En casa de la familia García, Gabriela se encontraba intranquila, preocupada, a pesar de que le avisaron que Kate, estaba bien, ella no podía estar en paz hasta no ver a su hija.
Ángel, también estaba intranquilo, minutos antes recibió una llamada de Katherine pidiendo reunirlos
—¿Por qué Kate, pediría esta reunión? —cuestionó—, estoy preocupado.
—Yo también estoy angustiada Ángel, me parece extraño que no haya venido por Ángela.
Mientras ellos se servían una taza de té para los nervios y jugaban con su nieta para tranquilizarse, golpes en la puerta los alertaron. El señor García, abrió, era Kate quién se veía pálida, ojerosa y con los ojos hinchados, pero a la vez con un brillo especial, después de saludar a su suegro y a su madre tomó a su hija en brazos.
Días después Emilia, estaba recuperando su salud de manera satisfactoria, por más que su hija trató de evitar que se enterara de las atrocidades de Damián, fue imposible. Emilia sintió mucha decepción, tristeza, cuando supo que Gabriela estaba viva y que él la había enviado al manicomio, la madre de Laurita, sintió su corazón romperse en miles de pedazos. Al enterarse todo lo que le hizo a Kate, el intento de homicidio a Nick, y Fernando, pensó que hablaban de una persona distinta al Damián, que ella tanto amaba. Aquella mañana acompañó a su hija a presenciar el juicio en contra de Blake, en el hospital, aún no lo trasladaban a la cárcel. Katherine, acompañada de Fernando, y su madre estaban presentes, al igual que los señores Grimaldi. El juez procedió a emitir su veredicto: —Señor Damián Blake la corte del distrito de Manhattan lo encuentra culpable de los siguientes cargos: Asociación y enriqu
Varias semanas después Gabriela recuperó sus bienes, y eso incluyó la mansión Blake, sin embargo, el divorcio aún no salía, y por pedido de Laura accedió que Damián regresara a su antigua residencia. Laura lo acompañó y explicó que Gabriela, permitió que se quedará en la mansión y que ella estaba corriendo con los gastos médicos. Ni Kate, ni Gabriela, salieron a recibirlo, la habitación fue adecuada con todo lo necesario para la recuperación de aquel hombre. En horas de la tarde Emilia, la madre de Laura, llegó a la mansión Blake, sintió vergüenza de encontrarse cara a cara con Gabriela. Una vez que Emilia, fue anunciada Gabriela, bajó las escaleras para dirigirse a la elegante sala de la mansión. Los azules ojos de Emilia, estaban fijos en el cuadro de unos hermosos girasoles que colgaban en la pared. —Vicent Van Gogh —murmuró, ella sabía bien que era uno de los pintores favoritos de Damián en su juventud a aquel hombre le
Los cuatro saludaron, y tomaron asiento. Gabriela empezó a hablar e intentó persuadir a Katherine de perdonar a Damián.La joven trataba de contener las lágrimas, pasaba la saliva con dificultad, los eventos traumáticos de su niñez, se venían a su mente una y otra vez, las manos, piernas, le temblaban, se mordía los labios tratando de mostrar la valentía de siempre, sin embargo, en ese instante le era imposible.—Si te hubieras separado a tiempo de Damián, yo no habría pagado las consecuencias —reprochó Katherine a su madre.Gabriela sintió un gran golpe en su corazón ante el cuestionamiento de Katherine, su hija tenía razón, ella fue culpable por su cobardía, por permanecer al lado de un hombre que no la amaba, entonces la voz de Damián, irrumpió la reunión.—No le reproches a tu madre Katheri
Días después.Katherine para no sentirse sola aceptó pasar unos días junto a su madre, mientras su esposo regresaba de aquella misión. Ella y Laura sostuvieron una larga conversación, y se reconciliaron. Gabriela, le había conseguido cita con un terapista, y ese día la joven tenía que enfrentar una dura prueba.—Damián te está esperando quiere hablar contigo —mencionó Laura.La joven observó a su madre con la mirada llena de angustia, sin embargo, era necesario enfrentar a su verdugo, no podía darle más vueltas al asunto.—¿En dónde está? —preguntó con la voz temblorosa.—En su habitación hija. ¿Quieres que los acompañe?—No mamá gracias. Este es un asunto entre Damián Blake y yo...Bl
