Desperté de golpe con un grito atorado en la garganta.
Miré a todos lados y me di cuenta de que me encontraba sentada en la vieja mecedora delante de mi casa. ¿Había soñado todo esto? ¿En qué momento me quedé dormida?Me tranquilicé sabiendo que nada del ataque de los animales del zoológico habían pasado realmente. No estaría respirando si todo eso hubiera sido real. Una lástima, señor delicioso imaginario besaba de maravilla.Miré la hora en mi celular y me di cuenta de que ya eran pasadas las dos de la tarde. Fruncí el ceño y miré hacia la calle desierta.-Joder, ahí van cincuenta dólares. - Murmuré levantándome.¿Qué le diría a la abuela?Abrí la puerta de la casa y me metí con un suspiro derrotado; el aire olía a comida recien hecha y me encogí un poco por dentro.Mi abuela se encontraba sentada en la mesa de la cocina mirando el periódico y me miró con una sonrisa cuando entré.-¿Ya ha llegado?-Uh... la verdad es que...Miró mis ojos con una mirada esperanzada y no tuve el corazón de decirle la verdad.-La verdad es que me envió un mensaje para decirme que no podría venir. - Dije girándome para no ver la desilusión que le causaría. - Será para la próxima vez.-Ya veo. - Dijo y después hubo un breve silencio en la habitación. - De acuerdo, ¿Por qué no llamas a Megan y la invitas a comer? No podemos desperdiciar todo esto. - Dijo con voz tranquila.-Claro.Salí de ahí rápidamente y fui hacia mi habitación. Me senté en mi cama y sentí un leve dolor en las rodillas. Miré hacia la zona y me sorprendí al encontrar un poco de tierra y algo que parecía ser un moretón comenzar a formarse.Me encogí de hombros. Quizá ayer por la noche me hice algo en las rodillas; ciertamente, yo tenía fama de dormir en posiciones extrañas y despertar sobre el suelo o en mi cama pero con moretones en lugares extraños.Sin darle mayor importancia, saqué mi celular y le llamé a Megan.-Hey Stella, ¿Qué tal tu cita? ¿Pediste uno guapo? - Preguntó de buen humor.Bueno, alguien ya había tomado su taza de café matutina.-No sé si lo pedí guapo o no. - Susurré mirando hacia la puerta. - El tipo nunca llegó.-¿Pagaste por adelantado?-¿Podía pagar después de mi cita? - Pregunté confundida.Ella comenzó a reír del otro lado de la línea y comencé a sentirme un poco tonta. ¿Cómo m****a iba yo a saber eso? No es como si rentara hombres todos los días, por el amor de dios.-Basta ya. - Dije queriendo que me tragara la tierra. - Para de reír. ¿Estás ocupada?-No en este momento. ¿Por qué?-Porque mi abuela hizo un montón de comida para mi novio falso.-Ya estoy en camino. - Dijo colgando después de otra carcajada.Ella no vivía lejos, así que estaría en los próximos quince minutos aquí. Arrojé mi teléfono al otro lado de la cama y me recosté por unos momentos sobre la cama; me tapé con un brazo los ojos y traté de recordar mi agradable sueño.Casi podía sentir mis labios hormiguear ante el recuerdo de ese beso. Bueno, besos.Bajé de mi habitación en cuanto escuché el timbre de la puerta.-Hey. - Dije abriendo la puerta y fui recibida por un ramo de rosas en mi cara. Yo le arqueé una ceja a Megan que me miraba con una sonrisa enorme.-Mira lo que me he encontrado en tu puerta. Incluso habia una nota.Mi abuela vino corriendo desde la cocina y me arrebató el pedazo de papel antes de que tuviera la oportunidad de leerlo.-Lamento no poder quedarme a comer, ¿Podría verte en otra ocasión? - Dijo al abuela con una sonrisa. - Bueno, al menos tiene modales.Le arrebató a Megan las flores y se fue feliz a la cocina.-Las pondré en agua. Pasa Megan, se enfriará. - Dijo a su espalda.-Si abuela. - Dijo mi amiga cerrando la puerta.-Me has salvado. Te pagaré en cuanto llegue mi cheque. - Le murmuré. - Dime que no fueron muy caras.Me miró como si me hubiera salido una tercer cabeza.-¿De qué hablas? En serio encontré las flores afuera. Iba a preguntarte si tu novio por cobrar te mandó un mensaje o algo de que no iba a llegarYo parpadeé. Quizá si lo hizo.-No lo sé, no he revisado mi celular. - Dije despacio. - Como sea, entonces no desperdicié cincuenta dólares.-Ese es el espíritu. - Dijo dándome un golpe suave en el hombro. - Vamos antes de que tu abuela venga por nosotras de las orejas.Lastimosamente mi abuela quiso hablar sobre mi supuesto novio durante toda la comida.-¿Ya has visto al novio de mi Stella? - Preguntó la abuela a Megan.-Si. Es un guapo granjero. - Dijo improvisando. - Es amable, atento y tiene una gran polla en sus pantalones. - DIjo enumerando sus "cualidades".Para este punto yo intentaba expulsar de mi garganta ese trozo de pollo que acaba de masticar.-Bien, eso es importante en un hombre. - Dijo la abuela con aprobación.