-¿Es tu cocina? - Pregunté al gigante frente a mí. - Es bonita.-Gracias. - Dijo con tono profundo mientras se cruzaba de brazos. Yo asentí y luego me di la vuelta para seguir con lo mío. -Joder, ni siquiera Joe tiene artículos tan buenos como... m****a, ¿Es ese el nuevo horno de titanio con doble puertita? Creo que chillé, quizá también haya babeado mientras daba saltitos hacia allí.-¿Sabes por qué estás aquí? - Preguntó cuando quedó claro que había perdido toda mi atención e interés.-Uh... no realmente. Pero permíteme felicitarte, tienes a un trío de osos muy bien entrenados. ¿Cómo lo hiciste? ¿Les diste un poco de comida? - Pregunté medio distraída abriendo una de las cinco enormes neveras de aluminio del lugar. - Ah, hermoso lugar de almacenamiento frío.-Si, algo como eso. - Dijo con diversión.Giré sobre mis talones para mirarlo. Él me arqueó una ceja.Le di una última mirada anhelante al lugar de mis sueños antes de ponerme seria.-Bien, ahora si tiene toda mi atención. ¿Po
Linden.(En algún lugar del Bosque Negro)No podía creer nuestra suerte.Por supuesto, nuestra primera pista fue cuando el lobo Alfa mandó un mensaje bastante descriptivo sobre la cabeza de dos de mis felinos traidores.A pesar de que yo no había planeado espiar al lobo para obtener cualquier tipo de información sobre sus debilidades, no podía dejar pasar la oportunidad. Hice que mis mejores rastreadores fueran tras la ruta que siguieron los traidores y encontré algunas cosas interesantes en mi búsqueda.Al parecer, la escoria de las razas de las manadas cercanas se reunía en un basurero que combinaba perfectamente con ellos y ahora tenían algunos planes de expansión para tomar el territorio más próspero de la región: El territorio del Alfa Jeremiah.En los últimos años habían habido rumores sobre una posible rebelión dentro de su territorio, así como la intención de las manadas de weres aledañas para poder emparentarse con el lobo y poder disfrutar libremente del territorio.Me uní a
Alguna vez Oliver Gebs me había quitado mi lápiz favorito en tercer año. ¿Su justificación? Era demasiado "niña" así que él tenía que hacer algo al respecto. Me encantaba ese lápiz. Juntos pasamos por las más difíciles pruebas de la vida y me parecía injusto que me castigaran porque no me quedé sentada cuando lo rompió frente a mí.El tipo en sí no era lo importante en este pequeño recuerdo, tampoco lo que hizo con mi lápiz, sino la lección de vida que me trajo: Debes defender tu propiedad y patear en las bolas a los Olivers jodidos Gebs que te encuentres en tu camino aunque eso haga que te castiguen por tres meses sin una pizca de chocolate.Así fue como llegué a perfeccionar mirada de "no te metas conmigo o habrá problemas".Yo era intimidante cuando quería.Y aquí estaba yo dando mi mirada más amenazante a unas pequeñas crías de oso que pensaban que podían obtener una doble ración de pastelillos si descuidaba la bandeja por un segundo.-¿Tienen nombre? - Pregunté estrechando los oj
-Repite lo que acabas de decir. - Dije con un suspiro sufrido. -Lo que oíste. La flamante novia llamó para decir que necesitas ir con un acompañante porque moverás toda su m****a de tradiciones estúpidas sobre igualdad entre hombres y mujeres para tener una próspera vida y un montón de bebés. Si no llevas a alguien, olvídate de entrar a dejar ese pastel.- Dijo Megan con fastidio. - Juro que a esa mujer le falta algo en la cabeza.-No, eso lo escuché perfectamente. - Dije cerrando los ojos después de orillar el camión en la carretera. - Me refería a por qué Duncan no puede acompañarme.-Ah, bueno, porque nuestro amigo tomó el trozo de pastelito que habías escondido en el refrigerador y ahora está sacando hasta el corazón en mi baño de visitas. - Dijo divertida. - Te dije que no debías conservarlo.-No lo iba a tirar. - Dije a la defensiva. - Iba a comprar otro plato rosa para ponerlo fuera de la casa de la abuela. ¿Cómo iba a saber que Duncan tomaría el pastelillo que sobró de mi lote
