Tiempo después...Lucas y Zoé se encuentran en Italia en su recorrido por el Viejo Continente. Esta pareja vive en una eterna luna de miel.—¡Cariño! —Exclama Lucas, maravillado.—Dime.—Has estado muy retraída en todo el viaje, no me digas que echas de menos a Grace.—A pesar de todo, es mi madre— disimula.—Claro, mi vida, y tú eres su única hija.En realidad, los pensamientos de Zoé estaban puestos en Elijah. Ya deseaba que los días transcurrieran a toda velocidad para regresar a la mansión y volver a verlo.—Querida, Elijah está en un retiro espiritual.—¿Cómo? ¿Tardará mucho allá? —preguntó con desconcierto, y Lucas la miró con aprensión.—Veo que te has encariñado mucho con mi hijo. Si representara algún peligro, me pondría celoso.—No digas eso ni en broma, Lucas. Jamás te sería infiel y menos con tu hijo. Es absurdo. Si te quiero —finge.—Lo sé, amor, solo bromeaba.—Mejor voy a cambiarme, quiero ir a la Torre de Pisa.A Zoé le aterroriza la situación, debe proteger su reputaci
Al caer la noche Zoé va al jardín para platicarle al rosal un rato, es allí donde reposan las cenizas de su padre. Inesperadamente Elijah la mira a la distancia y motivado por un desconocido impulso se le acerca y advierte:—Abrigaste hace frío—colocando una manta encima de ella. Zoé velozmente murmura con sus ojos levemente llorosos:—Gracias—Elijah percibe su tristeza y pregunta:—¿Por qué lloras? ¿Te han hecho algo?—No nada, solo le hablaba a mi padre, eso me llena de nostalgia.—Mejor entra a la casa, mi padre te espera—asienta con desilusión y la deja sola en el rosal. Ella voltea por unos minutos y lo mira fijamente, decide seguirlo.—Elijah yo…—calla.—¿Qué está pasando, Zoé? —pregunta con nerviosismo lo innegable.Ya para ninguno de los dos sus sentimientos son anónimos, principalmente para Zoé, no hay manera de deshacerse de lo que siente, se acerca a Elijah y de la nada lo besa ligeramente en los labios, el joven palidece y se zafa de ella con rudeza.—No vuelvas hacer eso,
Días después…Seminario americano, Los Ángeles.Un ligero murmullo se cuela por la ventana de Elijah, junto con los feroces gritos silentes de la culpa. Es imposible para él ver a su padre a los ojos, se siente culpable de aquel sencillo beso que Zoé le propinó, considera que ha traicionado su confianza. A pesar de ser un joven ecuánime y centrado, es un hombre sencillo que todavía desconoce lo complicado del mundo, donde el deseo y las bajas pasiones se ciernen equivocadamente hasta aturdirlo por completo.Llega el padre Tomás y le dice:—Elijah, tienes visita.—No quiero ver a nadie, padre.—Es tu madrastra—asienta el padre con seriedad, debido a que conoce todo lo que acontece entre ellos.—A ella menos que a nadie quiero ver, padre.—Recíbela, hijo. Y aclara tus sentimientos, es mejor tomar el toro por el cuerno y no huirles a los problemas. Como futuro sacerdote, tienes que armarte constantemente de valor para enfrentar situaciones complicadas, no dejes que un desliz te desvíes de
Debido a lo sucedido recientemente entre ellos, Elijah sabe que debe de enfrentar la situación y tratar de resolver sus problemas con Zoé, lo que menos quiere es que su padre sufra un desengaño. Al regresar a la mansión encuentra a Zoé en el jardín, perdida en sus pensamientos. Respira profundamente, se acerca a ella dispuesto a disculparse y hacer las paces:—Zoé, lamento la forma en la que te hablé el otro día, me pasé de la raya, lo siento profundamente—resalta Elijah con su voz llena de sinceridad.Zoé levanta la mirada sorprendida por su repentina disculpa, concibiendo que no era necesaria, no esperaba que regresara y mucho menos que se disculpara con ella.—Acepto tus disculpas, Elijah, pero no eran necesarias, quien se equivocó enormemente fui yo. Sé que ambos nos dijimos cosas que no queríamos decir, solo espero que podamos superar esto y empezar de nuevo—responde con un dejo de vulnerabilidad en su voz.Elijah asiente aliviado de que Zoé esté dispuesta a pasar la página, se si
