Preocupado por su padre y por todo lo que acontece en la familia. Elijah se acerca a Lucas para conversar, entra al despacho donde su padre enviaba algunos correos. Lucas lo mira con cariño y le dice:
—Me alegra tanto tu visita.
—A mí también me emociona mucho verte, papá. Sabes cuánto te quiero.
—Mi hijo adorado.
—Papá, quiero hacerte algunas preguntas y espero no las tomes a mal.
—Dime hijo, de ti nada malo puede provenir, eres un santo.
—Ja, ja, ja, tampoco exageres. Estoy para servir al prójimo, pero quiero preguntarte como hijo no como sacerdote ¿Por qué te casaste con una mujer tan joven? Y ojo no pretendo juzgarte.
—Lo sé, hijo, te conozco muy bien. Ya te había advertido de que me casaría con una mujer más joven. Sencillamente, me enamoré de Zoé. Se parece mucho a tu madre. Y si te preocupa el patrimonio de la familia, está bien asegurado. Me casé bajo contrato con ella, tampoco soy tan descuidado, Elijah.
—No me refería al dinero, papá, sino al amor, ¿ella corresponde a ese amor que tú sientes?
—Claro que sí, hijo. Aunque no lo creas ella es feliz a mi lado, vivo para complacerla.
—Insisto, papá, no me refería al dinero.
—Hijo tu eres un hombre diferente, hay situaciones que no comprenderás.
—Puedo entenderte perfectamente, papá, solo tienes que abrirte conmigo.
—Eres mi hijo, Elijah.
—También soy tu amigo y puedo ser tu confidente.
—Eres tan noble, que me da mucha vergüenza hablarte de ciertas cosas.
—Bueno, papá, si dices que estás bien y ella te corresponde. No me queda más que creer en ti, eres un hombre muy astuto y muy inteligente.
—Gracias, hijo, por comprender. Y descuida, el futuro de mis hijos está garantizado—se ríe Elijah, debido a que su padre solo piensa en el dinero.
*****
En el jardín, Zoé recibe la visita de su única amiga Emily:
—Tu secreto salió a relucir, el desmayo te delató.
—Así es, ahora me siento peor que nunca, no solo por las náuseas, sino por la mirada de rencor de Linda. No sabes todo, lo que tengo que soportar, por ser la esposa de Lucas Hamilton.
—Otra mataría por estar en tus zapatos.
—Es muy difícil de llevar, Emily. En todas partes nos miran raro y la sociedad solo me ve como una arribista que se casó por conveniencia con un multimillonario; no soy más que una esposa de contrato. Lucas me exhibe como un trofeo, incluso se entromete en cómo me visto. Es muy difícil estar casada con un hombre mayor al que no amo. Es lo peor de todo y, para colmo de males, estoy embarazada.
—Si tan mal estás, habla con él y divórciate.
—Eso nunca, no podría vivir en la pobreza.
—Perdóname, pero tengo que decírtelo. Actúas igual que tu madre.
—No me compares con ella.
—Mejor cambiemos de tema, supe que Elijah el hijo de Lucas, está aquí. Muero por conocerlo.
—Que rápidos corren los chismes.
—Vuelan, mira aquí están las fotos de la promoción. Nos divertimos muchísimo en nuestra graduación—le muestra y Zoé las mira con añoranza.
—Como me hubiese gustado graduarme con ustedes, ¿y esta es Jessica? —señala.
—Sí, se pintó el cabello de rojo.
—Le quedó estupendo, siempre he querido pintarme el cabello de ese color. Solo que Lucas no me dejará—los ojos de Zoé se muestran llorosos.
—Zoé no te muestro las fotos para que te deprimas, como quisiera ayudarte a salir de tu melancolía.
—Descuida ya me adapté a mi tristeza.
Zoé se enfrenta internamente a su dura realidad, que para muchos es apacible. Ella siente que lleva un padecimiento a cuestas por haber aceptado ese matrimonio con condiciones, y se considera víctima de sus propias decisiones.
*****
Minutos más tarde…
Elijah se hallaba en la cocina, en compañía de los sirvientes quienes están felices con su visita, en especial Solange, rápidamente Salvador toma la palabra:
—Mejor pónganse a trabajar y dejen a Elijah en paz.
