Habían pasado unas semanas desde que Ava había regresado con su familia, que seguían en la casa de Víktor ya que este tenía sus reservas todavía sobre quien había implantado la bomba en la Mansión Hoffman. Todo apuntaba a Derek, pero Víktor recordaba perfectamente que alguien había enviado un mensaje a Scott advirtiéndole que había una bomba en su casa. Aquel simple mensaje había salvado la vida de toda la familia Hoffman y de la misma manera que Víktor creía que Derek había salvado a Sasha también lo veía capaz de haber enviado aquel mensaje. Víktor mejor que nadie sabía hasta qué punto un hombre podía llegar por amor. Alice estaba en la habitación sujetando una foto que Sol había encontrado en su casa entre las cosas de Sasha. La foto de Derek cuando era un niño al lado de su padre Edward. Para la jueza era muy duro recordar lo que había intentado hacer días antes. Estaba dispuesta a arrebatar una vida creyendo que esa era la única salida y cada vez que miraba la foto de aquel ni
Derek lo miró con interrogación al mismo tiempo que estaba furioso, nada le daba más rabia que escuchar a Scott Hoffman pronunciar el nombre de su madre.Scott le hizo una señal a uno de los guardias para que le quitase las cadenas a Derek, el hombre se veía reluctante a hacerlo, pues todos sabían que Derek era una amenaza, pero no podía desobedecer a una orden de Scott Hoffman. Todos sabían que el verdadero director de aquella cárcel era Víktor Torosyan. Entonces el hombre se acercó y empezó a soltar las manos de Derek que no apartaba la mirada de aquella carta. El guardia le echó a Scott una mirada de advertencia, pero este no le hizo caso. Solo le hizo un gesto al guardia para que los dejará solos.- ¿Reconoces la letra de tu madre? - Preguntó Scott viendo como Derek sacaba la carta del sobre.- No sería capaz de olvidar absolutamente nada de ella. - Contestó Derek sin detonar ninguna emoción en su voz.Scott observaba cada una de las expresiones de Derek mientras leía la carta. E
- ¿Qué...por qué? -Habló Scott con incomprensión.-Ava me odia Scott, le arrebaté su libertad, su vida. Por mi culpa tuvo que vivir los peores días de su existencia. -Ella también me contó que mataste a unos hombres que intentaron violarla, que la salvaste de morir después de ser picada por una serpiente. -Scott tomó aire porque le costaba pensar en todo lo que había tenido que pasar su niña. - La trajiste de vuelta con nosotros y a salvo.Scott no tenía ni idea de las acusaciones que Ava había levantado en contra de Derek y este lo pudo notar por la forma como hablaba con él. Ninún hombre actuaría con tanta calma delante del posible violador de su hija.-Nada de eso será suficiente para borrar todo el daño que le he causado, y cada una de esas cosas las vivió porque yo decidí vengarme de ti, de ella y de toda tu familia. - Admitió Derek. - Ava está libre de mí, ahora podrá continuar con su vida y olvidar que existo, pero tú eres su padre. Conoces su carácter y puede que ella no enti
—¿Violación? – Preguntó Víktor sentándose al lado de Ava para mirar el lago que estaba detrás lo que quedaba de la Mansión Hoffman y la chica lo miró incómoda. – ¿Derek Anderson te ha violado, Ava?—Por favor, tío, no quiero hablar sobre eso. Prefiero no tener que hablar o pensar en ese hombre. – Pidió intentando huir de aquella conversación. Ava no quería dar explicaciones a nadie y menos de los asuntos relacionados con Derek.—Lo siento nena, pero tenemos que hacerlo. Yo no puedo vivir sabiendo que ese miserable se atrevió a forzarte, como si no bastará todo lo que te ha obligado a vivir. -Víktor se dio cuenta de que ella estaba reluctante a contestar, entonces la presionó un poco más. – Ahora mismo tengo a uno de mis hombres en la cárcel muy cerca de tu verdugo. –Ava se levantó bruscamente y lo miró con los ojos desorbitados. –Solo me tienes que decir si lo hizo y lo haré pagar ahora mismo. Ese cabrón será castrado como se merece, porque nadie hace daño a mi ahijada y menos de esa