Amanecen nuevamente con la misma sintonía, en la casa solo se hallan ellos en compañía de algunos sirvientes, con la presencia de Elijah en la mansión Zoé decidió suspender las terapias, concibe que se siente mucho mejor, y más lejos de su madre.Deciden desayunar en el jardín, se les hace un lugar apacible y sereno. Nadie intuye todavía nada raro entre ellos, determinado por la fiel conducta del joven.Un ligero destello de luz dorada ilumina en sus rostros, el cálido resplandor hace un hermoso contraste con el color profundo de sus ojos verdes, Zoé y Elijah se quedan mirándose fijamente el uno al otro, el entorno está lleno de sensaciones placenteras mientras intercambiaban palabras, el corazón de Zoé se agita cuando mira a Elijah con detenimiento, sintiendo amargas sensaciones al detallarlo mientras el platica.Su presencia de alguna forma u otra la seguía martirizando y hacia que se sacudiera a gran profundidad, podía sentir el calor de su aliento cuando hablaba sin detenerse, prov
La tarde siguiente, al regresar del seminario, Elijah va a saludar a su padre a la oficina y se sorprende al encontrarlo triste y abatido.—Elijah, hijo mío, gracias por venir—dice su padre suspirando profundamente.—¿Te pasa algo, papá? — éste levanta la vista con los ojos llenos de tristeza y responde:—He recibido noticias del banco, parece que uno de mis negocios en el extranjero enfrenta algunas dificultades financieras y se ha visto gravemente afectado por la crisis de Europa. Temo que no podamos mantenerlo por mucho tiempo más.El corazón de Elijah se hunde ante las palabras de su padre. La idea de que el negocio familiar que se ha transmitido de generación en generación se enfrente a un futuro sombrío es devastadora.—Lo siento mucho, papá. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte? —pregunta Elijah, sintiéndose impotente ante tanta adversidad. Su padre le dedica una débil sonrisa:—Tenerte a mi lado es suficiente, hijo mío. Afrontaremos juntos este desafío como familia. Todavía
Elijah y Zoé están en una situación complicada porque sus sentimientos hacia el otro son prohibidos. Eso hace que sea difícil para ellos pensar con claridad y tomar decisiones racionales. Ya no cabe duda de que sienten atracción mutua, pero también son conscientes de que su relación podría tener consecuencias negativas para la familia y los demás.Ambos piensan que es importante para ellos intentar mantener la mente abierta y buscar ayuda en personas adecuadas que los orienten sobre cómo manejar sus divergentes sentimientos con cautela. También consideran que deben hablar honestamente sobre sus emociones y escucharse mutuamente con empatía.Consideran también las consecuencias de sus acciones, si se llegarán a aventurar en lo indebido, lo que menos quieren es causar daño. Por lo que les he difícil a cada uno seguir a su corazón y hacer lo que creen correcto.—¿Ya te vas de viaje, amor? —le pregunta Zoé a su esposo, mientras él hace la maleta.—Sí, querida, tengo que resolver el asunto
Cae un fuerte aguacero en medio de una noche oscura y fría, y no hay nadie en casa. Linda ha empezado la universidad y Lucas sigue de viaje. Zoé y Elijah se encuentran solos en la mansión con el deseo en su máximo apogeo. Es Zoé quien desea poseer al ingenuo y temeroso Elijah y entra en su habitación.El sonido de la lluvia golpeando con fuerza contra la ventana hace que Zoé se toque el rostro y sienta cómo el álgido e intenso deseo la envuelve por completo. Elijah estaba a punto de dormirse, perdido en sus pensamientos, cuando de pronto siente la presencia de ella en la habitación. Levanta la mirada, sorprendido, mientras ella se acerca a él lentamente con un brillo depredador en los ojos.Al percibir sus intenciones, el corazón de Elijah se acelera rápidamente con fuerza, sintiendo una mezcla trémula de emoción y miedo que lo domina. Zoé no dice ni una sola palabra, se sienta en la cama y cruza la línea de la intensa barrera que los separaba. Roza sus dedos en su cara y traza una sua