—Salvador siempre tan aguafiestas—dice Sarah en tono jocoso.
—¿Quieres que te prepare algo especial para la cenar? —pregunta Fátima.
—No tranquila, cocinen lo mismo de siempre—todos se miran muy contentos.
Por otro lado, Grace, la madre de Zoé, mira los toros desde la distancia. Se siente frustrada por depender del dinero de Lucas, pero de repente se alegra con la llegada de su nieto. Al marcharse su amiga, Zoé entra en la casa y su madre la detiene.
—Míralos, hija, como holgazanean.
—Déjalos, mamá, están con Elijah.
—Ese curita, los trata con tanta familiaridad, no comprende que hay niveles y ellos son simples sirvientes.
—Tu siempre pendiente de lo que hacen los demás. Deberías de buscar un trabajo y ocupar tu mente.
—Trabajar yo, mi apellido vale mucho.
—No lo creo, mamá, vivimos del dinero de mi esposo, ¿recuerdas? Voy arriba.
—Zoé, necesito dinero, el que me da tu marido no me alcanza.
—Tendrás que ajustar tus gastos, trata de ser más prudente a la hora de comprar, adiós.
—¡Zoé! —exclama y ella no presta atención a su madre.
*****
Minutos más tarde…
Solange se toma unos minutos para conversar a sola con Elijah, le emociona tanto tenerlo cerca:
—Me contó mi padre, que pronto empezarás la universidad—acentúa Elijah.
—Así es—afirma.
—¿Qué estudiaras?
—Medicina.
—Tendremos una doctora en la familia.
—Eres tan dulce, Elijah.
—Quiero ver a los demás felices, es mi misión.
—Bueno. Hubieses hecho otra carrera, el sacerdocio es muy serio.
—Es lo que estaba contemplado para mí y no me arrepiento…
De la nada oyen unos gritos, que provenían de la casa y corren a ver:
—Eres una desvergonzada, te embarazaste de mi padre apropósito. Con tal de heredar más de su fortuna, arribista.
—Es suficiente, niñita, Lucas se enterará de esto—advierte Grace.
—Montoneras.
—Nadie te está atacando, Linda—dice Zoé con tranquilidad.
Rápidamente llega Elijah y hace contacto visual con Zoé y dice:
—¿Qué está pasando aquí?
—Menos mal que llegaste, hermano, estoy poniendo a está en su lugar.
—Linda, ella está embarazada.
—¿Te pondrás de parte del enemigo?
—Mejor subamos, necesitamos hablar—advierte el pacífico Elijah.
—Esto es inadmisible, es así todos los días. Esta jovencita, rompe con la paz de este hogar. Necesita mano dura—estalla Grace y Elijah le reclama con sutileza:
—Con todo el respeto, señora, es un tema familiar. Yo me encargo de mi hermana. Vamos, Linda—asiente Elijah, mirando a Grace con recelo.
—Este de cura no tiene nada que opinar, él no vive aquí, mira como me habló—murmura enfadada.
—Tan solo mira tu cara de enfado, fuiste muy obvia y de seguro alcanzó a escuchar cuando le reclamabas a Linda, alzabas la voz como una desequilibrada. Te he dicho, que no necesito que me defiendas.
—Eres mi hija, Zoé, no permitiré que te maltraten.
—Lo haces por soberbia, porque también te cae mal, Linda. No porque me quieras.
—Esta niña, se nos está saliendo de control. Deberías hablar con tu marido.
En eso entra por la puerta principal Lucas y dice:
—¿Qué es lo que tienen que hablar conmigo?
