Advertencia

Cuando el sol apuntaba a salir, dejé los documentos en los que había trabajado la mayor parte de la noche y me levanté a toda prisa de la silla. No veía la hora para que amaneciera y poder ir con Wyatt.

Fui a mi habitación y tomé una ducha larga y refrescante. Por más trabajo que hice anoche, no dejé de pensar en las palabras de mi madre y en ese beso tan delicioso que Wyatt me había robado. Es que hasta su atrevimiento me resulta fascinante. Cuando tuve suficiente del agua, salí envuelta en una toalla y mi madre me recibió con una dulce sonrisa en los labios en el vestidor.

«¿Qué hace aquí».

—Pensaste en lo que te dije anoche.

—Algo así, pero todavía no estoy segura de lo que debo hacer —saqué un vestido negro y mi ropa interior—. ¿A qué se debe tu visita tan temprano?

—¿Vas a ponerte ese vestido? ¿Por qué no te pones algo más cálido y colorido? —me entregó un vestido blanco lleno de flores con muchos colores—. Con este vestido te verás encantadora, más con ese tono de cabello tan ne
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