De vuelta a su departamento, a sus cosas y a su rutina. Se sentía tranquila y segura otra vez. Se quitó los zapatos y fue desvistiéndose dejando la ropa en el camino hasta que alcanzó la ducha; un baño tibio era lo que necesitaba para sacarse de encima ese verano cansador. Había sido un enfrentamiento detrás del otro, Lucas no le había dado tregua. Pero se sintió satisfecha con la manera en que había decidido tomar las cosas.Le había marcado limites que sabía que no respetaría, pero eso no era lo que la alegraba. Sino el haber tenido el valor y la confianza para hacerlo. A lo mejor si tenía algo de su padre con ella. Ese era otro motivo para que se sintiera feliz: Robert le contó tantas cosas sobre él que le surgió la sensación de conocerlo un poco más. Su recuerdo se empañaba con los años, el de su madre también.Solo pudieron rescatar unas pocas cosas intactas de ese incendio. Algunas pertenencias, algunas fotografías. Y ella las atesoraba. Había tenido el marco sobre su mesa de no
Y entonces llegó el cumpleaños de Adele, 19 años. Francis trató de convencerla de que regresara para festejarlo, pero ella no quería volver a enfrentarse con Lucas. Hubo un tiempo de relativa calma después del verano y no quería romperla. Le dio un poco de rabia tener que recurrir a esos métodos para conseguir algo de tranquilidad, pero sabía que poco a poco debería ir espaciando esas visitas a los Martin; hasta que su presencia no causara más revuelos. Tenía por momentos un sentimiento parecido al odio por su hermano. Él tomaba lo que quería, no le importaba quien quedara en el camino o las consecuencias de las cosas que hacía; y parecía que le iba sacando pedazos de su vida. ¿En qué momento había cambiado tanto? Ella recordaba ser pequeña y estar siempre cuidada por Lucas o Lele; que la llevaba a tomar helado de la mano a pesar de que ya era un adolescente o la ayudaba con las tareas del colegio. ¿Por qué no se había quedado así? Si Adele era feliz. Y ahora tenía que esquivarlo com
Al menos el escándalo había cesado. Pero a Adele le seguía doliendo.- ¡Vaya hermano tienes! Déjame ayudarte a levantarlo… ¡Apesta! ¿Por qué lloras? -- Lo siento… -Y se agachó para tomar una mano de Lucas, mientras Hugo tomaba la otra. Como pudieron lo acostaron sobre el sofá y el desgraciado hasta comenzó a roncar.- No te preocupes, no se va a morir… Ya cálmate -- Si mi padrino se entera de esto le va a dar un infarto - Y su voz estaba quebrada.- Es solo una borrachera… -- No, no lo es -Adele le contó, entonces, a Hugo todo lo que sucedía con Lucas, que no era su hermano de sangre, lo que le había dicho un año atrás y todas las dificultades que estaba provocándole. Parecía que estaba relatando una telenovela.- Es un acosador - Concluyó su amigo.- No, es un idiota -- Adele, por favor, lo que me describes no es un simple sentimiento romántico. Este tipo está loco -- Me preocupa mi padrino, no quiero que se entere -- Deberías decírselo, si es como dices no va a detenerse y t
Cuando volvió por la tarde ya no estaba. Se sentía exhausta. Fue directo a la cocina a prepararse algo, porque siquiera había comido en todo el día, cuando llamaron a su puerta. Por unos segundos se asustó ¿era Lucas de nuevo? Miró por la mirilla, tratando de no hacer ningún ruido, pero no era él. Era la señora que le había rentado el lugar. Abrió con una sonrisa, pero la cara de la mujer no parecía tan amable como siempre. Ella la hizo pasar y entonces se lo dijo. - Mira, me pareciste una buena muchacha cuando firmamos el contrato del departamento, traías buenas referencias y tu padrino dio todas las garantías, pero me han llamado los vecinos desde este mediodía a decirme que armas un escándalo detrás del otro - - ¡Oh! Lo lamento tanto, no volverá a ocurrir. Mi hermano se pasó de copas anoche… - - No fue solo anoche - La interrumpió. Adele no sabía que decirle o como disculparse. - Lo siento mucho, pero no voy a renovarte el alquiler. Tendrás que buscar otro lugar para el
Clarence la apartó un poco y comenzó a explicarle. - Tengo un amigo que vive con su padre. Ya es un señor algo mayor, no tiene grandes problemas de salud, pero a veces no toma su medicación o come cosas que sabe le hacen mal. Hace rato que está buscando a alguien que se ocupe de vigilarlo. No sé si necesites trabajar, pero la oferta viene con vivienda incluida. Él trabaja mucho y a veces viaja, no quiere dejarlo sin supervisión. Le dije que aún no eres enfermera, pero no es un requisito. Tal vez hasta que consigas un nuevo lugar, te puede servir. Además, no tendrás problemas con tus estudios, podrás disponer del tiempo necesario… No lo sé… Piénsalo - - Muchas gracias, Profesora… Le pensaré y le avisaré mañana. No sabe cuánto se lo agradezco - - Para nada, niña. Es una familia muy amorosa y ambos son unos caballeros, sé que no tendrás problemas. Si te decides, avísame y volveré a llamarlo - - ¡Gracias! - Entre sus problemas, Adele tuvo una dulce sensación, gracias a su profesora.