Horas más tarde…Elijah había mediado con su hermana, al menos se sereno un poco y no hizo más berrinches:—Qué bueno que Linda, se calmó—menciona Elijah, después de salir de la habitación de su hermana, quien se había quedado profundamente dormida.—Sí, hijo.—Papá espera, no me lo tomes a mal, pero la madre de tu esposa, es muy grosera. Me desagrada su actitud, hasta me atrevería a decir, que rompe con la paz del hogar—expone Elijah.—Sé muy bien quien es Grace, tampoco soy tan tonto. Tengo que ver, lo de una casa para ella.—¿No tienen ni un centavo? —pregunta velozmente.—No, están en la ruina total, hijo.—Si quieres puedo hablar con ella, y hacer que recapacite en cuanto a su actitud—propone para mantener el equilibrio.—Grace no cambia ni con un hechizo, Elijah—asiente Lucas graciosamente.—¡Ay papá! ¿En dónde fuiste a parar?—Soy hombre, no me entenderás.—Te entiendo perfectamente, te enloqueciste por una jovencita—lo mira de reojos.—A veces pareces tú el padre y yo el hijo.
En la habitación, Lucas busca de quitar con ingenio su blanco vestido, Zoé se exaspera interiormente y lo esquiva con la excusa de su embarazo.—No me siento bien, Lucas.—Si es por tu embarazo, Alfred, me dijo que aún embarazada podemos tener intimidad—insinúa.—No estoy de ánimos me duele la cabeza.—Últimamente has estado muy distante—reprocha con sutileza.—¡Te parece poco estoy embarazada!—Lo dices con desagrado.—No digas tonterías, Lucas.—Vi que platicaba con Elijah—va directo al grano.—No me digas que me celarás de tu propio hijo, quien te recuerdo pronto será cura—señala con dureza.—Lo siento, querida.—Sabes que, en el fondo, Lucas, eres posesivo y arrogante. Me tienes aislada en estas cuatro paredes para que nadie me mire. Prácticamente me prohíbes ver la luz del sol sin tu consentimiento. Vivo encerrada en tu mundo, yo para el mundo no existo, solo soy la joven esposa de un magnate a la que no dejas hacer nada. Quiero trabajar y salir de esta mansión. Estoy harta —se de
Al día siguiente.La mayoría estaba ausente en la mansión, tan solo se hallaban Zoé y Elijah en compañía de los sirvientes, ella se encontraba en el jardín, discutía con el jardinero por el mantenimiento de su rosal.—Debes poner más atención, José. Jardinero es lo que sobra en este país—advierte con jactancia.—Descuide, señora, no volverá a pasar.—Este rosal es muy significativo para mí, ¿lo comprendes?—Sí, señora.—Ahora retírate y déjame sola.Elijah había presenciado la escena entre ella y el jardinero, no esperaba que fueran tan dura con el señor, por lo que sus dudas hacia ella se afianzan gradualmente. Ella voltea y lo mira bosquejando una sonrisa, no obstante, se asombra al verlo tan serio.—¿Te sucede algo, Elijah?—Porque trataste tan mal a José, no merecía tu reacción tan hostil. Son sirvientes, no esclavos—la cuestiona.—Cuido mucho mi rosal.—¿Cuál es tu juego, Zoé?—Al grano, Elijah. Dime realmente, ¿qué te sucede? —lo confronta con dureza.—No permitiré que se aprovec
—Esa tipa ya envolvió a mi hermano, los enloquece a todos. Menos mal que Elijah será sacerdote, si no, lo seduce, es una mujerzuela —dijo Linda con coraje.—Ya no hagas corajes con Zoé—dice Nina.—La odio, ahora la odio todavía más. Elijah me pidió que fuera amable con ella y eso haré, tengo que actuar con prudencia. Y fingir que la acepto como mi madrastra, jugaré su mismo juego, Nina—expone Linda con astucia.—Vivir con tanto rencor es muy aburrido, cambiemos de tema, ¿estás lista para nuestra graduación?—Listísima, compré un vestido increíble quiero que lo veas—le muestra.—Es realmente hermoso.—Así como yo, Liam, caerá rendido a mis pies—presume con gracia.—¿Te ha llamado?—Sí, pero no le contesto, me doy a desear y eso lo desespera.—Eres mala y luego críticas a Zoé.—Ja, ja, ja—se carcajea Linda, toma a su amiga por el brazo para salir al jardín, en el camino se cruzan con Mark el mejor amigo de Elijah, en el seminario, quien fue de visita a la mansión.—¿Y tú quién eres? —pre
