Ryan
Me sentía confundido, mi mate tiene dos posibles parejas. ¿Cómo podía pasar esto? Necesitaba hablar con alguien de confianza, no podía hablarlo con cualquiera, si llega a oídos de la manada, podría dañar la imagen de la futura Luna. Podría creer que es una mala influencia para la manada, eso no me conviene, hablaré con mi hermano quien también es el Beta de la manada. Puedo confiar en su discreción y buenos consejos. He estado tan metido en mis pensamientos que he llegado a la aldea sin darme cuenta. Estaciono en mi casa, mi hermano vive junto a su esposa en ella. Por ser el Beta debe estar en el mismo emplazamiento que el Alfa, por cualquier emergencia.
Entro pensando en toda la situación, posibles soluciones. ¡Dios! Estoy muy confundido. Camino a mi despacho me encuentro con Serenity, ella es la esposa y mate de mi hermano, es una mujer de gran belleza, y una personalidad más hermosa aún. Siempre está preocupada por todos a su alrededor, sin duda sería una perfecta Luna para cualquier manada. Me mira y frunce el ceño, a veces me asusta, ella parece tener un sexto sentido que le permite ver dentro de mí. ¡Qué bueno que no es mi pareja! sería difícil ocultarle cosas.
—¿Ryan, que sucede? –dice alarmada, su voz atrae a mi hermano como una polilla, quien en unos segundos aparece detrás de ella. Suspiro, con las manos les indico que vayamos a mi oficina, allí sé que nadie podrá escuchar. Diseñe ese espacio para ello.
—Ahora si vas a decir ¿qué sucede? –dice Michell, una vez dentro de mi oficina.
—Hoy conocí a mi mate –digo sin respirar y con desaliento.
—¿En serio? ¿Cómo es? ¿Dónde vive? –comienza Serenity el interrogatorio, Michell le hace una señal para que calle.
—¿Está casada? –dice Michell, al pronunciar su pregunta, Serenity agranda sus ojos, asustada.
—No –digo –es peor
—¿Qué puede ser peor? –dice Serenity. Me sirvo un Vodka, le ofrezco un vaso a mi hermano, Serenity no bebe, así que ni me molesto en ofrecerle. Comienzo a contarles todos los eventos de la noche a detalle. Al finalizar ambos están en un estado de mutismo, se miran uno al otro.
—Ahora, ¿Entienden? –pregunto, ambos asienten y vuelven a quedar en silencio. Sigo tomando mi trago mientras intento entender que voy hacer, mi manada depende de mí descendencia, de una buena Luna, eso le da estabilidad y fortaleza.
—Bueno, es una situación que nunca se ha presentado antes. Sin embargo, creo que tiene solución –dejo de ver mi vaso ante esa declaración y levanto mi vista hacia mi hermano a la espera de su solución –debes conquistarla primero, y marcarla. Una vez marcada ella estará igual de conectada a ti, como lo estás tú a ella. El vampiro no podrá hacer nada, habrás ganado.
—No puedo marcarla sin su consentimiento –digo molesto.
—¿Por qué no? –dice Michell molesto –se ha hecho por años en cada manada de lobos, en donde un humano es mate, no veo porque no lo puedas hacer.
—¡NO LA VOY A OBLIGAR! –grito, mi hermano se sorprende –no lo entiendes, ya es suficiente saber que la naturaleza nos ha maldecido al tener que amar a un desconocido, cuando ambos son lobos, la química del aroma entra en acción. ¿Cómo puedes saber que ustedes se aman? Y no es la química –y les señalo –Yo no quiero vivir con una mujer que sé que, al marcarla, seré como una droga para ella, sí, me amará; pero por una necesidad física. Es casi lo mismo que secuestrarla, eso no es lo que quiero –finalizo resignado a que quizás nunca encuentre el amor.
Mi hermano y Serenity intentan hacerme entrar en razón, debo marcarla por el bien de la manada. En un punto me canso y decido que debo irme a dormir. Queda claro que mis opciones son dos: debo buscarla y enamorarla, ver que ella decide seguirme. O marcarla y que me siga como un cachorro a su amo. No, no podría vivir con ella así, aun cuando esto me cueste vivir solo. Estoy en un estado emocional de confusión que no me permite ver claro. Mi cuerpo exige tenerla, pero mi corazón desea ganarla.
