Días después
Kate salía de su jornada de clases en la universidad, caminaba en dirección al estacionamiento cuando de repente escucho:
¡Katherine! ¡Katherine!
No distinguía a lo lejos al joven que se acercaba, una vez que lo tuvo en frente se dio cuenta de que era Leo.
—¿Katherine estudias aquí? —preguntó el chico con curiosidad.
—Sí, en la escuela de negocios y tú —inquirió Kate.
—Yo también estoy en la facultad de medicina, tengo una beca —explicó Leo.
—¡Qué interesante! —exclamó ella y buscó con la mirada a su escolta.
—Kate este fin de semana vamos a ir a Long Lake y te quería preguntar si quieres
Los jóvenes entonaban muy divertidos las canciones, el playlist de Tefa, tenía todo tipo de música y como era muy pegada a la abuela María y ella le ponía a ver telenovelas mexicanas, se le dio por escuchar melodías antiguas:«Tan Cerca by Flavio Cesar» inundó el auto.—Enamorado, de ti, aunque no sientas lo mismo. Que casi me convierto en tu sombra. Una sombra infeliz, porque soy para ti. Sólo un amigo… —tarareó Fernando.Los chicos se tranquilizaron y varios de ellos pudieron percibir las miradas del agente García, y Katherine mientras la canción se reproducía.Así pasaron casi dos horas de viaje, y aún les faltaba un largo trayecto, aparcaron en una estación de servicio. Las muchachas aprovecharon para hacer varias cosas, mientras los chicos, compraban
Los jóvenes observaban por las ventanas el camino que conducía a Long Lake, mientras la fresca brisa, les cubría el rostro. —Tefa, es hora de poner música de la buena —solicitó Leo. La hermana menor de Ignacio, obedeció. — ¡Comenzaron los vallenatos! — exclamó Fernando negando con la cabeza. «Distintos destinos by Binomio de Oro» empezó a sonar. —No debí poner mis ojos en alguien como tú...— tarareó Katherine y miró a su escolta. —¿Kate te gustan los vallenatos? —preguntaron todos a la vez, la joven Blake, sonrió. —Hubo una señora que trabajó siete años en mi casa cocinando, ella era de Colombia y ya se imaginaran que música ponía todos los días. A mí me gustaba pasar con esa mujer, y así me fui enamorando de los vallenatos —aclaró la joven. —Yo nací en Colombia —mencionó Leo. — ¿Tú n
Los jóvenes sentados en el pasto, observaban el lago. Ignacio desesperado porque las chicas demoraban caminaba de un lado a otro. Leo lanzaba piedras al agua. Beto, y Jennifer estaban dentro de una burbuja, ignorantes del mundo exterior. Fernando, cruzado de brazos parado bajo la sombra de un árbol, también disimulaba su impaciencia. —¿Qué hacen las chicas que tardan tanto? —preguntó Leo. —Ya conoces como son las mujeres —pronunció Beto embelesado con Jennifer. La joven le dio con el puño en el brazo a su novio. — ¿Nando vas a seguir sin dirigirme la palabra? —indagó Leo a Fernando. — ¡Tú y la señorita Katherine son un par de irresponsables! —gruñó molestó el agente. — ¡Si serás inmaduro, hombre! — exclamó Leo, con las expresiones propias de su tierra natal. Fernando lo fulminó con la mirada—. Ella no quiso traer seguridad porque dijo que estando tú aquí con nosot
Los jóvenes nadaron hasta la orilla para empezar la carrera. Nacho y Laura eran los jueces. A todos les pareció muy divertida la idea del juego, claro que el joven Grimaldi aclaró que el beso entre su hermana y su amigo Leo, solo podía ser en la frente, arruinando las ilusiones de la jovencita.Laura hizo la señal y los seis se lanzaron al agua. Jennifer y Beto no tenían apuro de llegar, ellos nadaban de lo más relajados. Tefa hacia todo lo posible por triunfar. Leo le dio ventaja, caso contrario a Fernando, él no se iba a dejar ganar por Kate; era evidente que le iba a hacer tragar sus palabras: «Ni en tus sueños te vuelvo a besar» recordaron ambos.La primera en llegar a la meta fue Tefa, después lo hicieron Jennifer y Beto. Nando y Kate, estaban casi a la misma distancia de la orilla.— Lo siento señorita, pero yo tengo entr
Ignacio besaba cada vez y cuando la mejilla de su chica. Los dos cantaban embelesados con el otro, entonces llegaron al estribillo.El joven Grimaldi cantó su parte:—Te envío poemas de mi puño y letra —Miró a los ojos a su novia.—Te envío canciones de 4.40 —prosiguió la chica con su aterciopelada voz.—Te envío las fotos cenando en Marbella. —Suspiró y sonrió él.—Y cuando estuvimos por Venezuela —añadió Laura.—Y así me recuerdes y tengas presente —continuó el joven Grimaldi, entonces juntos cantaron.—Que mi corazón está colgando en tus manos…Ignacio la besó al finalizar la melodía, y ell
Ariadna finalizaba de poner las tostadas de jamón y queso sobre un plato y enseguida las llevó a la mesa. Nick colocó la jarra de jugo de naranja y tomó asiento.—Estefanía, Paolo por favor apresúrense van a llegar tarde a la escuela —advirtió la madre a sus hijos.—Déjalos mi amor —objeto él—. Ya son los últimos días de clases, están cansados, y esperando salir de vacaciones.Ary frunció el ceño y lo miró con seriedad.— ¿Nicholas Grimaldi cuando vas a dejar de ser tan consentidor con tus hijos? —recriminó.Él ladeó los labios y sonrió.— Es que así funcionamos a la perfección cariño, yo los consiento y tú los reprendes —a
Desde el pasillo miraron a la pareja besarse. Ary cerró los ojos e inclinó la cabeza. ¿Cómo podía hablarles con la verdad? Se cuestionó. No deseaba que nada se interpusiera en la felicidad de los jovencitos.—Hola, chicos —saludaron Ariadna y Nicholas a los chicos.Laura se sobresaltó y sus mejillas enrojecieron al darse cuenta de que los padres de sus novios los habían sorprendido.—¿Qué hacen aquí? —cuestionó Ignacio, y notó el semblante descompuesto de su mamá. —¿Te sientes bien? —indagó con preocupación.Laura observó que la señora Grimaldi había llorado, pero desconocía los motivos.—¿Señora Ariadna le pasa algo? —preguntó con angust
Kate y Fernando aún avergonzados por lo que estuvo a punto de pasar entre ellos, permanecían en silencio en el largo recorrido que existía desde el campo de tiro y la universidad.Fernando encendió el reproductor del vehículo: «Hoy tengo ganas de ti by Alejandro Fernández» empezó a sonar.—Quiero en tus manos abiertas buscar mi camino. Y que te sientas mujer solamente conmigo. Hoy tengo ganas de ti…—entonó el agente.Kate inhaló profundo escuchando la melodía, sintió como si miles de hormigas recorrieran su cuerpo y le provocaran un extraño cosquilleo que jamás había sentido.Ambos evocaban los recuerdos de lo que casi pasó minutos antes. Kate sacudió su cabeza y trató de pensar en otras cosas, al igual que Fernando.Una vez que llega