Días después…Han pasado varios días aparentemente todo en la mansión marcha de maravilla, ya dentro de poco es la graduación de Linda, pronto comenzará la universidad. Por otro lado, en el dormitorio de Zoé y Lucas, ellos se entrelazan piel con piel en la cama, se podían oír ligeros gemidos que proveían de la habitación, Elijah pasa cerca del dormitorio, se detiene, escucha con incomodad y continúa su camino hasta la habitación de Linda.Intuyendo que al menos Zoé, le corresponde íntimamente a su padre, sino hay amor al menos el deseo permanece intacto entre ambos. Llega al dormitorio de Linda, para darle las buenas noches y ella lo mira con extrañeza:—¡¿Estás pálido Elijah?!—Solo estoy cansado tuve un día muy agitado, ir y venir del seminario a la mansión es bastante agotador.—Papá te puede contratar un chofer, ahora mismo hablo con él.—No te preocupes, así estoy bien. Prefiero ir solo.—No quiero que te canses más de la cuenta y luego, lo uses como excusa para regresar definiti
Han dado a Zoé de alta ya está de vuelta en la mansión, están entristecidos con lo ocurrido, hasta Linda en este preciso instante le muestra su solidaridad:—Lamento mucho lo que te pasó, Zoé, si me necesitas solo avísame. Me voy a mi cuarto arreglarme—se despide de ella con un beso en la mejilla, Lucas y Elijah se miran maravillados.—Eres muy joven, Zoé, puedes embarazarte de nuevo—señala Elijah.—Dios lo quiso así, hijo. A lo mejor los hijos no están contemplados para nosotros—apunta Lucas con resignación.—No te desanimes, papá, los hijos bendicen a las familias. Yo rezaré por Zoé, para que se embarace nuevamente.—Eres muy gentil, Elijah—asienta Zoé, imprimiendo mentalmente que hablan más de la cuenta. De pronto, Lucas sale de la habitación, para ir a su despacho a revisar unos informes:—En unos minutos estoy contigo, amor. Te dejo con mi santo—le da una palmada a Elijah en el hombro y se retira.—Para todos eres un santo.—Exageran, solo soy un simple aspirante a sacerdote.Mie
En la fundación.Zoé y Elijah trabajan arduamente en las entregas, se concentran en su labor, preparan con delicadeza cada detalle de las donaciones y revisan minuciosamente cada una de las cajas. El verla tan comprometida conmueve velozmente a Elijah, comienza a ver a la joven otros ojos, ya no la encuentra tan vanidosa como otras veces, ayuda en todo lo puede y me revela en ella su espíritu altruista.—No dejas de sorprenderme, Zoé.—Espero que gratamente.—Muy gratamente—la toma de la mano y ella siente como se paralizan de la nada sus piernas. Lo empuja con ligereza para mantener distancia. Sin embargo, por accidente se enreda su sandalia y cae de inmediato en los brazos de Elijah quien la sujeta con precisión, la mira sin quitarle sus hermosos ojos de encima.—Lo siento, que torpe.—Tranquila, estás a salvo.Ambos quedan muy confundidos, en medio de ese cruce de miradas. Zoé suspira y Elijah se agita de repente, mirándola con un conejito asustado. Ella por su parte entra en pánic
Linda tiene un aspecto radiante y está muy guapa, y se ha graduado con honores a pesar de su mal carácter y de su escéptica manera de ser. Linda es muy hábil para los estudios y quiere convertirse en economista para gestionar las empresas de su padre en el futuro.—Felicidades, estoy muy orgulloso de ti, hija—le dice Lucas con orgullo.En la mansión, celebran una fiesta antes de que Linda se vaya de fiesta con sus amigos. Elijah se le acerca y la carga de emoción diciendo:—¡Lo lograste!Linda, con presunción, pero feliz, asiente.—Siempre consigo lo que quiero, hermano.Lucas, por su parte, mira a Mark con recelo y se le acerca:—Creo que estuviste con Elijah en el seminario.—Buenas tardes, señor—dijo asustado.—Tranquilo, tampoco he venido a asustarte. También me he enterado de que te interesa mi hija.—Señor, mis intenciones con Linda son las más sanas, lo juro —dijo señalando con nerviosismo, y a Lucas internamente le causó gracia.—Linda es la niña de mis ojos, no permitiría que