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Capítulo 3: Las relaciones y Callie son mezclas heterogéneas

Las relaciones y Callie son mezclas heterogéneas

El otoño estaba próximo en la ciudad, por lo que la mañana se encontraba un poco más fresca de lo normal. Callie y su falso prometido se adentraron a la cafetería, donde se ubicaron en una mesa cerca de la ventana, entre conversaciones banales y observaciones a las personas que caminaban apresuradas por las aceras.

Kira se acomodó debajo de la mesa, mirando atentamente los movimientos de la calle y la recepción.

—Gracias por haberme ayudado hace unos minutos. Puede que pienses que estoy loca, pero realmente no lo estoy... —se rió— no tanto.

—¿Por qué estarías loca? ¿No hay nada de malo en presentar a un desconocido como tú prometido? Puede llegar a ser la nueva modalidad de los tiempos. —Callie no paso por alto su expresión burlona, por lo que ambos terminaron riéndose de sus tonterías.

—¡No te burles!

—Está bien, no lo haré. Pero al fin de cuentas puede ser que ambos seamos un poco locos. —Grant le guiño un ojo, tomando un sorbo de café negro.

—Podría ser de cualquier manera. —concordó—. Pero enserio, gracias por hacerlo. —Callie desvío la mirada a la ventana—. Me prometí a mí misma no convertirme, ni rebajarme al mismo nivel que esos dos. —sonrió distraídamente—. Pero aquí estamos.

—¿Puedo preguntar algo? —exclamó Grant.

—En otro lugar y tiempo, diría que no. —negó con su cabeza—. Pero dime, te has ganado el derecho.

—¿Por ser tú prometido? 

—Por ayudarme. —respondió, tomando un sorbo de su bebida.

—¿Cuál es tu historia con ellos? Si realmente no te molesta hablar de ello. —enfatizo, dejando que ella decidiera si deseaba contestar su pregunta.

Callie le miró a través de sus pestañas sin parpadear por varios segundos. Por lo que después de tomar un largo sorbo de su mocca, puso sus antebrazos sobre la fría mesa, dispuesta a responder.

—Ginny fue mi compañera en la universidad, solíamos tener algunas clases juntas y además de eso nuestras habitaciones estaban en el mismo piso. —Callie se encogió de hombros—. Me preguntó cómo pude ser amiga de una persona como ella durante tanto tiempo, pero creo que en ese entonces me sentía abandonada, y creo que por eso sentí una conexión con ella. —suspiró—. Los estudiantes de primer año debían permanecer en los dormitorios del campus, lo cual Ginny nunca hizo, fui su confidente y a cambio de eso me dejó quedarme con ella en un elegante apartamento que su padre había comprado. —hizo una pausa para tomar de su bebida—. Por otra parte, cuando conocí a Fred, las cosas no marchaban de la manera en que esperaba. Mi vida giraba en torno a mi carrera, y dejé de prestarle atención a mi relación.

—¿Estaban en la misma zona? —A este punto, Grant estaba absorto en la historia, a sabiendas de lo que vendría.

Callie asintió. —Estábamos todos en la misma universidad, aunque por diferentes motivos y especialidades. —aclaro su garganta—. Fred y Ginny estaban en la misma situación, cursaban la universidad por una obligación y por no tener nada mejor que hacer. Supongo que era un requisito para heredar sus fondos o algo así, realmente nunca entendí el juego de los niños ricos.

—Hum, supongo que ese punto es cierto. —manifestó Grant, con un toque de indiferencia.

—Estaba dispuesta a casarme con él. —frotó sus sienes—. Aunque ahora pienso que fue una decisión sumamente estúpida. Fred era dulce y cariñoso a su manera.

—¿A su manera?

—Sí. No fue hasta después de encontrar a Ginny y Fred en el apartamento, que me di cuenta que me mantuvo en secreto. Es decir, de todos los años que pase junto a él, jamás me presentó a su familia, o con sus amigos, que básicamente era su segunda familia.

—Se escucha bastante mal.

—Definitivamente es malísimo. —sonrió—. La peor parte es que era como si quisieran que los descubriera. —encogió sus hombros—. Quiero decir, estaban en el apartamento donde me alojaba, justo en el momento en el que sabían que llegaría. No existe una coincidencia para eso.

—Solo que sus cabezas sean tan huecas como para no darse cuenta.

—Puede ser. —sacudió su cabeza—. Sin duda, fue lo mejor que pudo suceder. Hubiera sido peor casarme con él y descubrirlos más tarde.

—Las cosas suceden por algo. Aunque debo decir que lamento escuchar eso. —preguntó, sin dejar de mirarla—. ¿Qué hacías en la convivencia? ¿Qué hacían ellos allí?

—Mencionaron algo sobre representar a sus padres, pero no les creo nada de eso. Creo que sabían que podría estar allí... ya sabes, cazar a su presa. Puesto que piensan que sufro de depresión por verlos juntos. 

—¿Es así?

Callie soltó un bufido. —¡Claro que no! Por mí pueden casarse y seguir soltando veneno. Pero Ginny cree sentirse superior por conseguirlo, han pasado años desde lo ocurrido y se van a casar pronto. Probablemente siente la necesidad de restregármelo en cada oportunidad que tiene, puesto que siempre tiene algo para contar sobre su perfecta y envidiable relación.

—No lo creo de ese modo. —manifestó Grant—. La cuidad es bastante grande como para chocarse en una pequeña caridad, una tarde de domingo. Sería un poco obsesivo contar con tantos detalles a la vez.

—Talvez. —musitó—. Trabajo para Blackstone industries, por lo que muchos de sus empleados estaban en el evento de voluntarios o mostrando su apoyo a la causa.

—¿Estabas de voluntaria?

—Para nada. Mi trabajo consume la mayoría de mi tiempo, además Kira es suficiente para mí. Estaba en ese lugar para ser vista por los grandes.

—¿Vista por los grandes? Suena raro. 

—Puede que sea raro. Lo que pasa es que soy gerente de ventas en la empresa. Y por el momento estoy participando para ganar el puesto de vicepresidenta de la misma, por lo cual se debe elaborar algunas propuestas. —explico, terminando de tomar su mocca—. Pensé que no estarías de más dar buena impresión en un lugar como ese. —admitió.

—Me gusta que seas directa. —exclamó Grant esbozando una sonrisa.

—Tiene sus ventajas serlo. Además de ser una buena oportunidad para que Kira se pasee libremente.

—Bien pensado. —alabó—. Pero volviendo al tema central. ¿Me dices que estabas en ese evento para impresionar a tus jefes?

—Sí y no. —respondió con un encogimiento—. Lo hice para ser más reconocida, y cosas así... Pero no creo que mi jefe estuviera presente en un pequeño evento como eso.

—¿Por qué piensas eso? —interrogó curioso.

—Mi jefe es rico. —chasqueo su lengua—. Asquerosamente rico. Por lo que, tipos como él no necesitan mostrarse en un evento, puesto que ni siquiera lo hace en su empresa. —comentó, frunciendo sus cejas—. Lo imagino arrogando su dinero por doquier, por qué mi jefe hace este tipo de cosas. Todavía me sorprende que haya patrocinado un evento como este. Aunque pudo haber arrojado un cheque sin ni siquiera saber de qué trata.

—Por tus comentarios parece un imbécil.

—Créeme, lo es. 

No tenia de eso.

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