Gregory presentía que algo pasaba entre ellos, las actitudes de Lucas, su lenguaje corporal hacía ella se lo habían dicho la noche de la reunión. No se comportaba como un hermano y Adele lo rechazaba con la mirada y los gestos de su cara. ¿Qué podía haberle hecho para que dejara la Universidad? Pensar que ese tipo iba a casarse con su prima le daba un mal sabor de boca. Robert se cansaba más rápido ahora, los años le pesaban. Le dijo a Adele que tomaría una corta siesta antes de la cena y subió, dejándola sola en la galería. Extrañaba la Universidad, extrañaba a Hugo, a Francis; pero de cierta manera comenzaba a resignarse, después de todo podría volver a estudiar en algún momento. No era una derrota, Lucas no le ganaría tan fácil. Estaba determinada a encontrar la manera de solucionar todo este embrollo, por ahora volvía a sentirse segura con Robert y Gregory. Colgó el teléfono después de hablar con Clarence y quiso seguir trabajando, pero se sentía inquieto. Había pensado en
Sara no solo estaba al tanto, estaba recibiendo los saludos y felicitaciones de Francis y Norma mientras Lucas deseaba morirse.- Menos mal que adelantaron la fecha de la boda… -- Si, fue una sorpresa… Un hermosa sorpresa - Respondió Sara.Lucas hizo un gesto con la boca, uno de desagrado. Lele lo miraba y sabía. Sabía que a su hermano no le entusiasmaba la idea de ser padre, mucho menos con su futura esposa. Pensaba seguido en Adele, ella lo solía llamar los domingos, pero no le hablaba de casi nada, solo le hacía preguntas sobre él, sus cosas, que hacía o como le iba en la escuela. Era raro, todo era raro.También culpaba a su hermano por haber roto la familia. Si no hubiese sido por su mal carácter y sus supuestos sentimientos, Adele estaría allí sentada con ellos. Podría encerrarse con ella en su habitación y contarle de la nueva alumna que estaba estudiando en su clase; de lo bonita que era, de cuanto le gustaba. Le preguntaría cómo hacer para hablarle, para invitarla a salir. E
Bueno, era lo más normal del mundo que un hombre como él tuviera “novias”, después de todo era atractivo. Todos en algún momento de la vida encuentran a alguien con quien compartir y sentirse bien. Se acordó de Jim mientras buscaba las píldoras de Robert. Con él se había sentido así y hubiese sido hermoso, sino fuese porque estaba casado, tenía un hijo y resultó un embustero. Adele suspiró y bajó con la medicación.El cuerpo se le sentía cansado, no quería regresar. Se había habituado a esas mínimas conversaciones y a darle una caricia con el alma al prepararle y llevarle café. Era amable, se preocupaba por su bienestar ¿por qué creer que ella era especial? “Otra vez estas siendo tonta”, se dijo. La mujer de esa noche era toda una muñeca, con el cabello lacio y brillante, los ojos bonitos y la sonrisa alegre. Y ella se la pasaba en pantalones deportivos y pijamas de ositos. Esa era la diferencia.Bajó despacio, no quería volver a entrar. Pero bueno, solo era una cena, luego ellos se i
- ¡No, basta Lucas! -Adele salió detrás de Gregory para ponerse en el camino y él se detuvo. Se sostenía la cara con una mano, la expresión de su rostro estaba deformada.- Necesitas que ella te defienda, eres un cobarde - Le dijo a Gregory con una media sonrisa.Quería terminar con esto de una vez, quería que él reaccionara, quería golpearlo porque se había atrevido a dormir con ella. Iba a alejar, golpear, sobornar o matar a cualquiera que quisiera quitársela. El amor había quedado en el pasado.Robert escuchaba todo desde dentro junto a una Sara que permanecía inmóvil. Tomó el teléfono y llamó a Francis ¿Cómo era posible que esto sucediera entre ellos? ¿No se suponía que se habían criado como hermanos?- No necesito que me defienda, puedo romperte cada hueso del cuerpo, pedazo de basura-- ¡Vamos entonces! ¡Ven! -Pero Adele no se movió de su lugar, aun cuando Gregory avanzó. Lo tomó de la mano y él se quedó paralizado. Lucas intentó acercarse listo para acertarle un golpe y Adele