Con un lindo vestido en el que se me congelaba el trasero, mi sonrisa profesional y unos zapatos bajos, me estacioné en la zona de proveedores del salón de lujo a dos pueblos de distancia.¿Y todo para qué?Para que el gorila que estaba de encargado de recibir el catering y otras tonterías me dijera que mi nombre no estaba en la lista.-¿Cómo que no está? - Pregunté con incredulidad. - ¡Me llamó hace unas horas la novia para confirmar mi asistencia!El tipo solo me miró y se encogió de hombros.-A mí me dió una lista con los nombres de sus proveedores hace media hora. No estás, así que amablemente te pediré que te vayas de aquí antes de que llame a seguridad. - Dijo cruzándose de brazos.-¿Crees que me iré de aquí con treinta kilos de pastel en mi camión solo porque tu estúpida lista me detiene? - Pregunté comenzando a enojarme.-Si. - Dijo y sentí cómo mi cara se volvía roja. Mi temperamento era muy malo cuando no dormía mucho. - Mira, ¿Por qué no le llamas y le pides que mande un me
-¿Qué haces? - Preguntó el chico pre pago dos.-Quizá la esposa fugitiva fue tragada por la tierra. - Murmuré arrancando las flores del siguiente arreglo.-Uh... de acuerdo, entonces, ¿La estás buscando dentro de los centros de mesa?-Ya busqué en todo el lugar. Ya le preguntamos a un montón de personas y nadie sabe nada. ¿Tienes alguna idea mejor?Por alguna razón, nadie del personal del salón había venido a detenerme. ¿Quizá era porque mi acompañante les gruñía cuando se acercaban? No, yo creo que era porque mi mirada de intimidación funcionaba bastante bien.-Bueno... si. No le hemos preguntado al camarógrafo. ¿No se supone que ellos siguen a la novia durante todo el evento? Debe de saber en dónde está.Dejé en paz el último arreglo destrozado y miré a mi acompañante. Su idea era buena. Traté de recordar si había visto cualquier tipo de cámara durante todo el evento. Un montón de tipos presumiendo sus millones de hectáreas de ganado, algunos negocios petroleros y mujeres con más
Jeremiah.-¡Qué no, carajo! ¡El Alfa no está muerto!Alfa... ¿Estarían hablando de mí?Me esforcé por abrir los ojos y en cuanto lo hice me arrepentí profundamente. No estaba muerto pero mi cabeza dolía un montón.-¡Alfa!Siseé por el volumen. Tardé algunos segundos en identificar a uno de mis Omegas mirándome angustiado.Parpadeé y todo vino a mi cabeza de golpe. Mi cabello oliendo a tinte rubio barato para evitar que mis enemigos me reconocieran, un sombrero que picaba mi cabeza como si tuviera pulgas, un granero que había visto mejores días, una subasta y mi hermosa compañera mirándome con la boca abierta cuando la compré por algunos centavos de mi cuenta bancaria.Ella se arregló para el amor. Se veía preciosa y estaba entusiasmado por llevarla a casa... después de confesarle que era una pareja muy inútil y que su abuela estaba desaparecida.Ya había ido con las panteras (sin éxito) y después fui a gruñirle a los osos. Mi Beta Oscar decía que sería divertido ir con ellos y tomar a
-Al principio no le gustaba que la bañara... y tampoco al final, pero me dejó una valiosa lección. - Dije parando el auto en el semáforo. - Nunca adoptes una ardilla. -¿Y por qué necesitabas adoptarla? - Preguntó mi copiloto alias "chico pre pago dos". Su auto había muerto en algún punto de los últimos cinco kilómetros. Yo conocía él lugar, él al parecer no porque tuvo la absurda idea de llamar al taller más cercano.¿Por qué lo hizo a pesar de que le dije que no existía ningún mecánico a diez kilómetros a la redonda dispuesto a levantar su trasero borracho de sus talleres un domingo por la tarde? Estaba más allá de mí. Quizá era orgullo de hombre el creer que ellos saben más sobre cualquier cosa que se relacione con un vehículo de cuatro ruedas. ¿Sexista? Obvio. ¿Me ofendía? No. Ellos tenían sus complejos con sus autos y yo tenía mi complejo con las cosas peludas.Y me refiero a pequeños animales esponjosos, no a hombres cubiertos de pelo. Aunque sea difícil de creer, una de cad