero... ¿por qué la busca, Alfa? ¿yo estoy aquí? usted me eligió y me trajo a casa, ¿pensé que usted...?

— ¡Yo nada, tu aroma es repulsivo para mí, te traje porque llevabas impregnado el aroma de ella, quería saber cuál era la razón, pero no por qué me intereses! ¿ahora díganme en dónde está? ¡antes de que pierda la poca paciencia que me queda

— Señorita Mariana, ¿quiere que ponga su vestido rojo en su clóset o en el de Evelyn? — la criada preguntaba la bella loba, cosa que llamó la atención del principe

*Huele a fresas y flores, ese vestido tiene el aroma de mi destinada* — el Alfa le dijo por su link especial a su beta

— No, ya no quiero ese vestido, ya fué usado por otra persona, llévalo a la habitación de Evy, o tíralo, me da igual — se notaba la arrogancia de la señorita de la familia

— Oh, es un lugar que se llama lago de luna, es llamado así por un bello lago que tienen en el lugar, ella está allá, Alfa — la señora Reiner, estana ya muy asustada, asi que decidió hablar

— ¡Lo conozco, ya hemos estado ahí antes ayudando a la comunidad a reparar sus casas, Vámonos, de prisa Leonardo! — El Alfa interrumpió de inmediato la visita, ya tenía la información que necesitaba, no quería seguir aspirando un segundo más el aroma a cítricos de Mariana Reiner

Mariana, apretó los puños, las palabras del Alfa le habían herido el enorme ego, ella siempre se había considerado más bella y elegante que su prima Evelyn, ella no era merecedora de ser la pareja destinada de un lobo tan poderoso como lo era el Alfa Volkov

— ¡No debemos permitir que la encuentre, esa insignificante sirvienta no debe llegar a ser la luna de esta manada, sería humillante para mí, papá! debo ir a impedirlo — la joven loba, dió unos cuantos pasos para ir detrás del Alfa, Pero su padre la detuvo

— ¿Acaso has enloquecido? ¡es un milagro que ese enfurecido lobo no nos hubiese desgarrado la garganta, si en algo valoras tu vida no te interpongas! ya llegará nuestro momento, El reino de los Volkov, no es el único en el mundo, hay muchos más Alfas que van a saber apreciar tu belleza

Sin embargo, Mariana, no estaba de acuerdo con la opinión de su padre, a ella le gustaba el atractivo príncipe de la manada, y debía conseguirlo a costa de lo que sea

Dicho esto, el Alfa salió a toda prisa al igual que su beta, mientras tanto en el castillo Volkov

— Quiero una explicación del por qué pelearon tú y Damiano, anoche, Dimitrie, y no te atrevas a mentirme porque de todas formas lo voy a descubrir

— Fueron cosas de hermanos, abuela, nada importante, ahora sí me disculpas debo ir a atender un asunto de la manada — lo que en realidad apremiaba a Dimitrie, era que al lobo se confianza que había dejado vigilando la casa donde vivía la luna de su hermano, le traía noticias

— Sé que la pareja destinada de Damiano, estuvo aquí, ¿quiero saber quién es ella? ¿de qué familia proviene? ¿cómo es? ¿si es una buena chica? !soy su abuela, tengo derecho a saber a quien vamos a tener como la próxima luna!

Damiano, te dirá sobre eso cuando él lo sepa también, debes esperar abuela, ahora sí me disculpas, tengo que marcharme — el Alfa Dimitrie, salió a ver al centinela que ya lo esperaba en la parte trasera del jardín

— Habla Brad, ¿qué pasa en la residencia Reiner?

— !Alfa, el principe llegó con Leonardo, a visitar a la señorita de la familia, pero no estuvieron mucho tiempo, ahora se dirigen al pueblo al que la señorita Evelyn, fué enviada!

— Era de esperarse que Damiano, diera pronto con ella, es un lobo astuto y muy inteligente, pero por suerte yo me sé un atajo, Sid, acompáñame, que ensillen dos caballos, saldremos al pueblo lago de luna de inmediato

Dimetrie, logró llegar antes que Damiano, hizo correr a los caballos a su máxima capacidad, no logró ubicarla, la hermosa chica estaba en cama con fiebre en la humilde morada de su prima

— ¡Demonios, es todo un pueblo que recorrer casa por casa, no nos va a dar tiempo para buscarla — el segundo hermano recorrió con su beta, algunas casas, pero no tuvieron éxito

— Alfa, tenemos que irnos, todavía es largo camino de regreso, no no podemos exponer a ser encontrados aquí, nuestro pellejo estaria en juego — el beta Sid, sabía que debían salir de ahí cuánto antes, si el principe los encontraba, en el lugar, no los iba a matar pero les iba a ir bastante mal

Los lobos se pusieron en marcha, se fueron a la misma velocidad que habían llegado, ya habían sembrado el veneno en contra del futuro rey, como querían entren las pocas personas con las que hablaron, de todas formas

Damiano y Leonardo entraron al pueblo, los caballos corrían veloces, el lugar no era tan enorme pero si les llevaría tiempo dar con ella, el príncipe, no había encontrado el aroma de su luna, mientras recorrían las calles, cuando de pronto al acercarse más al lago, en una casa pequeña a la distancia, el viento trajo el aroma destinada a sus fosas nasales, fresas y flores, Damiano, caminó en esa dirección

*¡Luna, ella es mi luna, búscala, acércate, tocala, reclamala!* — Lebran, estaba arañando las paredes para poder salir a conocer a su pareja destinada, por fin la había encontrado, a su anhelada compañera

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