Otra vez un nuevo comienzo, un nuevo intento. Le dolía un poco tener que darle excusas falsas a Francis, pero no podía causarle problemas. Algún día, cuando todo pasara podría decirle la verdad. A su padrino le molestó mucho que dejase su departamento, intentó convencerla de que él podía solucionar la situación, que no estaba seguro de que se mudara a una casa extraña, aunque Robert estuviese allí. Pero terminó aceptándolo, no podía obligarla a cambiar de parecer si eso era lo que ella quería. De a poco su niña empezaba a tomar más responsabilidad y a abrirse camino sola, eventualmente soltaría su mano para independizarse; pero si por él fuera la acompañaría por el resto de su vida. Se preguntó si John también la hubiese dejado volar por su cuenta. Aún recordaba esas tardes que pasaban juntos en su casa, mirándola corretear por el jardín; las miradas que Carmen le daba furtivamente, buscándolo. Él también la miraba, no podía evitarlo, y cada vez sentía ese peso de culpa. Regresaba j
La profesora Clarence había salido de una clase y se dirigía a su oficina. Esa mañana le había preguntado de Gregory sobre Adele y se encantó con la noticia de que estaba trabajando ya para él y Robert. Se sorprendió cuando su amigo le dijo que la conocían y de donde, pero la alivió saber que al menos no estaría con desconocidos. Cruzó el pasillo principal y vio a un hombre que no había visto nunca en el campus, iba de persona en persona preguntando algo. De pronto Lucas se cruzó con Hugo, por algún motivo le resultó familiar y se le acercó. - Tú estabas la otra noche con Adele - Le dijo sin más. Hugo primero se sorprendió y luego se le dibujó una sonrisa: el obsesivo. - Si y tú eres el hermano - - No soy el hermano ¿dónde está? - - ¿Quien? - - ¿Quién va a ser? ¡Adele! - Sus maneras no eran muy educadas. - No lo sé - Le mintió. - Si estabas con ella es porque algo tienen ¿eres el novio o qué? - Se le notaba la impaciencia en la voz. Hugo se río fuerte. - Mira, her
La observó unos momentos y luego se sentó a su lado, en silencio. ¿Cómo se suponía que le preguntase que era lo que le pasaba? Su padre le hacía pedidos muy difíciles. Gregory solo se limitaba a trabajar, ni siquiera lo motivaba lo mundano de la vida. A pesar de los años transcurridos llevaba esa herida aún abierta y para protegerla se había apartado un poco de todos y todo.Adele tampoco decía nada, pero no se sintió como esas veces anteriores en las que su magnetismo atraía la calma.- Entonces… ¿mi padre te está dando trabajo? - Le preguntó de repente.- ¿Robert? No, claro que no. Es un hombre muy dulce y se comporta bien -- Noté que ya no saltea su medicación… -- No puede hacerlo, lo acoso hasta que se la toma - Y sonrió un poco.“Así se ve mejor”, pensó Gregory.- Eso es bueno… -¿Qué más decirle? Podía dar un discurso de 20 minutos mientras presentaba un alegato y describir con lujo de detalles cada código en infracción, pero no podía hablar con ella más que eso. ¿Desde cuándo