¿Por qué ambas me ignoraban mientras yo agonizaba en el suelo?-Es lo que siempre le digo a nuestra Stella, en lo primero que debe fijarse no es en el color de sus ojos, sino en el tamaño de su...-¡Megan! - Dije escandalizada por fin expulsando el pollo y tomando una bocanada de aire mientras ella reía.-Oh, ¡Vamos! No estamos en secundaria, podemos hablar honestamente sobre lo que buscas en un hombre.-Yo jamás dije eso. - Dije mirando a la abuela.-Pues deberías, cariño. - Dijo la abuela con un gesto desdeñoso de su mano. - Tu abuelo tenía una muy grande po...-¡No es necesario que hablemos de esto en la mesa! - Dije evitando un trauma de por vida. - ¿Por qué no mejor hablamos de cuántos anuncios has puesto en el periódico?-Pagué para que lo anunciaran por un mes... oh, si. - Dijo entendiendo lo que quería decir. - Llamaré mañana temprano para que lo quiten. ¿Crees que tu novio se molestará? - Preguntó preocupada.-No, abuela. - Dije tranquilizándola. - Ni siquiera creo que lea nuestro periódico local, pero me siento incómoda al recibir tanta atención de hombres solteros cuando yo... uh... no estoy disponible.-Entiendo.Megan miraba divertida todo esto. Yo le hice un gesto obsceno por debajo de la mesa que la hizo reír.La comida transcurrió sin contratiempos y sin volver a hablar de partes masculinas de ficticios o reales parejas de las presentes.Por la noche entré a mi vieja computadora para revisar el sitio por donde había comprado los servicios (no sexuales, tristemente. ) de mi novio ficticio. No veía una bandeja de entrada ni un sitio para dejar mensajes, así que supuse que su forma de comunicación fue enviar a un repartidor hasta la dirección que le mandé para darme esa nota. Bien, dijo que estaría aquí en otra ocasión así que le creería. Había sido un lindo detalle, después de todo; fácilmente gastó unos treinta dólares en él así que... si, aceptaría su disculpa. Cerré la computadora y me fui a dormir pensando en que no sabía cómo contactar al tipo sin volver a pagar otros cincuenta dólares. A la mañana siguiente bajé corriendo las escaleras ya que soñé de nuevo con mi fantasioso novio y sus carnosos labios. Caray, si seguía así necesitaría terapia. -Buenos día cariño, ya llegas tarde. - Dijo mi abuela sacando una cacerola del refrigerador. Mi enorme ramo de flores adornaba nuestra pequeña mesa de la cocina. -Lo s
Jeremiah.-Las flores han sido entregadas. - Dijo mi Beta entrando en mi oficina. - Mi compañera las entregó personalmente al hombre del correo local, espero que lo aprecies.Yo dejé la m****a de papeleo en el que me encontraba metido y sonreí. Sabía que poner un jardín lleno de flores detrás de la Casa de la Manada era una excelente idea a pesar de los ceños fruncidos que había recibido hacía treinta años.Era lo primero que hacía al despertar: Regar las flores. Todo con la esperanza de que a mi compañera le gustara la vista de ellas al abrir nuestra ventana.Darle solo un pedazo de lo que era suyo no lo consideraba suficiente, pero tendría que bastar por ahora. No podía creerlo. Después de casi cincuenta largos y solitarios años por fin había encontrado a mi compañera.Por supuesto, había barajeado la posibilidad de que fuera humana y era por eso que comencé con un fructífero negocio de maderas preciosas y venta de ganado de alta calidad con los humanos.No me molestaba que no fuera
Llegué exhausta a casa de la abuela al terminar mi turno. Un montón de personas había ido al Were café para admirar mi ramo o para preguntarme con quién diablos estaba saliendo.Ni siquiera yo lo sabía, así que solo sonreí y les dije que tenía un novio viviendo fuera del pueblo.No me creyeron. Fue así como una hora después supe que se habían extendido las apuestas sobre mi supuesto novio.Megan, siempre una visionaria, se encargó de sacar la vieja pizarra que poníamos en el café para las apuestas de tonterías locales. El último había sido hace un mes cuando todo el pueblo había venido para apostar por si la gata de la señora White había sido embarazada por el gato de su vecino, el señor Black. Años de enemistad, no solo por sus apellidos, habían hecho del nacimiento de esa camada un evento en el que las palomitas y el alcohol circularon y dejaron muy buenas ganancias y propinas.Incluso los gatitos salieron en primera plana del periódico local.El pueblo necesitaba emoción y, al par