Fernando, y Smith, iniciaron su empresa de seguridad privada. Max, después de varios meses logró convencer a Rebeca, de regresar con él, ahora podía disfrutar de su esposa y su hijo. La pequeña Ángela, ya caminaba y su padre, el agente García, extremaba cuidados con su niña. Kate asistía a las terapias, claro que después de la muerte de Damián, muchas cosas cambiaron en su interior. Laura, e Ignacio esperaban con impaciencia noticias sobre la adopción, la joven nunca dejó de decirle mamá a Constanza, a quién visitaba casi a diario. Kate, y Fernando, poco a poco iban madurando su relación, no dejaban de tener discusiones que terminaban en fogosas reconciliaciones, ellos se amaban con sus defectos y virtudes, con ese carácter indomable que ambos tenían, pero ahora ya las sombras del pasado no empañaban su felicidad. —¿Es necesario ir hasta Long Lake, Fernando? ¿Por qué aceptaste? — preguntó Kate, algo cansada, hacía días que su espos
Seis años después. La ciudad amanecía resplandeciente, el cielo iluminando con un sol brillante acompañaba a tan emotiva celebración. Para todas las familias era un día importante, en especial para los hombres de la casa, se celebraba el día del padre. Seis años pasaron en un abrir y cerrar de ojos, en la familia de Ary, y Nick, sus hijos ya eran todos adultos. Estefanía, a sus veinticinco años se empezaba abrir camino como diseñadora. Paolo, a sus veintiún años cursaba el segundo año de arquitectura. Ignacio se graduó con honores en la escuela de Derecho y era un importante abogado: Laura, su esposa recuperó su salud, eran muy felices con sus hermosos pequeños: Adrián, que estaba por cumplir cinco años y la hermosa Sarita, tenía siete. Laurita terminó sus estudios hizo realidad su sueño de ser profesora. Nick, seguía trabajando en la empresa de su familia, a pesar de las duras pruebas que tuvieron que
Todas las familias reunidas en el centro comunitario escuchaban el sermón que el padre Fausto estaba disertando haciendo alusión al amor de padres a hijos y viceversa. Una vez que la misa terminó la gente abandonó la iglesia excepto las familias que tenían la reunión en el centro comunitario las mujeres trataban de entretener a sus esposos mientras Beto, y Leo, ayudaban a los pequeños con la preparación de los equipos. Beto y Leo, terminaron sus estudios universitarios, Beto también era abogado y trabajaba con Nachito en su estudio jurídico. Leo, era médico, trabajaba en un hospital a más que colaboraba en el centro comunitario y estaba felizmente casado con Tefa. Uno de los pequeños avisó que todo está listo, todos se dirigieron al salón del centro comunitario. Los niños estaban en posición, ansiosos para cantarles a sus padres, quienes se sorprendieron al momento que las notas de «Cuando yo quería ser grande by Vicente Fernández» se escucha
Queridos lectores agradezco el tiempo que se toman en leer mis historias. Para leer este libro es necesario conocer su primera parte que se titula: Un contrato por amor.La obra está registrada en el Instituto de Propiedad Intelectual de Ecuador con año 2018. Se ha anexado las versiones anteriores y también los bosquejos e ideas de la trama. Por lo que este libro es de mi completa autoría, y no acepto plagio, ni adaptaciones, ni la distribución ilegal del pdf de ninguno de los libros de mi autoría.Debo aclarar ciertas cosas importantes.La historia contiene escenas de maltrato y violencia doméstica, no están narradas de manera explícita, sin embargo, hago esta advertencia por si alguien es sensible ante esas cosas.Esta historia también habla de una enfermedad grave de la sangre que se la conoce como: Aplasia Medular, todo está narrado con la debida investigación y respet