Llego a la puerta de mi habitación y su aroma inunda mis fosas, Lauren. Ella ha sido lo más cercano a una mate, desde hace dos años tenemos una relación. Cuando nos conocimos, nos caímos bien. Ella es una mujer fuerte, con carisma. Es líder, algo que una Luna debe tener. Su cuerpo es divino. Es una mujer alta, de contextura gruesa. Es un pecado mirarla, sus senos podrían alimentar a toda una manada. Es dura, no se amilana ante nada. Sabe defenderse.En su momento era perfecta para mí. Ambos decidimos que no íbamos a permitir que la naturaleza controlara nuestros destinos. Sabíamos que no éramos la pareja escogida para el otro, por la naturaleza; pero nos gustamos, había química entre los dos. Y antes de esta noche llegue a creer que la amaba, soy con ella como sería con un mate, posesivo y sobreprotector. Nuestra relación es tan fuerte que la manada cree que ella es mi mat
KeniaSus besos son dulces, me transportan a lugares calientes y agradables. Sus manos recorren mi cuerpo, mientras su boca hace un camino de placer por todo mi cuerpo, no puedo creer que esté a punto de dejar que un extraño haga conmigo lo que desee. Tampoco creo poder negarme. Sus ojos azul cielo me miran con deseo ardiente, sus manos son grandes y fuertes, podría matarme con solo una mano. Es tan alto podría asegurar que mide dos metros, quizás más. Me sonríe dulcemente, esperando mi respuesta a su pregunta silente.Soy tan pequeña a su lado, que debo ponerme en puntillas para alcanzar su boca, aun así, solo llego a su barbilla, él sonríe travieso y baja un poco su rostro para darme acceso a sus labios. Me pierdo en ellos, mi cuerpo pide su tacto, algo que no tarda en llegar. Al estar en pijama es fácil el acceso. Toma
A las doce tal como prometió, aparece como un ángel en la puerta de mi oficina. Descolocándome nuevamente, el solo verle me enciende, algo que nunca me había pasado con nadie. No sé cómo seré capaz de controlarme, para no intentar violarlo. Me sonríe con picardía, casi como si supiera lo que pienso y enseguida me sonrojo.—¿Nos vamos? –pregunta desde la puerta. A lo que yo solo me resigno a intentar sobrevivir esta única hora y luego correr lo más lejos posible de él. Me levanto tomo mis cosas y me dirijo a la puerta donde lo rodeo ya que no se va quitar. Él espera a que pase y luego siento, como su brazo me toma con posesión por la cintura, haciéndome gemir involuntariamente. ¡Dios! Esto va ser duro.Caminamos dos cuadras de mi oficina, él me indica un pequeño local italiano. Me emociono, la comida italiana es mi favorita. Ent
RyanJamás una mujer había reaccionado así. Ella me confunde y descoloca. ¿No se supone que por ser mi mate debería reaccionar a mis besos?, vaya sé que le excito, lo pude oler mucho antes de entrar en su oficina. Un aroma que solo me puso como una puta asta de bandera. Cuando se levantó de la mesa y me dejo solo, deje que mi lobo actuara y la persiguiera, lo que solo me excito mucho más. Ese bese que nos dimos –porque, aunque esté molesta ella respondió a mí –Sus gemidos, ¡santa luna! La necesito en mi cama cuanto antes, sino creo que reventare.Llego a la aldea, confuso, excitado y muy cabreado. Lo primero que me encuentro es a Lauren, que como buena loba logra oler mi excitación; pero su rostro cambia a asco. Sintió el aroma de ella, ¡estúpido! Sale molesta a nuestro cuarto, la sig
BruceEstoy tan eufórico, el verla darle de cachetadas, alegro mi semana, que había comenzado muy mal. Esa chica es tan imponente, tiene un temple que jamás había visto en un humano. Me excita tanto que lo pusiera en su sitio. Pobre lobito, tuvo que irse con el rabo entre las piernas. ¡Ja! todavía me genera tanta gracia.Cuando la logré encontrar, el sólo verla en su compañía, me hizo pensar que la había perdido. Vi todo rojo. Quería matarlo, arrancarle su piel Pulgosa. Luego me calme, no podía dejar que la rabia me encegueciera. Esta vez no, la quiero en mi vida. Más bien la necesito.Desde el sábado que la hallé, paso todas las noches en su cuarto viéndola dormir, escuchándola gemir, por alguien que sé que no soy yo. Pero igual me pone duro. Estoy enfermo, llev&oa
Kenia¿Por qué me deje convencer? Pienso mientras escucho a este estúpido engreído. Desde que llegue al restaurante no habla más que de él y sus negocios. No he podido hablar, solo le importa él y nada más que él. Qué bueno que no le di mi dirección y que decidí venir por mi cuenta así tengo la libertad de irme en cualquier momento.Perdida en mis pensamientos, no me di cuenta cuando cambio de hablar de él, para hablar de nosotros. Sólo sentí su mano tomando la mía.—Estoy deseoso de ver ese cuerpo escultural. ¿Por qué no pedimos la cuenta y nos vamos? –Dijo con soberbia y descaro.—¿Disculpa? –Dije esperando haber escuchado mal.—No te hagas la estúpida, bien sabes que, desde la bo
RyanUna semana, tenía una semana lejos de mi mate, estaba enloqueciendo. Necesitaba verla, olerla, sentir su piel. Sin embargo, luego de los eventos con ella y Lauren, decidí guardar distancias. Necesitaba aclarar qué iba hacer, era claro que Lauren no iba quedarse tranquila. No quería darle razones para atacar a mi mate, menos siendo humana. Podía ser dañada de tantas formas. ¡Santa Luna!Tenía que planificar como traer a mi Luna, sin ponerla en más riesgos del que debía estar. Y lo más importante debía buscar la manera de contentarla, debía enamorarla. No entendía cómo podía ser inmune a mí, a mi química. Después de tantos besos debería estar a mis pies suplicando mi contacto. Así funcionaba con los mates que conozco. ¿Cómo puede ser posible?Yo no podía dormir, sudaba
BruceMe acerco a su edificio, estoy muy nervioso hacía mucho que no tenía una cita, menos con una humana. Solo deseo no cagarla. Mis manos sudan, me siento como si esta fuese mi única oportunidad. Llego a su puerta, toco y espero con impaciencia a la mujer de trajo vida a este cuerpo.Cuando abre la puerta, toda mi sangre se acelera, mis colmillos intentan salir. Es hermosa, esta vestida con un sencillo vestido de tirantes con flores. Su aroma hace que mi miembro cobre vida. ¿Cómo voy a poder controlarme?—Buenas noches, Kenia –Le digo, mientras beso su mejilla, esto la sonroja. Ese simple acto me hace querer llevarla a su sofá y hacerla mía.—Hola.Le indico el camino. Ella cierra la puerta y me sigue. La llevo a un sitio muy conocido para mí, es un pequeño restaurante, queda en un mirador de la ciudad