Dormí feliz como un bebé y me di un baño mientras cantaba en la bañera.Me había levantado más temprano porque quería decorar mis muestras de pastel antes de ir al trabajo. La abuela no había regresado a casa cuando me fui a dormir, pero eso no me preocupaba. De vez en cuando le gustaba quedarse a dormir en casa de sus amigas de la iglesia después de horas de repasar los chismes más recientes del pueblo. Y ya que mi novio y sus flores eran algo digno de mencionar... si, no creía que regresara a casa hasta la tarde de hoy.Bajé las escaleras envuelta en una nube de felicidad. Al menos hasta que llegué a la cocina.Corrí hasta el teléfono en medio del pánico total. Los segundos que se tardaron en responder fueron eternos.-Departamento de policía del condado, el sheriff al habla. - Dijo la voz varonil al otro lado.No solo era el sheriff, también era algo así como nuestro alcalde. Nadie quería el puesto y alguien tenía que tenerlo.-¡Señor George! Soy Stella. - Dije comenzando a hiperv
Jeremiah.Si seguía dentro de esta oficina iba a romper algo. O quizá solo se rompería mi cordura.Me cansé de esperar que mi dulce y nueva abuelita política me llamará de regreso. Tampoco nadie contestó el teléfono cuando por fin la cosa dejaba de sonar "ocupado".A la mierda el papeleo. Yo necesitaba oír la dulce voz de mi pareja. O al menos pedirle su número personal para que no estuviera en mi oficina golpeando mi cabeza contra el escritorio.-Deja de hacer eso. - Dijo Oscar, mi Beta, entrando en la oficina. - Ya se han reunido todos los lobos con excepción de los que están de guardia. Te esperan en la sala de conferencias.-Bien. Vamos.Me levanté y puse una sonrisa siniestra en mi cara. Mis lobos no intentarían una rebelión con mis nuevas noticias. Y todos aquellos que pensaban en abandonar el barco se lo pensarían dos veces porque yo tendría un heredero para el domingo, estaba seguro.La Sala de conferencias estaba ubicada debajo de la Casa de la Manada. Construida por mis ance
Al viejo auto del señor George solo le habían pintado algunas palabras a los costados: Sheriff por un lado y Alcalde del otro.Suponía que se estacionaba en un sentido o en otro dependiendo de si venía a arrestar a alguien o a inaugurar una nueva calle. En mi caso, lo vi estacionar frente al pórtico de mi abuela con las palabras "Sheriff" en ese costado.-¿Dónde está tu abuela? - Preguntó con seriedad.-Dijo que iba a comprar algo en el pueblo vecino, no ha llegado a casa desde ayer. - Dije con voz temblorosa. Llevaba solo cinco minutos fuera escaneando los alrededores en busca del perro mutante. El motero no me daba miedo, para eso tenía mi gas pimienta en el bolsillo pero ¿Un perro mutante? No podría correr antes de que me mordiera y me pasara sus virus mutantes.Entonces me transformaría en un perro mutante y luego me pondría un disfraz para ir a salvar a los pueblos vecinos de...-¿Stella?-¿Si? - Pregunté saliendo de mi fantasía en donde escogía unas mallas y un tutú cómo disfra
-¿Te gusta más el rancho Thompson o ese lugar a dos pueblos que tiene un lago artificial? Los dos tienen patos. - Preguntó mi abuela medio distraída al otro lado del teléfono.Yo miré la pared de la sala de estar de Megan con incredulidad.Mi amiga pensaba que lo mejor era esperar a que la abuela me llamará en algún momento de la tarde a quedarme escondida en su auto estacionado al otro lado de la acera en donde podía vigilar mi casa. Como una espía secreta.Claro que a los espías no les daban autos que habían visto mejores días hace cincuenta años y que resaltaban como un punto rojo cereza sobre el paisaje verde y gris. Como sea, la idea de Megan era más atractiva porque al menos tenía televisión por cable y al guapo Tom Welling en sus días juveniles de gloria, así que en la nota que dejé en la puerta le dije a la abuela que llamara. A mí número no, obviamente ya que seguía perdido en acción, sino al número de la casa de Megan. Le dejé muy bien especificado que no debía entrar y que
Jeremiah.-No puedes estar hablando en serio. - Le dije a Óscar. Él solo me miró con solemnidad.-Es lo que reportó el grupo que seguía a la abuela de tu pareja. ¿Piensas que debemos tomar medidas?-¡Si, joder! - Gruñí molesto. - Avísame si descubren quién es.Hoy no era un buen día. Acababa de descubrir que el grupo por el que "no debía preocuparme aún" porque ya había encontrado a mi pareja... bueno, aún planeaba rebelarse.Eran pocos, menos de una docena, pero aún así una insignificante llama podía hacer que todo un edificio lleno de pólvora estallar una. La m****a era m****a son importar su tamaño.No pensaba que el resto de mis lobos me traicionaría, pero el pequeño grupo podría intentar hacer algo estúpido. Como buscar dónde está mi pareja, por ejemplo, y quizá eliminarla.La idea me hacía crujir los dientes.Y ahora mi Beta venía con la noticia de que hay rastros de un hombre pantera merodeando a mi nueva y tierna abuela.-Si me permites una sugerencia. - Dijo Mi Neta acercánd