Ella se había quedado ahí, parada, la cara mojada por el llanto, la pequeña macetita aun en su mano, temblando. - Adele… - Lo miró con los ojos rojos y por un instante, con furia. Pero ni bien fijo la vista en la suya su ceño se convirtió en uno de pena. - Lo lamento tanto… - Le dijo dándose cuenta de que aún tenía la maceta en la mano. Lo sentía por él, por Robert, hasta por la morocha que nunca se había levantado de su silla. Él quería abrazarla y contenerla. Le veía como el cuerpo todavía le temblaba, pero no dio ni un paso. - No es tu culpa - Le aseguró Robert acercándose a ella. - ¿Es verdad? Usted debe saberlo… Lo que dijo Lucas ¿es verdad? - Le preguntó en un ruego. Robert se encogió de hombros; si, era verdad, pero ni muerto saldría de su boca. - Todo lo que sé, Adele, es que acabas de actuar como lo hubiese hecho John. Eso puedo jurártelo - Con esas palabras buscaba reafirmarle que ella era Kenzie al 100%. No le alcanzó, Lucas le había plantado la duda en el
Robert lo recibió, ya era de madrugada. La cara de Francis le decía todo. - ¿Adele? - - Duerme… Ven conmigo, charlemos ¿quieres un café? - Gregory permanecía callado, solo quería oír lo que Francis tuviese para decir, quería saber cómo iba a solucionar todo ese problema. Se sentaron los tres, cada uno con una taza, mientras Robert le daba los detalles y le preguntaba cómo era posible. - No pude evitarlo… Una noche solo comenzó a decir estupideces… Que quería casarse con Adele, que estaba enamorado. Ella nunca me dijo lo de su departamento, si hubiese sabido le habría puesto un alto a Lucas mucho antes… Creímos que, con la distancia, él se olvidaría… Es un capricho - - Es más que un capricho, Francis. La ha estado persiguiendo desde que dejó tu casa. La amiga de Gregory, Clarence, que nos la recomendó, asegura que la ha ido a buscar a la Universidad también, por eso dejó de asistir - - ¿Cómo que dejó de asistir? - Él tampoco sabía eso. - Hace meses que no va - Intervino
Se dirigió a la cafetera y la encendió. Le daba la espalda mientras esperaba que el café terminara de llenar la taza y a Gregory se le iban los ojos por su espalda, por su cabello, por sus caderas. Había pasado la noche negándose una y mil veces esas sensaciones que ella le producía en el alma, pero también en el cuerpo. Pero la miraba, la veía moverse, hablar y solo flotar por el aire y esa resolución de hierro se disolvía. Volvió a la mesa con dos tazas y se sentó con él, en silencio. Su cara aun mostraba rastros leves de las lágrimas derramadas y él quería tanto limpiársela con los dedos. Hizo un sonido extraño, como un resoplo o un gruñido, y Adele lo miró extrañada. Llevaba la misma ropa. - ¿No dormiste? - Le preguntó. - No… no pude - - Lo lamento… - Todo era su culpa, estaba alterándoles la vida. - ¿Robert? - - Él durmió como un bebé, sigue haciéndolo… No te preocupes, lo que sucedió anoche puede resolverse - - No se suponía que me encontrara… - Le dijo medio ause
Francis quería llevarla de regreso, a su casa, bajo su cuidado; nadie mejor que él podía protegerla de Lucas. Pero no podía obligarla u ordenarle nada, tenía que ser su decisión. - Dime, hija… ¿Qué quieres hacer? ¿Volverás conmigo? - Adele dudó, no quería dejar a Robert… a Gregory. Y a la vez, extrañaba a Lele y la compañía de Francis. Volver significaría regresar a la boca del lobo, Lucas la tendría cerca y eso generaría más conflictos para todos. Aunque la distancia no haya funcionado, ella había aprendido a apreciar su independencia. - Quiero quedarme, padrino - Le respondió bajito, con un poco de vergüenza. Francis suspiró, sospechaba que eso era lo que iba a decirle. - ¿Estás segura? - - ¡Pero por supuesto! - Exclamó Robert irrumpiendo en la cocina. - Robert… - - No, no puedes decirme nada. Quiero que esta niña siga cuidándome… No me mires así, ya te llegará tu turno - - No quiero traerle más problemas - Le dijo Adele. - ¡Tonterías! Esta es tu casa, aquí eres p