Era difícil entender lo que Leo sentía en ese mismo momento, en un abrir y cerrar de ojos pensó perderlo todo, pero ahora solo la miraba con bastante dulzura, no imaginó nunca en su vida llegar a sentir tanto amor por una mujer.—¿Por qué me miras de esa manera? —le habló Julia, mientras lo miraba con bastante curiosidad.—Es solo que nunca me voy a cansar de mirarte y ver lo maravillosa que eres. —respondió mientras tomaba las manos de Julia.—Gracias, la verdad gracias por tratar de cuidarme —respondió, mirando atentamente el anillo que llevaba en sus manos.El mismo que Leo le había dado la noche anterior en una maravillosa cena, en dónde le había pedido la mano a Sofía y desde luego a Victoria quien fue la más feliz al ver a su papito con Julia, a la que amaba como una madre.Eran ya varios días desde que había pasado lo del secuestro de Julia, y aunque Soledad había escapado, habían decidió ser felices.—Ya deja de mírame así, o voy a creer que lo único que quieres es devorarme —
Julieta intentó bajarse, pero Lucas no lo permitió. El aseguró la puerta y comenzó a manejar lo más rápido que pudo. Lo único que le importaba en realidad era desquitarse de Leo de cualquier manera.—¿Por qué haces esto? Deberías irte con soledad y simplemente no volver.—Sí, posiblemente eso sea lo que debe hacer. Pero primero quiero dejarle claro a Leo que conmigo jamás se va a meter de nuevo, que meterse conmigo fue una equivocación muy grande. —Leo, lo último que quiere en estos momentos es atacarte. Él solo quiere ser feliz con su familia. Ya es suficiente, solo desaparece y déjame tranquila.—No. Leo va a sufrir y se va a dar cuenta que es lo que yo he sentido todo este tiempo —él dice mientras que maneja con gran ferocidad. Julia lo miraba con desesperación, no quería que el día más importante de su vida acabara de esta manera, mucho menos quería que Lucas se saliera con la suya y que lograra separarlos. Julia retiró el adorno que estaba en su cabeza y sin pensarlo dos veces
Pov Leo ¿Qué es el amor? esa pregunta siempre me la había hecho, normalmente uno piensa que está enamorado cuando da el primer beso o cuando tiene su primer novio, son tantas veces en las que nos confundimos, en las que pensamos que conocemos al verdadero amor. Sin embargo, creo que la mayor cantidad de veces estamos completamente equivocados. Siento que el verdadero amor es con el que sueñas al dormir, con el que al ver sus peores fachas suspiras, con el que imaginas despertar y a que a pesar de todos los problemas que hayan, no te puedes sacar de la cabeza. Para mí, eso es el verdadero amor. Algo que he vivido solo con ella. Muchas veces lloramos, porque nos rompen el corazón, pero al fin y al cabo podemos seguir viviendo y aprendiendo de ello, no obstante, cuando lloras por sentir que puedes perder a la persona y que no puedes volver a verla, eso es algo que te marca. Jamás en mi vida había sentido tanto miedo por perder a alguien como lo siento muchas veces por ella, Julia me
Pov JuliaTreinta años despuésSi en algún momento de mi vida decido mirar hacia atrás, creo que no sabría si reír o llorar. Reír de felicidad o llorar por lo buena que ha sido mi vida. Miro la foto que cuelga en la pared, esa que mi Leo puso cuando nos casamos. A su lado está la foto de nuestros hijos y de nuestros tres nietos Miro las fotos como cada mañana, mientras sonrío, porque no hay nada más perfecto que poder ver a través de estás imágenes los recuerdos. Bajo las escaleras, hoy es nuestro aniversario, uno más a la lista y yo no puedo estar más enamorada de ese hombre. Muchas personas presumen de riqueza, de propiedades y yo con orgullo puedo decir que presumo orgullosamente del hombre con el que he envejecido. Nuestro camino no ha sido fácil, sin embargo, ha valido cada segundo. No cambiaría nuestra historia por nada del mundo, porque si eso fuera así, no estaríamos hoy donde estamos. Termino de preparar el desayuno, hoy me tocó a mí. Para poder llevarlo a la cama, al su