Un mes despuésEl teléfono sonando, aquel jodido aparato que provocaba la mayor de las alegrías en Reagan cada vez que sonaba, pero también la llenaba de ansiedad. La chica agarró el teléfono que estaba bloqueado con contraseña y echó a correr por la casa hasta llegar a la habitación donde dormía Reich, que estaba a tan solo unos metros de la suya.Sin llamar a la puerta Reagan entró en el baño para entregarle el teléfono, al que ahora era su guardaespaldas. Nada más entrar aguantó su euforia por contestar a la llamada y no hizo ningún ruido. Reich estaba de espaldas, pero por el movimiento de su brazo y por sus gemidos ahogados ella sabía perfectamente lo que estaba haciendo.–Oh, Dios mío, ¡estás haciendo cositas prohibidas en la ducha otra vez! –Habló Reagan tapándose la boca para callar una carcajada cuando Reich se sobresaltó casi cayéndose dentro de la ducha.Reich agarró la toalla que estaba cerca cubriendo sus partes íntimas mientras la maldecía y Reagan se dio cuenta de que é
Ava convenció a los guardias de entregarle las llaves de una de las camionetas y se marchó directo al hotel donde Garrett se estaba hospedando para estar cerca de ella.Garrett había recién llegado al hotel, después de pasarse por una tienda para comprarse una botella de whisky, pensando que lo iba a necesitar para dejar de pensar en Ava, entonces de repente le avisaron de recepción que el motivo de la erección que se negaba a bajar dentro de sus pantalones estaba subiendo.El doctor abrió la puerta apenas con el pantalón puesto sin camisa.—Ava…Ava cortó el saludo pegando sus labios a los de Garrett y este se quedó estático sintiendo como aquella mujer lo atacaba como si fuera una leona.—¿Te encuentras bien? –Preguntó Garrett ansioso interrumpiendo el beso mientras que ella lo empujaba al interior de la habitación quitándose el abrigo.—No podría estar mejor, y quiero estarlo aún más. –Contestó con la respiración acelerada antes de volver a besarlo.Garrett estaba eufórico, perdido
—¡No pienso continuar casada con el miserable que me ha arruinado la vida! – Rugió Ava con fiereza. - ¡Firma Derek, te exijo que firmes el maldito divorcio para acabar con este infierno de una vez!—No lo haré, así que no insistas. – Contestó Derek con firmeza.—Puedo utilizar otros métodos para divorciarme de ti, Derek. Si no firmas por las buenas lo harás por las malas. No puedes obligarme a seguir siendo tu esposa después de todo lo que me has hecho.Derek ignoró sus protestas y empezó a explicarle sus motivos.—Las empresas están a tu cargo ahora, y todas las propiedades que tengo en el país y en el exterior también están a tu nombre…—¡¡No me interesa tu puta fortuna!!- Contestó Ava furiosa interrumpiéndolo y él la miró fijamente. —¡No quiero tener absolutamente nada tuyo!—¡Pues no lo tendrás porque no es para ti, es para mi hija!—¿Reagan? – Preguntó Ava confundida.—Sí Ava, para Reagan. No te pido que vayas por la vida orgullosa de llevar mi apellido, pero con él te conviertes
Hasta el olor de la cárcel empezaba a molestarle a Derek, sentía que se estaba asfixiando dentro de aquel lugar, pero sabía que no podía hacer nada para cambiar su situación. Ya se había conformado con su destino, pero lo hacía tranquilo, pues sabía que Reagan no estaba sola. Su hija tenía a Reich para protegerla y a Ava también.En los últimos días había recibido más cartas de Vera, y en una de las veces casi mató a uno de los guardias pues en una de las fotos vio como su mujer entraba en un hotel para pasar la noche con otro hombre.Atacar a un guardia le había costado a Derek una semana entera en solitario, y los guardias para vengarse por su compañero, que había terminado en el hospital, dejaron a Derek sin comer un par de días. Después de aquello su vida en la cárcel era cada vez más difícil. Derek ya no podía despistarse, porque si lo hacía terminaría muerto.Derek iba pensando en todo eso mientras lo llevaban a enfermaría, después de que el doctor James Hoffman, con alguna excu