El frío sobre el pavimento era cada vez más fuerte pues el agua caía sin contemplación alguna, mientras sus pasos firmes cada vez se sentía más lentos y el dolor en su pecho cada vez se incrementan más.Leo Rossi nunca pensó enterrar al amor de su vida justo en su aniversario de bodas, él camina de la mano de su único tesoro, aquel tesoro que no piensa abandonar por nada de este mundo. —Papito, ¿mamita ya no volverá a estar con nosotros? —preguntaba la pequeña victoria, dejando salir una lágrima, mientras Leo lloraba desconsoladamente, pues aún no entendía, porqué el amor de su vida se había quitado la vida, si aún tenía un angelito que sacar adelante. —Tu mamita, va seguir aquí con nosotros, pero mientras tú y yo vamos a ser felices, mi pequeña victoria. —La niña, aunque no entendía mucho, dio grandes saltos de emoción pues siente en su pequeño corazón que su padre nunca la va abandonar. No tardaron mucho en salir de allí, pues Leo solo quería huir de ahí, de aquel lugar en donde
Hoy como de costumbre Julia caminaba descalza hacia el balcón donde dejaba escapar un gran suspiro, sus cabellos rubios y resplandecientes como el sol brillaban más que nunca, pues hoy era una gran noche, su padre Manuel, dueño de la empresa más grande de textiles había hecho un gran negocio y daría una fiesta para celebrarlo, incluso su gran amigo estaría allí, Leo Rossi. Un hombre arrogante y prepotente, eso decían las páginas amarillistas, pero era algo que Julia no creía mucho. Ya había pasado casi tres meses desde la muerte de Soledad y por supuesto que Leo Rossi iba a estar ahí, él tenía algo pendiente dentro de su corazón, pero sobretodo en su cabeza y lo dejaría bien claro en ese día, Leo había planeado con mucho cuidado su gran entrada, el inicio de su dulce Venganza, pues después de luchar con todos sus demonios llegó a una sola conclusión, le haría pagar una a una cada lágrima de dolor a su mejor amigo, Manuel y Julia era el pasaporte para que eso sucediera. La noche no
Era muy difícil entender lo que estaba pasando, pero en menos de tres meses Julia y Leo sabían que era el dolor de una partida del ser amado, pero al contrario de Leo, Julia sentía que su vida se iba junto con su padre, sus ojos rojos e irritados de tanto llorar solo pedían una cosa, cerrarse y no volverlos abrir nunca más. Todos los invitados estaban mirando estupefactos aquella escena, solo se escuchaban sus cuchicheos, mientras tanto Leo Rossi solo jalaba de sus cabellos, él no quería que las cosas se dieran así, Dios sabe que no, pero el mundo es un caja de sorpresas, imposible de predecir, los paramédicos no tardaron mucho en llegar, pero como ya lo había dicho un médico hace más de diez minutos él está muerto y no hay nada que se pueda hacer, su corazón no resistió otro golpe más, ya estaba débil.Sin contar que esa mañana por la emoción de la fiesta Manuel Lennox olvidó tomar sus pastillas para el corazón. Leo salió de la recepción como alma que lleva el diablo, fuera de culpa
El día de Julia no era para nada bueno, su cabeza estaba hecha un ocho y aún no entendía todo lo que tenía que hacer y mucho menos tenía idea de como manejar la empresa textilera más grande del país, pero de algo si estaba segura, si no huía de ahí iba a terminar en un manicomio o en el peor de los casos con un dolor de cabeza demasiado fuerte siendo realista, mientras una de las señoras del servicio servía el café, Julia se colocaba de pie y caminaba hacia el elevador.—¡Señorita Lennox aún no hemos terminado! —gritaba el pobre abogado, ante la mirada atónita de los inversionistas, que al igual que Julia él ya estaba agotado, solo que Julia tiro la toalla un poco más rápido, corrió por el largo pasillo y fue directo hacia el elevador en donde lo primero que se le ocurrió fue oprimir el piso uno.Ella solo quería salir de allí, no le importaba si mañana tendría que dar explicaciones, pues se sentía sofocada, por su cabeza pasaban miles de pensamientos, pero en ninguno de ellos estaba